El juguete (15)

Me fui a trabajar y mi marido y mi hijo se quedaron en casa. cunado regresé me llevé una grata sorpresa.

Desde la follada con mi marido y nuestro hijo pasaron unos días y ninguno de los tres hicimos ningún comentario de lo ocurrido. Pero está claro que la relación de familia había cambiado por completo. Tan solo una noche, mientras cenábamos, mi marido hizo un pequeño comentario, o al menos eso intentó, pero estaba nervioso y las palabras no le salían. Mi hijo le tranquilizó, diciéndole que ni éramos la primera ni seríamos la última familia en la que sus miembros mantenían relaciones sexuales entre ellos.

Una mañana, después de desayunar, me disponía para irme al trabajo:

***●

Antonio, yo me marcho al trabajo. ¿Te vienes conmigo?

No, Ana, hoy no voy a ir a trabajar.

¿Te ocurre algo?

No nada,hoy me voy a quedar en casa ordenando unos documentos.

Y tu, Pedro. ¿Te vienes?

No mamá, vete tu, yo me iré más tarde.***

Me despedí de mi marido y mi hijo, y me fui al trabajo. La mañana pasó tranquila y al mediodía cuando regresé a casa, me llevé una sorpresa, mi hijo y mi marido estaban visionando las grabaciones que mi hijo había echo de mis folladas.

Estaban los dos sentados en el sillón del salón viendo en ese momento la follada que tuve con el perro, justo en el momento en que el animal me tenía enganchada. Me quedé paralizada en la entrada de la casa, sin decir nada, fue mi hijo el que rompió el hielo.

***●

Hola mamá, ¿cómo estás?

Hola cariño, ¿cómo te ha ido el día?***

Yo no sabía que contestar, y solo titubee una especie de saludo.

***●

Hola...bien...Antonio...yo...no...

Tranquila mujer, que tu hijo me ha puesto al día de todas vuestras aventuras.

Si mamá, venga siéntate con nosotros a verlas.

Yo...no...

Venga mujer, hazle caso a tu hijo y siéntate con nosotros.***

Me acerque al sillón y me senté al lado de mi marido. En la televisión se me veía agarrada a una silla con el perro enganchado a mi y chupándole la polla a mi hijo. El perro jadeaba y se me veía cara de viciosa mientas se la chupaba a mi hijo.

***●

Desde luego Ana que eres puta.

Antonio...yo...

No digas nada mujer.

Yo...te lo puedo explicar...

No hay nada que explicar, te gusta el sexo y eso no tiene nada de malo, solo que a partir de ahora yo también voy a jugar con ustedes.

Mamá, verás lo bien que lo vamos a pasar ahora los tres juntos.***

Seguimos viendo la televisión. Ahora se veía el momento en que yo le chupaba el pene al perro. Allí estaba yo tumbada en el suelo debajo del perro con su pene en la boca mientra se lo sujetaba con una mano. Cuando llegó el momento en que el perro se corría en mi boca se me veía perfectamente la cara de satisfacción que ponía. Luego se pudo ver perfectamente como le enseñaba la boca llena de la leche del perro a mi hijo y cómo me lo tragaba.

***●

Papá, a mi ver todo esto me está poniendo cachondo.

Pues si a ti te pone cachondo que lo viviste en directo, imagínate como estoy yo.

Y a ti Ana, ¿te pone cachonda?

Yo...***

Era incapaz de responder nada. Ya se que había follada con mi marido y mi hijo a la vez, pero pensé que fue por la calentura del momento, como con la follada con mi marido y su amigo Carlos, la calentura de momento. Pero mi marido había descubierto mi aventura con nuestro hijo, y me sorprendía con la naturalidad con la que se lo tomaba. Además si estaba viendo la follada con el perro, seguramente habría visto ya las anteriores: en el hotel con los mozos... con los chicos de color...Estaba perpleja.

***●

Papá, voy a ir al baño para masturbarme.

No Pedro, quedate. Venga Ana chúpasela a Pedro.

Dejalo papá, quizás no le apetezca.

Si le apetece, ¿verdad Ana? Además yo también cachondo y me la va chupar a mi también.

Antonio..

Venga Pedro vamos a desnudarnos para que tu madre nos chupe las pollas. Y desnudate tu también Ana.***

Mi marido y mi hijo se desnudaron y se sentaron en el sillón, uno al lado del otro.

***●

Venga Ana, ¿a qué estas esperando? Desnudate tu también.

Antonio...es que...yo...

Está bien yo te ayudo.***

Mi marido se levantó y vino hacía mi. Empezó a acariciarme y darme besos: Mi hijo también se acercó a mi, se colocó a mis espaldas y comenzó a darme besos en el cuello, mientras me sacaba la blusa. Mi marido me quitó la falda y las bragas y mi hijo me soltó el sujetador.

Siguieron besándome y acariciándome. Mi marido me besaba en los labios y me acariciaba los pechos, y mi hijo me daba besos en la nuca y el cuello y me acariciaba el culo, y de vez en cuando me metía una mano hasta el coño, yo para facilitarle el trabajo, me abría un poco de piernas.

***●

Venga Ana, chupanos las pollas.***

Ahora ya no me hice de rogar, sus caricias me habían puesto a cien. Mi marido me agarró de la mano y me llevó con él hasta el sillón, allí se sentaron mi marido y mi hijo. Yo me arrodillé delante de ellos, primero me metí en la boca la de mi marido, pero a la vez se la agarraba a mi hijo, y mientras se la chupaba a su padre a él le masturbaba. Luego cambiaba de postura, y mientras se la chupaba a mi hijo, masturbaba a su padre.

***●

Ana, ahora vamos a follar.

¿Nos vamos a la cama?

No aquí mismo. Ven súbete encima de mi.***

Mi marido permanecía sentado en el sillón, me subí encima de él, le agarré la polla y me la fui metiendo poco a poco en el coño. Subía y bajaba lentamente, acoplando la polla de mi marido a mi coño, y cuando ya la tenía acoplada me dejé caer y me la metí entera. Permanecí un rato con su polla clavada hasta el fondo y poco a poco comencé a moverme, primero describí como círculos y luego empecé a subir y bajar despacio muy despacio.

Mi hijo mientras permanecía sentado a nuestro lado, y mientras nos miraba a su padre y a mi follar, se estaba masturbando. Yo me incliné un poco hacia él y le di un beso en los labios. Él me respondió comiéndome la boca y acariciándome los pechos. Luego comenzó a chuparme las tetas.

A esa altura, no hace falta decir que yo ya estaba fuera de si, estaba disfrutando mucho con la follada de mi marido y las caricias de mi hijo, y un primer orgasmo no tardó en venir.

***●

Venga Pedro metésela a tu madre por el culo.

¿Quieres qué te la meta mamá?

Si...si...métemela...métemela...

¿No te duele el culo?

No...no...métemela...métemela...***

Mi hijo se colocó a mis espaldas, apoyó sus manos en mis hombros y suavemente me inclinó hacia delante, con lo que quedé apoyada sobre mi marido. Me separó las nalgas y me empezó a untar el ano con saliva, primero lo hacía con un dedo, pero después empezó a chuparme el culo.

***●

Si...Pedro...si...me gusta...me gusta...***

Cuando ya tenía el culo bien lubricado mi hijo apoyó la punta de su polla a la entrada de mi culo. Primero me la estuvo refregando por fuera y después y poco a poco me la fue introduciendo dentro. El glande se resistió un poco a entrar, pero una vez que éste rebasó la entrada de mi ano, el resto de su polla no tuvo dificultad de llegar hasta el fondo.

Tenía la polla de mi marido clavada en el coño hasta el fondo y la de mi hijo por el culo. Permanecieron un momento quietos y luego empezaron a moverse.

Al principio sus movimientos eran irregulares, pero pronto se acompensaron y mantuvieron el ritmo de la follada. Cuando mi marido me sacaba la polla del coño, la de mi hijo entraba en mi culo, y luego viceversa, cuando mi hijo me sacaba la polla del culo, su padre me la metía hasta el fondo en el coño.

El ritmo de la follada iba aumentando de ritmo poco a poco.

***●

¿Te gusta Ana?

Si...si...

¿Cuánto?

Mucho...mucho...

¿Te gusta como te folla tu marido y tu hijo?

Si...me gusta...me gusta...***

El ritmo era ya frenético, me metían la polla con fuerza. El primero en correrse fue mi marido.

***●

Me corro...me corro...***

Me inundó el coño de semen, y cuando terminó me dejó la polla dentro del coño y esperó a que su hijo terminara.

Pedro me agarró por las caderas y me la metía y sacaba con mucha fuerza. Me embestía con tanta fuerza que su padre me tuvo que agarrar. No tardó mucho en correrse.

***●

Me corro mamá...me corro...me corro...

Dale...dale...dale fuerte...

Si...si...fuerte...toma...toma...

Follame...follame...

Me corro...me corro...***

A la vez que mi hijo me llenaba el culo de semen tuve un segundo orgasmo.

Nos quedamos los tres quietos durante un rato, el primero en sacarla fue mi hijo, después me saqué la de mi marido y me puse de pie. Pude sentir como corría por mis muslos las corridas de mi marido y mi hijo. Con una mano recogí lo que pude y me lo llevé a al boca para poder saborear sus corridas.

***●

Mamá, ¿por qué no nos limpias las pollas?***

Me volví a poner de rodillas delante de ellos y les limpié las pollas con mi boca. Me recree chupándoselas y se las dejé bien limpia.

Mi hijo se levantó del sillón y se puso de pie junto a mi, mientras que su padre permanecía sentado en el sillón. Nuevamente me hizo arrodillar y me metió su ya flácido pene en la boca.

***●

¿Qué estás haciendo ahora Pedro?

Nada papá, ahora lo verás.***

Yo, mientras jugaba con mi lengua con la polla de mi hijo, y no tardó mucho en empezar a mearse dentro de mi boca. Me la bebí casi toda y esta vez saboree bien su meada, y cuando terminó le limpié la polla a conciencia, no dejandole ni una gota de orín.

La cara de sorpresa de mi marido era todo un poema, tenía los ojos muy abiertos. Yo le miraba y me relamía los labios.

***●

Desde luego Ana, mira que eres guarra y puta.

Hombre papá, no le digas esas cosas a mamá

Pero es que es una guarra, mira que beberse tu meada.

¿No te gusto lo qué viste, Antonio?

La verdad es que si.

¿No tienes ganas de mear?

Un poco si.

¿Y no te gustaría mear a tu mujer?***

Mi marido se levantó y se vino hacia mi, me puse de rodillas delante suyo y le agarré la polla y me la metí en la boca. Hice igual que con su hijo, se la estuve chupando y jugando con mi lengua.

***●

Ana, me voy a mear.

Venga cariño, mea a tu mujer.***

Su meada llegó, y al igual como con la de su hijo me la bebí casi toda. Cuando terminó se la dejé bien limpia.

***●

¿Te ha gustado cariño?

Mucho.

Bueno, yo me tengo que marchar.***

Hasta luego hijo.Desde la follada con mi marido y nuestro hijo pasaron unos días y ninguno de los tres hicimos ningún comentario de lo ocurrido. Pero está claro que la relación de familia había cambiado por completo. Tan solo una noche, mientras cenábamos, mi marido hizo un pequeño comentario, o al menos eso intentó, pero estaba nervioso y las palabras no le salían. Mi hijo le tranquilizó, diciéndole que ni éramos la primera ni seríamos la última familia en la que sus miembros mantenían relaciones sexuales entre ellos.

Una mañana, después de desayunar, me disponía para irme al trabajo:

***●

Antonio, yo me marcho al trabajo. ¿Te vienes conmigo?

No, Ana, hoy no voy a ir a trabajar.

¿Te ocurre algo?

No nada,hoy me voy a quedar en casa ordenando unos documentos.

Y tu, Pedro. ¿Te vienes?

No mamá, vete tu, yo me iré más tarde.***

Me despedí de mi marido y mi hijo, y me fui al trabajo. La mañana pasó tranquila y al mediodía cuando regresé a casa, me llevé una sorpresa, mi hijo y mi marido estaban visionando las grabaciones que mi hijo había echo de mis folladas.

Estaban los dos sentados en el sillón del salón viendo en ese momento la follada que tuve con el perro, justo en el momento en que el animal me tenía enganchada. Me quedé paralizada en la entrada de la casa, sin decir nada, fue mi hijo el que rompió el hielo.

***●

Hola mamá, ¿cómo estás?

Hola cariño, ¿cómo te ha ido el día?***

Yo no sabía que contestar, y solo titubee una especie de saludo.

***●

Hola...bien...Antonio...yo...no...

Tranquila mujer, que tu hijo me ha puesto al día de todas vuestras aventuras.

Si mamá, venga siéntate con nosotros a verlas.

Yo...no...

Venga mujer, hazle caso a tu hijo y siéntate con nosotros.***

Me acerque al sillón y me senté al lado de mi marido. En la televisión se me veía agarrada a una silla con el perro enganchado a mi y chupándole la polla a mi hijo. El perro jadeaba y se me veía cara de viciosa mientas se la chupaba a mi hijo.

***●

Desde luego Ana que eres puta.

Antonio...yo...

No digas nada mujer.

Yo...te lo puedo explicar...

No hay nada que explicar, te gusta el sexo y eso no tiene nada de malo, solo que a partir de ahora yo también voy a jugar con ustedes.

Mamá, verás lo bien que lo vamos a pasar ahora los tres juntos.***

Seguimos viendo la televisión. Ahora se veía el momento en que yo le chupaba el pene al perro. Allí estaba yo tumbada en el suelo debajo del perro con su pene en la boca mientra se lo sujetaba con una mano. Cuando llegó el momento en que el perro se corría en mi boca se me veía perfectamente la cara de satisfacción que ponía. Luego se pudo ver perfectamente como le enseñaba la boca llena de la leche del perro a mi hijo y cómo me lo tragaba.

***●

Papá, a mi ver todo esto me está poniendo cachondo.

Pues si a ti te pone cachondo que lo viviste en directo, imagínate como estoy yo.

Y a ti Ana, ¿te pone cachonda?

Yo...***

Era incapaz de responder nada. Ya se que había follada con mi marido y mi hijo a la vez, pero pensé que fue por la calentura del momento, como con la follada con mi marido y su amigo Carlos, la calentura de momento. Pero mi marido había descubierto mi aventura con nuestro hijo, y me sorprendía con la naturalidad con la que se lo tomaba. Además si estaba viendo la follada con el perro, seguramente habría visto ya las anteriores: en el hotel con los mozos... con los chicos de color...Estaba perpleja.

***●

Papá, voy a ir al baño para masturbarme.

No Pedro, quedate. Venga Ana chúpasela a Pedro.

Dejalo papá, quizás no le apetezca.

Si le apetece, ¿verdad Ana? Además yo también cachondo y me la va chupar a mi también.

Antonio..

Venga Pedro vamos a desnudarnos para que tu madre nos chupe las pollas. Y desnudate tu también Ana.***

Mi marido y mi hijo se desnudaron y se sentaron en el sillón, uno al lado del otro.

***●

Venga Ana, ¿a qué estas esperando? Desnudate tu también.

Antonio...es que...yo...

Está bien yo te ayudo.***

Mi marido se levantó y vino hacía mi. Empezó a acariciarme y darme besos: Mi hijo también se acercó a mi, se colocó a mis espaldas y comenzó a darme besos en el cuello, mientras me sacaba la blusa. Mi marido me quitó la falda y las bragas y mi hijo me soltó el sujetador.

Siguieron besándome y acariciándome. Mi marido me besaba en los labios y me acariciaba los pechos, y mi hijo me daba besos en la nuca y el cuello y me acariciaba el culo, y de vez en cuando me metía una mano hasta el coño, yo para facilitarle el trabajo, me abría un poco de piernas.

***●

Venga Ana, chupanos las pollas.***

Ahora ya no me hice de rogar, sus caricias me habían puesto a cien. Mi marido me agarró de la mano y me llevó con él hasta el sillón, allí se sentaron mi marido y mi hijo. Yo me arrodillé delante de ellos, primero me metí en la boca la de mi marido, pero a la vez se la agarraba a mi hijo, y mientras se la chupaba a su padre a él le masturbaba. Luego cambiaba de postura, y mientras se la chupaba a mi hijo, masturbaba a su padre.

***●

Ana, ahora vamos a follar.

¿Nos vamos a la cama?

No aquí mismo. Ven súbete encima de mi.***

Mi marido permanecía sentado en el sillón, me subí encima de él, le agarré la polla y me la fui metiendo poco a poco en el coño. Subía y bajaba lentamente, acoplando la polla de mi marido a mi coño, y cuando ya la tenía acoplada me dejé caer y me la metí entera. Permanecí un rato con su polla clavada hasta el fondo y poco a poco comencé a moverme, primero describí como círculos y luego empecé a subir y bajar despacio muy despacio.

Mi hijo mientras permanecía sentado a nuestro lado, y mientras nos miraba a su padre y a mi follar, se estaba masturbando. Yo me incliné un poco hacia él y le di un beso en los labios. Él me respondió comiéndome la boca y acariciándome los pechos. Luego comenzó a chuparme las tetas.

A esa altura, no hace falta decir que yo ya estaba fuera de si, estaba disfrutando mucho con la follada de mi marido y las caricias de mi hijo, y un primer orgasmo no tardó en venir.

***●

Venga Pedro metésela a tu madre por el culo.

¿Quieres qué te la meta mamá?

Si...si...métemela...métemela...

¿No te duele el culo?

No...no...métemela...métemela...***

Mi hijo se colocó a mis espaldas, apoyó sus manos en mis hombros y suavemente me inclinó hacia delante, con lo que quedé apoyada sobre mi marido. Me separó las nalgas y me empezó a untar el ano con saliva, primero lo hacía con un dedo, pero después empezó a chuparme el culo.

***●

Si...Pedro...si...me gusta...me gusta...***

Cuando ya tenía el culo bien lubricado mi hijo apoyó la punta de su polla a la entrada de mi culo. Primero me la estuvo refregando por fuera y después y poco a poco me la fue introduciendo dentro. El glande se resistió un poco a entrar, pero una vez que éste rebasó la entrada de mi ano, el resto de su polla no tuvo dificultad de llegar hasta el fondo.

Tenía la polla de mi marido clavada en el coño hasta el fondo y la de mi hijo por el culo. Permanecieron un momento quietos y luego empezaron a moverse.

Al principio sus movimientos eran irregulares, pero pronto se acompensaron y mantuvieron el ritmo de la follada. Cuando mi marido me sacaba la polla del coño, la de mi hijo entraba en mi culo, y luego viceversa, cuando mi hijo me sacaba la polla del culo, su padre me la metía hasta el fondo en el coño.

El ritmo de la follada iba aumentando de ritmo poco a poco.

***●

¿Te gusta Ana?

Si...si...

¿Cuánto?

Mucho...mucho...

¿Te gusta como te folla tu marido y tu hijo?

Si...me gusta...me gusta...***

El ritmo era ya frenético, me metían la polla con fuerza. El primero en correrse fue mi marido.

***●

Me corro...me corro...***

Me inundó el coño de semen, y cuando terminó me dejó la polla dentro del coño y esperó a que su hijo terminara.

Pedro me agarró por las caderas y me la metía y sacaba con mucha fuerza. Me embestía con tanta fuerza que su padre me tuvo que agarrar. No tardó mucho en correrse.

***●

Me corro mamá...me corro...me corro...

Dale...dale...dale fuerte...

Si...si...fuerte...toma...toma...

Follame...follame...

Me corro...me corro...***

A la vez que mi hijo me llenaba el culo de semen tuve un segundo orgasmo.

Nos quedamos los tres quietos durante un rato, el primero en sacarla fue mi hijo, después me saqué la de mi marido y me puse de pie. Pude sentir como corría por mis muslos las corridas de mi marido y mi hijo. Con una mano recogí lo que pude y me lo llevé a al boca para poder saborear sus corridas.

***●

Mamá, ¿por qué no nos limpias las pollas?***

Me volví a poner de rodillas delante de ellos y les limpié las pollas con mi boca. Me recree chupándoselas y se las dejé bien limpia.

Mi hijo se levantó del sillón y se puso de pie junto a mi, mientras que su padre permanecía sentado en el sillón. Nuevamente me hizo arrodillar y me metió su ya flácido pene en la boca.

***●

¿Qué estás haciendo ahora Pedro?

Nada papá, ahora lo verás.***

Yo, mientras jugaba con mi lengua con la polla de mi hijo, y no tardó mucho en empezar a mearse dentro de mi boca. Me la bebí casi toda y esta vez saboree bien su meada, y cuando terminó le limpié la polla a conciencia, no dejandole ni una gota de orín.

La cara de sorpresa de mi marido era todo un poema, tenía los ojos muy abiertos. Yo le miraba y me relamía los labios.

***●

Desde luego Ana, mira que eres guarra y puta.

Hombre papá, no le digas esas cosas a mamá

Pero es que es una guarra, mira que beberse tu meada.

¿No te gusto lo qué viste, Antonio?

La verdad es que si.

¿No tienes ganas de mear?

Un poco si.

¿Y no te gustaría mear a tu mujer?***

Mi marido se levantó y se vino hacia mi, me puse de rodillas delante suyo y le agarré la polla y me la metí en la boca. Hice igual que con su hijo, se la estuve chupando y jugando con mi lengua.

***●

Ana, me voy a mear.

Venga cariño, mea a tu mujer.***

Su meada llegó, y al igual como con la de su hijo me la bebí casi toda. Cuando terminó se la dejé bien limpia.

***●

¿Te ha gustado cariño?

Mucho.

Bueno, yo me tengo que marchar.

Hasta luego hijo.***

Mi hijo se marchó y mi marido y yo nos quedamos limpiando los restos de nuestra aventura.

Con este relato doy por terminada "mis confesiones". En la actualidad mi marido, mi hijo y yo, mantenemos una vida sexual muy activa. Ellos se encargan de organizarme juegos sexuales con los que yo disfruto mucho.

Quiero dar las gracias a todos los que me habéis leído, y sobre todo a los que me habéis corregido mis faltas de ortografía. También a los que os habéis puesto en contacto conmigo a través de mi correo electrónico.

Un beso a todos y todas.