El ladrón que se folló a los policías

Tras largo tiempo sin escribir, he aquí mi siguiente relato. Dos machos agentes de la ley se encuentran en casa mientras están apunto de recibir una sorpresa muy gorda.Mario, un policía casado, invita a Álex, su compañero, a pasar la tarde hablando de sexo mientras tomas unas cervezas.

Dos amigos, Álex y Mario, se encuentran en casa tomando unas copas y hablando de sus cosas para evadirse del trabajo en su día libre. Ambos son policías y forman equipo. Para desarrollar adecuadamente su labor necesitan entrenar duro. Por esa razón a Mario, un hombretón de 1‘85cm con el pelo rapado, unas facciones cuadriculadas, sin afeitar y los ojos azules, nos lo encontramos en el sofá de su salón tomando una cerveza con una camisa de tirantes roja que le marca los pectorales y los pezones, además de dejar ver lo bien formados que tiene los hombros y aquellos bíceps. Para mayor comodidad Mario lleva un chándal que le marca el paquete y sus cuádriceps por utilizar tanto la bici. Álex, que está a su lado tomando otra cerveza, no sabe el número de veces que debe de haberse cascado el pollón pensando en su amigo Mario. La cantidad de veces que en los baños de la comisaría se debe de haber sacado la polla por la bragueta de su pantalón, con el uniforme puesto, machacando su rabo pensando en lo bien que le queda a su compañero el uniforme y el culazo que le hace, pensando en lo mucho que le gustaría violarlo y poder preñarlo a lefazos y que gimiera como un cabrón al que le gusta que las pollas le den placer a su culo. Álex tenía el pelo corto y negro y unos ojos marrones, medía 1‘80cm, una barba muy varonil y un pecho peludo y macizo con unas buenas piernas también y lo que colgaba de ellas hacía gemir a más de un macho en la cama. Álex había visto a Mario en más de una ocasión en las duchas y había memorizado perfectamente su anatomía. Calzaba una polla de más o menos 19cm y circuncidada. La diferencia con la suya es que además era gorda, es decir, más gruesa. Pues bien, el cipote de Álex debe de haber taladrado a un sinfín de hombres, sin embargo, aquel que más deseaba perforar era el de su amigo, que era hetero, que estaba casado desde hacía 2 años y que esperaba un hijo. No obstante, no le importaría gemir de placer siendo follado por el pollón de su amigo.

Es bien sabido por Álex que muchos hombretones que se las dan de machos y varoniles acaban sucumbiendo a su polla y se la acaban metiendo por el culo subiendo y bajando mientras introducen el rabo de Álex en sus anos dándoles placer y gimiendo su nombre mientras se corren, mientras sus mujeres los esperan en casa. No obstante, Mario no había dado jamás indicio alguno de que le gustasen los hombres y por eso mismo Álex deseaba tanto su culo. Lo imposible le ponía muy cerdo, por eso fantaseaba tanto con la violación, forzada evidentemente, de su amigo. Pero las fantasías no eran más que eso, fantasías. Por eso Álex, que llevaba una camiseta ceñidita con el logotipo de su comisaría de policía y un chándal también que le marcaba su gruesa polla, sólo se limitó a mirar con deleitez lo buenorro que estaba su amigo y a darle palique.

  • Bueno, y entonces me empezó a comer la polla y me corrí en su boca - terminaba diciendo Mario.

  • Vaya... tu mujer es una guarrilla, ¿Eso ocurrió en la fiesta de Ana? - dijo Álex sorprendido.

  • ¡Sí, en los baños! Mi mujer es una cerda y eso me pone burro ¡Que chupe hasta sacarme la lefa me da un morbazo! - decía Mario con cara de salidorro. Parecía más perverso de lo que lo era Álex en sus fantasías más íntimas.

  • ¡Y a mí que se la traguen! ¡Pero obligarles dándoles polla hasta el fondo! - hacía Álex simulando mantener una cabeza hacia su pollón.

  • ¡Wow! Menuda manera más salvaje de tratar a las mujeres... - alucinaba Mario maravillado.

  • Sí... a las... mujeres... - decía Álex en voz bajita al mismo tiempo que bebía una cerveza visto que Mario no sabía nada de su vida discreta.

  • Pero... tú tienes una buena... herramienta, ¿no? - preguntaba Mario con curiosidad.

  • Hombre... es más o menos como tu pollón, pero más gordo - a Álex le gustaba mucho por dónde estaba yendo la conversación. Había visto tantas películas porno y había leído tantos relatos eróticos que en sus fantasías le rondaba la idea de que en cualquier momento Mario le comería la polla y pediría rabo.

  • Tengo que decirte algo... - decía muy misteriosamente Mario.

  • Sí... soy todo oídos - decía Álex imaginándose cosas muy gays.

  • Tengo... en mi habitación... un po... bueno, una polla muy gorda de plástico... - contaba Mario.

  • ¿Y...? - se empezaba a empalmar Álex.

-Y... ¡se la meto a mi mujer por el coño y no veas lo que disfruta!

El pene de Álex se volvió flácido al instante sólo con imaginarse el coño de la mujer de Mario, que la chica no era para nada fea pero como el culazo de su marido no había nada para Álex.

  • Me gustaría enseñártela y como tu también calzas una buena herramienta quería pedirte tu opinión de machote - decía Mario entusiasmado por conocer la opinión de su amigo - está en la habitación de matrimonio junto con tu mochila de deporte que has dejado al entrar.

Álex cedio sin tener otro remedio. Como Mario vivia en una casa que era un dúplex, bajaron a la parte de abajao. Álex que seguía a Mario se encandilaba con el culazo que le hacia el chandal y hablando del consolador se lo imaginaba atado sin poder hacer nada y metiéndoselo, cosa que no hacía más que acrecentar su entrepierna pero como Mario estaba de espaldas podía permitírselo. Aunque sabía que eso no sería posible por dos razones: Mario medía 5 centímetros más que él y estaba igual o más fuerte que el. En una pelea no vencería. Así que obligarlo a la fuerza sólo serviría para salir derrotado y más tarde no tener ninguna oportunidad de volverse a acercar a su amigo. Así que se resignó alegrándose la vista e imaginando también lo que sentiría al ser follado por un machote como su amigo.

Se dirigieron a la habitación de matrimonio de Mario y ocurrió algo que nadie jamás de los jamases habría esperado.

  • Pues aquí es donde...- mientras Mario habría la puerta, Álex y él se quedaron atónitos ante la presencia de un hombre con pantalones negros, suéter negro arremangado hasta los codos de modo que se veían los antebrazos y un pasamontañas.

Efectivamente, estaban ante un caso de hurto y puesto que en un momento u otro iba a haber violencia se convertiria en un caso de robo. Todo fue muy rápido, la habitación estaba en la penumbra y el ladrón había sido sorprendido habriendo el cajón de la mesita de noche de Mario al lado de la cama. La única posible entrada era por la que habían entrado Mario y Álex y Mario fue muy rápido en su reacción:

  • Álex, quédate en la puerta para que no huya, voy a noquearlo - ordenaba Mario con mucha determinación.

  • Va... Vale - decía Álex estando todavía un poco chocado por lo que estaba ocurriendo.

Mario se lanzó hacia el ladrón y se agarraron de los bíceps ambos forcejeando. El ladrón consiguió tirarlo encima de la cama. Para conseguir eso había que estar muy fuerte y Álex estaba alucinando de que pudiese haber hecho eso. El ladrón no perdió su tiempo, pues decidió emprender la huída hacia la puerta. Cuando Álex lo tuvo de frente, afortunadamente, reaccionó con un movimiento reflejo que le permitió, como si se tratase de un partido de rugby, realizar un placaje de frente. Corrió hacía el ladrón, lo agarró por detrás delos cuádriceps y por debajo de las nalgas y lo levantó ligeramente empujando hacia adelante. Álex no era más fuerte que él, ya que parecía rudo y fortachón, igual o más que Mario. Por suerte, el ladrón cayó encima de la cama y encima de Mario que estaba boca arriba.

  • ¡Sí tío!¡Eres el puto amo!¡Agárralo de las piernas que yo lo retengo de los brazos! - Mario consiguió pasar sus brazos alrededor de los bíceps y del pecho del ladrón cerrando las manos e inmobilizando al criminal.

  • ¡Tío, no es tan fácil como par...!

La posición de Álex era un tanto incómoda. Mientras Mario estaba boca arriba, para que nos hagamos una idea, más o menos con su polla rozando a la altura del culo del ladrón Álex que sujetaba aquellos muslos tan fornidos tenía nada más y nada menos que su cara comiéndose el paquetazo del ladrón y notando un buen bulto. Con todo el roce Álex, como un buen macho versátil más activo, no puedo evitar ponerse burro al tocar el culo de aquel ladrón tan espléndido, e incluso se restregaba expresamente el rabazo del ladrón por la cara imaginándoselo taladrándole el culo, ya que tenía de vez en cuando fantasías donde hacía de pasivazo y le daban caña a su culazo. Pero el ladrón pudo librarse de la atadura de Mario con un gran gemido de macho abriéndole los brazos y consiguiendo darse la vuelta hacia Mario. Álex por su parte lo agarró por detrás del mismo modo que lo había hecho Mario y ambos cayeron al lado de Mario en la cama. Álex cayó boca arriba como lo estaba Mario pero esta vez enrrolló sus piernas alrededor del ladrón:

  • ¡Maldito mamonazo!¡Eres un macho!¿Cómo has conseguido liberarte del cabrón de mi amigo? - Álex estaba alucinando con la fuerza del ladrón.

  • Muy bien Álex, retenlo así un par de minutos, se me ha ocurrido una idea. No tengo esposas ni pistola en casa pero tengo bridas en el piso de arriba. Le ataremos las manos y lo someteremos, de lo contrario el tío este nos vencerá a los dos con su fuerza bruta y hará lo que quiera de nosotros.

Mario salió disparado y las palabras que pronunció antes de salir resonaron en la cabeza de Álex haciendo aflorar en él fantasías... pero esta vez fantasías realizables. Era tanta la imginación que tenía Álex que en cuestión de un par de segundos ya había hurdido un plan: atar... someter... vencer... hará lo que queramos... ¡eso es!

  • Escucha - decía Álex a la oreja del ladrón que forcejeaba para intentar escapar - ¡para de moverte! - pero él no paraba - ¡Detente te digo! - y aun así seguía - ¿quieres salir de aquí? ¿quieres que te libere? Te voy a dejar libre - cada vez Álex hablaba con voz más serena y eso tranquilizaba al ladrón.

  • ¿Qué quieres decir con eso? - por primera vez escuchaba la voz de aquel ladrón y parecía ser una voz muy viril, más o menos como la de Mario y Álex. El ladrón dejó de forcejear.

  • Voy a serte franco. Has entrado en casa de un policía habiendo dos policías. Eres más fuerte que nosotros, si te nos resistieras mucho podrías escapar, pero mi amigo llegará enseguida con bridas y yo tengo suficiente fuerza como para retenerte hasta entonces, así que escúchame bien, si haces lo que te digo saldrás sin ni tan siquiera que sepamos quién eres.

  • Di... dime - el ladrón estaba dispuesto a escuchar todo lo que Álex quisiera decir.

Álex con su brazaco izquierdo aguantaba el brazo izquierdo del ladrón y con la mano izquierda cogió el bíceps derecho de éste para poder liberar su mano derecha. La bajo ligeramente hasta el paquetazo del ladrón y se lo manoseó diciendo:

  • ¡Menudo rabo debes tener, cabrón!

El ladrón se ruborizó:

  • ¿Qué haces tío?

  • No disimules más, mientras te aguantaba del culazo y de las piernas me has restregado el pollón por la cara y la tenías morcillona. Te ponía cachondísimo la situación así que lo que te voy a proponer va a hacerte realizar la fantasía que siempre deseaste: vas a ayudarme a violar a mi amigo... a someter a un policía, hetero, viril y casado.

Un silencio se hizo y Álex copntinuó:

  • Siempre he querido romperle el culo y hacerlo gemir, pero es demasiado fuerte para mí. Sin embargo tú sí que podrías retenerlo unos momentos. El trato es el siguiente: tú dejas inconsciente a mi amigo, haces ver que nos has maniatado a los dos y nos obligas a comernos las pollas haciendo que termine follándomelo. Incluso me darás por culo haciéndome gemir de placer con este rabazo que te estoy aguantando. Así le daré el rabo que merece y nunca podrá acusarme de violación.

  • Vale, trato hecho - el rabo del ladrón se puso durísimo escuchando lo que planeaba el cabrón del policía - ¿y yo cómo lo hago?

  • Ahí entras en juego tú. Yo me tiraré al suelo entre la puerta y la cama haciéndome el inconsciente, tu esperarás detrás de la puerta a que Mario entre con las bridas y habrás cogido de la bolsa de deporte que hay al lado de la cama un bote de cloroformo con un pañuelo que confisqué el otro día y se me olvidó dejarlo en comisaría. Como sabes es muy potente el olor e incluso un macho como mi amigo caería rendido inhalando un poco de ese olor.

  • ¿Y confías en mí para hacerlo? - preguntó el ladrón honestamente.

  • Sabiendo lo maricón que eres por lo duro que se te pone el pollón, ¿crees que tendrás otra oportunidad en tu vida de taladrarle el culo a dos policías y que escapes como si nada?

Y el silencio habló por sí solo. El ladrón corrió a por la botella de cloroformo y el pañuelo y Álex se tiró al suelo como tenían previsto. Mientras llevaban a cabo el plan ya se oían los pasos de Mario bajar las escaleras. El corazón del ladrón latía fuerte tras la puerta de la emoción y la sensación que sentía. Álex por su parte estaba excitado en el suelo boca abajo y mirando a la cama con los ojos cerrados para evitar que Mario viese un posible pequeño gesto... o una gran erección.

-¡Álex!¿Qué te ha pasado? - se arrodilló Mario dejando en el suelo las bridas.

El plan del cabrón del policía había salido a pedir de boca. El ladrón cumplió con su parte del trato y agarró por detrás a Mario sujetándolo con la mano izquierda alrededor del pecho y con la mano derecha también inmobilizándole las dos manos y además haciéndole inhalar el cloroformo.

  • Mmm... Mmm... - intentaba resistirse Mario sin éxito y sin poder mover los brazos.

En cuestión de segundos el forcejeo fue viéndose reducido hasta que ya no se resistió más. Sin embargo el ladrón no quitó el pañuelo impregnado de cloroformo de la boca y de la nariz de Mario.

  • ¡Cabrón!¡Mald...!¡Ca...! - El cabrón de Mario estaba fingiendo haberse desmayado conteniendo la respiración pero el gran respiro que dio le hizo inhalarlo y desmayarse sin remedio echando su cabeza hacia atrás dando a ver aquella nuez que se le marcaba y dejando caer sus brazos.

  • El cabrón de tu amigo ha estado a punto de jugármela - decía el ladrón.

Álex ya asegurado de que Mario estaba inconsciente se puso de rodillas sigilosamente mirando a Mario. Aquel machote hetero estaba a su merced.

  • Siempre he querido hacer algo - dijo Álex, y empezó a pasar su mano por encima del pollón de su amigo manoseándolo - mira Mario, te estoy tocando la polla y no puedes hacer nada para evitarlo, eres mío y te voy a someter.

Álex no solamente le manoseaba el bultaco, también los pectorales pellizcándole los pezones. Sabía que el efecto no duraría mucho más. Lo mejor de todo es que cuando despertase se sentiría aturdido y si además estaba a punto de ser maniatado, lo que impediría cualquier tipo de resistencia.

  • Muy bien, pongámonos manos a la obra. Ayúdame a quitarle la ropa y a dejarlo en pelotas - el ladrón acató órdenes y siguió el plan al pie de la letra.

Cogieron al tiarrón de Mario, lo pusieron encima de la cama, le quitaron la camiseta de tirantes, las zapatillas, los calcetines, el chándal y por último los calzoncillos dejando ver aquella polla que tanto deseaba comerse.

  • Creo que tengo algo de tiempo - dijo Álex poniéndose a cuatro patas con el culo en pompa y comiéndole el cipote a su amigo.

El ladrón al ver aquel culazo aprovechó para restregar su pollón agarrándolo de las caderas.

  • Joder tío, ¡menudo culazo tienes! - decía el ladrón.

  • Pues estás a punto de follártelo - le decía Álex dejando de saborear el rabo de su amigo y mirando a aquel ladrón del que sólo podía apreciar la boca del pasamontañas y la forma de su cuerpo. En aquella penumbra los ojos no se podían apreciar. Detalle que no importaba lo más mínimo a Álex que ya tenía a su merced el premio que tanto anhelaba: el agujero de su amigo.

Álex puso a Mario baca abajo, y poniéndole las manos en la espalda se las ató con una brida sin hacerlo excesivamente fuerte. Simplemente con que no pudiese pasar las manos por delante para defenderse ya le bastaba. Estando los dos machotes en pelotas era el momento de que el ladrón cumpliese con su parte.

  • Maniátame - le ordenó Álex.

La cabeza de Mario estaba un poco más abajo de la cabecera de la cama y la cabeza de Álex justo al revés. Álex puso las manos atrás de la espalda y se dejó maniatar. Tenía su cara enfrente del rabo de su amigo y viceversa. Ambos estaban de lado para poder comerse los rabos mejor.

  • Vamos a tener un problema - le dijo Álex al ladrón - el rabo me mide 19cm, y lo tengo empalmadísimo. Mario no debe notar que se me empalma de buenas a primeras porque soy maricón y me pone burrote. Siempre me puedo inverntar algo y decir en voz alta que tú me debes de haber dado algo para ingerir y se me ha puesto dura. En fin, para poder taladrarle la boca a mi amigo vas a tener que echar su cabeza hacia atrás a unos cuandos centímetros de mi polla. Lo buena será que estará mareado y no podrá resistirse mucho. Tú agárrame el tronco del falo y apoyando tu rodilla detrás de la cabeza de Mario, asegúrate de que no puede echarla lo suficientemente hacia atrás como para sacársela. Amenázanos con que nos harás algo si no nos las comemos o hacemos lo que tú digas. Yo acataré como una perra e intentaré convencerlo de que no me dejas más opción, así que aprovecharé para comerle el rabo. Tú le iras introduciendo mi polla poco a poco, ¿entendido?

  • Joder... - dijo el ladrón tocándose la polla empalmadíssima en el pantalón - ¡qué ganas tengo de follaros!

  • Acuérdate de vendarnos los ojos, pero a mí súbeme la venda ligeramente. Quiero poder apreciar por debajo de la venda el cuerpazo de mi amigo siendo sometido. Y sobre todo el momento en que lo estaré violando.

  • ¡Eres un puto cabrón aprovechado! Pero oye, una cosa es hacer como que te obligan a comer polla y otra muy diferente destrozarle voluntariamente el culazo a tu amigo.

  • Para serte sincero - dijo Álex - en el momento en que Mario esté bajo mía completamente inmobilizado por mi cuerpo y tú agarrés mi gruesa lanza en dirección hacia su agujero... pienso violarlo sin contemplaciones.

  • ¡Qué cabrón! Pero, ¡se lo vas a rebentar! Siendo hetero le hará gemir de dolor, ¿no?

  • Eso es precisamente lo que me excita y me la pone dura; saber que está entre la espada y la pared... o en este caso «entre la cama y mi rabo» y no puede evitar ser violado por su amigo que, sin él quererlo, lo viola hasta incarle sus 19 gruesos centímetros. No puede echarse para adelante porque está la cama; si se echa hacia atrás se la hinca hasta el fondo.

El ladrón se manoseaba la polla que le iba a estallar. Tuvo que sacarse el falo del pantalón para poder agarrárselo mejor.

  • Evidentemente - prosiguió Álex - ahí tienes lubricante - señaló Álex hacia la mesa - con él me embadurnarás la lanza y a él el ojete. Si ve que intento violarle con mi pollón y mi rabo tarda mucho en entrar, porque el ano está seco, se percatará de lo maricón que soy. Más vale que cuando «tú me obligues a violarlo» con mi rabo hacia su orificio y empujando mi culazo hacia abajo entre de una sola estocada, eso nos evitará que se revolotee e intente escapar. Recuerda que estará mareado, pero no permanentemente.

  • Sí jefe, como tú mandes - acató el ladrón.

Siguiendo el plan al pie de la letra, ambos atados y con los ojos vendados quedaron inmóbiles un cierto tiempo. Los efectos del cloroformo estaban desapareciendo y la excitación de Álex estaba en aumento.

  • Mmm... ¡Joder!¡Qué puto dolor de cabeza! - dijo Mario con voz adormecida como si se estuviese despertando de una siesta - ¡Que coñ...!¡Joder, estoy maniatado!¡Álex¡¿Dónde estás Álex?¡Eh Álex! ¿me escuchas? Ufff... - hizo Mario con un ligero dolor de cabeza.

  • Ma... ¿Mario?¿Qué pasa Mar...?¡Hostia!¡Pero qué cojone...! Bufff... cómo me da vueltas la cabeza... ¡eh!¡Mierda!¡Estoy maniatado! No pue... no puedo ver nada ¿Qué hostias pasa Mario?

¡Menudo cabronazo estaba hecho Álex!¡Cómo fingía! Cualquiera pensaría que en vez de policía era actor.

  • Álex, yo tampoco puedo ver nada. El cabrón del tipo éste debe de habernos hecho esto - concluyó Mario.

  • Efectivamente, querido cuerpazo de policía - dijo la voz del ladrón que por fin era escuchada por Mario por primera vez.

  • ¡Maldito maricón!¡Qué coño quieres de nosotros! - fingía sublimemente Álex.

  • Pues veréis, al principio sólo quería llevarme un botín, luego aparecistéis vosotros, con dificultad te noqueé a ti y cuando tu amigo quedó solo lo ataqué desde detrás de la puerta y os tenía a mi merced a los dos. Os vi tan buenorros e indefensos que me dije que podría desnudaros, ataros, vendaros los ojos y violaros ¡Me pone muy cerdo! Pero sabéis... más tarde os vi las pollas que os cuelgan de la entrepierna y me dije que sería más morboso, a parte de follaros con mi pollón evidentemente, que... os follaseis entre vosotros.

  • ¿Qué? ¡Pero estás loco tío! - decía Álex continuando en su rol de víctima mientras inclinaba ligeramente el culo hacia atrás para que su pollón empalmadísimo no alcanzase la boca de Mario y delatase su farsa - ¿cómo coño quieres que me folle a mi amigo o que él me folle a mí, eh?

  • Mmm... pues ahora que lo dices, tú, el del pelo corto, no el del pelo rapado. Te he hecho ingerir una cosilla hace un rato mientras estabas inconsciente. No te preocupes, sólo tendrás el rabazo duro en unos momentos - le decía tocándole el rabo a Álex - si hubiese tenido otro se lo habría dado al machote del pelo rapado... una lástima

Álex quedó maravillado con la interpretación del ladrón. ¡Que se lo follase cuando quisiese! Le había dado la excusa perfecta para justificar el hinchazón de su pollón. Al parecer había ingerido alguna especie de viagra que le empalmaba el cipote. Si no fuera porque físicamente ya no la podía tener más dura, Álex pensaría que le crecía por momentos al pensar en el culazo que estaba a punto de violar.

  • ¡Menudo cabrón!¡Qué coño me has hech...!¡Eh, eh!¡Deja de pajearme el rabo! - intentaba defenderse Álex - joder qué mareo... ¡el tío este me esta tocando la polla y no puedo hacer nada Mario!

  • Aguanta tío, algo habrá que podamos hac... ufff... qué mareo... por más que intento moverme no puedo. Parece como si tuvieses tu cuerpo enfrente del mío y no pudiese ir para adelante porque el cabrón este me agarra del pecho. Y tampoco puedo echarme para atrás porque tiene su rodilla detrás de mi cabeza.

  • Eso es, con la mano izquierda agarro el pecho del poli rapadete y con la derecha pajeo al poli del rabo más gordo... y... al parecer está empezando a crecer - mentía descaradamente el ladrón que sostenía desde hace rato el viril falo de Álex.

  • ¡No me jodas! - dijo Mario - ¿se te está poniendo dura?

  • ¡Qué va! El cabrón este nos debe estar tomando el pel... ¡eh!¡Deja de paejearme!¡Hostia tío!¡Para cojones! Para de cogerm... hostia Mario... que se me esta poniendo dura... que el cabrón este me la está poniendo dura.

  • ¿Qué dices tío? ¡No me jodas! - dijo un tanto ruborizado por la situación - ¡no mejodas que la tienes muy gorda!

  • Creo que va siendo hora de que un poli le de rabo a otro poli. Os sugiero que cooperéis, esto me pone muy cerdo y tengo ganas de pasármelo bien.

El ladrón agarró el gordo falo de Álex y lo inclinó cual lanza caballeresca hacia la boca de Mario que ajeno a lo que iba a ocurrir dijo:

  • Espera por favor, no lo hag... - el ladrón aprovechó el momento de súplica en el que Mario abría la boca para introducir el capullo del rabo de Álex.

Por más que Mario echara la cabeza hacia atrás, no podía. 2 centímetros, 3cm, 4cm... el ladrón iba introduciendo el rabo de su compinche en la suculenta boca del policía buenorro.

  • Le voy a coger el culazo a tu amigo y voy a hacer que te de rabo, ¡so cabrón! El rico rabo de tu amigo que se merece tu boca.

  • Mmm... Mmm... - intentaba resistirse Mario.

  • ¡Cabrón, deja de empujarme el culo!¡Deja de...!¡Buahhh!¡Hostia tío!¡Perdóname! - ménudo cabrón estaba hecho Álex - ¡Perdóname por violarte la boca!

El muy hijo de puta le estaba metiendo la polla y sacándosela sin compasión. Rabazo para la boca de Mario. Con la excusa de que el ladrón le obligaba a darle rabo, Álex violaba la boca de su amigo. Su pollón emanaba líquido preseminal de la excitación y la calentura que llevaba encima. La boca de Mario no podía evitarlo: el cipote de su amigo se abría paso hasta su garganta y la saliba de Mario y el líquido preseminal de Álex choreaban por la comisura de los labios de Mario que mamaba polla sin poder oponer resistencia. Álex aprovechaba para darle polla a su amigo y violarle la boca más y más mientras se deleitaba de la escena puesto que sus ojos no estaban del totdo vendados y podía ver a su amigo comer polla como si de una peli de policías machotes se tratase.

  • ¡Perdóname tío! ¡Perdóname, joder! ¡Le estoy dando rabazo a tu boca! - decía Álex cachondísimo.

En el fondo parecía como que le diese igual que Mario se diese cuenta de que le estaba metiendo su falo por voluntad propia.

  • Mmm... - intentaba mover la boca Mario para sacarse el rabo de su amigo de la boca ya que a cada pollazo a Mario le venían arcadas y eso Álex lo notaba.

  • ¡Lo siento tío! ¡Ufff...! ¡Guau! - gimió Álex.

Álex no podía evitar gemir de placer. Al fin y al cabo su amigo, que tan cachondo le ponía, le estaba mamando su miembro viril y se lo estaba tragando enterito.

-Joder tío... - decía Álex cachondo - te la estás tragando toda...

Álex echó la cabeza hacia atrás postrando su masculina nuez y gimiendo debido al gustito que sentía su glande impregnado ligeramente de lefa y saliba de Mario. Álex cometió el error de echar hacia atrás casi 20 centímetros el culo para coger potencia en sus pollazos y en aquel momento Mario forcejeaba todo lo que podía y más; consiguió echar la cabeza un poco hacia arriba y la polla salió de su boca.

  • ¡Hostia! ¡Menudo rabo tío! ¡No dejes que este cabrón te obligue a darme polla por favor! - suplicaba Mario.

Mario tuvo el reflejo de evitar a toda costa que su amigo le continuase violando la boca y se giró boca abajo mordiendo la almohada y cubriendo su polla.

  • Eres un cabróncete - dijo el ladrón - te has dado la vuelta para que tu colega no te dé polla, ¿verdad? Tú te lo has buscado.

El ladrón se puso detrás de Mario, hincó las rodillas entre sus piernas a la altura de las rodillas de Mario y las abrió todo lo que pudo moviendo sus rodillas hacia los lados. Las piernas de Mario se abrieron automáticamente sin poder resistirse y su culazo quedó expuesto y en pompa. El suculento ano hetero de Mario estaba ahora a la merced del ladrón.

  • ¿Cabrón, qué me haces? - decía Mario boca abajo sorprendido.

  • Tengo grandes y cachondos planes para ti - decía el ladrón dando un manotazo en cada nalga y abriendo su culazo.

El muy hijo de perra empezó comerle el culo al policía introciéndole la lengua en el ano y dándole lametazos. Se lo comía todo. Le violaba el culazo con la lengua a base de metérsela y sacársela y sorbiendo aquel ano inmaculado.

  • ¡Cabrón! ¡Me estás comiendo el culo! - decía Mario maniatado con las manos en la espalda intentando resistirse sin éxito.

  • ¡Menudo mamonazo! - decía Álex escondiendo sus celos al oír deleitarse al ladrón con el culazo que tenía que ser para él.

  • Mmm... que culazo tan rico que me he comido - decía el ladrón mientras de nuevo abría sus piernas y le abría las suyas a Mario mostrando su culo.

El ladrón agarró su rabazo, lo impregnó de saliba y agarrándolo desde la base del falo empezó a darle pollazos al ano de Mario con el glande.

  • Este cipote es más grande que el de tu amigo. Te ha costado comerle la polla pero estoy convencido de que tu culo no tendría ningún problema con ninguna de las dos.

  • ¡No, por favor! ¡Te ruego que no me la metas! ¡Para! - suplicaba Mario.

  • ¿Cómo? ¿En qué momento he dicho que vaya a reventarte el culo? No yo... es tu amigo el que va a desvirgar tu ano de machote hetero y violarlo. Ya os he dicho lo mucho que me pone ver como dos machos se follan. Pero el único rabo empalmado es el de tu amigo, así que a tu culo le va a tocar ser pasivazo y tragón. Y creo que el rol lo desempeñará muy pero que muy bien... - sonrió el ladrón.

  • ¡¡¡Cómo!!! - dijo Álex fingiendo preocuparse por el ojete inmaculado de su amigo - ¡espera tío, no lo hagas, te daremos lo que quieras! ¡Puedes coger lo que quieras de verdad!

¡Menudo hijo de puta! Pensaba Álex. ¡Que se lo folle cuando quiera a él y al amigo! Le había puesto a tiro el culazo de su amigo. No solamente le había hecho creer a Mario que su cipote estaba empalmadísimo a causa de una viagra, sino también que la violada que estaba a punto de pegarle no era cosa suya.

El ladrón agarró a Álex por los brazos y a la fuerza le colocó los pectorales encima de la espalda de Mario. Luego movió las piernas e hizo que coincidieran las unas encima de las otras. Para evitar que se movieran, el ladrón apoyó su pecho contra la espalda de Álex, de nuevo metio sus piernas entre las de Álex y Mario, las abrió dejando en pompa y abiertos aquellos culazos y el rabaco de Álex quedó tieso hacia abajo en la raja del culo de su amigo.

  • ¡Joder Mario! Tengo el cipote en tu culo. Intenta moverte, cerrar el culo... no sé... ¡Hacer algo!

  • ¡Hostia! Pesáis demasiado como para que me pueda mover, además el mareo todavía me dura, menos, pero todavía. Y el cabronazo este ha abierto las piernas y nos ha abierto las nuestras. ¡Haz lo que puedas para no romperme el culo, tío!¡Te lo ruego!

  • Tus súplicas no servirán para nada - el ladrón agarró un bote de gel para lubricar que se había preparado al lado y se embadurno la mano - con la mamada que le has dado a tu amigo, la comida de culo que te he dado yo y el gel que le voy a poner al chorizo resbaladizo de tu amigo, creo yo que este sable entrará bien profundo - decía el ladrón con una voz pícara - pero no te preocupes, que tu culete también llevará gel para que no te duela tanto. Yo que tú mordería la almohada.

  • ¡Pero qué dic...! ¡Eh! ¿Qué haces? - Álex sentía cómo su pollón estaba siendo embadurnado y pajeado por el ladrón - ¡Hostia tío! Que me está llenando la polla de gel, que este cabrón me va a obligar a metértela

  • ¡No lo hagas Álex!

  • Mario tío - dijo Álex de una voz más serena acercando su boca a la oreja izquierda de Mario - si queremos salir de esta vamos a tener que sacrificarnos, no nos queda otra, no sabemos lo que este chalado puede hacernos si nos resistimos - decía Álex mientras el ladrón embadurnaba también el ojal de Mario - tío, te voy a violar, ¿vale? Mi rabazo le va a dar zambomba a tu puto culazo y se lo va a tragar todo y ninguno de los dos vamos a poder hacer nada para evitarlo, así que sólo te pido una cosa - el ladrón agarró el falo de Álex y cual estaca afilada le hincó la punta en el ano de Mario - muerde la almohada y perdóname.

  • ¿Cómo...? - dijo Mario sin creerse que estaba a punto de ser taladrado.

  • ¡Que me perdones por violarte, cabrónazo! - ¡zasca!

  • ¡Ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhh...! - y 20 viriles centímetros entraron de repente en el culazo virgen del policía que mordió la almohada para reducir el dolor - ¡Mmmmmmmmmmmmmmm...! - un dolor ahogado.

  • Perdóname cabrón, perdóname por violarte y perdóname por romperte el culazo - le susurraba al oído Álex cachondísimo moviendo el culo de arriba a abajo haciendo que su rabazo entrase y saliese desvirgando ese culo.

El panorama que el ladrón tenía ante sus ojos se la pondría tiesa a cualquiera: un policía maniatado siendo violado por otro policía que le hincaba el rabo hasta el fondo y le hacía gemir y morder la almohada. Un tremendo culazo hetero que tragaba rabo y lo abría más y más y otro culo bien en pompa que subía y bajaba haciendo chocar los cojones contra el culo de su compañero.

Álex estaba disfrutando como nunca. Había hecho realidad su fantasía sexual: follarse al cabronazo de su amigo sin que éste pudiese remediarlo. Llegados a este punto, bueno... es comprensible que Mario le comiera el rabazo a Álex ya que el ladrón les obligaba. Pero hay que ser bastante ingenuo para no caer en la jodida cuenta de que el hijo de puta de Álex era un macho muy maricón y le estaba dando por culo a su amigo porque le molaba romper ojales viriles y muy «heteros». El ritmo desenfrenado que llevaba Álex debió haber delatado sus ansias por violar a su compañero. Como la suerte ya estaba echada, el ladrón decidió pasar a la acción. Se embadurnó el rabazo, apoyó su cuerpazo sobre el de Álex imposibilitando que cualquiera de los dos se moviese, puso sus manos en la cintura de Álex, abrió las piernas, con una mano derecha se agarró el empalmadísimo rabo y lo hincó en el ano de Álex poco a poco hasta que sintió que la punta empezaba a entrar. Lo agarró bien de la cintura con la mano izquierda y cuando noto que su cipote se bastaba para taladrarlo le dijo a Álex:

  • Cabrón, ¡dame lo que me debes!

  • ¡Ahhhhhhhhhhh! - gimió Álex de dolor al sentir entrar aquel rabo.

¡Se lo merecía por cabrón! El ladrón continuaba manteniendo la cintura de Álex con la mano izquierda y tuvo la gentileza de ponerle la mano derecha en la boca y tapársela para ahogar los futuros gemidos de placer que Álex estaba a punto de gritar. Así Álex evitaba que Mario lo escuchara gemir como el macho se transformaba en lo muy perra que era cuando un buen falo lo taladraba. ¡Y pimba! Las embestidas del ladrón se cobraban el favorazo que le había hecho y le rompían el culo a pollazos, hecho que al mismo tiempo hacía que el rabazo de Álex se follara el culo de su amigo que continuaba mordiendo el cojín para ahogar los gemidos.

  • Te mola, ¿verdad hijo de puta? ¿Has visto cómo traga tu culazo? Como el de una buena puta. ¿Te gusta que te lo rompa como tu rompes el de tu amigo? ¿Te gusta violarlo, verdad? ¿Te gusta que te hinque mi polla y que tú te folles con la tuya a la puta de tu amigo?

El culazo del ladrón se movía de arriba a abajo clavándole el rabo a Álex que a su mismo tiempo se lo clavaba a Mario. Se estaban montando un buen trenecito. Pero justo en aquel momento:

  • Y ahora os voy a follar de lado, quiero oiros gemir - el ladrón le agarró la pierna derecha a Mario y pretendía voltearlos a los dos hacia la izquierda.

  • No, ¡espera! - dijo Mario que por primera vez dejaba de morder el cojín.

Demasiado tarde, el ladrón estaba sobre su costado izquierdo sobre la cama con el rabo metido en el culo de Álex y éste con el suyo metido en el culo de Mario. Álex no podía creerse lo que estaba viendo por debajo de la venda mal colocada. ¡El rabazo de Mario estaba empalmadísimo! Los pollazos que Álex le había dado mientras lo violaba lo habían puesto tan sumamente cachondo como una perra que el rabo se le había empalmado. Álex empezó a discurrir y a darse cuenta de por qué Mario estaba tan nervioso. No es que temiese ser violado... ¡es que Mario era maricón! ¡Ni hetero curioso ni nada! Se la ponía más dura el rabo de su compañero policía taladrándolo que el coño se su mujer. Y su rabo lo iba a poner cachondísimo y temía que el ladrón dijese algo en voz alta y que Álex al ser «hetero» se diese cuenta.

Nuevamente, el ladrón volvió a ser merecedor de follarse aquel culazo:

  • ¡Hostia! Menudo hijo de perra... ¡tienes el rabazo empalmado! Así que, ¡¿Te la pone dura la violada que te está dando el buenorro de tu compañero policía, eh?! ¡So cabrón!

  • No... yo... - Marío, todo ruborizado, no sabía dónde meterse.

Las embestidas se habían detenido un momento y el ladrón quitó su mano izquierda de la boca de Álex:

  • ¿¡Cómo!? La tienes dura, ¿so cabrón? ¿Te la pone dura que te rebiente el culazo? - le dijo Álex a Mario esta vez sorprendido de verdad.

  • No tío, no es lo que parec... ¡Ahhhhhhhh, cabrón! - ¡zasca! Álex que se encontraba en el medio del trenecito recibiendo pollazos del ladrón, empezó a taladrarle el culo a su amigo sin remordimientos y sin fingir lo mucho que le gustaba dar polla a otros machos.

  • ¡Eres un hijo de puta! - dijo Álex excitadísimo moviendo su culazo hacia adelante y hacia atrás hincándose una buena polla e hincándole la suya a su amigo - Así que siempre te he puesto cachondo, ¿eh, cabronazo? ¿Te gusta que te dé por culo tu amigo policía?

  • ¡Joder! ¡Me encanta tío! ¡Fóllame! - gemía Mario.

  • Vaya... así que al final ninguno de vostros sabía lo mucho que os gustan los rabos... creo que os voy a quitar las vendas para que veáis como os folláis entre vosotros - dijo el ladrón, no sin dejarse puesto pasamontañas para evitar tener problemas si Mario le veía la cara.

El ladrón les quitó las vendas de los ojos y Mario vio como el cabronazo de su amigo le follaba el culo con lujuria.

  • Mario, si me lo hubieras dicho antes te habría dado lo tuyo. Joder... ¡qué bueno estás!

  • Mmm... - gemái Mario - sigue cabrón, sigue y dale por culo a tu amigo.

Mario empezó a comerle la boca a Álex excitadísimo jugando con su lengua mientras movía bien el culo para que su amigo se la hincara bien.

  • Joder... no hay nada más excitante que ver a dos machos comerse la boca mientras uno de la al otro por culo - decía el ladrón hincándole la polla a Álex mientras éste gemía y le comía la boca a su amigo.

El ladrón sacó la polla del culo de Álex y dijo:

  • Tú, Mario, ponte a cuatro patas para que el cabrón de tu amigo te dé bien por culo mientras te comes mi rabo.

  • Como quieras - acató muy obedientemente Mario.

Álex estaba ahora con las rodillas sobre la cama y Mario a cuatro patas a la merced del pollón de Áles, ambos estaban maniatados. Álex comenzó a embestir a su amigo mientras éste echaba el culo para atrás para que el falo entrase bien:

  • ¡Sigue Álex, sigue! Dame por culo y rebiént... - decía Mario sin terminar la frase al empezar a tragarse el rabo del ladrón.

  • ¡Sí cabronazo, sí! Mi polla es toda tuya. Toda para tu culazo. ¡Joder, tío! No sabes cuántas pajas me he hecho pensando en este momento. Es una suerte que el cabrónéste nos haya obligado a follarnos. Ahhhh... sííííí... - gemía Álex porculando a su amigo - Tío, perdóname pero me pone el rabo duro pensar que me he follado a mi amigo pensándome que he violado a un cabronazo hetero. Tengo que reconocer que te la he hincado encantado.

El ladrón decidió cortar las bridas de Mario:

  • Estáis tan jodidamente cachondos gracias a mi que os voy a desatar para que os folléis como os merecéis. Así que vais a continuar haciendo lo que yo os diga.

  • Sí, por favor - decía Mario que ahora con los ojos abiertos y las manos desatadas cogía el falo del ladrón y lo mamaba mientras movía el culo hacia adelanta y hacia atrás para follarse bien - haré lo que digas para que mi compañero se me folle, mmm... - chupaba polla Mario.

  • Mario, tío ¡Me encanta tu culo! - decía Álex con las manos atadas en la espalda y la cabeza hacia arriba gimiendo de placer y sintiendo el culo de su amigo.

  • Joder, me ha encantado cuando has empezado a violarme. No quería que pensaras que era maricón así que he mordido la almohada y me he puesto boca abajo para que no viera mi erección. Pero no sabes cómo he deseado siempre que nos folláramos como machos. Sólo que no quería perder tu amistad si sabías que era bisexual - confesó Mario.

  • Creo que voy a desatar también a tu amigo y te los vas a follar - dijo el ladrón yendo detrás de Álex y desatándolo - ahora vas a ponerte boca arriba, vas a levantar las piernas y tu amigo el casado va a darte por culo mientras le comes la boca y miras al hombretón que te desvirga el ano.

  • Sí, jefe - respondió sumisamente Álex.

Álex se puso boca arriba y Mario se colocó entre sus piernas. Besándolo apasionadamente, le cogía las manos con sus manos y las subía a la altura de la cabeza de Álex. Álex levantaba las piernas para postrar su ojal ante el rabazo de su amigo empalmadísimo. Mario se frotababa contra Álex con su rabo mientras lo besaba.

  • Joder, tío... - gemía Mario mientras miraba a los ojos a Álex.

  • Sí... - respondía Álex.

  • ¿Quién es tu macho? - preguntaba virilmente Mario.

  • Tú cabrón, tú. Tú eres mi macho - decía sumisamente Álex.

  • ¿Quieres que tu hombre te dé el rabo que tanto has deseado? ¿Quieres que tu hombre te haga gemir, eh? ¿Quieres que tu hombre preñe tu culazo a trallazos de lefa, eh cabrón?

  • Sí, sí, sí... - gemía Álex completamente sumiso a su hombre - quiero que me hinques la po... ¡¡¡ahhhhhhh!!! - empezó a gemir Álex al sentir entrar en su culazo el rabo de su amigo que le taladraba el ojal mientras le comía la boca y le miraba a los ojos - ¡joder! - decía Álex notando el pollón de su amigo - ¡eres súper sensual cabronazo! Cómo das rabo... cómo besas... cómo me miras... - se comían la boca ambos mientras Álex enrollaba sus piernas en la cintura de su macho.

  • Me toca ami divertirme - el ladrón hincó su pollón en el culo de Mario agarrándolo de las caderas - ¡toma rabo, cabrón!

  • ¡Ahhhh!¡Síííí!¡Fóllame!¡Dame rabo! - suplicaba Mario al ladrón.

  • Joder tío - decía Álex - vas a hacer que me corra si me sigues follando así.

  • ¿De verdad? ¿Quieres que te preñe cariño? ¿Quieres que tu macho te de lefa? - decía Mario.

  • ¡Sí cariño, sí! Joder como me pone que me llames así ¡Viólame como yo he hecho! ¡Dame por culo y rómpemelo, joder! ¡Me lo merezco! ¡Dale rabo al culazo del cabrón que te ha violado! ¡Córrete cariño, córrete en tu hombre!

  • Sí guapo, sí. Que me corro, que me corro, que me corr...

  • Y yo cabronazo y yooooo, ahhhhhhhhhh...

Ambos empezaron a correrse. Mario preñaba al machote de su compañero y Álex se corria de placer del roce de los abdominales de Mario y de la sensación del pollón de su amigo en su interior.

Se comían las bocas muy sensualmente.

  • Va siendo hora de que termine - el ladrón sacó el pollón del culo de Mario, se puso encima de ellos y pajeándoselo y apuntándoles a las caras les dijo - ¡tragad lefa cabrones! ¡Sois míos! ¡ Ohhhhh, sííí...! - y los trallazos de semen empezaron a chorrear de aquel falo entrando en contacto con la boca de los dos machos.

Álex y Mario se comían las bocas y limpiaban el sable del macho que los había maniatado.

  • Bueno caballeros. Ha sido un placer descargar mis cojones con vosotros. He disfrutado mucho, pero va siendo hora de que me vaya - estando ambos exhaustos, el ladrón huyó por donde había venido poniéndose la ropa y sin dejar rastro.

Aunque hubiesen querido, no habrían podido hacer nada para capturarlo. De todos modos no se había llevado nada. Ni tan solo les había hecho daño alguno... salvo los pollazos, pero más bien les había dado placer. Ambos machos se quedaron en la cama un buen rato mirándose a los ojos y acariciándose.

  • Joder tío... - dijo Mario - tenía miedo de que pensaras que era un depravado por ser bisexual y no te lo dije nunca. Pero lo cierto es que te he deseado siempre. Me excitas y además me encantas.

  • ¿Y cómo lo iba a adivinar? - decía Álex con asombro - si precisamente querías enseñarme un consolador y igual de gordo que mi rabo que decías que se lo metías a tu mujer por el coño.

  • Para serte sincero... quería llevarte a la habitación para enseñarte el consolador, pedirte que te pajearas para compararlo... y comerte el rabo.

  • ¡Qué cabrón! ¿Y si hubiera sido hetero? - preguntaba Álex intrigado.

  • Habría hecho lo mismo que hizo el ladrón, te habría dormido con cloroformo, te habría maniatado y te habría violado el culazo y después me habría hincado tu polla si se te hubiese enpamado gimiendo tu nombre.

  • Joder tío... para serte sincero... todo esto lo he tramado yo... - reconoció finalmente Álex.

  • Ya lo sabía - afirmó Mario.

  • ¡¿Cómo?!

  • ¿De verdad te crees que no he sentido como me violabas y me ensartabas la polla porque querías? Te he seguido el juego más tarde porque me ponías muy cachondo y el rollo «hetero casado violado» me pone la polla durísima.

  • ¡Menudo hijo de perra! Planeando violarme, tu culazo tragando polla... Quiero que seas mi macho.

Mario miró a Álex y se ruborizó un poco.

  • ¿Quieres que te preñe?

  • Siempre que quieras. Mi culo es tuyo. Y por supuesto tu culazo es mío.

  • ¿Pero de veras no te importa que esté con mi mujer? - le preguntó Mario.

  • Para nada, con que seas mi hombre y me dejes follarte 7 veces por semana me basta - dijo Álex sonriendo.

  • ¡Eres un cabrón! - dijo Mario besándolo.

  • Soy TU cabrón.