El juego de los 2 sexos

Atado y con los ojos vendados, me exitó terriblemente no saber si quienes me tocaban eran realmente mujeres o había hombres también.

Mi nombre es Sebastián y tengo 25 años. Vivo en Córdoba, Argentina, y trabajo en una oficina. Ese sábado tuve que ir a la mañana porque tenía que entregar un informe a primera hora del lunes. Me tomó poco tiempo, y a eso de las 11 ya había terminado, así que me puse a navegar por internet a ver fotos de bondage, ya que me encanta el sado como fantasía, pero nunca la había llevado a cabo.

Mientras veía unas fotos buenísimas, de repente m jefa estaba parada atrás mío: había pasado a buscar unas cosas y me descubrió. Me corrió un sudor frío por la espalda mientras se acercaba y yo intentaba cerrar la ventana de la página, pero obviamente ya era tarde. Mis manos temblaban y ella, sonriendo al verme tan nervioso, escribió una frase en una hoja, volvió a reirse, se dio media vuelta y se fue.

"El miércoles a las 23 en mi casa", decía la hoja, y apenas terminé de leerla tenía una erección descomunal. Desde ese momento no pude dejar de pensar en cómo sería ese encuentro, que querría ella, hasta que llegó por fin. Luego de mentirle a mi novia sobre una supuesta reunión de trabajo, y con una mezcla de neriosismo y exitación total, partí hacia su casa.Cuando abrió al puerta su marido me quedé helado, yo esperaba que estemos solos, pero qué hacía el ahí? Pensé que algo había salido mal, pero antes de inventar una excusa me dijo "Pasá que te está esperando" y me guió por un pasillo hasta un salón totalmente a oscuras. Me dejó ahí, cerró al puerta y apareció ella. Mi jefa tiene 43 años, es de esas mujeres que están siempre arregladas y que cualquier hombre desea, morocha, flaca. Toda vestida de cuero, infartante, con botas con tacos finísimos, guantes y un collar de cuero en el cuello.

-Desnudate que te voy a vestir yo- me dijo- y te conviene que me hagas caso.

Acto seguido tomó mis manos, me las ató con una soga a una barra que colgaba del techo. Me vendó los ojos, me ató una bola a la boca, prendió la luz y dijo "ahora vamos a empezar a jugar". En ese momento sentí que podía acabar al instante de la exitación que tenía. Era mi fantasia máxima y no podía creer que me estuviera pasando! Pero de repente alguien tocó la puerta.

-Al fin, los estaba esperando.

Quienes eran?Mi jefa estaba loca!!! Y empecé a sentir las risas y los pasos de varias personas, algunas eran mujeres pero había otros hombres también. En ese momento tuve ganas de gritar y pedir que me soltaran, pero no podía y me moría de miedo.

-Este es la putita de las que le hablé, miren la colita que tiene (es el mejor atributo de mi cuerpo, sin dudas). Me hizo levantar los pies y me colocó dos botas, eran muy incómodas, y mas para alguien como yo que nuca había usado unas.

  • Así te levanta más la cola - me dijo-. Y ahora vamos a jugar con vos, pero no vas a poder saber si te toca un hombre o una mujer, divertido no?

Cuando terminó de decir esas palabras, me dio una nalgada muy fuerte, y todo se transformó. Mi miedo del principio desapareció y volví a exitarme terriblemente. No sabía qué iba a pasar conmigo, quién iba a tocarme, y me di cuenta que estar completamente dominado a ese juego de heterosexualidad-homosexualidad empezaba a gustarme.....

Continuará