El lago

Hay veces en la vida que uno debe correr riesgos para obtener lo que quiere.

Hay veces en la vida que uno debe correr riesgos para obtener lo que quiere.

Era verano y como cada a

ño, fui de vacaciones a Irlanda con mi familia. La mejor amiga de mi madre es de allí, así que cada vez que coge vacaciones vamos a pasar allí una semana. Me encanta ir, ya que ahí vive Liam, el vecino cachondo como soliamos llamarlo mi hermana y yo. Liam tenía el pelo casta

ño, ojos grises y era super alto, todas las chicas andaban locas detrás de él, pero él no tenía ojos para ninguna. Este a

ño en concreto me tocó ir sola con mis padres, ya que mi hermana decidió quedarse en casa con su nuevo novio. Sin ella todo era diferente, ya que no era lo mismo estar acompa

ñada que sola.

A los dos días de estar allí, mis padres y los amigos se iban a un festival en Dublín todo el fin de semana. Yo decidí quedarme en casa, ya que no me entusiasmaba nada la idea de ir con ellos a ningún lado, así que los despedí y llame a mi hermana. Ella me propuso que fuera a hacer senderismo hasta un lago que queda a media hora andando y como hacía calor le hice caso. Preparé la mochila y emprendí la caminata. El camino no estaba se

ñalizado así que me costó un poco ubicarme.  Al cabo de un rato llegué a un prado que me resultaba familiar, y rapidamente comencé a recordar. Seguí caminando unos metros llegando a un río y lo seguí hasta llegar al lago. No había nadie. Monté el campamento y decidí ba

ñarme desnuda. Me metí en el agua y nadando cuando de repente algo cayó en el agua, me giré bruscamente del susto y vi a Liam nadar hacia mi.

  • No te acerques- Dios, menudo momento más inoportuno para aparecer- estoy desnuda.

Siguió nadando hacia mi y no supe como reaccionar.

  • Que haces aquí sola? No ves que es peligroso estar en el bosque -s

u tono me descolocó.

  • Es que mis padres no están y no tenía nada que hacer...

  • Y tu hermana? Siempre soleís venir juntas, como es que te deja venir sola?- replicó.

  • Este a

ño no ha venido con nosotros, solo estoy yo. Nos has estado espiando?-dije enfadada y el se sonrojó.

  • No "os espiaba", solo te espiaba a ti...- sin más se acercó y me besó.

Me aparté de golpe, lo miré y por instinto lo volví a besar. Empezamos a besarnos de una forma que me excito locamente. Cuando se pegó a mi noté que el también estaba desnudo, ya que su miembro me estaba rozando la pierna. Bajé la mano para tocarsela y comencé a pajearle lentamente. La tenía enorme. Me cogió en brazos y me sacó del agua. Nos metimos dentro de mi tienda, me tumbó y me abrió de golpe las piernas besandome el tobillo y subiendo lentamente. Mi respiración se aceleró a medida que se iba acercando a mi vagina. Le agarré del pelo cuando sacó la lengua y comenzó a jugar con mi clitoris. Jadee de placer. Le dije que se acostase, le cogí el pene y se lo lamí con impetú. Puso lo ojos en blanco del placer, me agarró de la cabeza, para que lo hiciese más rápido. Me apartó de golpe y me la metió. Dios que placer senti cuando la noté dentro. Empezamos a movernos al compás, besandonos, mosdisqueandonos, como explorando tierras desconocidas. Aceleró el ritmo y me puse encima para que mi clitorix pudiese rozar contra él. Empecé a moverme más y más rápido. Él noto que mi respiración aceleraba y comenzó a gemir, provocandome una excitación aún mayor. Noté que estaba a punto y comencé a gritar del gusto hasta que llegué al orgasmo. Rapidamente me puse al perrito y el empezó a moverse como un animal en celo hasta que no pudo aguantar más y se corrió.

Al terminar no sabía como reaccionar. Sentí verguenza y el lo notó.

  • Tranquila, llevaba a

ños so

ñando con esto- me sentí aún más avergonzada- desde que te ví por primera vez aquí jugando con tu hermana supe que este sería nuestro lugar.

  • Por qué no me lo habías dicho antes?

  • Porque el ser humano es cobarde por naturaleza...y hasta ahora no me había atrevido.

  • Qué te dió valor?- Sonrió

  • La preocupación y tu hermoso cuerpo desnudo.

Hablamos horas y horas, pasamos el fin de semana juntos y los cuatro días restantes con encuentros como este. Ahora cada vez que voy ya sé a donde tengo que dirigirme.