El juego del dado Parte 1/2: Entremés

Dos hermanos que llevan años jugando en secreto a algo muy perverso... (Incluyo este relato en categoría Gay pese a que es un resumen de una peli X hetero. Para seguir con los siguientes relatos en la primera categoría y que no haya líos. Gracias.)

MÚSICA, decían unas letras blancas. Pero yo sabía que lo que contenía aquella cinta VHS no era música. Lo intuía. Estaba tan escondida y yo tenía tantas ganas que fuera cualquier otra cosa excepto música que me hacían estar así de seguro con el hallazgo que acababa de hacer.

En una de mis rondas por los rincones de la casa, acabé llegando al trastero, echando un vistazo a los cajones del viejo banco de trabajo de mi padre, un cachivache de madera que llevaba años sin usar y que se caía a cachos. Dentro de uno de los cajones había una especie de maleta. Y dentro de la maleta aquella cinta de video negra con letras blancas que pretendían echarme atrás. Pero estaba convencido que lo que tenía grabado no era música precisamente.

Apenas unos segundos después la cinta ya rulaba puesta en el aparato de video del salón. Por fortuna era domingo por la tarde y estaba solo en casa. Mi plan no contenía ninguna grita aparente. Le di al PLAY. Y mi vida cambió.

Un tipo desnudo completamente fue lo primero que pude ver. Aquel dato, por raro que resulte, ya indicaba que la balanza se inclinaría a mi favor y que aquella película era algo más que una peli convencional. Porque yo ya había visto a muchas tías en bolas en las pelis, pero nunca a ningún tío. Mucho menos de cintura para abajo. Podía ver su polla con total claridad. Como la peli estaba casi terminada, tuve que rebobinarla. Era tal mi excitación e impaciencia que acabé parando el rebobinado antes de que llegase al principio.

No puedo recordar cual sería mi reacción al comprobar el contenido de la cinta pero lo que sí sé es el significado que tuvo para mí. Tampoco recuerdo la primera escena que vi, aparte de la del tío desnudo, pero me sé la peli de memoria. Naturalmente también olvidé la cantidad de pajas que me hice. Era la primera porno que veía, creo que es razonable tal pasión.

Os relataré ahora alguna de las escenas más memorables de aquella película. El argumento es que hay un mosquito suelto cuya picadura te provoca unas ganas de follar imparables con el primero que tengas al lado. No hace falta más detalle, creo yo

Nada más empezar se veía a una tipa tocándose el chumino, primer plano del chumino húmedo, con lo que la cosa ya pintaba bien. En mi vida había visto un coño así, ni de otra forma claro, por lo que como primera lección de anatomía femenina, sin queja. Recordad, como mucho estamos hablando de 12 o 13 años, no tenía más edad. En la sala en la que estaba la chica había un viejo escribiendo los detalles de la picadura del bicho. En otra escena se ve como el mosquito le pica a un negro que está en la selva y descubrimos que el viejo y la chica guarra están por allí también. El negro acaba colándose donde están el abuelete y la tipa. Unid lazos. Fue la primera mamada que vi. El negro tenía una rabazo que la chica se comía tan ricamente. Estaba francamente rica. La cara del negro mientras se la chupaba era un chiste. Cuando la ponía a cuatro patas yo estallaba.

Lo siguiente que recuerdo es una escena de un ascensor donde el mosquito se cuela para acabar picándole a una tipa bastante estirada que luego resulta ser toda una golfa con cualidades sobresalientes en el arte del folleteo. El tipo al que se folla en el ascensor es Peter North, incrédulo por el ataque de celo de su acompañante que previamente lo había mirado bastante mal por engreído. North, al que después vería en más pelis y comprobaría la capacidad de echar leche que tiene ese hombre. Ya hablaré de una anécdota relacionada con este actor. El caso es que follan como conejos en ese ascensor.

Los gritos de la tía cuando North le da a cuatro patas son la hostia. Menudos embistes. La cara de la tipa, sus ojos en blanco, demuestran que el porno de los 80(estamos hablando de una peli de 1985)era bastante más natural que lo podemos ver ahora. El chocho de aquella tipa lo tenía clavado en mi memoria, era enorme, me parecía que podría albergar tres pollas al mismo tiempo y algo de eso hay, pues cuando North, lefaman, terminaba la faena (dentro de su coño, por cierto) entraban al ascensor otros dos tipos a los que también se trajinaba. Uno se le ponía detrás y le daba a cuatro patas sin tan siquiera quitarse los calzoncillos, supongo que contaría con una abertura. El otro le ponía el rabo en la boca y le daba bien de merendar. Fue la primera mamada completa que vi, con final fácil-bucal, más bucal que facial ya que apenas unas gotas asomaron y acabaron cayendo en la mejilla de la chica. Memorable, aun hoy en día sueño con ese mamadón. Menudo vicio.

Si la tía de antes era un coño humano, más adelante venían las mejores tetas que yo he visto en mi vida. Bueno, esto es una exageración, pero con 12 años tampoco has visto otras y si las primeras que ves, o de las primeras, son enormes, esto te marca para el resto de tu vida y te convierte en un loco amante de las tetas gordas del mundo. La escena la reina un tipo gordo y bastante desagradable físicamente que preside una reunión aburrida sobre la decencia y el recato. Alrededor de la mesa rula la chica, que es la camarera, mostrando escote y poniendo malo al personal macho. El mosquito pica al gordo que acaba poniendo sobre la mesa, a cuatro patas, a la tetona.

Cuando pude ver las berzas de la rubia corroboré lo que el generoso escote había estado escondiendo. Vaya melones, dios mío... el gordo mientras le da por detrás, sin soltarle las peras a la tipa, se lo flipa y se monta una orgía imaginaría para el recuerdo. Mi primera orgía. No entraré en muchos detalles, usad la imaginación, solo me concentraré en la tetona que deambula por la sala donde todos follan, bailando y mostrando sus apetitosos encantos. Acaba follando con un tipo muy serio y de nuevo una nueva experiencia para mí. Aparte de que la tipa monta al tío de forma espectacular, presencié algo que me costó mucho tiempo comprender: estaba ante mi primera escena anal. La chica gemía como una loca y yo me volvía loco también. Finalmente el tipo se le corría dentro, pero dentro del culo (algunas gotas de leche escurrían muslos abajo) en postura misionero. Mi total desconocimiento, la abundancia de vello púbico de la tipa, la mala calidad de imagen de la peli, todo se alineó para que yo tardara en darme cuenta de que a la tipa de las tetas gordas, de grandes pezones rosados pero casi transparentes, se la habían trajinado por el culo. Otra escena más para enmarcar. Muchas más pajas.

Como tampoco pretendo aburriros ni describiros la película entera, termino con el último apunte y lo hago más por poneros en antecedentes de una anécdota que escribiré más adelante. Una escena más. El mosquito ataca ahora a una rubia de pelo corto a la que un tipo con bigote le está dando un masaje con aceite. La rubia mira una revista porno. El tipo la observa de reojo. La tipa tras la picadura se monta la fantasía mental de que está haciendo un trío con el tipo y otra chica muy chillona. Sin entrar en muchos detalles, recuerdo la postura a cuatro patas, porque recuerdo el culazo de la rubia y la polla del tío dándole bien duro.

El tipo se folla en postura misionero a la otra chica, que como ya he dicho era bastante gritona. Cuando el tipo se va a correr saca la polla del coño de la tía y la rubia se la menea hasta que descarga en el vientre de la otra. Buff…menuda lechada. El tipo suelta litros de lefa mientras tiene unos espasmos brutales debido al placer. Lo que decía antes, todo parece muy natural y real. La rubia se recrea en la paja y sonríe mientras el hombre vacía del todo sus pelotas. Lo anecdótico lo relataré próximamente pero ya adelanto que tiene que ver, obviamente, con la serie de escritos que he comenzado aquí hoy, y tiene como protagonista al personaje de mi relato anterior y a mí, claro. Y es que en nuestro particular juego de imitar lo que veíamos, acabé imitando a este tío de la lefada. Bastante fielmente en algunos aspectos, creo recordar…

Y la historia sigue pese a que tuve que sobrevivir a una mudanza…