El lector dominante. 3

Ines sigue bajo el control de su enigmático admirador.

Después de mi aventura en el centro comercial, comprendí que aquello me podía llevar a un camino realmente peligroso. Tener una amante, era una cosa, fantasear en la web, escribir relatos, era una forma de escaparse de la monotonía y transmitir lo que verdaderamente una deseaba… pero permitir que un desconocido admirador me dominara de forma real, aunque fuera en la distancia, era excesivo… básicamente porque se podía dar el caso de llegar a un punto en que la situación se me escapara completamente de las manos, fruto del deseo, de la lujuria, de la perversión, de la excitación… y aquel personaje sabia como incitar todos esos sentimientos.

Desde luego lo sucedido en el centro comercial fue excesivo, no quería ni pensar que alguien pudiera haberme visto, o peor aun, reconocido. Pero había un problema: no quería prescindir de ese desconocido macho admirador de mis relatos que me hacia sentir como una cualquiera, deseada, pero puta… tal y como yo me sentía.

En otro orden de cosas, parecía inconcebible que alguien que no me conocía pudiera llegar a dominarme precisamente por llegar a conocerme de la manera que yo realmente era. Lo cierto es que ansiaba sus contactos, ya temerosa de lo que pudiera ordenarme….¿O mas bien temerosa de reconocer lo que yo podía llegar a hacer?.

El aviso del chat salto a la hora en que el sabia que yo estaba disponible...comprendí que estaba deseándola, de hecho había repasado el chat varias veces.

  • Hola, putilla, como estas hoy?

  • Hola, muy bien… ¿y ud? -que absurda pregunta-

  • Jajajaja… bueno, me encanta que te preocupes por mi...pero vamos a lo que vamos, ¿donde estas?

  • En casa.

  • ¿Sola?

  • No, esta mi hijo.

  • Uhm… el pequeño varón...12 años no?

  • Si.

  • Conecta la cámara.

La conecte. Me pidió que hiciera un recorrido por la casa, y obedecí. Vio mi dormitorio, a mi hijo…

  • Un chico muy guapo.

  • Gracias.

  • Enseñame tu ropa interior.

Abrí el cajón de mi ropa interior y se la mostré.

  • Uhm, tienes una ropita muy de puta… gira la cámara a tu alredor.

Lo hice.

  • ¿porque has cerrado la puerta golfa?¿Te lo he ordenado?

  • No pero como estaba el niño yo pensaba…

  • Tu no piensas… ábrela… ahora.

Abrí la puerta.

  • Bien, ves ese conjunto lila?

  • Si.

  • Pontelo. Ahora. Y no cierres.

Mire hacia la puerta, mi hijo podía salir de su habitación que estaba enfrente.

  • Yo no tengo claro que…

  • ¿Ya estamos?...¿vas hacerme perder el tiempo?…

  • No, discúlpeme.

  • Vamos! Que te vea bien. Enfoca en condiciones. Y desnudate por entero primero. Y despacio, no hay prisa.

Muy nerviosa, coloque la cámara de modo que el pudiera verme con claridad. Lentamente comencé a desnudarme, era consciente que me desnudaba para el. Muy despacio desabroche mi blusa, me la quite y la doble dejándola sobre la cama. Luego desabotone la falda permitiendo que cayera al suelo, la puse también al lado de la blusa. Solté mi pelo, sabia que estaría mas sexy y no podía evitar imaginar que se pajeaba con la escena que le estaba proporcionando. Me quite los zapatos y las medias. Despacio, desabotone el sujetador, luego me quite las bragas… Lentamente, abrí el cajón y tome las prendas lilas que a el le gustaban, las mostré a la cámara. Me puse primero las braguitas, bordadas, ajustadas, luego, el sujetador, que trasparentaba mis senos… entonces salto el mensaje.

  • Uff, que buena puta eres. Ahora no quiero que te vistas. Quiero que bajes así a la cocina, que te pasees por tu casa. Iré grabando todo.

Negarme era absurdo...salí de la habitación descalza y baje a la sala, la recorrí, entre en la cocina, pasee por el jardín y entre en la sala justo cuando mi hijo y un amigo que estaba de visita, algo con lo que no contaba, bajaban por la escalera… rápidamente me metí en el aseo, rezando porque no se les diera por jugar a la play…

  • ¿Que haces?

  • Discúlpeme, es que sentí a mi hijo bajar por la escalera.

  • Ah,¿y?.

  • No quería que me viera, comprenda.

  • ¿Que pasa guarra?¿Tu hijo nunca te ha visto en ropa interior?

  • La verdad es que no con esta ropa interior...ademas, no esta solo, hay un amigo suyo…

  • Quiero que salgas, que les preguntes si quieren algo. Ni se te ocurra taparte.

  • yo, yo, no puedo, no puedo hacerlo.

  • ¿no es tu casa?. No te voy a pedir que te lo tires. Vamos. Se que en el fondo te mueres de ganas.

!Cabron!. No dije nada

  • Ademas, no discuto, ya lo sabes, o hacer cuanto te pida, o se acabo.

Abrí la puerta del aseo y salí a la sala. Como había pensado, estaban con la play. El amigo de mi hijo ¿Javier?, me vio de inmediato y le dio con el codo. Ambos me miraron. Yo me acerque.

  • ¿queréis tomar algo?

  • Yo no

  • Yo si, -Javier no sacaba los ojos de mis tetas- una coca, por favor.

  • Si, claro, enseguida.

Pude sentir los ojos de ambos clavados en mi cuerpo mientras me dirijia a la cocina. Volví con lo pedido

  • ¿Algo mas?

No respondió… así que di la vuelta y subí a mi habitación muerta de nervios.

  • Lo has hecho de maravilla. Te confieso que eres las primera que llega a este punto.

Ya, pensé yo, no creo que existan muchas mas locas por ahí.

  • ¿Que has sentido?

  • Yo… no lo se.

  • Te lo diré yo. Lujuria. Te has excitado. Tus pezones se pusieron duros como piedras. Reconocelo. Jajaja

Me calle. No lo reconocería. No diría nada.

  • Bueno, supongo que estas ardiendo. Tendremos que hacer algo… te permitiré elegir.

Mire la pantalla intrigada.

  • Opción A, te desnudas y te masturbas ahora mismo sobre la cama, con la puerta abierta. Opción B, salimos a la calle a jugar a lo que se me ocurra.

Si me masturbaba en la cama, algo que deseaba, esos dos podía subir y pillarme, lo que seguramente calculaba este pervertido…

  • Prefiero la B, si no le importa.

Lo dije sin calcular, sin darme cuenta que aquello podía ser algo muchísimo peor.

  • Bien. Abre tu armario ropero.

Lo hice, y el selecciono lo que tenia que ponerme. Una blusa blanca y una falda corta a medio muslo. Me indico que la acompañara de zapatos de tacón, pero no me dijo nada de las medias, según el el color de piel triguera que tenia era suficientemente atractivo. Me dio unos minutos para arreglarme, me pinte ligeramente, me peine y le mostré el resultado.

  • Muy bien. Tomaras el coche.

Tome un bolso de mano, y baje las escaleras, los chicos seguían con la play, pero las risitas de Javier eran muy claras… sentí como miraban el movimiento de mi culo mientras entraba en la puerta que daba al garaje.

-¿ A donde debo dirigirme?¿al centro comercial?

  • Oh, no, en absoluto. Seguro que en donde vives existe algun tipo de Cocina Económica o similar, ya sabes…

  • Si, claro, solemos hacer donativos.

  • Bien, bien, me alegra que seas tan comprensiva con los mas necesitados. Vamos allí.

Conduje durante unos 30 minutos. La Cocina Económica estaba en una zona cercana al centro. Allí se prestaba servicio de alimentación, vestuario y aseo a personas que la fortuna había dejado en mala condición, algunos vivían en la calle, los menos, otros, simplemente, no tenían empleo y carecían de subsidios gubernamentales… algunos eran simplemente, borrachos y drogadictos.

Aparque con cierta facilidad, salí del vehículo y paseaba con el móvil en la mano. La vibración me avisaba de los mensajes, todavía no entendía porque no prefería un chat vocal. Vi el local de la Cocina Económica… se lo mostré, y vibro.

  • Haz la cola.

  • Es para menesterosos.

  • En realidad, es para todos ¿no?

  • Si, pero comprenda que allí desentono.

  • Eso puede ser cierto. Esta bien. Entra y di si necesitan ayuda.

Pase por delante de la cola, note las miradas, algún silbido, algún “guapa”. Habia mujeres que me miraban como a un bicho. Entre en el comedor, estaba atendido por dos monjas y unos voluntarios.

  • Hola, ¿la encargada o el encargado?

  • Yo mismo.

  • Quisiera ayudar, si es posible.

La mujer me miro de arriba abajo.

  • ¿Seguro?

  • Si.

  • Bien, toda ayuda es bien recibida. Póngase ahí, en la linea de servicio. Encárguese de los segundos platos. Tiene mandilones en aquel cuarto. Lavase las manos.

Hice todo lo que me pidió, y aproveche para chatear

  • Intenta que vea a los que sirves. Buscate la vida.

  • Intentare que sea así.

  • No lo intentes, hazlo.

Con ciertos nervios, empece mi cometido…