El Lado Obscuro de Clara el Capitulo 1

La Imaginación y Cachondes siempre van de la mano. Relatos de una Mujer que su imaginación la lleva a descubrir su lado erótico, obscuro y sexual, sin la restriciones...!!!

CAPITULO 1

UN PIE AL BORDE

Todas la noches a kilómetros de distancia Clara lo sentía junto a ella, a pesar de nunca haberlo tenido en su cama, jamás había sentido su respiración cerca, el roce de su piel o una mirada de atracción, lo que realmente había era una relación laboral con poca comunicación (motivo por el cual le temblaban las piernas cada vez que él la hacía llamar).

Abraham era un hombre de negocios, respetuoso, poco sonriente y en su mente permanecía el deseo de crear, crecer y aprender. Con hambre de éxito sabía perfectamente que se necesita un gran equipo para llegar a una meta, la paciencia estaba muy establecida en su ser, cimientos de hierro, ideología nata, cualidades que se clavaron en los ojos de la joven profesionista recién egresada, detrás de su mirada temerosa se escondía un gran deseo por el apuesto empresario, esto ocurría cuando estaba a solas ya que era intimidada profundamente por su presencia, él lo notaba pero quiso pensar que era nerviosismo, reacción común en las personas que se dirigían a él.

En silencio, recostada en su cama, cerrar los ojos y pensar en Abraham se convirtió en su pasatiempo favorito. Siempre fue una soñadora con deseos de ampliar sus conocimientos haciendo uno tras otro realidad sus sueños con gran esfuerzo, éste en especial parecía ser inalcanzable, no había manera de trabajar, estudiar prepararse o esforzarse para que Abraham notara algo especial en ella.

El aroma que él desprendía en la habitación  lo guardaba en su memoria hasta llegar a casa, y en la privacidad de su cuarto pensar en aquel hombre que horas atrás había estado frente a ella, sentado con la mano en su mejilla con la pierna cruzada tomándose unos minutos para analizar el extraño comportamiento imposible de disimular de Clara antes de hablar de trabajo resultaba excitante.

¿Porque?

¿Como lo hace?

  • No tengo idea...me gusta.

A diferencia de Clara, Abraham no la tenía en mente al llegar a casa.

Una tarde de viernes todos en la oficina salieron temprano a excepción de Clara, después de una semana agotadora de trabajo los escritorios se vaciaron y las oficinas quedaron desiertas, solo estaba ella ahí frente al escritorio donde todos los días Abraham permanecía de 9 a 4 rodeado de muros sin decorar y pocos papeles a su alrededor.

Parada observando el lugar que nunca había visto tan detalladamente empezó a sentir algo que le recorría el cuerpo, y que le daría calor a la habitación los viernes por la tarde.

Sintiendo el deseo de recorrer sus manos por el cuerpo, se acercó a la silla de Abraham con respaldo curvo y coderas amplias, se sentó y ahí estaba Abraham en su mente, sin hacer nada, solo ahí. Sus ojos se cerraron junto a su juicio, los botones de su blusa fueron abiertos lentamente por sus delicados dedos hasta quedar al descubierto el sostén de encaje, lentamente sin prisa desabrocharlo por el frente fue una liberación para sus pezones endurecidos, el jugueteo entre sus manos y todo su cuerpo había comenzado, no estaba en su mente la posibilidad de que alguien entrara o el tiempo transcurrido, sin miedo ni reservas su cuerpo empezó a actuar siguiendo los impulsos, dejándose llevar por el placer que sentía en ese espacio hizo a un lado la delgada línea de tela que poco cubría su periné y empezó a acariciar su ya dilatada vagina que desprendía su exclusivo conjunto hormonal, lo cual hacía más placentero el momento, entonces el hormigueo y entumecimiento había comenzado, muy diferente a casa logró repetidos espasmos que le erizaron la piel y dejaron salir un suave pero prolongado suspiro de su pecho, permaneció unos minutos aún con los ojos cerrados, las piernas en las coderas de la silla y las zapatillas en el escritorio. Sin duda, la experiencia debía repetirse.

La mañana siguiente con algo de retraso, muy común en ella sin saber porqué siendo una mujer simple y sin prestar mucha atención en lo que usaría cada mañana o ocultarse tras una gruesa capa de maquillaje, Clara llegó a su trabajo sin saber que la estaban esperando donde el día anterior había tenido una experiencia íntima y personal. Un escalofrío recorrió su cuerpo cuando le dieron la noticia y sin dejar su bolso emprendió la subida de las obscuras escaleras que la harían llegar con el hombre que invadía sus pensamientos.

Con la mente llena de suposiciones, temblor en las piernas  y sujetando fuertemente su bolso que le costó trabajo soltar para tocar con los nudillos la gruesa puerta de madera sintiendo dolor a pesar de haber golpeado lentamente.

-Adelante

Clara pasó saliva siendo muy difícil dar el primer paso para adentrarse.

-Buenos días Ingeniero

Sin levantar la mirada se detuvo frente a el escritorio.  La mente de Clara estaba pidiendo que buscara en los alrededores algún rastro de su presencia del día anterior, creyó que era un motivo por el cual había sido requerida.

Después de invitarla a sentar, Abraham cruzó la pierna y la miró fija pero tranquilamente por un momento esperando una reacción que no tardaría mucho en aparecer, un calor interno empezó a recorrer el cuerpo de Clara llegándole a los pies, mientras en su exterior parecía que se congelaba de frio, su piel la delataba. Jamás había sido cuestionada por su involuntario comportamiento hasta esa mañana.

-¿Tienes frio?

-No

  • y ¿porque tiemblas?

Tranquilízate Clara, es solo un compañero de trabajo, estás en el trabajo y hablarán asuntos del trabajo, eres una profesional. Se repetían las palabras en la mente de Clara.

Efectivamente se hablaron asuntos de trabajo y no hubo sospecha de que una intrusa invadió su área de trabajo.

Al levantarse y aún sujetando el bolso, sus ojos se clavaron en él y se dibujó una sonrisa en su rostro mientras que Abraham había tratado de evadir su mirada la mitad de la reunión fijándola en la computadora y acelerando la conversación. Al darse la vuelta un poco desconcertada por la actitud de Abraham, Clara dejó de sentir el calor interno y entonces su cuerpo reaccionó al sentir real, entonces  se dió cuenta que su blusa ya no le apretaba en la espalda y eso fué por una sencilla razón: uno de sus botones mostró rebeldía marcando distancia con el ojal  mostrando la unión de los pechos de Clara junto con algo de encaje del sostén.

  • Me lleva la @#$!& Trágame tierra con todo y bolsa!!

Entonces comprendió el comportamiento extraño de Abraham pero sin saber lo que ahora le pasaba por la mente después de su muy  incómoda reunión de trabajo.

Él solo se quedó sentado en la misma posición con la mirada perdida en la nada sin poder pasar por alto el incidente, que en su momento no pudo percatar a Clara , un giro en su vida estaba por ocurrir, su universo paralelo y siempre recto estaba por dejar de prolongarse al infinito.

Abraham estuvo tratando de no  tener contacto con Clara, lo cual dejó de ser posible unas semanas después cuando fueron necesarios los conocimientos de Clara para tomar una importante decisión. Al paso de esas semanas se estaba haciendo costumbre para Clara salir tarde los viernes sin poder evitarlo cuando el placer se intensificaba.

Mucho movimiento después de la decisión tomada fué requerido en la empresa, gente entraba y salía, subían y bajaban las escaleras, no había tiempo de pensar en otra cosa aunque pronto se estabilizaron las cosas y  llegó el tan esperado viernes para Clara.

Vistiendo una falda que llegaba a las rodillas (lo cual hacía más fácil el acto de autoplacer) Clara se dirigió a las escaleras y lentamente sus pies envueltos en las zapatillas color negro de mediana altura la llevaron a su ahora lugar favorito, se dirigió a la silla que la había estado esperando toda la semana y sin pensarlo soltó su cabello dando un ligero masaje en el cuero cabelludo, cerró los ojos y Abraham regresó a su mente, su aroma estaba en el aire y aun sentía su presencia.

Recorría suavemente las hiemas de los dedos a lo largo de sus piernas que ya estaban sobre el escritorio, no había preocupación de ser dañado por la aguja de la zapatilla porque tenía un vidrio protector, así que libremente sola sin preocupaciones y sin inhibiciones lentamente rasgó su falda hasta las caderas para poder abrir las piernas y empezar su propio juego. Con una mano en su zona más sensible y un dedo un su boca el calor empezó a apoderarse de su cuerpo, el pecho agitado, ligeros susurros y una gota de sudor recorría su rostro  mientras el resto de su cuerpo empezaba a humedecerse,  era lo único que existía en el edificio.

Aturdido del trabajo, Abraham regresó a casa, bebió un vaso de agua, apretó los ojos y puso fuertemente la palma de su mano en la frente Justo cuando se dió cuenta que olvidó el documento que debía ser firmado por una importante Organización a primera hora de la mañana. Un hombre tan previsor no podría dormir sin el documento en sus manos. Bebió un poco mas de agua y salió rumbo al trabajo.

Que sorpresa tan grande se llevaría Abraham al entrar en su oficina, al salir de casa jamás imaginó encontrarse a Clara con las piernas completamente abiertas usando sus zapatillas en el escritorio, los pechos sin ser presionados por esas ajustadas camisas que Clara solía usar y ahora parecía tan libre al tenerlos al descubierto, con los ojos cerrados susurrando placer, permaneció en la puerta pensando en regresar más tarde sin interrumpir, pero la escena lo orilló a hacer lo contrario, a fin de cuentas era su oficina.

Clara estaba fuera de la realidad y empezó a morder su labio inferior y su clítoris exigía movimientos más rápidos, el momento estaba cerca, un sonido muy a lo lejos de su mente percibieron sus oídos y que automáticamente la llevaron a abrir los ojos…

El aroma siempre estaba presente, su figura también, así que a Clara le costó unos momentos para digerir la escena y aceptar que era real, hasta que las pupilas de Clara se dilataron y abrió grandes los ojos quedándose inmóvil

-esto nunca había pasado antes! Despierta! Es real!

-Continúa

Dijo Abraham en tono mandatario y voz firme.

Sentado en la silla con los antebrazos recargados en las coderas atento a la escena, esperaba que Clara siguiera la instrucción, y lo hizo era muy tarde para cubrirse y bajar las piernas del escritorio solo que ya no cerró los ojos, con la mirada fija en él empezó a cambiar su mirada de asombro a una de placer inevitable

Abraham estaba pasmado, pero no lo hacía notorio aunque pronto su cuerpo empezaría a reaccionar sin su consentimiento, verla ahí en su lugar apretando los dientes y arrugando un poco el seño, todas esas acciones espontáneas le endurecieron la entrepierna pero no hizo nada, le estaba dando su espacio.

Clara no podía y no quería resistirse al orgasmo, la realidad de que Abraham estaba ahí en persona no la cohibió en lo más mínimo ya que había estado con ella todos los viernes después del trabajo.

Solo bastaba con presionar un poco para que el placer invadiera su cuerpo dejando correr el fluido que se desbordaría a lo largo de su vagina, era el momento que Abraham muy paciente había estado esperando para ponerse de pie, bajar el zip y liberar donde sentía tortura por la presión, se acercó decididamente a ella, tomó una de sus piernas haciéndola a un lado, mientras con la otra mano sujetó firmemente su pene para llevarlo hacia Clara quien seguía con los espasmos y deseando que la longitud de Abraham la penetrara a fondo.

Disfrutando el momento Abraham solo recorrió con la punta de principio a fin el área vaginal de clara, mezclándose así las secreciones de ambos, Abraham continuó suavemente hasta llegar al  área nunca tocada con lujuria de Clara, Abraham sentía la temperatura de la zona acariciándola suave, muy suavemente, con la mirada clavada en la anatomía de Clara y prestando atención a sus reacciones, Abraham permanecía vestido y con rostro inexpresivo, la necesidad de estremecerse crecía sin entrar en el cuerpo de Clara, el parteaguas fue una nueva secreción de ella acompañada con un fuerte apretón de sus propios  labios sujetándose con fuerza los pechos con ambas manos, su vista en él, entonces Abraham combinó líquidos eyaculando en los genitales externos de Clara, la miró a los ojos entrelazó sus dedos suavemente en su cabello y llevó el pene a su boca no por mucho tiempo y solo para grabar la escena en su memoria para después retirarla lentamente, se rescató cubriéndose y cerrando el pantalón, clara cerró los ojos, llevó las piernas a su pecho recorriendo la espalda tomando la forma de la silla mientras Abraham abría el cajón sacando los documentos que lo habían llevado ahí y salió de la oficina sin decir una sola palabra....sin saber, sin pensar,  que dos cuerpos tan imperfectos estaban destinados en poco tiempo a embonar a la perfección.

Continuara….