El juego de la baraja (II)

Dejando atrás las dudas el juego lleva a las parejas al intercambio tan deseado por todos.

Carlos barajó las cartas, jugamos y perdí. Carlos tardó unos momentos en pensar, mientras tanto yo me preguntaba: "¿qué me ordenaría hacer que fuera más atrevido y excitante que lo que ya había hecho? ¿me propondría hacer algo con mi esposa?". Carlos me echó una mirada pícara y me dijo: "acaríciale el clítoris a tu esposa hasta que tenga un orgasmo", un tanto desilusionado fui hacia mi esposa, le abrí las piernas y comencé a acariciarle allí donde se me ordenó. Aproveché para besarle en los labios y chuparle ambos pechos, de reojo vi que Carlos y Gaby estaban juntos viéndonos, pero ella tenía el pene de él en sus manos masturbándolo lentamente; me dije que todo estaba a punto de acabar, ellos seguirían hasta hacer el amor, tuve la intención de montar a mi esposa, penetrarla y hacer el acto final. Pero afortunadamente mi esposa tuvo su orgasmo y de inmediato me paré para evitar que Carlos y Gaby se fueran a hacer el amor. Les dije: "vamos a seguirle". Estaba esperando mi oportunidad de ponerle el "castigo" a Carlos, lo pensaría muy bien, pues no quería que cada quien con su pareja hiciera el amor, ya estaba decidido a que terminara en un intercambio.

El siguiente juego lo perdió mi esposa. Parece que Gaby tenía en mente algo desde hacía un rato, tal vez por venganza, tal vez porque deseaba lo mismo que yo, pues de inmediato le dijo: "Siéntate arriba de Carlos, de frente a él, que te penetre y se queden así durante 5 segundos". Eso ya era mucho, era ir demasiado lejos, tan lejos como lo deseaba yo. Sólo esperaba que mi esposa aceptara: y aceptó... ya iba hacia él pero le dije que debíamos tener cuidado, que usara un condón. Seguramente ella ansiaba sentir la verga de Carlos, pues personalmente fue a la habitación a traer un paquete de condones, mientras regresaba, los tres estábamos callados, nos veíamos y teníamos todos una sonrisa nerviosa, pero sumamente excitados, pues lo que veríamos era algo muy fuera de lo común. Regresó Laura, ya había sacado un condón, Carlos extendió la mano para ponérselo, pero Laura le dijo que ella lo pondría; iba a ponérselo y notó que el pene de Carlos no estaba completamente erecto y se lo hizo notar diciéndole: "así no voy a poder ponerte el condón", de inmediato Carlos empezó a masturbarse para que se le erectara bien, pero mi esposa lo detuvo y le dijo: "así no, déjame ayudarte": ¡ah bárbara!: se llevó el pene a la boca y empezó a jugar con él, cuando sintió que ya estaba bien duro, ella misma le puso el condón, cruzó un pie, le agarró el pene y se lo acomodó, lentamente fue haciendo que la penetrara hasta quedar completamente sentada. Como Gaby estaba con los ojos bien abiertos y sin articular palabra les dije que yo contaría los segundos, tardándome deliberadamente en empezar: 1... 2.... 3... 4.... 5, cuando Laura se estaba levantando, Carlos la volvió a sentar y ella se volvió a parar, fue una sola embestida, le pellizcó un cachete y le dijo: "tramposo".

Se fue a sentar, y mientras yo barajaba las cartas Carlos se estaba acariciando su pene, ya sin pena. Seguramente si yo perdía el juego me tocaría hacer algo con Gaby, pensando así hice trampa y perdí.

¡Y me resultó la treta!

¡Carlos me ordenó que acostara sobre la mesa a Gaby y que la penetrara, ahora por 10 segundos pero bombeándola! Ella me dijo que también me pondría un condón; como lo tenía completamente erecto, no me chupó el pene, sólo lo acarició a todo lo largo, agarrándome los testículos y pesándolos, como queriendo ver qué tan cargados estaban. Me puso el condón y ella misma se recostó en la mesa, Carlos y Laura se habían parado para ver todo con detalle. Cuando estaba a punto de penetrarla, de reojo vi que mientras nos veían, Laura estaba detrás de Carlos, tocando con sus pechos su espalda y con el pene de él en su mano derecha, masturbándolo lentamente, su otra mano le pellizcaba uno de sus pezones.

Miré a los ojos a Gaby, su mirada me pedía que ya se la metiera, que la bombeara, su respiración era agitada, el color de sus mejillas era de un rojo intenso, sus pezones completamente erectos y sus pechos se movían al compás de su agitada respiración. De pronto me encontré en una encrucijada: seguramente al penetrar a Gaby mi esposa y Carlos pasarían a mayores cosas, algo que yo deseaba que ocurriera, pero que también deseaba ver, también deseaba enormemente penetrar a Gaby, pero si lo hacía no vería la escena de Carlos con mi esposa. La solución fue simple: hice que Gaby diera un giro de 180 grados, le acaricié el clítoris, primero con mi mano y después con mi pene, aunque le estaba gustando ella quería sentirme dentro de ella, por eso me dijo: "¡ya métemela por favor!", esa expresión me puso, como dicen, a cien, se la metí poco a poco, mirándola fijamente a los ojos para ver su reacción, sus gestos, teniéndosela toda a dentro, empecé a bombearla, ella tenía los ojos cerrados, gozando las embestidas.

En esos breves momentos me olvidé de mi esposa y Carlos, los busqué con la mirada, seguían donde mismo, ahora ella estaba jugando con el líquido seminal que él tenía en la punta de su pene, cuando tuvo su dedo mojado se lo llevó a la boca, me miró y empezó a contar: 1... 2... 3... 4... 5... 6... 7... 8... 9... 10 y como habíamos acordado, intenté salirme de Gaby, pero ella me dijo: "¡no te salgas, sigue por favor!", claro que Carlos y Laura escucharon, miré a mi esposa como preguntándole qué hacía, ella me sonrió y continué bombeando a Laura. Mientras, mi esposa y Carlos se fueron al sillón, él se sentó y ella se llevó su pene a la boca; cuando sentí que yo iba a terminar, me salí y le pedí que fuéramos también al sillón.

Cuando llegamos ya Laura estaba sentada sobre Carlos, con el pene de él dentro de ella, la sostenía de las nalgas, levantándola y dejándola caer, por unos momentos nos detuvimos a ver la escena: era increíble y excitante, claramente se veía cómo el pene de Carlos entraba y salía de la vagina de mi esposa. Tumbé a Laura sobre el sillón, a un lado de ellos y empecé besándole sus pechos, succionando sus pezones, lentamente fui bajando hasta besar sus bellos púbicos, seguí con su pierna izquierda, hasta la rodilla, luego regresé por el mismo camino, volví a besar su pubis, continué con su pierna derecha, iba bajando hacia su rodilla pero ella tomó mi cabeza y la llevó hacia su entrepierna, busqué con mi lengua su clítoris y empecé a besarle, a mordisquear, al rato tuvo un orgasmo, me tomó de la cabeza y me besó en los labios diciéndome: "ahora métemela, quiero sentirla otra vez", se la metí en la posición del misionero, pero así me costaba trabajo ver lo que hacían Laura y Carlos, por lo que le pedí que hiciéramos la posición del perrito, de esa forma pude ver cómo Laura seguía encima de Carlos, ahora era ella la que subía y bajaba frenéticamente.

Estuvimos ambas parejas un rato así, después Laura se bajó de Carlos, se recostó en el sillón, le quitó el condón y le dijo que se sentara sobre ella, se puso un almohadón, de tal manera que pudo meterse el pene de Carlos a la boca, mientras con una mano lo masturbaba, me imaginé que se tragaría todo su semen, en esa posición podía ver su vagina roja y húmeda, pero no podía ver cómo lo masturbaba con la boca y la mano, por eso me salí de Gaby y la llevé frente a ellos, le pedí que con sus manos se recargara en el sillón y la penetré desde atrás, ambos podíamos verlos ahora.

Mi esposa estaba frenética, masturbándolo con boca y mano de forma muy rápida, Carlos hizo el gesto inequívoco de estar a punto de venirse y yo pensé: "¡se va a tragar su semen!", pero justo antes de que explotara se la sacó de la boca pero siguió masturbándolo con la mano y entonces ocurrió: él descargó todo su semen sobre la cara de ella con tal fuerza que le alcanzó a mojar el pelo y el sillón, fue increíble ver la cara de mi esposa llena de semen de otro, pero más increíble fue cuando ella lo volvió a tomar, se lo llevó a la boca y se lo limpió todo.

Ya no podía aguantar más, empecé con la sensación tan bonita previa a la eyaculación, pero Gaby se dio cuenta, hizo que me saliera, me quitó el condón y se hincó frente a mí, tomó mi pene con una mano y se lo llevó a la boca e hizo lo mismo que Laura: me estaba masturbando con boca y mano, estando a punto de estallar, se lo sacó de la boca, pero lo dejó apuntando ahí mismo, su mano trabajaba muy rápido, su boca estaba abierta, esperando recibir todo mi semen, y reventé, gran parte cayó dentro de su boca y otra parte a su cara, se tragó lo que tenía adentro y nuevamente se llevó el pene a la boca, lo chupó hasta dejarlo limpio y flácido.

Nos sentamos en el sillón, cada quien con su pareja, estuvimos así, desnudos, un rato, quedamente le pregunté a mi esposa que si le había gustado y me dijo que sí, me abrazó y me besó.

Nos vestimos, platicamos un rato y se despidieron con una recomendación de Gaby: no vayan a perder la baraja, el próximo mes comemos en mi casa, se la llevan.

Fin.