El Ladrón
Sería que tan encantadores pies de un ladrón, olorosos y masculinos habrían producido todos estas sensaciones homosexuales nunca antes experimentadas.
Vivo solo en una casa cercana a las playa con una vista increíble hacia el mar. Trabajo como analista económico y me puedo dar el lujo de ejercer mis funciones desde mi residencia. Siempre he sido un hombre muy solitario y serio, tengo pocos amigos y mis ratos libres los empleo en distintas actividades deportivas o culturales.
Nunca tuve mucha paciencia con las mujeres y aunque mi físico y mi posición social me han permitido conocer muchas chicas, mis relaciones siempre han durado muy poco tiempo debido, según yo, a que nunca he encontrado la mujer indicada. Este era un día como cualquier otro en el que había pasado parte de la tarde dedicado a la lectura y luego había salido a corres sobre la playa. Regrese un poco cansado a casa, así que decidí tomar un baño de agua fría, y luego me acosté en la cama y me quede dormido casi instantáneamente, sin percatarme que mi ventana permanecía abierta.
La noche estaba un tanto calurosa y la brisa que entraba, chocaba delicadamente con mis piernas recién rasuradas que se asomaban por un costado de la cama dejando a uno de mis pies flotando en el aire sutil de la noche. Yo dormía boca abajo del lado opuesto a mi ventana cuando de repente, se empezaron producir algunos ruidos extraños y como siempre he tenido un sueño muy ligero, me percate rápidamente que algo raro pasaba. Envuelto en una nube de miedo trataba de concentrarme para poder identificar los sonidos y y descubrí de que se trataba. Cruachk! sonó lenta y cautelosamente lo que parecía que un pie gigantesco se había apoyado sobre mi piso de madera. Cruachk! El otro pesado pie que hacia craquear de nuevo mi madera y mi corazón que latía asustado y temeroso , en esta ocasión pude identificar el sonido peculiar que produce el talón del pie cuando se despega de una sandalia de playa, para dar un nuevo paso.
También, no me cabia ninguna duda que se trataba de un pie grande y masculino . Abrí mis ojos lentamente y pude ver la sombra de un cuerpo enorme que se movía cuidadosamente y hacia mi dirección. Se podía tratar de un asesino? De un fantasma? o talvez de un ladrón? Seria acaso un broma pesada? Después de dos pasos mas, pude ver completamente su silueta que se reflejaba súbitamente sobre mi espejo vertical. El era alto y fornido, vestido todo de negro, con una mascara cubriendo su rostro y entendí rápidamente que se trataba de un ladrón Mis nervios no me dejaban moverme y una emoción extraña invadía mi mente y mi cuerpo.
Cuando caminaba atrás de mi, la piel se me erizaba y una corriente caliente recorría vertiginosa, cada punto de mi cuerpo. El camino y rodeo mi cama hasta ponerse al frente de mi. Yo solo pude abril ligeramente mis ojos, enfocar hacia abajo y mirar sus gigantescos pies que lucían un par de sandalias thongs negras, haciendo resaltar sus musculosos y largos dedos morenos.
Estaba parado tan cerca de mi que hasta podía sentir el olor intenso de sus pies que a decir verdad era muy agradable a mi olfato. Yo nunca había sentido esto, pero parecía ser que tal olor me había provocado una repentina erección. Asustado, excitado y muy confundido continuaba inmóvil mientras, inexplicablemente aquel hombre seguía parado al frente. Yo podía sentir el su calor, su respiración, el olor de sus extraordinarios pies y sobre todo su mirada que parecía recorrer mis piernas y mis blancos e indefensos pies de punta a punta.
Seria un perdedor hambriento? Un caníbal? Un psicópata? O un violador. Sin razón alguna cuando esta ultima pregunta se presento en mi mente, mi corazón latió aun mas fuerte y una emoción y ansiedad se apodero de mi calenturiento cuerpo. Seria que tan encantadores pies olorosos y masculinos habrían producido todos estas sensaciones nunca antes experimentadas? Me sentía asechado por su mirada perversa, pirómana y salvaje. Pero de alguna forma me fascinaba ser la presa y la víctima de tremendo macho de playa.
Sentí su mano sobre mi hombro desnudo y algo frío sobre mi frente.... Apuntándome con su pistola despiadada me dijo: - No te muevas! He venido a asaltarte, pero me han impresionado tus piernas papasito. - Por favor, no me hagas daño, llevate lo que quieras pero no me mates, - No te haré daño, pero te haré gritar, tienes unos pies muy inocentes y tu culo esta tal y como a mi me gusta. -Te date dinero.. y te vas... no diré nada a la policía - No podrás decir nada, porque me encargare de sellar tu boca con mi propio semen. quiero verte desnudo! Descubrió mi cuerpo y en seguida el ladrón tomo mis manos y las sujeto a la cabeza de la cama. Se despojo de una de sus sandalias, empuño los dedos de su pie y lo acerco a mi cara.
Mientras lo aproximaba a mi nariz, rozo sus dedos, unos con otros y un olor aun mas fuerte broto de entre los encajes de sus dedos. El olor al hule de su sandalia y el sudor de sus pies era delicioso y sin que me lo pidiera respire lo mas hondo que pude para recolectar todo ese exótico aroma. El Ladrón me sobaba la cara con la planta de sus pies y la yema de sus dedos masacraban mis pómulos de forma dominante y atrevida. Inconscientemente, mi lengua trataba de alcanzar un una parte de su arco que se se desplazaba, estrujando mis mejillas y deleitándome de su increíble olor. El sabor salado de su planta me excitaba aun mas y cuando el ladrón decidió de introducir su pie en mi boca para chupar sus dedos desde su raíz, yo ya casi había eyaculado por primera vez. No solo era la primera ver que un hombre me excitaba, sino también la primera vez que un pie era capas de hacerme rebalsar en mis calzoncillos.
Cuando tenia casi la mitad de su pie 13 1/2 en mi boca, el ladrón se dio cuenta que mi deseo y capacidad bucal eran suficientes para resistir sus dos pies. Entonces se sentó en mi pene, aplastandolo con sus gluteos solidos como rocas y coloco su seguido pie en mi cara sin quitarse su sandalia y dijo: - Lame mi pie con la sandalia y luego sácame la chancla con la lengua y los labios sin usar los dientes. - Si, damelo... que rico! mmmm que delicia! - Chupa entre medio de los dedos y tragate todo mi sudor de pata... apstosoo y salada - Con gusto mi amor... meteme los dos pies en la boca Y los introdujo sin piedad, abriendo mi mandíbula al máximo.
Mientras, tenia aquel par de pies de macho adentro de mi boca, el ladrón, movía y rascaba sus dedos entre si como queriendo que estos despidieran todo su sabor al interior de mi boca. Casi atortorsonanando de tanto placer, yo le pedí que me demostrara su masculinidad y que me hiciera suyo... violentamente.... y le gritaba: - Violame! violame! - Quieres que te la meta? - Si desmoroname el ano Y sin ningún reparo, me dio vuelta y me puso y se acostó encima de mi. Sin necesidad de ningún lubricante metió de un solo golpe su órgano en mi virgen orificio.
Y comenzó a masacrarme con sus encantos sádicos y despiadadas, con sus movimientos profundos de arriba hacia abajo. Yo sentía su respiración agitada en mi espalda y su boca por momentos lamía mis labios y me tomaba fuerte con sus manos para no dejarme que me desprendiera de ella y obligarme así a tragarme su saliva. En poco menos de 10 minutos, saco su pene de mi recto y lo puso frente a mi mientras lo masturbaba y me sometía a tragar hasta la ultima gota de su salado y ácido liquido blanco. El olor a su pene mezclado con el de mi culo, que a pesar de ser muy limpio había sido víctima de una profunda penetración que había terminado con encontrar algunos restos fecales al fondo de el.
Todo esto fue tan rico que provoco mi segunda eyaculación de la noche sin ni siquiera haber tocado mi órgano una tan sola vez. Termine con mi boca rebalsando de su semen, Con un diámetro de al menos 4 cm en mi ano, Con sabor a esperma y a lo salado de sus pies en mi paladar, Con el olor al sudor de sus pies impregnado en mis fosas nasales, con mi pene agotado y ultrajado por sus nalgas duras, Este ladro vino por mi dinero y se llevo mi virginidad, Mi pasión y me convirtió en el sirviente de sus pies. Se fue dejandome con un nuevo sexo, y una atracción obsesiva por los hombres grandes y de pies malolientes y sucios.