El Juego (II)

Se me acerco nuevamente llevando sus manos a mi pantalón intentando desabrocharlo

Carlos: pensé que te habías asustado

Yo: lo lamento, la conexión no me va muy bien

Carlos: eso imagine por eso me quede esperándote aquí, ¿y qué dices, quieres que te ayude?

Yo: bueno pues estoy bien, pero si me ayudas estaría mejor

Carlos: bien pues dime en que misión estas

Es un poco raro decirlo, pero estar en ese juego me encantaba cada vez más, los diversos paisajes deslumbraban y al ser con diferentes canales, solíamos buscar uno donde pudiéramos estar solos y que no molestara nadie quitando monstruos, a momentos decidíamos sentarnos cerca de lagos o playas para conversar de nuestra “vidas”, todo lo mío era una mentira, mi nombre, mi sexo, mi condición socioeconómica, absolutamente todo.

Poco a poco mis mentiras fueron carcomiéndome por dentro, pero vez que entraba en línea recibía un saludo al que me hacía más adicto al pasar los días. Cuando llegue a nivel 30 se me acerco mandándome una solicitud de comercio, entregándome un arco mucho mejor que el que tenía en ese minuto – Es para ti.  – No puedo aceptarlo, dime cuanto te costó. – Déjalo, yo te dije que te ayudaría y me encanta hacerlo.

(…)

Anahí: 3 días ¿enserio? Y ahora apareces como si nada pasara, te llame todos estos días y no respondías

Yo: ya te dije, tenía una gripe horrible

Anahí: ¿seguro que solo es eso? Ósea Víctor me conto que te gusto mucho ese juego ¿no estas viciado con ello?

Yo: no seas ridícula, desde que Víctor lo dejo. Deje de conectarme

Anahí: pero te das cuenta que esto te traerá consecuencia en las practicas

Yo: la verdad hoy tampoco iré, me siento mal aun

Anahí: pero Nicolas…

Víctor: que pasa con los más majos del instituto, vaya vaya decidiste aparecer

Yo: no molestes, quiero entrar a clases.

Roxelan: disculpen, espero no estar interrumpiendo importante…

Anahí: lo haces

Roxelan: linda, vaya y busque el estilo, que se le perdió… Ariadne quiere hablar contigo Nico, dice que te espera en el receso… aaa y Anahí sé que Ari te dijo que ese corte te queda maravilloso, pero se pasa de buena, agradéceselo.

Anahí: porque no te vas a la mierd…

Obligados con Víctor a abalanzarnos contra Anahí para evitar que golpeara en toda la cara a Roxelan, la cual debió temer por su vida porque dejo caer su caro bolso y empalideció, aunque no sabemos si fue por dejar caer el bolso o por temer por su rostro.

Roxelan: ¡loca!

Yo: ya vete, dile que la veré donde dijo

Anahí: esas estúpidas, ¡ya me tienen cansada!

Víctor: ya basta, cálmate ¿Qué sacas con ponerte así? Solo le das en el gusto

Anahí: déjenme, quiero estar sola par de idiota

Víctor: ufff … mujeres

Yo: ¿podemos hablar?

Víctor: claro hombre, dime que sucede

Yo: aquí no, vamos al estadio

(…)

Víctor: ¿y bien? ¿Qué querías decirme?

Yo: recuerdas el juego…

Víctor: como no, mi única distracción y me la quitan. ¿Qué pasa con el juego?

Yo: estos días estuve pegado en el

Víctor: Anahí tenía razón, amigo no creo que sea bueno…

Yo: conocí a alguien

Víctor: ¿a qué te refieres con que conocí?

Yo: es una chica, es muy simpática. Me ha estado ayudando y me gusta estar con ella

Víctor: ¿sabes si es realmente mujer? Ósea lo digo porque en esos juegos suele haber muchos viejos raros que se hacen pasar por mujer para ver a chicos pajeandose

Yo: no se para que te conté, todo lo tomas en broma

Víctor: ¡hey! Me conoces bien, sabes que no hablo por hablar, ten cuidado. Solo eso te puedo decir

Yo: será mejor ir al salón.

Cuánta razón tenía el, al darme aquella advertencia. Pero como decirle que era yo quien me hacía pasar por chica, al poco tiempo deje de pensar en aquello y volví a concentrarme en la hora de salida para poder conectarme y estar con aquel chico, pero ¿y si era un viejo? ¿si solo quería niñas jóvenes para satisfacer sus deseos? Mientras pensaba escuchaba un leve susurro que poco a poco se aclaraba

-          ¿Hola?

Yo: disculpa, que puedo hacer por ti

-          No, perdona tú por sacarte de tu concentración, solo quería saber si tenías grupo

Y él es Aquiles, un chico alto delgado, pelo castaño oscuro como sus ojos unas cuantas pecas en su nariz, resaltando en una piel hermosamente clara, ni siquiera lo conocía recién ahora me enteraba que había llegado en los días que falte por “enfermedad”, el tiempo que hablamos luego que me pregunto del grupo fue muy divertido, no es muy usual sacarme carcajadas sobre cosas cotidianas, pero él pudo.

Al final quedamos que el día siguiente nos juntaríamos en mi casa para avanzar en el trabajo de algebra, pero al sonar el timbre un frio mortal recorrió mi espalda al recordar mi cita con Ariadne, pero si no le dejaba las cosas claras seguirían acosando a Anahí creyendo que era mi nueva novia. Allí estaba sentada en la fuente que daba paso al edificio administrativo mientras Roxelan y Daina estaba cada una parada al lado de ella.

Yo: aquí estoy

Ariadne: retírense

(¡y se fueron! ¿hasta dónde llega la idiotez de estas niñas?)

Ariadne: ven siéntate aquí, junto a mí, como antes.

Yo: tengo prisa así que solo quiero decir, que tú y tus amigas dejen de acosar a Anahí, porque ella no tiene nada que ver.

Ariadne: vuelve conmigo y me asegurare que nadie en este lugar le diga una sola mala palabra

Yo: ¿estás loca?   Cuantas veces tengo que decir que no quiero volver

Ariadne: vamos, yo sé que quieres, ¿acaso no recuerdas esas noches, como te gemía suave? Quiero sentirte dentro otra vez.

Yo: estas mal, muy mal

Ariadne: ¡pero qué demonios te pasa! Acaso no quieres tenerme como antes

Yo: ¡no! Entiende eso, ¡no quiero!  Me gusta alguien más ¿comprendes?

Ariadne: te vas a arrepentir, te lo juro, pagaras por humillarme así. ¡niñas!

(cosa obvia, las dos tontas corrieron donde ella y las tres desaparecieron en el pasillo)

(…)

Anahí: me entere que tienes una cita con el chico nuevo

Yo: pero que dices

Anahí: es broma tonto, me alegra que encontraras alguien con quien hacer el trabajo esta vez, ya se. Vamos a festejar comiendo una rica hamburguesa

Yo: no puedo, tengo que hacer algunas cosas

Anahí: no señor, 3 días sin vernos, no no no, tú vas si o si

El día de la junta con Aquiles no pude concentrarme en lo más mínimo, y tengo la impresión que él se dio cuenta diciéndome que lo dejáramos para otro día que pudiéramos avanzar más que solo 2 ejercicios de los 40 en parte me sentía mal porque estaba igual que siempre siendo tan antisocial y el chico parecía que solo quería ser amable y entablar una buena relación, pero lo que me había dicho Víctor no dejaba de rebotarme en la cabeza.

No dudaba que Carlos fuese un chico que de verdad era como me decía, pero yo, yo estaba mintiendo. Yo estaba inventándome una vida que no era real y eso no era lo peor, lo peor es que no dejaba de pensar en él. No sabía si era por culpa o porque me estaba enamorando de alguien que no conocía en lo más mínimo.

Los días siguientes pase pensando en todo lo que me rondaba en la cabeza mientras seguía fingiéndole a ese chico, que tarde tras tarde me esperaba en el mismo sitio, ese viernes él no estaba, pero ya con su ayuda había logrado avanzar mucho, me quede esperándolo en la capital del reino mientras veía como los demás conversaban hacían duelos y comerciaban o tan solo corrían algunos, cuando otro personaje mujer se sentó a mi lado de nick Anabelle  -¿tú eres Nicole no? -sí, ¿tú quién eres? -soy la ex novia de Carlos, de la realidad. Yo lo traje aquí y lo dejé porque era malo.

En ese minuto un líquido helado recorrió mi espalda ¿realmente seria quien dice? ¿o solo me estaba tomando el pelo? Decidí levantarme y tomar el portal para seguir con mis misiones, pero continúo hablándome -te aconsejo que te alejes de él, aparte viven en distintos países y a mí me sigue gustando. ¿acaso esta chica es la Ariadne virtual? – eso tendrá que decírmelo el, aparte solo somos amigos. -el terminando sus estudios entrara a la fuerza aérea ¿lo sabias? Dime qué futuro podrías tener con eso.

Decidí callar y terminar desconectándome acto seguido terminé llamando a Aquiles para avanzar en el trabajo. A los pocos minutos lo tenía frente a mi puerta llamando, fuimos directo al cuarto a ponernos cómodos para avanzar lo más posible.

Aquiles: sabes el otro día te noté distraído por eso me fui

Yo: lo lamento, pero pensaba en otras cosas

Aquiles: ¿vives con tus padres aquí?

Yo: solo mi madre, hace poco se separaron

Aquiles: lo siento, no tenía idea

Yo: no tenías por qué saberlo

En ese minuto se me quedo mirando, era primera vez que veía lo lindo que eres sus rangos, y esos ojos de color tan común pero tan hipnóticos, en un minuto sentí algo sobre mi mano, miré y era su mano que empezaba a abrazar la mía.

Aquiles: cualquier cosa puedes pedírmelo

Yo: no te preocupes

Lanzo una carcajada mientras quitaba su mano y la llevaba a mi rodilla

Aquiles: no suelo hacer esto, jamás, pero hay algo en tus ojos que me dicen lo que escondes y que sufres por ello

No alcance a reaccionar cuando se acercó peligrosamente a mí, juntando sus suaves labios con los míos, en ese minuto no entendí por qué no me aleje de inmediato de él, al contrario, respondí de buen grado a ese beso. Su mano siguió subiendo disimuladamente por mi muslo terminando en el broche de mi pantalón, ambos nos apartamos levantándonos del piso. Mire como él se comenzaba a desabrochar su pantalón bajándolo hasta sus tobillos al igual que los bóxer azules eléctricos que llevaba y ahí estaba 100% depilado unos huevos rosados que colgaban detrás de un pene de unos 18 cm totalmente erecto con la cabeza rosada al aire, se me acerco nuevamente llevando sus manos a mi pantalón intentando desabrocharlo. En ese instante lo detuve -creo que ya se hizo tarde.