El Juego de Tenis (1)

Inés Elvira se decide a ir a la casa de Ignacio para jugar al tenis y pasar el día con el.

INES ELVIRA

Capitulo 3

El Juego de Tenis – Primera Parte

Después de meterme a la cama con mi babydoll rosado y haberme masturbado como siempre, con un dedito entre mi coñito que era como yo sentía que debería llamar a mi culito, me quedé dormida pensando en como iba a ser el día siguiente.

Me desperté a eso de las 8 de la mañana. Me fui a la ducha inmediatamente, me duche y luego me eché aceite Jonson en todo el cuerpo. Me puse un bikini azul celeste y luego un mini short de jean. Un polo azul celeste sin sujetador porque me preocupaba que mi familia me lo viera. Unos flip-flops azules, me agarré le pelo como siempre y bajé a desayunar.

En la mesa estaba mi padre que me invito a ir con un grupo a la casona que tenemos en Pollensa, a unos 45 kilómetros al norte de la isla. Yo le dije que me llamaba la atención pero que si no veía problema, preferiría quedarme porque don Ignacio me había invitado a jugar tenis y que yo creía que era importante que me mantuviera practicando para cuando regresara al colegio estar en perfecta forma. Mi padre dijo que estaba bien y así se lo hizo saber a mi madre.

Mi madre dijo que estaba bien. A eso de las 10 de la mañana se fue el primer grupo que pasaría el día en Cala Millor y a las once el grupo que iría con mi padre a pasar el día en Pollensa. Yo me quede sola en la casa con Ana.

Subí a organizar mis cosas de tenis. La verdad es que estaba muy nerviosa. Estaba guardando mis shorts y blusas en el maletín de tenis cuando Ana entró al cuarto. Se paró en la puerta y me dijo "En que anda la señorita?" Yo le respondí que no sabia de que estaba hablando, a lo que ella me respondió que no me hiciera la tonta. Yo le dije que de que hablaba, y ella me dijo "Nadie la conoce a usted mejor que yo. Quien es la única persona que se refiere a usted como a una señorita? Yo. Yo se que pasa por su cabecita loca y se perfectamente que algo se trae entre manos."

"Nada – le dije yo – solo voy a jugar al tenis con don Ignacio en su casa. Eso es todo." Ana me dijo que ella se había dado cuenta como el me miraba y también que había notado que a mi me agradaban sus atenciones.

"Yo no se si a el le gusten las mariquitas como usted, pero lo que si se es que el es un hombre casado, tiene 4 hijos mayores que usted y una esposa que fue modelo. Además, tiene 53 años, es decir 41 mas que usted."

Yo me quede mirándola sin saber que decir. Ella estaba en lo correcto. Yo no sabía que era, pero me encantaban sus atenciones y aun sentía el calor de los besos que me había dado y la sensación de haber sentido sus genitales contra mi cuerpo. Entonces Ana agregó "Eventualmente usted tendrá relaciones con un hombre, no me cabe la menor duda, porque a usted no le gustan las chicas. Pero usted solo tiene 12 añitos y no creo que esté lista para una relación, mucho menos con un hombre tan mayor. Piénselo antes de hacer una tontería… prométamelo!"

"Te lo prometo Ana – le dije – pero no crees que estas exagerando? A lo mejor es solo que le caigo bien y quiere jugar tenis conmigo. Porque tiene que ser solo que anda detrás de mi?"

"Pues porque mírese usted al espejo – dijo mi gobernanta – usted tiene toda la razón en ser mariquita. Porque es que de niño no tiene nada. Usted es una niña por donde se la mire. Sus piernas largas y estilizadas, son las piernas más bellas de la familia. Su culo redondo y parado… por Dios es que es prefecto!... es la envidia de sus hermanas y sus primas."

"Yo no conozco otro niño que tenga una cintura tan delicada. Su cara, sus brazos, sus manos, sus ojos, su pelo y hasta su pecho es de niña. Porque cree que sus padres la dejan en paz? Pues porque saben que tarde o temprano usted va a salir del closet, y quieren estar preparados para eso. Es más, a sus 12 añitos parece más bien una guapísima adolescente de 14. "

"Yo soy la única que la trata como una niña porque uno no me importa que sea mariquita y dos, porque si hubiera tenido una hija hubiera sido feliz si fuera la mitad de lo guapa que es usted."

"Al igual que sus padres y yo, estoy segura que don Ignacio también ha visto lo linda que es usted… Y que mejor que la compañía de semejante fresco y joven monumento para pasar un día… SOLOS! En su casa? Solo tenga mucho cuidado, lo que sea que termine haciendo, que sea porque usted realmente lo quiere hacer no porque don Ignacio o nadie la obligue, OK?"

"OK Ana – dije yo – seguiré tu concejo. De paso, es verdad que soy tan linda? Es verdad que es obvio que soy mariquita?"

"Pues claro que si! Usted es una de las chicas mas lindas que he conocido y si lugar a dudas la mariquita mas bella que existe. Que todo el mundo ha dado cuenta? Claro!"

Con eso me dejo sola en mi habitación. Organizé dos pares de mini-mini-shorts uno blanco y el otro rosado, dos blusas una blanca sin mangas y la otra muy cortita rosada y blanco. El conjunto blanco me lo pondría seguramente y el otro, mas femenino, lo usaría si se prestaba el momento, es decir si Don Ignacio me volvía a tratar como una niña que era lo que yo deseaba fervientemente.

Eché también un bolsito con maquillaje, dos conjuntos de bragas y sujetadores y un bañador de "hombre" y uno de chica entero color azul oscuro, y unas sandalias negras con rosado de 4 centímetros, también por si se daba la oportunidad de usarlos.

Me sentía excitada y nerviosa, pero en ningún momento tuve la as mínima duda de que quería ir a la casa de Don Ignacio. Una vez empacadas mis raquetas. Me vestí. Escogí un conjunto de bragas y sujetador azules con bordados blancos. El sujetador me quedaba perfectamente ajustado a mis pechos y mis pezones y aureolas se transparentaban coquetamente a través del bordado. Me organizé el clítoris y mis bolitas bien hacia atrás y me los controle con las bragas thong con bordados en el frente dejando transparentar el delicado bello del bello púbico de mi monte de Venus.

Luego unos vaqueros a la cadera marca 7 que había comprado en Nueva York en la primavera. Me quedaban como pintados. Me encantaba mirarme al espejo porque dibujaban mis piernas y mi culo perfectamente. Luego una camisa polo color verde bastante ajustada que me llegaba justo a la pretina del vaquero dejando entrever mi estomago.

Me puse muy poco maquillaje, solo brillo en los labios y un poquitin de pestañita. Luego unas zapatillas muy sencillas de piel y un bolso compañero. Cuando baje a la cocina Ana me vio y me dijo "De manera que no anda buscando nada ah? Mírese usted, está espectacular! Si Don Ignacio no se va de espalda cuando la vea, es porque esta muerto. Solo le digo una cosa, es mejor que este preparada para sus avances…"

"Gracias Ana – dije yo coquetamente – estaré lista no te preocupes"

"Habla usted como si tuviera 25 años!"

"Como siempre eres una exagerada – en eso sonó la bocina de Bentley de Don Ignacio que venia a recogerme – Bueno Ana te veo esta tarde, yo creo que llegare a eso de las 9"

Salí y el chofer ya estaba esperándome con la puerta abierta. Le di las gracias y subí al coche No sin darme cuenta como me miraba con ojos de lobo feroz… tengo que aceptar que haberle despertado esa sensación a Pablo – ese era su nombre – me encantó, era maravilloso sentir como siendo "oficialmente" un niño podía hacer que los hombre me miraran como una niña… Era maravilloso!

En pocos minutos llegamos a la casa de Don Ignacio. Baje del coche el mayordomo me abrió la puerta saludando con una muda venia y yo entre. "Póngase cómoda" dijo el mayordomo. Me senté en un sofá en medio del salón que daba a la piscina poniendo mis maletines sobre un sillón y encendí la tele.

Cuando estaba buscando un programa sobre modelaje entró Don Ignacio.

Estaba vestido con unos pantalones blancos de lino, una camisa de manga corta verde oscura abierta hasta la mitad del pecho y unas zapatillas marrón sin calcetines. Tenia el pelo arreglado seguramente si usar peine sino simplemente usando las manos, perfectamente afeitado y con ese color de piel bronceado que lo hacia ver, no como un hombre de 53 años, sino como un playboy de cuarenta. Era verdaderamente muy guapo.

Con razón todas las señoras le tenían miedo. Era "un pecadillo en dos piernas" como decía mi tía Inés. Cuando lo vi mi corazoncito de niña mariquita latió a mil por hora, pero como pude intente no dejarle saber cuan atraída me sentía. El me miró con una hermosa sonrisa que casi me hace desmayar, y luego haciendo caso omiso de mi estupefacción, dijo "Que maravilla que hayas venido! Vamos a pasar una tarde estupenda ya veras.

Yo me levante para saludarlo y el frenó en medio de la sala diciendo "Joder si es que eres excepcional!" Te ves maravillosamente! Disculpa me reacción pero no pensé que pudieras verte tan bien!

Gracias le dije ruborizándome. El me saludó dándome un beso en cada mejilla como si fuera lo mas natural del mundo. Bueno pero dime quieres tomar algo. Tiene que ser algo que yo pueda preparar porque el servicio tiene el día libre.

Los únicos que estas aquí son el chofer y el mayordomo pero ellos se van en unos minutos. La cocinera nos preparo unas estupendas viandas frías así que no hay que cocinar nada.

Una soda gracias… Coca Cola si es posible. "Claro – dijo el – pero siéntate por favor" Me senté mientras el iba a la cocina y regresaba con la cola para mi y para el un vaso con agua. "No quiero tomas nada fuerte porque quiero estar listo para ti… para nuestro juego y tu?"

Yo le dije que si que podríamos comenzar cuando el quisiera y el me dijo que esperáramos a que el chofer y el mayordomo se fueran. Los dos vinieron unos minutos mas tarde y se despidieron hasta el día siguiente. Cerraron la puerta tras de si y luego escuche como la puerta metálica de la entrada al jardín frontal de la casa también se cerraba.

OK, ya que nos deshicimos del servicio, que tal si vamos a jugar.

"Donde me puedo cambiar" dije yo. El me dijo que en la habitación principal y luego dijo "Esta mañana estuve en la tienda de tenis del club y me tome el atrevimiento de comprarte un par de juegos de ropa para tenis… espero que no te moleste. Los dos están encima de la cama, si no los quieres usar lo entenderé, por favor no sientas ninguna presión."

OK dije yo. "realmente no veo el problema pero no ha debido molestarse. "No fue molestia" dijo el, anda cámbiate.

Subí a la recamara y al entrar sobre la inmensa cama vi los dos juegos de ropa. Casi me desmayo. Eran preciosos. El primero era una mini-mini-faldita negra en A con una blusita de seda color coral suave sin mangas y una tirantitas muy delgadas y además bastante escotada. Calcetines y zapatillas rosados.

El segundo era un vestidito de licra de una sola pieza igual con tirantitas muy delgaditas y muy cortito estampado en delicadas floresitas azul oscuro y celeste todo de marca Ellesse que es mi preferida. Al lado había dos pares de bragas y sujetador unos rosado y el otro de flores azules.

Y como si fuera poco al lado había un micro bikini amarillo. Casi me muero! Había una tarjetita que decía "Para la tenista más bella de las Baleares esperando que tengamos un maravilloso juego de tenis. Si prefieres usar lo que trajiste lo entenderé sin preguntar. Besos, Ignacio".

Me senté por unos minutos pensando en que iba a hacer. Aun a mis tiernos 12 abriles creo que tenía la cabeza suficiente para poner en perspectiva mis necesidades de mujer y las recomendaciones de Ana.

Me fui al baño y me di una corta ducha solo para refrescarme. Salí y me senté en la cama. Tome el conjunto de bragas y sujetador rosado y me los puse. Wow! Me quedaban pintados. El sujetador me acogía los incipientes pechos perfectamente y mis pezones estaban como piedras haciendo que la prensa se viera verdaderamente sexy.

Tomando fuerza no se de donde no me masturbé sino que agarre mi clítoris, el que otrora se llamara pene pero que yo prefiero pensar que es mi clítoris, me lo eche para atrás justo con mis ovarios (huevitos) apretándolos con el bikinicito. Me veía preciosa y como decía Ana, realmente parecía de 14 en vez de 12.

Me puse la mini-mini-faldita negra y la blusa coral suave. La faldita escasamente cubría el bikini y se me paraba sobre las nalgas haciéndolas lucir muy bien. La blusa era totalmente ajustada al cuerpo de tal manera hacia lucir mi plano estomago y moldeaba mi sujetador dejando ver la clara silueta de mis infantiles pechos. La mini venia con una braguita de tenis y a regañadientes me la puse encima del bikini puesto que la necesitaba para poner las bolas (de tenis... pillin!). Luego me calcé los calcetines y luego las zapatillas rosadas.

Me pare en frente del espejo y me agarré el pelo en cola de caballo amarrándolo con un pequeñito pañuelo de velo del mismo color de la blusa. Luego un par de manillas del mismo color. Pensé que era a apenas natural maquillarme y así lo hice. Me senté en frente del tocador que allí había y pinte los ojos con sombras muy suaves rodas y gris oscuro, luego pestañita, un poco de rubor, pintalabios de color frost rosado claro y me eché mi perfume favorito Cori Andre.

Me miré una vez mas al espejo y me dije a mis misma "bueno Inés Elvira, la primera vez que alguien te haya visto totalmente vestida de mujer es hoy y el afortunado va a ser un hombre que podría ser mi padre." En eso Don Ignacio tocó a la puerta preguntado si estaba lista. Le dije que en un minuto y me dijo que me esperaría en la primera planta a lo que le dije que estaba bien.

Agarre el maletín de mis raquetas, una toalla y salí del cuarto armándome de todo el valor que podía. Me asomé a la parte baja y allí estaba Don Ignacio con una camisa de tenis blanca también Ellesse y un short no muy largo azul oscuro. Era increíble como se veía de bien. Su cuerpo era fuerte y atlético. No tenia ni una gota de estomago, al contrario era plano como el de esos atletas que yo suspiraba viendo en la tele. Le pedí que por favor cerrara los ojos y los tuviera cerrados hasta que yo le dijera. El dijo que estaba bien.

Baje las escaleras y cuando estaba abajo puse el maletín de las raquetas sobre un sillón, me pare en frente a el en mi mejor pose de niña inocente y le dije "listo?" E dijo "si" y yo le dije OK Don Ignacio antes de abrirlos tiene que prometer que cuando me vea me dirá la pura verdad… ah y otra cosa no me llame Eduardo, de ahora en adelante le agradecería que me llamase Inés Elvira que es mi real nombre… o por lo menos así es como quiero llamarme… "OK"

OK dijo el y yo le dije… Ya!

Abrió los ojos y no dijo nada por unos segundos. Yo sin darme cuenta había cerrado los míos hasta que l me dijo "bueno tontilla abre los tuyos si no como voy a hacer para decirte lo que pienso."

Disculpe usted y abrí los ojos. Esta a solo unos centímetros de este hombrote. Sin excederse me dijo "esto es lo que pienso. Que eres maravillosamente bella. Que hubiera sido un pecado hacerte ser hombrecito en vez de la preciosidad de niña que esta en rente mió. Date una vuelta por favor." Yo gire en redondo hasta verlo de nuevo frente a frente.

El me dijo "eres perfecta, no creo que hayan muchas niñas de tu edad que sean tan bellas y tan maduras. Parece que tuvieras 15 añitos. Como te sientes?"

Me siento muy bien pero estoy un poquito asustada porque esta es la primera vez que alguien me ve como Inés Elvira."

Me dijo "OK de ahora en adelante yo te llamare solo Inés Elvira si me prometes que dejas de llamarme Don Ignacio. Para ti soy Ignacio, OK" Yo asentí con la cabeza. El entonces se acerco a mi y me dio dos tiernos besos en las mejillas diciendo "ahora date vuelta que te tengo un regalito."

Me di vuelta y sin decir nada mas me colgó una cadenita de oro con un corazoncito de oro. Era bella! "Te gusta?" "me encanta" le dije. Luego me entregó los pendientes compañeros diciéndome vas a tener que abrirte los lóbulos de las orejas para estos. Eran dos corazoncitos iguales a la cadenita que tenia el cuello.

Me mire al espejo y le dije "son preciosos Don… perdón Ignacio… me encantan!" luego me volteé y sin siquiera pensarlo le di un beso en la mejilla le: me has hecho la chica mas feliz!" El me agarro por la cintura y mirándome a los ojos me dijo "yo creo que Cartier hizo estas prendas solo para que las princesitas como tu las lucieran."

Nos miramos a los ojos por unos segundos interminables. Yo le daba a la mitad del pecho así que estaba mirándolo hacia arriba lo cual me daba una perspectiva ensoñadota de este hombre maravilloso. El me miraba hacia abajo apretándome aun mas contra el. Yo apenas atiné a suspirar sin dejar de mirarlo a los ojo. Me apretó mas y me dijo "me gustas mucho Inés Elvira, me gustas demasiado… me estas volviendo loquito desde anoche… eres la niña mas bella y las sexy que he conocido… quisiera saber que pasa por tu cabecita en este instante…"

"Nada… no pasa nada por mi cabecita… - le dije – en este momento no puedo pensar… solo se que me siento flotando en una nube… es tan… tan… que no se nada de nada."

Me miro otra vez y dándome muchos besos en las mejillas me dijo "quiero que estés segura de lo que estás haciendo y lo que quieres hacer… no quiero que te sientas obligada a absolutamente nada que no quieras hacer. Prefiero tenerte como mi niña amiga en vez de que hagas algo que no quieres" Me besó en las mejillas de nuevo mientras yo sentía en mi pecho la evidente erección que estaba teniendo al contrario de retirarme me pegue mas a el para sentirla mas… era maravilloso… todo esto por culpa mía

Te lo prometo… te prometo que lo pase entre nosotros va ser solo lo que yo quiera que pase OK? OK dijo el… y mientras sentía su pene en mi pecho el se agachó una vez mas y me dio un dulcísimo beso en la boca que duro solo un segundo... Apartándome me dijo: OK hora de jugar tenis… estas lista?"

Si estoy lista, el que no si esta listo eres tu y señale su pantalonera. El se rió y dijo esto para pronto… vamos a jugar pilluela… Vamos dije yo. Agarramos las raquetas y nos dirigimos a la pista de tenis.

Próximo capitulo:

El Juego de Tenis segunda parte.

Besitos Inés Elvira.

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