El lavadero de la lujuria

El estaba ocupado yo tenia las manos libres así que comencé a tocarlo, yo ya estaba húmeda.

EL LAVADERO DE LA LUJURIA

Era una tarde de sábado, yo estudio odontología y tenia que sacarle unos modelos de estudio de a mi novio, mis padres estaban en la sala y nosotros en el comedor nos dividían escasos dos metros intente sacarle los modelos pero ensuciábamos mucho a si que decidimos sacarlos en el lavadero así que nos fuimos para haya. Al ponerle la cucharilla superior el tenia que sujetarla y no podía mover las manos, mientras el estaba ocupado yo tenia las manos libres así que comencé a tocarlo, yo ya estaba húmeda, así que el saber que el no podía moverse me éxito aun mas, provocando un deseo inmenso de sacarle su rico y grande pene y mamarselo hasta donde me cupiera, el respondió a mis caricias y comenzó a excitarse mas rápidamente, obviamente su miembro ya estaba mas grande y caliente que pedía a gritos que lo sacara del pantalón, recuerdo que se le dibuja tan bien que solo de verlo me daban ganas de quitarme la ropa, empinarme y que me lo metiera fuerte y rápidamente hasta el fondo.

No aguante mas y le baje el cierre lo tome con mi mano y se lo saque, no me importo que mis papás estuvieran a solo unos metros de nosotros, al verlo tan grande y rígido no pude aguantar las ganas de meterlo poco a poco a mi boca, lamiéndole la puntita de una forma que parecía que me lo iba acabar de un solo bocado, el no podía hacer nada mas que ver como me lo comía de la manera mas caliente que se lo he hecho, el sentir su glande dentro de ni boca, el saborear sus líquidos hicieron que mojara toda mi tanga, escurriendo por mis piernas ese caliente liquido.

Mi trabajo con la lengua y boca fue tan bueno que sentí como de repente un chorro de líquido caliente inundaba mi boca, sentí como se venia adentro de mi haciendo que me comiera todo su rico semen hum… aun lo recuerdo.

El lugar era muy peligroso así que lo metí de nuevo a su pantalón y le quite la cucharilla pues ya estaba listo el modelo.

Me dispuse a limpiar para regresar a la sala y le di la espalda, después de un tiempo y cuando ya estaba apunto de acabar sentí sus manos alrededor de ni cintura tomándome por detrás desabotonando con maestría mi pantalón bajando de un solo movimiento el pantalón y la tanga me tomo por las caderas y sentí su pene (que ya lo había sacado) nuevamente erecto en medio de mis nalgas, sentí como su embestida me hizo estremecer, con ese movimiento me empino haciendo que deseara mover mi cuerpo para sentir el roce de su miembro con mis labios vaginales que se entreabrían con el roce invitando a penetrar mi intimidad cada vez mas húmeda.

Sabíamos que no podía pasar mas, pero la calentura era tremenda así que no me importo y me puse frente a el tome su pene y lo dirigí a mi entrepierna el al sentirme tan cerca me tomo de las nalgas me beso de una forma tan cachonda que el solo beso me estremeció y me hizo gemir de placer, me tenia bien sujetada y empezó el movimiento haciendo que su buen dotado miembro me rozara aun mas provocando un éxtasis en los dos, el saber que podíamos ser descubiertos me hacia chorrear cada vez mas yo solo pedía que su pene siguiera frotándome yo gemía de placer y me desesperaba por sentir mas, mas.. Y se lo pedía a gritos parecía que me quitaba la vida, así estuvimos un rato en que solo le decía fíjate que no nos vallan a ver, nuestros cuerpos temblaban de placer desbordante, no pude mas y me hundí en el mas rico orgasmo que haya tenido, debo confesar que yo gemía tan fuerte que el tenia que callarme pero la sensación era inmensa y solo quedaba vivirlo.

El todavía no se venia pero ya le faltaba poco así que me hinqué y me lo metí nuevamente a la boca haciéndole una mamada mejor que la anterior haciendo que el fuera el que ahora gemía y se estremecía muy fuerte pidiendo que lo llevara al cielo, el expulso su semen en mi boca recorriendo mi garganta se lo lamí hasta dejarlo limpio. Estábamos tan exhaustos que no nos quedo mas que vestirnos y regresar a la sala, desde ese momento le llámanos el lavadero de la lujuria y el acordarme de esto aun me humedezco y chorreo con un deseo inmenso de mamar y ser penetrada.