El Juego de Tenis (2)

Inés Elvira Juega al tenis con Ignacio... y algo mas...

INES ELVIRA

Capitulo 4

De "El Juego de Tenis Primera Parte":

Te lo prometo… te prometo que lo pase entre nosotros va ser solo lo que yo quiera que pase OK? OK dijo el… y mientras sentía su pene en mi pecho el se agachó una vez mas y me dio un dulcísimo beso en la boca que duro solo un segundo... Apartándome me dijo: OK hora de jugar tenis… estas lista?"

Si estoy lista, el que no si esta listo eres tu y señale su pantalonera. El se rió y dijo esto para pronto… vamos a jugar pilluela… Vamos dije yo. Agarramos las raquetas y nos dirigimos a la pista de tenis.

El Juego de Tenis – Segunda Parte

Nos dirigimos hacia la pista de tenis. Estaba en perfecto estado tal como a mi gustaba. Yo me sentía en la gloria. Con mi mini-mini-faldita negra y la blusa coral ajustada que me había regalado Ignacio. El maquillaje natural que me hacia ver un poco mayor de lo que en realidad era.

Ignacio me dijo "que bien hueles… es… déjame oler…" se acerco a mi cuello haciéndome sentir un escalofrió de pies a cabeza. "MMM… - dijo – Cori André cierto?" Wow! Que hombre, había reconocido mi perfume, solo los hombres de verdad saben de perfumes! "Si le dije" retirándome de el porque me había puesto la piel de gallina y mi clítoris se estaba parando, y eso es lo ultimo que yo quería que pasara… por lo menos por ahora.

Cantamos por unos minutos y luego no dedicamos a jugar. Ignacio me dio menos 30 porque aunque yo jugaba muy bien, el era mucho mas fuerte y tenia mucha mas experiencia. Le puse todo el empeño que pude y después de un poco menos de hora y media terminamos. Me había ganado 6-4 y 7-5, pero me sentía que lo había hecho muy bien.

Me felicito porque había jugado muy bien y luego me dio un beso en cada mejilla y una palmadita en mi culito. Yo salte diciéndole que porque me hacia eso y el me dijo riendo, que porque era demasiado bello para no darle una felicitación individual.

Entramos a la casa y nos sentamos a descasar. Me trajo limonada helada la cual tome casi de un solo golpe. En eso sentí un leve tirón en mi muslo izquierdo a lo cual Ignacio me dijo que le dejara darme un masaje. Comenzó muy suavemente desde la rodilla hacia arriba frotando suavemente mi muslo. Me dijo que tenía unos muslos deliciosos y yo se lo agradecí. Siguió masajeándome y poco a poco fue subiendo más y más hasta que su mano tocaba la base de mis nalgas.

Yo sin poder evitarlo solté un suspiro y cerré los ojos. "Te gusta?" me dijo a lo cual conteste solo con un levísimo gemido. Me acariciaba el muslo desde la rodilla hasta la base de mis nalgas justo en el borde de la braguita de tenis. De pronto aro y yo abrí los ojos. Estaba justo en frente de mí mirándome con muchísima ternura. Me pregunto "te gusta preciosa?" yo le dije "me encanta… ya se me paso el tirón, pero si quieres puedes seguir el masaje…" Sonrió picadamente mientras de agachaba y me daba besitos en el muslo desde la rodilla hasta mis nalgas. Yo me voltee un poco para ponerme cómoda y el aprovecho para darme un besito en la mitad de mi nalga izquierda diciéndome "este culito nació para que lo acariciaran cierto?" a lo que yo le conteste cerrando lo ojos de nuevo mientras soltaba un suavísimo suspiro y decía "Siiiii… yo creo que siiii…"

"eres perfecta Inés Elvira, estas segura de que no eres una mujercita completa?" Yo sonreí y recuperándome y de la manera mas coqueta que pude le dije "que mas quisiera yo que en vez de ser un niño se una niñita?’

  • Y te gusta ser así de linda?

Me encanta le dije.

Me dio un suave beso en los labios y dijo "bueno organicémonos para almorzar OK?" OK le dije yo. Me dijo que subiera que me había dejado la ropa que quería que usara para almorzar sobre la cama pero que si no me gustaba podía escoger lo que quisiera del closet.

Subí y vi sobre la cama la ropa de la que me hablo. Era preciosa! Feliz por el prospecto de arreglarme me metí a ducha pensando en lo que me pondría mas tarde.

Me bañe y Salí a la habitación. Después de secarme y echarme aceite en todo el cuerpo me puse la diminuta braga de color amarillo y con bordados en el frente. Me ajustaba perfectamente el clítoris (penecito) que eché hacia atrás al tiempo con mis bolitas. Me mire al espejo y vi como habían desaparecido. En su lugar estaba la braguita que me ajustaba el monte de Venus transparentado los bellos púbicos.

Luego me puse el ajustador compañero. Era muy suave y pequeño. Escasamente me cubría los pezones y me ajustaba suavemente los pechos. Me mire de nuevo al espejo y casi me muero. Era la primera vez que usaba un conjunto de lencería regalado por un hombre y además me quedaba pintado. Me mire por detrás y vi en el espejo como el bikini se ajustaba a mis nalgas mientras pensaba que era apenas lógico que los hombre me dijeran cosas… la verdad es que la vida había sido muy buena conmigo.

Cogí las sandalias, amarillas también, y me las puse mirándome al espejo de nuevo. El culo tomo una nueva forma. Ahora de veía altivo y casi desafiante. Las piernas de me entornaron creando una suave curva desde la pantorrilla hasta el tobillo y los muslos se me veían plenos y carnosos. La verdad el que era verdad, yo no parecía tener doce años, mas bien parecía de 14 o 15.

Un calor me subió por todo el cuerpo y de pronto sentí una necesidad inmensa de masturbarme. Me comencé a acariciar las caderas, las nalgas y el estomago para luego pasar por mis pechos. Estaba a punto de agarrarme el clítoris para masturbarme, cuando escuche que Ignacio me llamaba para preguntarme si me faltaba mucho. Le dije que no y sin mas remedio me solté y me dedique a terminar de vestirme.

Me senté en el tocador y me maquille suavemente los ojos con colores pastel, me puse pestañita, rubor y brillo en los labios. Me peine el pelo suavemente dejándolo caer sobre mis hombros de manera natural. Luego me puse el vestido también amarillo.

Era muy suave, con una par de tirantes que apenas cubrían los tirantes del sujetador, con un escote normal no muy profundo, ajustado al pecho y la cintura y luego se habría totalmente para darme una forma juvenil de verano pero con un hálito de sensualidad. Me llegaba a la mitad de la pierna de tal manera que hacia que mis piernas lucieran mis sandalias de tan solo 5 centímetros lucieran también.

Así, me mire al espejo por ultima vez y Salí. Baje las escaleras y allí el me estaba esperando. Me dio un silbido y me dijo que parecía salida de una película. Le pregunte de cual y me respondió de de Lolita. Le pregunte cual era esa película y me dijo que me contaba después.

Al llegar a la parte baja de la escalera me agarro la mano y me la besó. "te ves maravillosa!" Le di las gracias y con toda naturalidad le di un beso en la mejilla diciéndole - me estas malenseñando y me voy a volver una malcriada no crees? A lo que me dijo que si me estaba malenseñando porque las criaturas como yo eres para eso y el no creía que yo podría ser nunca una niña malcriada.

Me llevo a la mesa y no sentamos. La comida era estupenda. Comimos y me dio un vino blanco según el "especial para niñas lindas." Lo tome y la vedad me gustó. Terminamos de comer y me dijo que pasáramos al salón. No sentamos en sofá y conversamos un rato. Me contó que cuando me había visto hace dos años – para mi décimo cumpleaños – se había dado cuenta que de hombrecito no tenia nada. Nos reímos y en eso me pregunto como seguía de mi muslo y le dije que me dolía solo un poco.

Se acercó a mí y me toco la pierna. Sentí una electricidad especial y lo mire a los ojos. Le pregunte si quería saber como estaba mi muslo o es que quería tocarme las piernas a lo que respondió que se moría por tocármelas. Reí y tome un poco más de vino. Me acario las piernas y a mi me gusto muchísimo. Cerré los ojos mientras el seguía subiendo y subiendo sin que yo hiciera nada para detenerlo. Me acaricio las piernas y luego muy suavemente las nalgas por encima de las mini braguitas que me había regalado. Abrí los ojos y le di las gracias por la ropa. Le dije que era preciosa.

Ropa preciosa para una niña preciosa dijo mientras me seguía acariciando las nalgas. Me pregunto si me gustaba y le dije que si. Cuando abrí los ojos lo tenía justo en frente. Me dijo te voy a besar. Yo asentí sin decir palabra. Me beso… primero muy suave solo rozándome los labios… luego poco a poco con más fuerza pero sin excederse. Sentía sus labios de hombre en los míos y me sentía transportada a la última galaxia. Luego muy suavemente comenzó a separar mis labios con su lengua a lo que yo cedí a su ritmo. Cuando me metió la lengua en la boca yo se la chupe instintivamente.

Al sentir que le chupaba la lengua me apretó una nalga y yo di un suspiro de alegría. Seguimos besándonos y poco a poco fue metiéndome la mano por debajo de la braga hasta que me agarró la nalga con sus manos desnudas. Era increíble! Un hombre me estaba seduciendo! Un hombre decenas de años mayor que yo y yo me estaba dejando, es más, lo estaba incitando a no parar porque me estaba transportando al quinto cielo.

Me beso mas luego me beso los lóbulos de las orejas y bajo lentamente por mi cuello. Yo me moría! Era maravilloso! Me beso la garganta y luego el pecho y sin parar paso y me beso los senos por encima del vestido. De pronto sentí como muy suavemente me mordía el erecto pezón del pecho derecho por encima del vestido. Eran mágico! Yo me rendía a los avances de este hombre al que no podía decir que no.

Me besaba y sus manos acareaban las nalgas por debajo de la braga. Luego muy lentamente comenzó a dibujar la línea de mi culo mientras yo casi no podía respirar. Mi corazón latía a millón por hora. Me miro a los ojos y me dijo "estas segura que quieres seguir con esto?" Yo lo mire y le bese los ojos y la cara diciéndole "yo pensé que esto sucedería a los 15 o 16 años, pero ahora que esta pasando, me di cuenta que te estaba esperando…" y lo bese con fuerza.

El respondió mi beso con un abrazo mas fuerte acomodándome a su cuerpo y dejándome sentir su magnifica virilidad justo en el estomago. Me beso otra ves y de pronto sentí su dedo buscando la entrada de mi culo… de mi coñito. Lo toco subvente y un corrientazo de millones de voltios recorrio mi cuerpo desde la entrada de mi culo hasta lo mas alto de mi cabeza. Era el paraíso. Luego me acaricio el huequito más veces pero con tal suavidad que yo sentí que me moría. Le dije que me fascinaba que no parara. Siguió besándome y acariciándome las caderas y el ojito de mi culito… de ese culito que yo sabia que en realidad era mi coñito. Ese coñito virgen que pronto ya no lo seria y me convertiría en una mujer completa.

Le abrí la camisa y comencé a acariciar su pecho. Me alzo y me puso sobre sus piernas y yo sentía su virilidad justo en mis nalgas. Era tan natural, tan maravilloso que yo no quería que parara. Me alzo en vilo y se abrió el pantalón dejando salir ese poste calido que yo sabia que iba a ser la fuente de mi felicidad. Era enorme! Me sentía como izada… como una bandera de amor. Me hice a un lado. Yo quería verlo. Nunca había visto uno y este era el momento ideal para hacerlo.

Baje mi ojos y allí estaba. Desafiante y bello. Ignacio no era circuncidado de tal manera que la cabeza esta a medio cubrir dejando asomar coquetamente su glande. Lo toque suavemente, casi tímidamente. El me dijo "agárralo que es tuyo" Yo lo agarre y sentí que me quemaba la mano. Era mió! El me lo estaba dando!

Lo acaricie de abajo arriba y de arriba abajo bajando su piel para descubrir le glande. Era precioso! Me dijo "dale un besito" y lo dije puedo? Y el dijo Claro! Agache mi cabeza y le bese el glande. Era salado y tenía un olor muy particular que me encanto. Le pase la lengua por todo el glande y el se estremeció diciendo "Inés Elvira eres toda una mujer!"

Yo le di las gracias y comencé a pasar la lengua por todo el tronco lentamente hasta llegar a sus testículos. Eran divinos! Duritos y peluditos. Los bese también. El respondió acariciando me las nalgas y poniéndome el dedo en la entrada de mi sexo. Cuando movió el dedo y casi como un movimiento reflejo me metí el glande a la boca.

Lo besé de nuevo y mientras lo besaba vi que tenía unos diminutos puntitos blancos alrededor de la parte baja del glande. Le pregunte que eran y me dijo que eran "quesitos para las niñas buenas."

Yo los tomé con lengua los puse entre mis dientes y después de probarlos me comí uno por uno mientras subía y bajaba su pene como cuando yo me masturbaba. Seguí así aumentando el ritmo y el seguía acariciándome en coñito metiendo la puntita de su dedo invasor.

Los dos aceleramos el ritmo y de pronto el comenzó a moverse sacando y metiendo su pene en mi boca y moviendo su dedo en mi culito… como si nos hubiéramos puesto de acuerdo, los dos comenzamos a tener un orgasmo maravilloso. El mientras yo le mamaba el pene y yo mientras me acariciaba el culito. Me lleno de delicioso semen la boca y como pude me lo tome todo mientras yo me venia a chorros dejando toda mi lechecita en mis braguitas.

Me había comportando como una mujer completa y había saboreado por primera vez la semilla de un hombre mientras yo sin siquiera haber tocado el clítoris me había venido como resultado de sus besos y las caricias en mi culo. Como decían los hombres mayores "Una mujer decente debe ser una dama el salón y una ramera en la cama." Yo creo que eso me definía perfectamente.

Allí estábamos los dos. Yo una mariquita que a los 12 añitos sabia que era lo que quería. El un hombre maduro que había tenido su recompensa por haber sido bueno conmigo, por tratarme como una mujer, por usarme como una mujer, por desearme como se desea a una mujer… Yo estaba allí en el sofá con mi lindo vestido en la cintura, mi culito descubierto solo protegido por las braguitas, mi maquillaje corrido y mi boca llena del más maravilloso de los néctares.

Nos besamos por unos minutos, me dijo que me había comportado como toda una mujercita y que debería estar muy orgullosa de mí. Yo estaba confundida. Había disfrutado todo pero me sentía como si lo que había hecho era demasiado pronto, como si fuera un pecado. Me ruborice y me puse a llorar. El me dijo que era lo que me pasaba y yo le dije que me sentía como una puta. Que a lo mejor yo si era un chico y que había cometido un error monumental.

El se notaba preocupado, y mientras me arreglaba el vestido, me decía que si había sido el que me había forzado a hacer lo que yo no quería. Yo le dije que no, que no era su culpa, que era mi culpa solo mi culpa. El se convirtió en ese momento en la persona más tierna que he conocido. Me levanto la cara y me dijo mírame bonita, a ver déjame ver esos ojitos que solo tu tienes. Yo lo mire a los ojos aun llorando y me dijo con voz tranquila que no debía pensar de mi misma como una puta. Que todas las mujeres tarde o temprano lo hacían. Que el se había fijado en mi porque era una mujercita decente no porque fuera fácil. Me dijo que los deseos de cada persona eran su propio derecho. Me abrazó y yo puse mi cabeza en su pecho mientras el me consentía la cabeza y poco a poco me fui quedando dormida.

Cuando me desperté eran casi las deis de la tarde. Esteba en la cama, el vestido que tenia puesto estaba sobre una silla, los zapatos en el suelo y yo estaba en solo braga y sujetador. Me levante y fui al servicio y mientras orinaba, sentad naturalmente, pensaba en lo que había pasado. Si yo era realmente una cualquiera porque este hombre que podía follarse a cualquier mujer que el quisiera me había escogido a mi? A lo mejor lo que el decía era verdad, yo era una chica diferente que simplemente estaba despertando a la vida. Me puse una levantadora, me arregle un poco el maquillaje y baje al primer piso.

El estaba al lado de la piscina leyendo un libro. Le dije ola y el me saludo efusivamente diciendo "bueno al fin la bella durmiente se ha levantado." Ja-ja le dije yo. El me dijo con esa levantadora te vas a morir del calor. Yo le dije pero es que no llevo nada debajo y el dijo que eso no importaba. Yo me reí y me senté poniéndome la levantadora a la altura del pecho por debajo de las axilas. En realidad estaba haciendo mucho calor. El estaba en trusa de baño y se veía muy bien. Su pecho fuerte, sus piernas varoniles y su estomago plano y atlético. Me dijo anda ponte en bañador, yo te compre uno que esta en el closet.

Subí, busque el bañador y casi me caigo. Era precioso. Pequeñísimo color verde estampado. El sujetador muy pequeño con tirantes de tiritas muy delgadas en los hombros y atrás y las copas escasamente cubrían mis pezones. La parte baja era como un diminuto shortcito muy bajo en el frente y atrás dejaba salir gran parte de mis nalgas. Me puse las sandalias compañeras, me maquille me agarre el pelo en dos trencitas, me puse un velillo en la cintura cubriéndome de la cintura para abajo y una cadenita de oro en la cintura con un precioso corazoncito.

Baje y el casi se va de espalda. De nuevo me sentía una mujer. Mis pechos eran pequeños pero era obvio que no eran de un chico. Mi estomago planísimo y mi entrepierna no daba ninguna señal de que allí había un pene… desteto llamarle así, espero que me perdonéis pero prefiero llamarle clítoris.

Camine más coqueta que nunca. El se paro y me beso tiernamente en la boca. Yo le correspondí sin pensarlo y nos abrazamos dejando que nuestros deseos guiaran nuestros cuerpos. De nuevo sentí esa barra enviciadora en la parte alta de mi estomago. Me apreté contra ella y le dije "si ves como te pones… mejor yo me voy de aquí…" y me separe de el riendo mientras me quitaba el velo de las cintura me quite las sandalias y me dirigí a la piscina.

El se rió y me dijo que me metiera y esperara por el. Así lo hice. Me metí al agua tibia de la piscina y me refresque. El se metió también. Yo estaba el en borde dando la espalda hacia la piscina y el se me acerco y se me pego por detrás. Lo tenía como un riel. Me lo pego al culo y yo lo deje diciéndole que era un goloso. El se rió y comenzó a besarme el cuello mientras me acariciaba las caderas y el culo. Yo suspire y lo deje. Estaba sintiendo aun más cachonda que horas antes. En este punto ya no tenia dudas. Yo era lo que era: una mariquita y me encantaba. No quería ser otras cosa. Sentirme linda y enamorar a los hombres y hoy, a este hombrote maravilloso.

Eche la mano hacia atrás y le cogí ese poste por encima del bañador. Era realmente maravilloso. El se lo saco y yo comencé a acariciárselo mientras el me acariciaba el culo. Me voltee para tenerlo frente a frente y nos besamos fervientemente. Me beso el cuello y luego fue bajando hasta mi pecho. Con los labios me hecho el sujetador de lado y me comenzó a chupar un pezón.

Yo me moría de dicha mientras le acariciaba por debajo de agua ese tolete delicioso. Me bajo las manos a las nalgas y por un lado del minishortcito me metió una de las manos y comenzó de nuevo a toquetear la entrada de mi culito hasta que metió la punta de su dedo. Me dolió un poco y eso me hizo mover. El me dijo que si paraba de hacérmelo y yo le dije "No por favor, sigue que mi coñito le gusta que lo atiendan."

Me metió un poco mas hasta que en un momento me lo tenía todo adentro. Yo gemía de placer, me estaba follando el culo con su dedo invasor. Sin casi darme cuenta comencé a tener estertores y me vine descubriendo que podía tener orgasmos cuando me penetraban. Seguí acariciando su herramienta hasta que lo tenía como un volcán. Me dijo que si podía metérmelo y le dije que si que quería ser suya.

Me volteo para quedar detrás de mí. Me pegunto que si estaba lista y le dije que si. Me bajo el minishort y me abrió las nalgas con las manos hasta que me puso la punta de su pene en el ojito de mi culito. Me dijo que me lo iba a meter y yo le dije "si bebe métemelo… o estoy lista… quiero ser tuya… quiero eso en mi… todo!" Comenzó a empujar pero el dolor era horrible. Yo estaba tan cachonda que le dije llorando "no importa… métemelo! Lo quiero en mí! Quiero ser mujer! Quiero ser tu mujer! Quiero esa cosota entre mi culito maricón… por favor párteme de una vez! Y mientras gritaba diciendo esto tuve un violento orgasmo y el estaba tan cachondo que también tuvo un orgasmo… sin metérmelo me baño el culo con su semen maravilloso. Quedamos exhaustos, el encima de mi y yo debajo en medio del agua como dos amantes de verano como un hombre y una mujer que dejaron que su instinto los llevara por el camino maravilloso del sexo.

Después de unos minutos el se recuperó un poco y de un solo envión me levanto en sus brazos y me saco de la piscina. Alzada me llevo a la habitación mientras yo metía la cabeza entre su pecho y su cuello. Me puso sobre la cama y me seco de pies a cabeza. Yo estaba en el quinto cielo otra vez. Ese hombre se había venido sin siquiera metérmelo y yo me había venido de solo sentirlo en la entrada del culo. Así nos quedamos dormidos por un par de horas. Desnudos abrazados en uno al otro. Yo de lado y el detrás mió con su pene entre mis piernas.

A las 9 me desperté me vestí, nos besamos y me fui a casa no sin ates prometernos que volveríamos a pasar otro dio como este o porque no aun mejor que este.

Próximo capitulo:

Dos días en Ibiza

Besitos Inés Elvira.

Si queréis escribirme con vuestros cometarios podéis hacerlo a: inesitagrimaldi@yahoo.com