El lago (10)

¿Noche de terror?

Capítulo10

El Lago

Aquella misma tarde, justo cuando empezaba a anochecer, Julio volvió a su casa y fue a buscar a Diego.

  • ¿Se puede? -Preguntó golpeando en la puerta de su habitación.

  • Pasa -Diego estaba sobre la cama, sentado mientras leía un libro que había encontrado en la estantería.

  • ¿Has pensado en lo de quedarte? Piensa que seguramente no puedas salir fuera mas que en contadas ocasiones - dijo apoyado en el umbral.

  • Si… No sé…- Dudó durante un instante y después añadió.- Alex me ha dicho que si me quedo podríamos ser compañeros de piso en una casa que hay junto al

  • ¿Qué? Pero él no puede decidir eso, Diego, ese tipo de cosas se plantean y se debaten dentro de la comunidad - dijo seriamente.

  • Ya lo sé, si la idea no a sido mía, además, dijo que lo hablaría con su padre.

  • Pero Diego, esto no es como el pueblo, aquí, comemos lo que se cultiva aquí dentro y sólo en contadas ocasiones sale alguien a comprar comida. Con el tiempo tendrás que buscar un empleo que te permita trabajar desde tu casa para aportar el sueldo a la comunidad.

  • Ya sé que es una locura que me quede… Pero es que aquí estoy tan bien

  • No sé Diego… Esperaremos hasta esta noche, la comunidad decidirá si te debes ir o puedes quedarte.

  • De acuerdo - respondió Diego levantándose.

  • Venga, vamos a prepara unas cosas que llevaremos a la cena

  • dijo caminando hacia la cocina, Diego le siguió.

Prepararon una cesta con cubiertos, servilletas y unas botellas de agua llenas de zumo de limón. También cogieron dos mantas aunque Julio pronosticó que aquella noche no haría frío.

Fueron hasta el parque y Diego vio como habían preparado unas mesas con manteles y colgado unas lamparillas de las ramas de los árboles que había al lado. Había un par de cestas sobre la larga mesa y vio un grupo de gente hablando alrededor de una pequeña fogata encendida en el centro de aquel parque. Aquellas personas estaban desnudas pero algunas se cubrían del frío con mantas, sobre todo las personas mayores. Diego entonces se dio cuenta de que La Comunidad estaba formada por mucha más gente de la que había visto hasta ahora, había gente joven, de su edad charlando en grupo, entre ellos distinguió a Alex que le vio llegar y le saludó con la mano.

  • ¿Que tal? - Le preguntó chocándole la mano. Este comportamiento le hizo ver a Diego que frente a sus amigos, Alex debía ser un chico chistoso y extrovertido, nadie debía saber cómo era realmente.- Éste es Diego - dijo a algunos de los chicos y chicas que habían llegado con él.

  • Hola - le tendieron la mano y las fue estrechando. Las chicas le dieron dos besos y Diego se fijó en que estas, a diferencia de Marta, estaban mucho más desarrolladas físicamente. Tenían buenas tetas y casi todas mantenían sus partes íntimas bien depiladas.

  • Alex nos a contado que eres un primo de Julio - dijo una de las chicas. Las luz ambarina de la fogata le iluminaba un costado del cuerpo, la figura era esbelta.

  • Si. Un primo pequeño.

  • ¿Y te vas a quedar mucho tiempo? - Preguntó otra.

  • Pues no sé

  • Bueno, vallamos para allá troncos - dijo de pronto Alex empujándolos hacia la hoguera. Mientras se sentaban junto a la fogata, Alex pasó su brazo sobre los hombros de Diego.- Que tal - dijo sonriendo como lo harían sus amigos del instituto.

  • Bien - respondió Diego contento al ver como su amigo interpretaba tan bien aquel papel que distaba tanto de ser su forma de comportarse, al menos de lo que Diego había visto.

Fueron a asentarse junto a los demás.

Estuvieron hablando durando unos veinte minutos hasta que la cena estuvo servida. El grupo estaba formado por seis personas, Raúl era un chico fuerte, del mismo aspecto que Alex sólo que sin afeitar, estaba tumbado de costado mientras su novia, Julia, le acariciaba el pelo. Luego estaban Gabriel y Fernando, dos amigos de toda la vida que no dejaban de hacer bromas entre ellos y pro último Sara y Raquel que eran hermanas. Al principio, Diego se sintió un intruso entre tanto orden, todos tenían a alguien con quien relacionarles aunque bueno, también estaba Alex que parecía haber “invitado” a Diego al grupo.

Cenaron muy rápido y después fueron de nuevo junto a la hoguera, dejando a los mayores sentados en la mesa.

Estiraron unas mantas en el suelo, cerca de la fogata y se sentaron.

-Bueno, quién quiere empezar - dijo Raquel al sentarse. Era morena y tenía el pelo liso. Su piel era bastante clara y tenía las tetas bastante grandes, aunque principalmente, ella era algo más grande que las demás.

  • ¿Empezar a qué? - Preguntó Diego curioso.

  • A contar historias de terror - respondió Gabriel agachándose para mirarle a través de las llamas.

Diego hizo una mueca y no supo si confesar que aquella idea le parecía infantil. Entonces llegaron junto a ellos Gabriel y Julia que se recogía el pelo con la mano mientras se sentaba.

  • Es una tapadera Diego - dijo Julia en voz baja y mirando hacia otro lado.

  • Dentro de unos cinco minutos Ricardo nos ofrecerá su casa para que vallamos allí y estemos más cómodos - dijo Alex sentándose frente a Diego.

  • Si, siempre nos cuenta lo mismo de que de pequeño le encantaba contar historias de terror en el salón de su casa.

  • Mientras el viento fuera movía las ramas de los árboles - acabó Fernando. Entonces él y Gabriel estiraron los brazos e imitaron el ruido de un fantasma.- Uuuh

  • Ahmm… ¿Y en la casa de Ricardo qué hacéis? - Preguntó Diego.

  • Pues cosas que no podríamos hacer si está toooda esta gente al lado - dijo Alex abarcando el parque con un movimiento de brazos.

  • Entendido - dijo Diego riendo.

Como habían predicho, al rato de fingir una sesión de historias de miedo, el tal Ricardo se les acercó y les ofreció que fueran a su casa, después de contarles cómo, cuando era pequeño

Era un hombre muy mayor y Diego casi ni percibió el ridículo pene que asomaba entre todos los pelos rizados, el resto de su cuerpo estaba algo arrugado.

Cuando se levantaron, caminaron hasta el extremo del parque donde Diego había visto las otras casas y entraron en una de ellas. Era mucho más grande que la casa de Julio o de Alex, cabían fácilmente todos ellos sentados en círculo en el suelo de la sala.

Diego, que se sentó entre Alex y Gabriel, se apoyó hacia atrás sobre sus codos con las piernas cruzadas. Había olvidado ya que estaba desnudo, la situación era más familiar de lo que habría imaginado. Todos desnudos en círculo, iluminados por tres lámparas alrededor de la sala.

Fernando salió por la puerta trasera de la casa y volvió con algunos botellines de cerveza que Diego no supo ni preguntó cómo habrían llegado hasta él, y bebió una de ellas con algo de ansia, llevaba tanto tiempo sin beber una que enseguida le subió el alcohol a la cabeza.

Raúl y Julia habían comenzado a morrearse y magrearse hasta que ella lo agarró de las manos y salieron de la habitación. Mientras salían, todos vieron perfectamente lo empalmado que estaba Raúl y cómo botaba de arriba abajo su polla al andar.

Los demás estaban todos ya algo bebidos y empezaron a bromear entre ellos cuando Raquel se acercó hasta Diego y empezó a tocarlo, éste miró a Alex que se reía de la situación y le incitaba a aprovechar la situación.

  • Ven Dieguito - le dijo Raquel levantándolo del suelo.

El la siguió fuera de la sala y la acompañó hasta la cocina donde la empezó a besar, pensando que a quien besaba era Alejandro. La besó por todo el cuello y la morreó como le habría gustado poder hacerle en ese momento a su amigo.

  • Aaahh.. - Gimió la chica.

Diego la agarró del culo y lo manoseó (aunque no era tan firme como el de Alex) y entonces ella fue bajando, besándolo en el pecho hasta llegar a su polla que succionó al instante. Diego cerró los ojos y pensó en Alex haciéndoselo, afectado por el alcohol. Entonces, cuando su deseo llegó a su punto álgido en donde había visto a Alex levantándole las piernas, Diego dio la vuelta a Raquel y la apoyó contra la pared, separándole las piernas. La chica agarró las pelotas de Diego por debajo suyo y éste la embistió casi sin esperar a que el culo estuviera preparado, aunque no gritó, solo soltó un gemido y se agarró a la pared.

  • Aahh.. Aaahh.. Aahh..

Mientras se lo hacía, Alex se asomó a la cocina y los vió. En s cara se dibujó una sonrisa y fue despacio, sin hacer ni un ruido, hasta ponerse detrás de Diego, que no se había percatado de su presencia.

  • Aaahh Aaahh.. Sii

Entonces, mientras Diego porculaba a aquella chica, Alex le rodeó por detrás con sus brazos y Diego sin parar el movimiento giró la cabeza y le vio.

Se besaron y Alex besó a Diego en el culo antes de salir.

Al terminar, Rachel no se había enterado de nada y Diego la había follado por delante, como agradecimiento por haberla porculado.