El juguete (10)

Mi marido ha tendo que hacer un viaje de trabajo, y mi hijo me ha preparado otro de sus juegos.

Unos días después del viaje a la playa, llegué a casa después del trabajo, Pedro ya estaba en casa:

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Hola hijo. ¿Cómo te ha ido el día?

Bien. ¿Y a ti?

No ha estado mal. Voy a cambiarme.*

Le di un beso en los labios y me fui a mi cuarto para quitarme la ropa y quedarme desnuda, que es como a mi hijo le guste que esté por casa.

Preparé la comida y estuve haciendo las faenas de casa. Mi hijo estaba con el ordenador y no me echó cuenta en toda la tarde. Sólo cuando tiene ganas de follar me echa cuenta. Como se acercaba la hora de la llegada de mi marido me vestí.

Mi marido no tardó mucho en llegar:

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Hola Ana, hola Pedro. ¿Cómo estáis?

Muy bien papá. ¿Cómo te ha ido en el trabajo?

Hoy hemos tenido mucho follón.

¿Qué es lo qué ha pasado?

Se ha extraviado un pedido, y mañana, aunque es festivo tengo que ir a la central para solucionarlo.

¿Entonces mañana estarás todo el día fuera, papá?

Así es, saldré muy temprano, y no volveré hasta pasado mañana.

Antonio, ¿quieres que te acompañe?

No Ana, mejor que te quedes aquí con Pedro.*

Pasamos el resto de la tarde en casa, y como mi marido tenía que madrugar cenamos pronto y nos acostamos temprano.

A la mañana siguiente mi marido se levantó muy temprano, mientras que él se vestía y preparaba, yo le hice un café. Mi hijo también se levantó para despedirse de su padre. Una vez que mi marido se hubo marchado, y como aún era muy temprano le dije a mi hijo que me iba a acostar un rato más.

*●

Has tenido una buena idea. Además me voy a acostar contigo.*

Mi hijo me dijo que me acostara desnuda, él también se desnudó. Yo me acosté de lado y él me rodeó con los brazos y se pegó a mí. Me gustaba sentir su cuerpo pegado al mío, y sobre todo me gustaba sentir su polla en mis nalgas.

Sin embargo mi hijo no hizo nada, así que nos quedamos dormidos un buen rato.

Mi hijo me despertó acariciándome los pechos y besándome en el cuello:

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Buenos días, Pedro.

Buenos días, mamá.*

Me volví hacía él y le di un beso en la boca. Me levanté y me fui a la cocina a preparar el desayuno, Pedro mientras se fue a ducharse.

Desayunamos juntos, y cunado terminamos mi hijo me dijo que se tenía que marchar, pero que no volvería tarde.

*●

Pedro no tardes en volver.

No te preocupes, que volveré enseguida.*

Cuando se marchó, yo me puse una camiseta de las de estar por casa, eso sí sin ropa interior, y me puse hacer las faenas de casa.

Mi hijo no tardó mucho en volver, pero no venía solo, le acompañaban cuatro hombres de color. Yo me quedé perpleja y no dije nada.

*●

Esta es mi madre, ¿a qué es guapa?*

Aquellos tipos respondieron que sí, y uno de ellos aseveró que estaba muy buena. Entonces me dí cuenta que mi hijo me tenía preparado otro de sus juegos.

Se acercó a mi, me agarró de la cintura y me dio un beso en la boca, mientra me levantaba la camiseta.

*●

No Pedro, no.

Estate quieta, quiero que mis amigos vean lo buena que está mi madre.

Pero hijo...*

Me dejó desnuda delante de aquellos tipos, y éstos se acercaron a mi, y entre los cuatro empezaron a besarme y sobarme. Yo caí rendida a aquellos besos y caricias. Estuvieron un buen rato hasta que mi hijo les invitó a desnudarse.

Se quedaron desnudos exhibiendo unos cuerpos fuertes, pero lo que más me sorprendió, fue el tamaño de sus miembros. Yo siempre había oído hablar del tamaño de las pollas de los hombres de color, y ahora podía comprobar por mi misma, que al menos con aquellos tipos era cierto.

Mientras tanto, mi hijo había saco la videocámara y lo estaba grabado todo.

*●

Venga mamá, chupales las pollas.*

Me puse de rodillas y ellos hicieron un coro alrededor de mí, y estuve un buen rato chupando aquellas enormes pollas. Las tenían muy duras y su sabor me embriagaba.

*●

Ya ha llegado la hora de que se la folléis.*

Me tumbaron en la mesa del salón, uno puso su polla a la altura de mi boca, otros dos me abrieron las piernas, mientras que el otro me metió su polla de un golpe.

Al principio me dolió un poco, mi coño no estaba preparado para semejante tamaño, pero el dolor pasó pronto.

Aquel tipo estuvo un buen rato follándome y cuando se corrió me inundó el coño de un semen abundante y muy espeso. Entonces su lugar lo ocupó el que me tenía metida la polla en la boca, y el que me había follado me la metió en la boca y pude saborear su esperma.

El que me follaba ahora no esperó a que saliera el semen de su compañero, y al igual que éste me estuvo follando un buen rato hasta que acabó corriéndose dentro de mí.

Así estuvieron haciéndolo los cuatro, y cuando terminaron se sentaron en el sofá a descansar. Mi hijo me ayudó a incorporarme. Cuando me puse de pié las piernas me temblaban y pude sentir las corridas de aquello tipos resbalar por mis muslos.

*●

Mamá, ve a refrescarte un poco.*

Le hice caso a mi hijo y me fui al baño a refrescarme el coño. Me senté en el bidé y me estuve un rato echando agua fría. Al rato llegó mi hijo para buscarme.

*●

Venga mamá, que los chicos te están esperando.

Pero Pedro, yo ya no tengo fuerzas. Y además me duelo el coño. ¿Tú has visto las pollas de esos tíos?

Venga no seas quejica, además ahora no te van a follar por el coño.

¿Qué quieres decir?

Nada, venga no hagamos esperar a los invitados.*

Me agarró de la mano y me sacó al salón. Cunado llegué vi con gran sorpresa que aquellos tíos estaban de nuevo empalmados y listo para una nueva follada, pero a mi me dolía el coño.

*●

Hijo, si quieres se las chupo hasta que se corran.

Venga no seas tonta, mamá y ponte de rodillas en el sofá.

Pero hijo...*

Mi hijo no me dejó acabar de hablar y me hizo poner de rodillas en el sofá. Me inclinó la cabeza por lo que mi culo quedaba en alto. Entonces un escalofrío recorrió mi cuerpo.

*●

Pedro, por el culo no que...

Te quieres callar, ¿qué van a pensar estos señores de ti?*

Y tal como me lo temía, mi hijo empezó a embadurnarme el culo de crema lubricante. Estuvo un buen rato dilatandome el ano y cuando él creía que lo tenía listo invitó a aquellos tipos a que me lo follaran.

Yo cerré los ojos mientras esperaba la primera embestida. Al sentir la primera polla en la entrada de mi ano dí un respingo.

*●

Mamá relajate que si no te va doler.*

Respiré hondo para intentar relajarme, cuando de pronto siento que mi ano se abre al empuje de la polla de aquel tipo. Sentí como mis entrañas se abrían dejando paso a aquella enorme polla. Aquel tipo me la metió bien adentro muy adentro.

Una vez que mi culo se acopló a aquella polla, el tipo empezó a bombear con fuerza metiendo y sacando su polla de mi culo. No me la sacaba del todo, pero cuando se fue a corres me la metió con mucha fuerza.

Me dejó el culo inundado de semen y nada más sacarla su lugar lo ocupó uno de sus amigos, sin dejarme tiempo a recuperarme.

Así estuvieron hasta que los cuatro terminaron, dejándome el culo lleno de semen y muy dolorido. Yo caí rendida sobre el sofá, era incapaz de moverme. Sentía salir el semen salir de mi ano, estaba caliente y espeso porque notaba como salía muy despacio.

Mi hijo me levantó y me llevó al cuarto de baño, me metió en la bañera y dejó que el agua corriera por mi cuerpo, luego salió a despedir a sus invitados.

Regresó al cuarto de baño y se metió conmigo en la bañera, me empezó a acariciar y a darme besos.

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Mamá, has estado estupenda, me ha gustado tu entrega y me he excitado mucho.*

Yo permanecí en silencio, me dolía mucho el coño y el culo, pero él insistía.

*●

¿No te gustaría chuparle la polla a tu hijo?*

Dicho esto me hizo poner de rodillas y me metió la polla en la boca. Se la estuve chupando hasta que se corrió dentro de mi boca. Estaba tan cansada que dejé salir su semen de mi boca, no tenía fuerzas ni para tragar.

*●

Te dejo para que te relajes. Te espero fuera.*

Después de decir esto salió de la bañera y me dejó allí sola.