El lector dominante 4

Ines sigue dejandose dominar por su desconocido admirador.

Hombres y mujeres fueron desfilando ante mi bandeja, los mas daban las gracias. No entendía muy bien que pretendía mi dominante… embutida en aquella bata, con un gorro cubriendo el pelo, no estaba lo que se dice muy atractiva. Intente ser amable con todos, sonriendo y atendiéndoles lo mejor posible.

Cuando llego el momento de recoger, ayude, y me dieron las gracias muy amablemente. Me dirigi a dejar la bata y el chat empezó a sonar.

  • Veo que eres una buena samaritana.

  • He hecho lo que me dijo.

  • Si, si, es cierto. Ahora, cuando salgas, hazlo tranquila. Si te encuentras con alguno que te saluda, respondele… dale conversación.

¿Pretendía que lo hiciera con esos seres?. Ni borracha. Pero no dije nada. Salí del local, y, efectivamente, a los pocos metros encontré a tres de los que habían acudido al comedor, uno viejo, desaliñado, barrigudo, con un brick de vino en la mano, había otro mas delgado, no tan deasliñado y una mujer de pelo desarreglado que fumaba. Al pasar a su lado me llamo uno de ellos.

  • Señora…

  • ¿Si?.

  • Gracias. Ha sido muy amable.

  • No hay de que.

  • Nunca he visto una señoritinga aquí -hablo la mujer, que enseño una sonrisa carente de algunos dientes.

  • Sera que quería ver como viven los desgraciados jajaja -ahora fue el viejo, con síntomas de embriagues.

  • Bueno, en realidad solo quería ayudar.

  • Yo se lo agradezco. Ademas, es muy guapa.

  • Yo te diría donde ayudar -exclamo el mas desaseado mientras llevaba su mano a la entrepierna-

Los otros secundaron sus risas. Yo me ruborice. Les di un buenas tardes y seguí mi camino. Ya en el coche atendí el chat

  • Uhm podías dar mas de ti...¿no crees?

  • Bueno, es que ellos no me lo pusieron fácil.

  • Nadie tiene que ponértelo fácil… en todo caso, me vale.

  • Tengo que ir a casa, mi marido llega en un rato.

  • Si, es cierto. Sales a hacer tu recorrido de footing ¿no?

  • Si, como todos los días.

  • Descríbeme por donde vas.

Lo hice. Mi urbanización tenia una zona ideal, pero a veces yo me adentraba siguiendo un rio por un bosque de eucaliptos y pinos, durante unos seis kilómetros entre ida y vuelta que es la distancia que solía correr a diario. Quería saber si usaba pantalón corto, camiseta o sujetador deportivo. Le dije que todo, dependía del día. Llegue a casa, los chicos estaban en la piscina, el amigo de mi hijo, Javier, se rio al saludarme… aun recordaba avergonzada la escena que protagonice para ellos. Subí a mi habitación a cambiarme, por supuesto dejando la puerta abierta. Me puse un pantalón corto y el sujetador deportivo. Mi lector mi indico que fuera por el bosque, que le avisara al entrar.

Corrí durante unos 500 metros, y le chatee indicándole donde estaba. Creía saber que me pediría, y eso me excito. Habíamos hablado de aquella fantasía.

  • Bien. ¿Recuerdas una vez que me relataste tu fantasía de correr desnuda?

  • Si…

  • Ya sabes…

Mire a mi alrededor. No se veía a nadie, pero el riesgo era muy grande, y mas allí, donde podía toparme con alguien conocido… pero sabia que negarme no serviría de nada. Me desnude quedándome solamente con el calzado deportivo.Me mostré a la cámara.

  • Quitate las zapatillas y los calcetines.

Ni me moleste en discutir. Lo hice.

  • Bien -estaba satisfecho- sigue… como todos los días..

Solo llevaba el móvil sujeto a la muñeca. Esa era toda mi ropa. Mis pechos se bamboleaban libremente, el aire sobre los pezones los endurecía, y mi coño estaba completamente humedecido...la sensación de libertad, de riesgo, de exhibición era total y las ganas de masturbarme, enormes.

El móvil sonó, mire mi muñeca.

  • Enseñame el entorno.

Lo hice.

  • Parate en esos arboles de tu derecha...masturbate… apoyate en el árbol… y que yo lo vea.

Se notaba que también estaba excitado… hice lo que me dijo… mi coño era un rio con las primeras caricias, el móvil, desde el suelo, le dejaba ver mis coño expuesto con mis piernas abiertas mientras mi espalda estaba apoyada contra el árbol justo pegado al sendero por donde se podía pasear o hacer deporte. Me toque descontroladamente...y esperaba que mi dueño estuviera haciendo lo mismo. Sentí unos pasos por el sendero, alguien venia corriendo… me apreté contra el árbol pero no podía dejar de tocarme… alguien paso muy cerca, cerquisima, pero no me vio… y mi orgasmo fue extenso, delicioso y brutal.

Después termine mi recorrido… seguí todas sus instrucciones… y volví a casa después de vestirme… la experiencia había sido… fantástica, y me prometí a mi misma repetirla… me lo ordenaran, o no.

Ante de entrar, pedí permiso para desconectarme, ya que mi marido estaría presente. Se me concedió. Mi marido estaba en la sala, Javier, el amigo de mi hijo Adrian, se había marchado, mi esposo me miro con cierta severidad.

  • ¿Que sucede? -me di cuenta por su marida que estaba de mal humor.

  • Quiero hablar contigo.

Me asuste… quizá si me habían visto en el sendero, quizá era alguien conocido y se lo había dicho… Mierda… aquello iba a acabar mal. Subimos al dormitorio, el cerro la puerta, algo que de repente me di cuenta que sonaba extraño.

  • ¿Como se te ocurre mostrarte desnuda ante Adrián y Javier?

Ah, era eso… suspire aliviada… ya había pensado la excusa.

  • Fue un accidente… no sabia que estaban en casa, y baje al aseo del piso de abajo a buscar una cosa, entonces aparecieron cuando estaba dentro… y no sabia que hacer.

  • ¿Y te acercas a ellos a saludarles?, coño Ines, como se te ocurre eso!

  • Bueno… tampoco es tan grave… No estaba desnuda, estaba en ropa interior.

  • !Que según Adrián se dejaba ver todo!. Tendrás que hablar con el.

  • Si, si, ahora mismo voy tranquilo.

  • Vale, esta muy enfadado… por su amigo ¿entiendes?

  • Si, claro, venga, tranquilo -me acerque a darle un beso, sabia como hacer que se relajara-.

  • Uhm esta vez no te vas a salir con la tuya…

  • Ah no…

Al poco rato, me estaba montando...era un amante normal, nada del otro jueves en realidad...me corrí una vez, el se fue al poco… como siempre. Cenamos y nos fuimos a dormir, pero antes, fui al cuarto de Adrián para hablar con el.

  • Hola cariño.

  • Hola.

  • ¿Como estas?¿Esas enfadado conmigo?- acaricie su cabeza.

  • Dejame.

  • Venga, cuéntame que te pasa. Hablemos.

Mi hijo se giro en la cama, y me miro.

  • Javier… te ha visto todo.

  • A ver, no ha visto nada….solo llevaba ropa interior, y no pasa nada.

  • Dijo que estas buena

Me rei

  • ¿Y es malo que te digan que tu mama es guapa?

  • Me dijo que quería tocártelas… y si yo te las había tocado.

Entendido… eran unos niños que ya estaban creciendo y se fijaban en cosas ya tipica de adolescentes…

  • Bueno, supongo que es normal. Hasta me siento halagada.

  • Pero es que es como si fueras una de esas.

Una de esas…

  • Quieres decir, una de esas que cobran?… una puta?

  • Si… el dijo eso.

  • Bueno, dile a Javier que pruebe a pagarme a ver...jajajaja. Lo que ha sucedido fue una indiscreción por mi parte, lo siento, y no volverá a pasar. No te preocupes, Javier lo olvidara… y ademas, puedes presumir de tener una madre muy guapa ¿no?

  • Eso si.

  • ¿entonces?¿amigos?

  • Si...bueno… a mi no me molesto.

  • Ah, o sea, a ti no te molesto, pero te molesto que Javier dijera que estaba guapa.

  • Es que si lo cuenta en el colegio….se puede montar una buena.

No lo había pensado. Y tenia razón.

  • Vale. Haremos una cosa. El próximo día que venga, hablare con el ¿de acuerdo?. Ahora, descansa.

Le di un beso y salí de la habitación. La verdad es que no me molesto que unos críos me consideraran atractiva...o que “quisieran tocármelas”… No le di mas importancia. Y volvi a mi cama.

¿Que me depararía el nuevo día?… no lo sabia, pero estaba ansiosa.