El juguete (9)

Mi marido, mi hijo y yo fuimos a pasar un día a la playa, y mi hijo me volvió a entregar a un extraño.

Aquella noche, después de cenar, mi marido nos propuso ir al día siguiente a la playa. Yo no dije nada, pero a mi hijo le pareció una idea excelente.

*●

Papá has tenido una buena idea. Podemos salir temprano y aprovechar bien el día. ¿A ti qué te parece mamá?

Me parece bien. Voy a preparar las cosas.*

Entre los tres hicimos los preparativos para el día siguiente. Yo preparé algo de comer y mi marido y mi hijo se encargaron del resto.

A la mañana siguiente nos levantamos temprano y salimos en dirección a la costa. Mi marido conducía y mi hijo se sentó al lado de su padre. A mitad de camino paramos en un bar de carretera para desayunar.

En el bar había bastante gente, pero no tuvimos dificultad en encontrar una mesa. Mi marido y yo nos sentamos y mi hijo se encargó de traer los desayunos. Durante el desayuno mantuvimos una conversación trivial, pero yo empecé a notar como mi hijo me empezaba a mirar más de la cuenta, yo me hice la despistada.

Cuando terminamos de desayunar mi hijo se levantó para pagar la cuenta y yo me dirigí a los baños, mi marido dijo que nos esperaría en el coche. Estaba entrando en los baños cuando sentí que alguien por detrás me empujaba y me introducía en uno de los baños. Era mi hijo.

*●

¿Pedro, qué haces?*

Mi hijo no dijo nada, cerró el pestillo de la puerta y me hizo sentar en el water. Se sacó la polla y me dijo:

*●

¡Chupamela!

Pedro, aquí no. Nos pueden descubrir. Tu padre...*

No me dio tiempo a terminar la frase cuando me metió la polla en la boca. Me agarró de la cabeza y me empezó a follar la boca. Me la metía tan adentro que me daba arcadas.

Estuvo un buen rato metiéndomela y cuando se corrió me tragué toda su corrida, ya que en el momento de hacerlo me la tenía metida hasta el fondo y su corrida entró directamente en mi garganta.

Me dio un beso y me dijo:

*●

Te espero en el coche con papá, no tardes.*

Él salió del baño y yo esperé un tiempo prudencial para que las personas que habían en el bar no se dieran cuenta.

Continuamos el viaje hasta la playa y a media mañana llegamos a nuestro destino. Buscamos un lugar apartado del bullicio de la gente, ya que la playa estaba muy concurrida. Encontramos un lugar apartado y tranquilo, sólo había unas pocas de sombrillas instaladas.

Pedro ayudó a su padre a poner la sombrilla y a traer las cosas del coche, y una vez instalados nos invitó a darnos un baño.

*●

Tengo que ir a los vestuarios a ponerme el biquini.

Pontelo aquí mismo, los vestuarios están muy retirados.

Pero me va a ver la gente.

Entre Pedro y yo te taparemos con una toalla.

Claro mamá, así nos podremos bañar ya.*

Mi marido se puso delante tapándome con una toalla, y lo mismo hizo mi hijo por detrás. Me saqué el vestido y la ropa interior y me puse el biquini.

Los tres nos fuimos a dar una baño. El agua estaba algo fría, pero muy agradable. Mi hijo empezó "a jugar" conmigo, a salpicarme y a darme zambullidas, mi marido se reía, pero mi hijo me estaba metiendo mano por todas partes, con la escusa del "juego". Me sobaba las tetas y el culo, no se como mi marido no se daba cuenta.

Después de estar un buen rato en el agua nos salimos para comer. Preparé la comida y mi hijo se encargó de preparar las bebidas.

*●

Mamá la comida está estupenda.

Tu hijo tiene razón Ana, está todo delicioso.*

Comimos abundantemente y mi marido bebió un poco más de la cuenta, de eso se encargó mi hijo, ya que nunca dejaba que el vaso de su padre estuviera vacío. Yo me daba cuenta, y pensé que mi hijo querría algo conmigo otra vez, pero allí en la playa con la gente y su padre delante me hacía dudar.

Cuando terminamos de comer nos quedamos charlando un rato, pero mi marido se tumbó en la hamaca y cerró los ojos. Entonces mi hijo me dijo al oído:

*●

Vamos a dar un paseo.

Antes tengo que ir a quitarme el biquini.

Quitatelo aquí mismo.*

Como tenía puesto un vestido, me saqué la parte de arriba por las mangas y la parte de abajo tuve cuidado de que no se me viera nada. Lo metí en todo en una bolsa. Cuando me disponía a coger la ropa interior, mi hijo me dijo:

*●

No, no te pongas nada quédate así.

Pero hijo y si se me ve algo.

No se te ve nada.*

Mi marido seguía con los ojos cerrados, y mi hijo dijo en voz alta:

*●

¿Por qué no nos vamos a dar un paseo?*

Mi marido abrió los ojos y dijo:

*●

Yo no tengo ganas, voy a echar una siesta, vete con tu madre, yo os esperaré aquí.*

Mi hijo me cogió de la mano y nos despedimos de mi marido.

Andar descalza y sin ropa interior era una sensación muy agradable, y así se lo hice saber a mi hijo, él me respondió con un beso en los labios.

Estuvimos un rato andando y alejándonos la gente, llegamos a una zona de dunas donde había unos matorrales, entonces mi hijo me agarró de la mano y me dirigió hasta una zona donde había más vegetación.

Me hizo poner de rodillas, se sacó la polla y me la metió en la boca. Se la estuve chupando un buen rato, metiéndomela y sacándomela de la boca y jugando con su glande, me encanta el sabor de la polla de mi hijo, él no decía nada.

De pronto sentí un ruido, miré hacía el lugar de donde provenía el ruido y vi a un tipo escondido en unas cañas espiándonos.

*●

Pedro hay un tipo en aquellas cañas que nos está mirando.

¿Quién te ha dicho que pare?*

Seguí chupándole la polla y mirando de reojo a nuestro testigo. Aquella situación me ponía muy cachonda, así que le chupaba la polla a mi hijo con mucho esmero, y me puse de forma de que aquel tipo tuviera una buena vista.

Le chupaba la polla a mi hijo y miraba a aquel tipo, que se había sacado la polla y se estaba masturbando. Aquello me puso aún más caliente.

*●

Pedro, quiero que me folles.*

Mi hijo se tumbó en el suelo, yo me quité el vestido quedándome completamente desnuda. Agarré la polla de mi hijo y me la dirigía hacía el coño introduciendomela entera. Me puse de cara a aquel extraño par que me viera y que yo le pudiera ver bien.

Empecé a subir y bajar metiéndome y sacándome la polla de mi hijo del coño.

Estuve un rato cabalgando sobre mi hijo, el tipo ya no se escondía, se mostraba descaradamente mostrándome su polla, yo le miraba y me pasaba la lengua por los labios, deseaba esa polla en mi boca, pero no me atrevía a dar el paso, no quería enfadar a mi hijo.

*●

Mamá, vamos a cambiar de postura.*

Mi hijo me hizo levantar, él se puso de rodilla y me dijo:

*●

Chupamela un rato ahora.*

Al estar él de rodillas me tuve que agachar para poder chupársela. Lo único que no me gustaba de la postura era que le estaba dando la espalda al mirón, pero enseguida caí en la cuenta que estando agachado de esa manera tenía el culo levantado y tendría una perfecta vista de mi culo y mi coño.

Aquello me gustó, así que me dediqué a darle a mi hijo una gran mamada. De pronto se echo hacía delante y con sus manos separó los labios de mi coño dejándolo completamente abierto. No sabía que quería hacer mi hijo con eso, quizás enseñarle a aquel tipo bien mi coño. De pronto siento como me están penetrando.

Mi hijo había invitado a aquel tipo a que me follara. Al sentir la polla de aquel extraño en el coño me desaté por completo.

*●

Si, si...follame....follame...*

Mi hijo me la volvió a meter en la boca. Entre los dos me estuvieron un rato follando, mi hijo en la boca y aquel tipo en el coño. Perdí la cabeza cuando me empezaron a venir los orgasmos, ahora era yo la que se los estaba follando, me movía hacia delante y hacía atrás metiéndome la polla de mi hijo en la boca y la polla del extraño en el coño.

El primero en correrse fue mi hijo, me tragué todo su esperma, y poco después se corrió el extraño. Cuando sentí su corrida en mi coño tuvo otro orgasmo.

Cuando sentí que se había terminado de correr, me volví y me metí su polla en la boca para saborear los restos de semen.

*●

Chaval, tienes una madre muy puta.

La estoy enseñando yo.

Lo estás haciendo muy bien. Me tengo que ir.

¿Por qué tanta prisa? Quedate y verás lo que le voy a hacer ahora.*

Dicho esto, mi hijo me hizo arrodillar de nuevo delante de él, y me dijo:

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Mamá, abre bien la boca.*

Yo obedecí. Mi hijo me apuntó con su polla y empezó a mearse dentro de mi boca. Me tragué su meada, como a él le gustaba. Y luego invitó al extraño.

*●

Venga, meate sobre ella.*

Aquel tipo me metió su polla en la boca, yo jugaba con mis labios con ella, y cuando sentí su orín me lo bebí casi todo.

Cunado terminó se despidió de nosotros. Me puse el vestido y regresamos donde estaba mi marido. Al llegar éste aún dormía. Me puse el biquini con mucho cuidado de que las personas que estaban a nuestro alrededor no se dieran cuenta.

*●

Papá, ¿por qué no nos damos un baño?

Vete tú con tu madre.

¿Te vienes mamá?*

Acepté la invitación de mi hijo, me tenía que lavar.