El Lago

Dos matrimonios jóvenes, se disponen a vivir un fin de semana en una cabaña junto a un lago.

Todo había comenzado como habían planeado, llegaron a la cabaña sobre las 10 de la mañana y no tardaron el deshacer el equipaje, dirigiéndose al lago a darse su primer baño. Eran dos parejas jóvenes, Pedro y Luisa tenían 28 y 26 años mientras Juani y manu se igualaban a 27. Desde la confirmación religiosa, dentro de una organización juvenil, habían salido juntos y la vida los había llevado con meses de diferencia al altar. Y no dejaban pasar unas vacaciones sin sus salidas juntos, lo pasaban bien.

Eran de buenas familias, y sus padres habían influido en sus incipientes carreras. Pedro y manu trabajaban en las empresas de sus padres en puestos de dirección, luisa acababa de entrar de pasante en un prestigioso bufete y Juani se liberaba esos días de su primer año de MIR.

La zona era un lugar de cabañas aisladas unas de otras pero todas de una u otra forma convergían en un pequeño lago, y eso hizo que aquel día coincidieran con otros veraneantes que disfrutaban como ellos de unos días de descanso.

Ellas no dejaron indiferentes a ninguno de los hombres que las vieron, con sus cuerpos semidesnudos de baño, y tampoco ellos se libraron de ser observados por alguna fémina, eran guapos y se cuidaban, lo que no pasaba desapercibido.

Después de unas horas de baño y sol volvieron lentamente a la cabaña, entre risas y juegos. Claro que al entrar todo cambio, nada más entrar una voz les hablo desde atrás suyo, saliendo como de la nada, mientras otras tres personas salían de la cocina.

  • Quietos, sin tonterías nenes – dijo el desarrapado y malcarado hombre a sus espaldas

Los cuatro se quedaron nerviosos y callados observando con terror a sus armados visitantes.

Petrus y sus tres acompañantes estaban allí por casualidad, habían estado en una cantera próxima robando material, cuando la llegada de la guardia civil les hizo salir corriendo a través del bosque, acabando en aquella cabaña solitaria donde esconderse y descansar tranquilamente hasta la noche, cuando intentaría recuperar lo que ya habían desvalijado, pero habían tenido que dejar atrás.

Cuando llegaron habían visto los coches, pero no era la primera vez que tenían compañía, así que comieron y revolvieron el equipaje de aquellos extraños, aprovechando para obtener un segundo botín, que no por inesperado era menos apetecible.

Petrus era el mayor, con 53 años, le acompañaba su hijo Mihai de 31 y su sobrino Dragos de 22, además de Ahmed, un compañero de correrías que rondaba los 50.

  • a ver, al suelo – dijo con su acento claramente extranjero y apuntando con una vetusta pistola a aquellos jóvenes que aterrados se echaron rápidamente al parqué.

Siempre llevan presillas por si topaban con algún vigilante, así que rápidamente maniataron a todos en el suelo.  Luca se acercó a pedro y lo hizo ponerse de pie.

  • como llamas – le dijo

  • por favor, llévense lo que quieran y no nos hagan daño – y no llego a decir más. El puño de Petrus se hundió en su estómago sin aviso previo, mientras los gritos y lloros de los demás se hacían audibles.

  • silencio – dijo alzando la voz y todos fueron calmándose, mientras levantaba a pedro de nuevo.

  • como llamas – repitió

  • pedro – dijo entrecortadamente, intentando recuperar la respiración.

Petrus observo detenidamente a pedro y luego a todos los demás,  después sin decir nada le bajo el bañador a los tobillos, y lo hizo andar así desnudo hasta una silla. Lo hizo sentarse en ella, y sus tobillos quedaron anudados a las patas delanteras.  Después fueron sus brazos los que, aun atados a su espalda fueron sujetos con unas bridas al respaldo, dejándolo inmovilizado.

  • ¿nombre?  - pronuncio mientras soltaba un leve puntapié a manu, que no tardo en seguir los pasos de su amigo, dejándolo inmovilizado de la misma forma, aunque él se libró del golpe. Viendo lo que le había pasado a pedro, pensó que lo mejor era no enfadar a aquellos hombres.

Claro que manu pensaba que les robarían y se irían, pero cuando le vendaron los ojos y su boca fue sellada con cinta americana, no lo tuvo tan claro. Ahora el único sentido que le daba un atisbo de la situación era el oído, pero  solo escucho cuchicheos y después unos pasos y el silencio.

  • ahora me sigues, ni una palabra o moler a palos a vuestros maridos, ¿comprende? -  dijo Petrus al oído a cada una de las mujeres que seguían tiradas en el suelo, y que fueron ayudadas a ponerse de pie por Mihai y Dragos. Con un gesto hizo que les siguiera a la habitación de al lado, cosa que atemorizadas hicieron por el bien de sus maridos.

  • Tu mujer del  bañador rojo y tu verde, ¿no? – les dijo si más al entrar a la habitación, dejándolas sorprendidas – anillos – dijo señalando sus manos. Petrus se había percatado que mientras Juani y manu portaban un anillo de oro clásico, pedro y luisa lucían un diseño de oro blanco más elaborado.

Allí estaban rodeadas por aquellos hombres que devoraban sus semidesnudos cuerpos con los ojos, temiéndose que en cualquier momento las forzaran sin ningún tipo de posibilidad de escapar, cuando fue Ahmed quien hablo rompiendo la tensa situación.

  • A ver señoras – dijo con calma, en un perfecto castellano que chocaba con el escaso vocabulario de Petrus – vamos a estar un buen rato juntos, así que vamos a llevarnos bien, y para que vean que vamos en serio ahora estos jóvenes les van a soltar las manos – cosa que Mihai y Dragos, hicieron rápidamente cortando con sus navajas las bridas que las maniataban.

  • por favor  - dijo sollozando luisa – déjennos, no diremos nada, por favor – dijo mientras las dos se masajeaban las muñecas adormecidas.

  • bueno, basta de cháchara a ver tu, cómo te llamas – dijo señalando a luisa – ya que te gusta hablar.

  • luisa

  • luisa señor, un poquito de educación – dijo levantando el tono de voz

  • luisa señor – dijo avergonzada y temerosa

  • bien, ¿qué edad tienes preciosa? – le pregunto

  • 26

  • y tu amiga ¿cómo se llama?

  • Juani

  • y entonces tu eres la mujer del bañador rojo ¿no?

  • si, por favor, no nos hagan daño, no . . .

-shh, silencio, o la próxima vez tu marido sufrirá las consecuencias, ¿entendiste?

Luisa asintió con la cabeza. Y cuando Juani vio que la mirada de Ahmed se cernía sobre ella, también asintió.

  • bien, ahora que ya está todo claro, quitaos los bañadores, y dádmelos, a ver quién gana – dijo entre risas

Aunque en el fondo las dos sabían que aquello podía pasar, el verse abocadas a quedarse desnudas frente a aquellas bestias las dejo heladas, pero Juani fue quien reacciono primero y antes de que luisa se percatara ya se había despojado de la parte de arriba y cuando se dio cuenta su  amiga entregaba sus prendas a Ahmed mientras intentaba taparse como podía.

  • vaya gano Juani – dijo Ahmed dedicándole una sonrisa a la petrificada luisa que no reaccionaba, pero no tardo en volver a la desnudez de su amiga- y tú, si os hago desnudar es para disfrutar de la vista así que las manos en los costados o te las vuelvo a atar.

Juani retiro lentamente las manos dejando sus encantos a la vista, su cuerpo moreno y esbelto era realzado ahora por sus pechos completamente desnudos donde los pezones se erigían prominentes debido a la situación, y su sexo demasiado visible por el inexistente vello excepto una línea muy cuidada sobre él.

  • bueno Juani, has ganado, ven siéntate aquí conmigo – y cogiéndola de la mano la sentó en la cama del cuarto – como luisa ha perdido va a tener que cumplir un castigo y tu tendrás un premio. Luisa venga desnúdate.

Luisa como a cámara lenta se deshizo de su vestuario sollozando calladamente

  • ves, no te ha costado tanto, ahora te arrodillaras y te comerás las pollas de estos apuestos jóvenes, como castigo, mientras que tu amiga se abrirá de piernas y le comerán el coño hasta que se corra de gusto, premio, castigo. Y antes de que cualquiera de las dos diga una sola palabra recordad que cualquier tontería y les corto los huevos a vuestros hombres.

Juani vio como Petrus se arrodillaba ante ella y empujaba su cuerpo hacia atrás haciendo que se tumbara hacia atrás, era inevitable, así que cerró los ojos y noto como tras hacer que abriera las piernas su sexo era invadido por la boca de Petrus.

Luisa vio como  Drago la hacía arrodillarse y vio como a cámara lenta bajaba su pantalón de chándal dejando a la vista un slip con un bulto bastante evidente en su interior.

  • venga zorra, sácala y empieza a chupar – le dijo despectivamente

Luisa acerco sus manos al slip y lo bajo lo suficiente para que el monstruo que albergaba saltara al exterior, los 21cm del grueso pene de Drago quedaron ante ella, y sabiendo de la inutilidad de la resistencia poso sus labios sobre ella notando su fuerte sabor y escuchando los primeros insultos de aprobación.

  • oh, qué bueno, zorra, si, que gusto – dijo Drago mientras observo con terror como Mihai se apostaba sus piernas separándolas, e incrustaba su boca en su sexo notando como una lengua extraña se aventuraba en sus más íntimos recovecos.

Juani te tapaba la cara no queriendo mostrar su ya evidente excitación, el trabajo de Petrus estaba destrozando su dignidad, y el que Ahmed se hubiera sumado a la fiesta amasando y besando sus pechos con extrema delicadeza no hacía más que acelerar la llegada de un nada deseado orgasmo.

La polla de Drago invadía por completo su boca provocándole algunas arcadas que intentaba contener. Su poca maestría en esa práctica había hecho que su captor le follara la boca rápidamente. Pero cuando empezaba a acostumbrarse Drago la agarro del pelo he inclinándola hacia adelante la llevo a la tranca de Mihai haciendo que se la tragara y obligándola a llevar el ritmo que él le marcaba, cosa que se dejaba hacer cada vez más entregada.  En aquella posición su sexo se abría completamente a Mihai que lamia su encharcado sexo mientras sus manos amasaban el culo de aquella preciosidad.

Que dos dedos de Petrus invadieran su intimidad de improviso rompió las defensas de Juani, que comenzó a experimentar un desbocado orgasmo, sus piernas intentaban apretarse mientras su vagina se contraía con cada oleada de placer y el sonido de su boca era claramente audible y comprometedor.

Ahmed y Petrus se retiraron, dejándola completamente tirada en la cama, y ella cerro las piernas sollozando por la vergüenza del placer que la había invadido. Su manos seguían aferradas sobre su cara como queriendo ocultar su obligado pecado, habiendo disfrutado en manos de aquellos malditos.

  • venga, dejadla ya muchachos – dijo Ahmed dirigiéndose a los dos jóvenes que andaban disfrutando de luisa – ¿qué tal la come?

  • tiene una boca genial pero no ha comido muchas, le falta práctica, déjamela una semana y veras como traga

  • No creo que la señora este muy dispuesta a estar una semana chupando, ¿verdad?

  • sois unos cerdos – dijo luisa aun recuperándose del mal trago de tener dos penes en su boca,  además de tener que evitar que su cuerpo estallara en un orgasmo debido a las atenciones de Mihai. Lo había conseguido, aunque su sexo palpitaba, ardiente y mojado reclamando un éxtasis que no había llegado por muy poco.

  • entre otras cosas preciosa, a ver levántate y, tu, rubita, levanta de la cama y ponte junto a tu amiga.

Juani se levantó, y no tardo en unirse a luisa.

  • Bien señoras, manos a la nuca y piernas abiertas – y espero a que sus sorprendidas rehenes adoptaran la postura, un poco aturdidas aun de cómo se habían aprovechado de ellas – bien, ahora quietecitas – y comenzando por Juani, su mano se deslizo por el vientre liso y suave de aquella rubia, llegando a su sexo mojado y ardiente.

  • no por favor, déjeme – suplico ella

Los dedos de Ahmed se movían en el sexo de Juani, acariciando su clítoris y mojándose con la humedad extrema provocada por su orgasmo incontenible de hacía poco, sin atender sus peticiones.

  • seguro que estas deseando una polla que te llene ¿no?

  • por favor déjeme, por favor – dijo con un hilo de voz.

De la misma forma que aquellos dedos invadieron la intimidad de Juani, desaparecieron de ella y Ahmed se trasladó junto a luisa, repitiendo la mecánica.

  • ¿Y tú te has corrido? – le susurro con una sonrisa en la boca mientras sus dedos masajeaban bruscamente su clítoris.

  • no, déjeme –

  • qué pena, con las pollas que has tenido en la boca, en una pena que ese agujero no haya podido desahogarse – y sus dedos  se separaron de su víctima, sin ninguna explicación, para el alivio de luisa que notaba como su sexo volvía a estar en ese punto sin retorno que la hubiera llevado a una vergüenza que no podía ni imaginar.

  • Bueno, ahora vamos a jugar a otro juego,  como las veo necesitadas, van a salir ahí fuera y se fan a follar a sus maridos, las reglas son que van a chuparles la polla hasta ponérsela dura, y en cuando eso suceda se van a poner a horcadas sobre ellos y se los follaran hasta que la leche se escurra por sus huevos, fácil ¿no?, eso sí, no quiero oír una sola palabra, y la que antes logre hacer correrse a su pareja, se llevara el premio, la segunda el castigo.

Las dos se quedaron mirando a Ahmed con cara de rabia, pero calladas, como ensimismadas, pensando en lo que se les venía encima, todo aquello las superaba.

  • y para hacerlo más emocionante cambiareis de pareja, cada una se follara al marido de la otra

  • No por favor eso no – suplico Juani, mientras luisa se quedó parara dispuesta a replicar, pero Ahmed no tardo en replicar.

  • bueno, la que quiera renunciar, puede hacerlo y se le asignara el castigo, que en esta ocasión será un poco más físico, las pollas de los jóvenes necesitan descargar y el coño de la perdedora será un buen agujero para tal fin. En definitiva, que a la perdedora se la van a follar hasta que le salga la leche por las orejas. ¿Alguna renuncia?

Las dos callaron, mientras Mihai y Dragos se acariciaban sus pollas, sabiendo que pronto tendrían una de esas dos hembras a su total disposición.

  • solo una cosita más, si alguna pronuncia una sola palabra, pierde, ahora saldremos y os arrodillares delante de vuestra polla, y cuando chasquee los dedos, empezáis.

Con un gesto, Mihai y Drago las guiaron del brazo a sus puestos y las hincaron de rodillas, mientras Ahmed y Petrus se sentaban en un sofá donde se las veía de espaldas, y sin prestar atención chasqueo los dedos mientras hablaba, de forma inteligible para sus forzosos actores, con Petrus.

Manu noto como unas manos se posaban en sus piernas y algo caliente atrapaba su pene. La primera reacción de sorpresa, se tornó en certeza cuando tomo conciencia de que le estaban haciendo una felación, y era una mujer desnuda, los bultos aplastados en sus piernas lo evidenciaban. Pensó que aquellos cerdos habían obligado a su mujer a brindarles un espectáculo sexual se cabreo, pero fue tranquilizándose, era evidente que en aquella situación no ella no podía negarse.

El tranquilizarse le permitió que su mente se centrara en aquel cálido trabajo que de vez en cuando, muy de vez en cuando le brindaba su esposa, y no tardo en rendirse a la atención entusiasta que le brindaban mostrando en todo su esplendor una tremenda erección.

Pedro noto como su pene era tragado  de improviso por una boca, y como manu, se sorprendió, pero algo no le cuadro desde el principio, una melena le rozaba su pecho y su mujer, luisa, tenía el pelo liso, pero Juani lucia siempre su melena rubia, y pensar que aquella rubia él estaba mamando lo puso como un toro.

Luisa comenzaba a notar los frutos de su trabajo, cuando vio por el rabillo del  ojo que Juani se levantaba y  habría sus piernas para sentarse sobre su marido, y se dejó caer poco a poco, y ella, viendo como el mástil que atendía se endurecía rápidamente, no tardo en seguirla, llevando con su mano el pene de su amigo a la entrada de su cueva y ensartándosela de un golpe emitiendo un jadeo, de placer que dejo claras muchas cosas.

Ahora las dos montaban sin freno y copiándose una a la otra con jadeos claramente audibles, las dos habían llegado a la conclusión que esos sonidos no eran palabras, y seguramente incentivarían el libido de sus obligadas parejas, ajenas al juego que se desarrollaba.

Luisa movía las caderas sin dejar que el pene de manu saliera un centímetro de su interior lo que hacía que todo su interior se erizara con cada golpe y no tardo en sentir como su sexo comenzó a explotar en terribles descargas que intentaba sofocar con sus gemidos.  Aquello la descontrolo más todavía y su cuerpo se volvía con total descontrol sobre aquel mástil que no soltaba su carga salvadora.

Juani subía y bajaba lentamente sobre el pene de pedro gimiendo intensamente con cada penetración, y mientras que veía como su amiga se movía como posesa sobre su marido, noto como su cuerpo se deshizo de placer haciendo que las contracciones de su vagina terminaran por ordeñar la polla de pedro.

Pedro estaba a punto de explotar pero no quería correrse dentro de su amiga, pero llego a un punto sin retorno cuando sin duda ella se corría sobre su pene, amasándolo con sus contracciones, que lo llevaron a gemir a través de su mordaza mientras que comenzada a escupir su leche en varios chorros espesos dentro de Juani.

Cuando le leche de pedro comenzó a fluir fuera del sexo de Juani, luisa consiguió romper la resistencia de manu, que con espasmos y acompañando los movimientos de luisa se vació dentro de ella, ya con el convencimiento que no era su mujer quien le había dado aquel inesperado y forzado disfrute.

Las dos jadeaban un tanto ajenas al juego que las había llevado a esa situación, pero no las dejaron descansar, los jóvenes las sacaron de su posición medio arrastrándolas de nuevo a la habitación seguidos de los dos sonrientes mayores.

Luisa fue dejada caer en la cama y Dragos se encajó entre sus piernas penetrándola de una estocada.

  • no, por favor, no – gritaba luisa pero el joven había comenzado un movimiento brutal que llevaba su tranca a lo más profundo del sexo que mancillaba.

Mientras Juani la tumbaron de lado junto a luisa de lado, obligándola a observar la escena que protagonizaba su amiga. Las manos de luisa intentaban separar a Dragos, pero su fuerza y corpulencia no le permitían que cejase en su tarea, y aquello no era lo peor, si no que su sexo se volvía a revelar y pequeños gemidos comenzaban a escaparse de su boca. Y fue peor aun cuando la cadencia disminuyo, y cada embestida era un suave balanceo que llevaba el mástil que la atormentaba desde la entrada de su cueva hasta el fondo.

  • te gusta más así, eh zorra – le dijo mientras se entretenía con su cuello

  • no, por favor, que me haces, no, para, dios –repetía entre gemidos luisa

  • todas las furcias como tú se han corrido como unas guarras y tú no vas a ser una excepción – le confeso entre risas y jadeos.

Dragos no cedía en sus movimientos, y más cuando luisa comenzó a gemir sin control, ni vergüenza en sus brazos.

  • ves cómo te corres perrita.

  • si me corro, me estoy, dios, que gusto.

Dragos noto como el sexo de aquella mujer se contraía en un terrible orgasmo y con rápidos movimientos no tardó en llegar también al clímax, apretando su cuerpo contra luisa que al intuir que iba a descargar en su interior intento en vano evitarlo, los gemidos de placer le hicieron desistir de su intento y sus más profundos rincones fueron bañados por el semen de aquel desgraciado.

Cuando Drago se retiró luisa cerro las piernas ladeándose cara a Juani que la miraba desconsolada, viendo la cara llorosa de su amiga, y más aún cuando sus ojos se abrieron como platos. Mihai había aprovechado la postura para ponerse detrás de ella y sin mucho esfuerzo empalarla de nuevo. Luisa sabía que no tenía escapatoria así que cerró los ojos e intento que aquello acabara lo antes posible, acompasando las envestidas de su nievo invasor para intentar acelerar su orgasmo.

  • ves, a tu amiga le va la marcha – le dijo Ahmed al oído de Juani – venga, acércate y bésala

Juani se quedó parada viendo a su amiga a escasos centímetros con los ojos cerrados y la boca entreabierta, gimiendo a cada envestida, con sus pechos atrapados por las manazas de Mihai, pero Ahmed repitió la petición con su corpachón pegado a ella, notaba su polla pegada a su culo y no quería contradecirle así que acerco su boca a la de su amiga y la beso.

Luisa noto unos labios que la besaban, y abrió los ojos para encontrase con los de su amiga. Intento retirarse pero fue la mano de Mihai la que abandonando sus pechos volvió a juntar sus bocas.

Las manos de Mihai ahora pasaban con facilidad de los pechos de luisa a Juani, que notaba como sus pezones eran en blanco preferido, siendo apretados sin ningún tipo de cuidado por el violador de su amiga. Claro que aquello no era nada con lo que vino a continuación, ya que noto con horror como una polla la invadía sin remisión. Ahmed había aprovechado los besos para deshacerse del pantalón y aprovechando la expuesta postura de Juani encajar su polla en su pringoso coño. Solo dos empujones le bastaron para vencer la resistencia de la rubia.

Juani solo podía abrir la boca, como para coger aire, aquel monstruo nada tenía que ver con el pene de su marido o el recién conocido de su amigo, ambos muy similares, aquella verga la había llenado por completo, y su sexo se adecuaba como podía a aquel desconocido grosor.

  • ahora vas a saber lo que es una polla de verdad, tu amiga ya lo sabe y mira que bien se lo pasa.

Ahmed comenzó con un ritmo seco y cadencioso que hacía que Juani se moviera como un muñeco, con gemidos de dolor cada vez que la empalaba, pero pronto fueron ahogados por los besos de su amiga que intento calmarla mientras las dos eran poseídas por aquellos salvajes.

No tardaron las dos en comenzar a gemir con fuerza en manos de aquellos hombres, y sus cuerpos sudaban por el ardor de los movimientos y el placer obligado que sentían.

Mihai redoblo sus envestidas y comenzó a gemir de placer, mientras su polla se vaciaba en el interior de luisa que atrapada en un orgasmo interminable intentaba asumir que más semen invadía su fértil útero sin protección.

cuando noto que Mihai se retiraba, no tardo en sentir otro cuerpo detrás suyo, esta vez Petrus era quien la poseía, pero ya no tenía fuerzas, así que pensó dejarse hacer, claro que tras varias envestidas en su sexo, noto como otra entrada de su cuerpo era violentada.

  • no, no – dijo entre gritos cuanto la primera estocada le enterró parte de la polla de Petrus. Intento sin éxito quitárselo de encima, ya que con su sumisión inicial, el hombre la había agarrado con sus manos y sus piernas eran inmovilizadas por Mihai

  • culito virgen, buena follada – dijo Petrus mientras con bruscos movimientos siguió perforando el roto agujero de su víctima hasta enterrarla por completo en su interior.

Juani veía horrorizada la cara de luisa, mientras Ahmed asiéndola con fuerza seguía follándosela con fuerza.

  • ves, el culo de tu amiguita ya ha recibido polla – le susurró al oído Ahmed – ¿quieres que te rompa el tuyo?

  • no, por favor, no, eso no

  • bien, ¿vas a ser buena?

  • si

Ahmed salió del interior de Juani y se tumbó boca arriba y con indicaciones hizo que ella se sentara sobre su polla. Juani comenzó a moverse sobre él.

  • Drago, átale las manos a la espalda que quiero que mueva las caderas.

Aquello infundio temor a Juani, pero no tardo en tener las manos a la espalda mientras Ahmed la obligaba a seguir con su faena, su movimiento hacia que su interior se estremeciera  y no tardo en comenzar a gemir.

Mientras tanto luisa seguía con su calvario, ahora boca abajo en la cama, su culo era perforado ya sin ninguna traba por Petrus que la embestía como un poseso deseoso de llenarle el culo con su leche, como había hecho con tantas otras.

  • sí, toma, toma, leche, ah – grito Petrus mientras luisa notaba como el semen caliente se desparramaba por su interior.

No tardaron el atarla y dejarla a los pies de la cama mientras se sentaban a observar como follaba la rubia.

  • así, más rápido que quiero correrme, venga – grito Ahmed

  • dentro no por favor

  • que no tomas precauciones

  • no, siempre usamos condones

  • pues tú eliges, o me corro en tu coño o en tu culo

Juani se aterrorizo solo de pensar que aquel monstruo pudiera colarse en su virginal ano, así que cerró los ojos y comenzó  moverse con rapidez, oyendo los gemidos cada vez más fuertes de Ahmed que al poco aullaba al correrse en su interior con gruesos chorros de leche que la regaron completamente.

Sonó un móvil en la habitación, y la voz de Dragos contesto.

  • Ya han venido a buscarnos

  • Bueno señoras, ha sido un placer – dijo con sorna Ahmed mientras se recomponía la ropa y Mihai ataba las piernas de Juani.

Quizás alguna de las dos le hubiera respondido pero el cansancio y la mordaza adhesiva que les habían vuelto a poner no permitió ninguna replica.

  • Espero que no denunciéis, porque sabemos quiénes sois y donde vivís, y sabéis, para nosotros sería un placer daros vuestro merecido si lo hacéis – y todos rieron la ocurrencia.

  • Ah, y tranquila, tu amiga durmiente tiene la llave para liberaros – oyó Juani de la boca de Ahmed antes de que desapareciera tras la puerta.

Luisa yacía desmayada y observo como sus ataduras estaban rotas, así que la llamo pero no respondió, así que espero.

En dos horas, las dos parejas abandonaban el lugar a toda prisa, en silencio, con demasiadas interrogantes en su interior. Ellos habían probado a la mujer de su amigo, ellas probaron una ración extrema de sexo, difícil de olvidar, y quizás, difícilmente repetible.