El Juego de la Perversión 01

Esta es la historia de un juego de mesa muy especial, que una vez que se empieza a jugar no se puede parar... y si se pierde nunca se podrá escapar... (Dominación bisexual y amor filial).

El Juego de la Perversión

Presentación.

Buenas tardes tengan todos, primero que nada quisiera darles la bienvenida a mi historia más reciente y agradecerles por todo el apoyo que me han dado desde que empecé a escribir en esta página… la mejor página de relatos eróticos que he visto.

El día de hoy daré inicio a mi serie más reciente, titulada "El Juego de la Perversión" , que trata de un curioso juego erótico que oculta más cosas de las que muestra: no deja escapar a quienes lo juegan y pierden. Espero que les agrade esta historia y de nuevo pongo a su disposición mi correo electrónico para que me manden sus comentarios y opiniones, me encantan leerlos.

Asimismo quiero aclararles que esta es una nueva versión, revisada y corregida, de una vieja serie que publiqué en esta misma página cuando escribía con otro pseudónimo, pero que borré no sé porqué razón. De igual manera les adelanto que este, por ser el primer capítulo de la serie, no trae escenas eróticas o sexuales ya que se limita a contar detalles muy importantes del juego para poder comprender el de la historia. Además también les comento que su orientación sexual es de dominación bisexual. Besos y abrazos para todo, espero que lo disfruten.

Garganta de Cuero

. . . . .

I

¡Qué aburrimiento! Definitivamente no me gusta tomar camionetas extraurbanas para ir a mi trabajo en Cobán, pero ni modo, mi carro está en el taller, y aunque Daike, mi esposa, insistió en prestarme el suyo, no la iba a dejar a pié. Ya sé que sueno chapado a la antigua (prefiero que me llamen caballero) pero no me gusta que ella ande por la calle en bus o en taxi. Prefiero ser yo el que tenga que cargar con la incomodidad de estos buses, que más que buses parecen transporte de ganado.

Afortunadamente en Cobán no preciso de carro para transportarme, perfectamente puedo hacerlo en bus o, mejor, a pié, me gusta caminar. Lo malo es que tengo que salir el domingo para llegar a tiempo al colegio, soy propietario de un centro educativo en Cobán. No es muy lujoso, pero si con un sólido prestigio una alta excelencia académica. Allí preparo a los alumnos en varias carreras técnicas de nivel diversificados. Soy Licenciado en Pedagogía y la educación es mi pasión, debo viajar cada lunes por la mañana y no me gusta faltar pues soy muy responsable en mi trabajo.

Trabajo y resido en Cobán entre semana, y los fines me voy con mi mujer y mis 3 hijos a la capital, se preguntarán porqué. Lo que pasó fue que, cuando me casé, todavía no me había graduado de pedagogo, me faltaba un año para cerrar. Mi novia ya estaba "adelantadita", por lo que tuvimos que adelantar nuestra boda de emergencia. Mi padre me ayudó mucho y me regaló un terreno que una tía de el le había dejado, en Cobán. Y además me iba a terminar de pagar los estudios. Prácticamente iba a mantener a mi familia en lo que comenzaba a ganar dinero, por lo que no pude negarme.

Pero el terreno no sería regalado, yo tendría que pagárselo con el tiempo. Esto porque también tenía 3 hermanos menores y no era justo. Así era mi papá, justo y democrático a quemarropa. Cinco años después, falleció y todavía le estoy pagando el terreno a mi madre, a pesar de que ella no quiere que lo haga. Pero así soy, siempre pago mis deudas, como mi padre.

Fue en ese mismo fin de semana que pasó… jugamos con mi viejo juego… este es un juego de desafíos y penitencias sexuales muy fuertes que me encontré en una casa vieja y abandonada cuando tenía 13 años y que daba por perdido.

Vos Guayo, ¿tenés cervezas?

Si Jorge, están en la refri.

Gracias mano. – ese era Jorge, esposo de mi prima Mariana, un sinvergüenza muy buena gente.

A propósito, creo que debo presentarme antes de seguir con el relato. Mi nombre es Eduardo Garrido, pero pueden llamarme Guayo. Soy alto, robusto y velludo, bastante atlético y con buena condición física porque me gustan mucho los deportes. Soy de piel morena clara, ojos oscuros, cabello negro rizado, un tipo guapo realmente (modestia aparte). Y finalmente, soy el mayor de 4 hermanos… ahora si, sigamos.

Mi prima, Mariana Garrido de Torres, había salido con su esposo, Jorge, a pasear por las grutas de Semuc Champey, y de regreso decidieron salir a visitarme. Esa visita me cayó de sorpresa, pero los recibí con gusto, me encantan las visitas. Como a la hora llegaron mis hermanos Aura María y Alfredo. Venían de ver a mi madre en Huehuetenango, un departamento de Guatemala de donde somos originarios, y de regreso pasaron a verme.

Dame un cervecita a mí también. – dijo Aura. Mariana pidió agua, no le gustaba beber.

¡Qué bueno tenerlos aquí muchá! – les dije.

Si, es bonito Cobán. – me dijo Mariana. Ella era muy tierna y amable, siempre ha sido así.

Estuvimos bebiendo como por una media hora, cuando Jorge comenzó a contar chistes. Yo, que no soy nada callado y me gusta la parranda, me le uní y conté los míos. Poco a poco los chistes se iban haciendo más obscenos, hasta que Aura recordó un episodio vergonzoso de mi juventud.

¡A propósito de niños morbosos, Guayo era uno de esos! – me puse rojo de inmediato.

Aura, callate… – le dije, ya sabía por donde iba la cosa.

Fíjense que cuando tenía como 10 años, tenía una juego shuco que le escondía a mi papá.

¡A la gran! ¡Qué vergüenza! – corearon todos poniéndome más rojo – Contanos qué era. – me molestaron tanto que al final les tuve que confesar.

Miren, uno a los 13 años se le empiezan a alborotar las hormonas… – se rieron – y un día me encontré un juego mero pervertido en una casa abandonada cerca de donde vivíamos.

¿Cómo así? Explicanos. – dijo Fredi.

Mirá… es que era complicado… tendrían que verlo para entenderlo

¡Entonces todavía lo tenés! – gritó el escandaloso de Jorge, y todos volvieron a corearme. Me volví a poner rojo.

No, no… es que… bueno sí… – acepté al final, y todos volvieron a hacerme bulla.

¿Y lo tenés aquí? – preguntó Aura.

Si. Si mi esposa lo encuentra me mata, así que no lo pude dejar en la capital.

¡Queremos verlo! ¡Queremos verlo! ¡Queremos verlo! ¡Queremos verlo!

¡Vaya! ¡Vaya!

Nos fuimos a mi cuarto y saqué la caja del fondo de mi armario. Poco a poco fui sacando todas las piezas, una por una, todos lo miraban con atención. Mariana tomó una tarjeta y la leyó: "¡chupale la verga al jugador que saque el número mayor al tirar el dado!" gritó escandalizada. Todos me comenzaron a molestar otra vez. "¡Tenía 13 años!" me defendí.

Querían que se los explicara, así que lo extendí en la mesa del comedor para que lo vieran bien. El juego consta de 4 tableros de madera de diferentes colores, cada uno dividido a su vez en celdas cuadradas de 1.5 cm por lado. Son 20 celdillas por lado, por los que cada tablero tiene una medida de 30 x 30. Las celdillas están identificadas horizontalmente por letras y verticalmente por números, por lo que harían falta 4 letras, pero en su lugar aparecían 4 signos raros que nunca comprendí. Cada cuerpo posee una celda de color verde y una de color azul, cada una colocada en un extremo del tablero directamente opuesto a la otra y marcan en inicio y el final de los tableros. Así, todas las celdillas verdes se identifican como " Z-30", y todas las azules como "A-01".

El que se inventó esto estaba fumando marihuana. – bromeó Jorge.

Si, de verdad que es una cosa compleja… y nada improvisada, miren la calidad de todo, los tableros, las piezas, tal tarjetas. Pero bueno… les sigo explicando, este juego combina la complejidad de los juegos de cartas mágicas, como "Magic the Gathering" por ejemplo, en que hay que pelear contra otros jugadores, con la ingeniosidad de "Serpientes y Escaleras" y con la picardía de la típica y tradicional "Botellita".

Juguemos… – sugirió Aura pícaramente. Nos quedamos en silencio por un momento.

¡¿Quién dijo miedo?! – exclamó Jorge secundándola… a mi no me gustó nada la sugerencia, pero no dije nada… un gravísimo error… – Seguí explicándonos mano

El juego es para un máximo de 6 jugadores, pudiendo escoger entre 3 magos y 3 guerreros. Los personajes son los siguientes:

"El Chamán de los Volcanes", inspirado en los chamanes mayas de mi país, con el poder mágico de la naturaleza.

"La Bruja de Puerto Príncipe", inspirada en una hechicera haitiana que practica vudú.

"El Druida del Bosque Encantado", un mago al estilo medieval europeo.

"El Guerrero Águila", guerrero azteca con casco de águila y larga lanza.

"El Samurai", un samurai japonés.

"El Caballero Templario", el típico caballero de la edad media.

Yo elegí al que siempre fue mi favorito, el chamán. Aura se quedó con el Templario, Jorge con el Samurai, Fredi se quedó con el Guerrero Águila, y Mariana resignada con la Bruja.

– Cada personaje difiere en energía mágica, fuerza y capacidad de defensa, dependiendo de su fuerza vital… – les dije.

– Como en "Magic the Gathering"

– Si Fredi, exactamente… y pelearán cuando se encuentren en cualquier punto de los cursos. El jugador que supere los 4 cursos antes que el resto o el último que quede con libre dentro del juego es el que gana.

¿A qué te refería cuando dijiste que gana el último que quede libre? – preguntó Aura, titubeé antes de contestar, esa pregunta me traía malos recuerdos y era el meollo del juego.

Cada jugador empieza con una fortuna de 10 monedas de oro, con la que pueden comprar mejores armas, hechizos u objetos mágicos. Pero cuidado, pues también con ellas deben pagar. Por ejemplo, a lo largo de los cursos pueden caer en celdas en donde a cambio de no realizar un desafío o penitencia deben pagar entre 1 y 3 monedas de oro. Pero también pueden perder un duelo con otro jugador, y para no hacer lo que dice una tarjeta que deberán sacar, pueden pagarle al jugador ganador el precio que dice la tarjeta, también entre 1 y 3 monedas de oro. Pero también pueden dejar una de sus prendas, hasta quedar totalmente desnudo.

Como verán, hay que cuidar mucho las fortunas… lo malo del juego es que difícilmente se puede salir del segundo curso con dinero. Sin embargo, por cada prueba superada, el jugador obtendrá el valor de la tarjeta que haya sacado.

Dijiste "…para no hacer lo que dice una tarjeta que deberán sacar…", ¿qué tarjetas?

Para los desafíos y penitencias hay un 3 diferentes pozos tarjetas, dependiendo si se trata de un hombre o de una mujer. Las tarjetas celestes 2 celestes son penitencias y desafíos que un hombre debe realizarle a una mujer; las rosadas es lo mismo, solo que de mujer a hombre; y las blancas son las peores, pues sus penitencias no toman en cuenta el sexo del penitente ni de nadie..

Las blancas se pondrán en cuanto un jugador haya superado su segundo curso, para asegurarse que ya no les quede demasiado dinero a todos. – les dije.

¡Qué mal, esas reglas están meras peliagudas! – exclamó Jorge.

Obviamente, todos vamos a querer sacar del pozo la tarjeta que nos corresponda según nuestro sexo y evadir la tarjeta blanca. Pero los pozos no se reemplazan hasta que la última tarjeta de los 3 sea tomada, de manera que si sos hombre y solo quedan tarjetas rosadas, tendrás que tomar una de ella y hacerle a un compañero lo que allí dice. – agregué.

¡Está bien jodido! – volvió a exclamar Jorge

Al principio los personajes solo pueden combatir con hechizos elementales (los que utilicen la magia como el chamán, la bruja o el druida) o con armas básicas (espada y escudo para el caballero, lanza y escudo para el guerrero águila y katana y armadura para el samurai), pero conforme vayan avanzando en el juego pueden adquirir o comprar hechizos o armas más poderosas u objetos especiales.

También hay otros tipos de tarjetas: hay 2 pozos de tarjetas de batalla, uno rojo y uno azul. A cada jugador se le repartió aleatoriamente 4 cartas, 2 de cada pozo. Las azules son defensivas solo sirven para defender, y las rojas ofensivas y son solo para atacar. Si eres mago, no te servirán de mucho las cartas para guerrero, lo mismo si eres guerrero y te tocan cartas de mago. Las cartas rojas tienen un límite de 5 puntos de daño sobre la energía vital del jugador, que siempre es de 10. Las azules solo cubren hasta 3 puntos de las rojas. Pero si un guerrero o mago utiliza las cartas que le corresponde, el poder ofensivo y el defensivo suben 2 puntos. De lo contrario, las cartas ofensivas y las defensivas pierden un punto de su valor inicial.

¿Y cuándo tenga una tarjeta especial o un objeto mágico qué? – preguntó Fredi.

Podés usarlo o vendérselo al juego si no te sirve… pero para usarlo basta con seguir las reglas que están escritas en él.

Cada tablero representa un curso temático que se debe superar. La entrada a estos 4 cursos se hace por medio de la celdilla verde, y la salida está en la celdilla azul. Gana el competidor que supere primero los 4 cursos, o el último que quede libre. Los 4 cursos son lo siguientes:

"El Reino del Rey Ottón", de temática medieval y en donde prevalecen los enfrentamientos contra dragones, caballeros y magos.

"El Laberinto", que es casi íntegramente similar a "Serpientes y Escaleras" y cuyo principal desafío es el tiempo que se pierde subiendo y cayendo por los pasajes del laberinto.

"El Bosque Encantado", muy parecido al "Reino del Rey Ottón".

Y "El Desierto de las Centurias", repleto de retos y desafíos que se deben cumplir para seguir adelante.

Para avanzar en los tableros se utilizan 2 dados, los cuales hay que lanzar al mismo tiempo. Para determinar en cuál tablero nos toca jugar, se lanza primero un dado, esperando sacar un número del 1 al 4, de lo contrario se vuelve a lanzar hasta que sale.

Vaya, todo eso ya nos quedó claro… – intervino Aura – pero no nos has dicho de qué se trata eso de que "gana el último jugador que quede libre"… – nuevamente me quedé callado, ese era un tema que no quería tocar, pero ya no pude evitarlo

Era un pequeño detallito que yo conocía muy bien, cuando un jugador no le puede pagar a otro después de perder un duelo, quedará como su esclavo y no podrá salir de esa condición sino hasta que le pague el doble del valor adeudado. Puede prestarle dinero a cualquier otro jugador, pero igual quedará como esclavo de este.

¿Cómo así? – preguntó Aura.

Mirá, cuando un jugador adquiere un esclavo pude obligarlo a realizar las penitencias que le haya tocado… y sin descontarle el valor de la carta a lo que le adeuda

¡Pero qué de a huevo! – exclamó Jorge. – ¡Me las voy a coger a todas, pisadas! – dijo con cara de malo, estallando en risas todos… aunque la mía era solo del diente al labio y forzada.

Un esclavo solo puede dejar de serlo cuando junte el dinero que debe, mediante la superación de alguna prueba dentro de un curso. Un esclavo no puede ganar el juego, solo un jugador libre, por lo que si uno logra terminar el juego de primero, tiene que seguir a un nuevo curso hasta que quede en libertad. Se puede prestar dinero para pagar el valor de la penitencia de un curso, pero con las mismas consecuencias.

Como verán, si se quedan sin pisto, quedan pisado sin remedio. – les dije muy serio.

Todos se quedaron mirándose las caras. Pensándolo bien, si estaba peliagudo jugar eso, estábamos entre familiares, así era peor.

Juguemos. – dijo Aura.

¿Cómo? Somos familia Aura. – protestó Mariana.

Si, por eso no vamos a hacer cosas sucias. Solo haremos lo que no sea muy

grueso… – le dijo jorge.

Ajá… muy grueso de hacer.

Yo estoy de acuerdo con Mariana… no creo que sea buena idea… – de nada sirvió mi opinión, al final todos estuvieron de acuerdo en jugar y yo acepté a regañadientes, porque temía lo que pudiera pasar.

Solo con 2 personas jugué esto en mi vida, una novia que tuve a los 15 y mi mejor amiga. Los resultados fueron sorprendentes… y funestos. Las 2 quedaros como traumatizadas, entraron como en un trance, como que se quedaron poseídas mientras duró el juego. Desde ese día no volví a jugarlo nunca, me quedó la impresión de que el juego era malo, o que tenía vida propia.

Tiramos los dados y cada uno puso a su personaje en la celdilla azul del tablero que le tocó. Vi a mis oponentes, yo siempre he sido muy bueno en los juegos de mesa, tengo muy buena suerte y casi siempre ganaba. Fredi y Mariana, por el contrario, eran muy malos, seguramente perderían solos en cualquiera de los cursos. Jorge, mmm… no sabía como era Jorge para jugar. Y Aura, ella si era buena, era el rival a vencer y estaba en mi tablero. Iniciamos el juego entonces

El número mayor empieza. – les dije.

Tiramos los dados, saqué un 8, Fredi sacó un 12 y le tocó empezar. Luego salió Jorge y después me tocó a mí. 5, bien, el 5 me llevaría hacia Aura. Yo ataqué a Aura, pues quería debilitarla desde el principio. Le lancé el Hechizo del Fuego Rojo que me tocó, y ella defendió a su Templario con un hechizo de barrera, obviamente no tenía cartas defensivas de guerrero. Fueron 7 puntos de ataque contra 2 de defensa, ella perdió 5 de sus 10 puntos de energía vital.

Podés contraatacar o huir, pero si te alcanzo, te puedo atacar de nuevo. – le dije. Ella solo frunció el señor y se preparó para contraatacar. Huir no es el estilo de una mujer tan aguerrida como ella.

Me atacó con el Hacha de Plata, y yo me defendí con la Varita de la Ceiba, una carta defensiva. 7 puntos de ataque contra 5 de defensa, perdí solo 2 de mis 10 de fuerza vital. "Gané yo" le dije, y la ataqué otra vez con el Fuego Rojo, y perdió sus últimos 5 puntos de energía vital, con lo que perdió la pelea. Gané 2 monedas de oro y la mandé a realizar una penitencia. Aura tomó una tarjeta celeste por error: "Chúpale las tetas a la mujer que saque el número más bajo al tirar los dados". Mariana era la única mujer presente, así que no había necesidad de tirar el dado.

¡No es justo, era una tarjeta celeste!

Ni modo, – dije – esa es la que sacaste, pero no vamos a hacer esas penitencias, ¿verdad?

No. – dijo Jorge – Pero hay que hacer como si de verdad lo hiciéramos.

Como dije, Aura era demasiado aguerrida y orgullosa como para echarse atrás, se acercó con mirada felina y paso gatuno a Mariana, ella se rió con mucho nerviosismo. Mi hermana la tomó de sus delgados hombros, se contoneó un poco sonriendo maléficamente, y le besó los senos en el aire. Fue una escena muy caliente, a pesar de que no le hizo nada, pero verla caminar de esa manera, con esa mirada tan sensual y esa manera de moverse tan provocativa, nos puso nerviosos a todos… y a mi los pelos de punta, ya empezaba a pasar

Preludio silencioso e invisible de lo que acontecería con el paso de lo minutos, de las horas y de los días… Yo se que se quedarán medio decepcionados de que este relato llegue a su fin ahora, pero era necesario que primero leyeran el proceso del juego para que lo comprendieran bien. Lo que pasó después fue algo que no podremos olvida jamás. Porque el juego sí era peligroso, sí tenía vida propia, algo perverso que deja atrapados para siempre a todo aquel que o juega y pierde

CONTINUARÁ

Garganta de Cuero

Pueden mandarme sus opiniones y comentarios a mi correo electrónico, besos y abrazos.