El juego

¿Harias todo lo que te pidiera por msn?

======= EL JUEGO ======== No podía creer que lo fuera a hacer. Avanzaba por la oficina y notaba que mi falda subía lentamente por mis desnudas piernas. En realidad yo sabía que no era así, era todo fruto de el nerviosismo. ¿Cómo había llegado a aceptar hacer esto?. Eso también daba igual a estas alturas de la jugada. Iba a hacerlo, de eso estaba completamente segura, y haría esto como había hecho todo lo demás, nerviosa, incrédula, avergonzada y tremendamente excitada. Llegue a un punto de la oficina en el que era más o menos habitual que yo estuviera recogiendo faxes, y me senté en una silla, él no tardaría en aparecer. Ahí se acercaba, no podía creer que fuera a hacerlo. Mi estomago era todo el un nudo, no sudaba porque estaba tan nerviosa que mi cuerpo no podía ni segregar sudor. Se sienta, mira su pantalla y entonces se fija en mi, clavo mis ojos en los suyos, marrones y encajados en una cara que no era fea pero que carecía de ese brillo de inteligencia que... Mejor olvidar todo eso. Respire hondo e hice lo que tenia que hacer. Desde mi posición algo reclinada en la silla me subí poco a poco la cortísima falda. Sus ojos se fueron inmediatamente hacia mis firmes piernas y seguía con la mirada el lento recorrido de mi falda mientras yo lo miraba y me mordía el labio inferior. Un segundo después mi sexo se entreveía claramente y él me miro con sorpresa, sabia que no era un acto casual. Parecía estar avergonzado de mirarme y yo ciertamente estaba avergonzada de mostrarme, pero también excitada. Abrí un poco mis piernas y bajo su atenta mirada mostré lo que apenas 4 personas habían visto antes. Estaba excitándome el ver su cara incrédula e impotente para apartar los ojos de mi sexo. Baje mi mano y acaricié brevemente mi cortísimo vello publico, que permite una visión perfecta de mis carnosos labios ( los de mi sexo ). Pase dos dedos levemente sobre mi clítoris y eso terminó de encenderme. Mi sexo resplandecía con el brillo del flujo que me humedecía, y yo me acaricie durante unos instantes el clítoris con suaves movimientos verticales. Me miró, sin poder dar crédito a sus ojos, y me encontró mirándole a los ojos, tal como él me había pedido. Mis dedos no paraban de moverse y mi excitación no paraba de crecer. Su excitación era inconfundible y era mucho más que evidente en sus pantalones, que yo veía por debajo de la mesa . Sus manos fueron hacia el bulto que se encontraba en su entrepierna y yo introduje un dedo en mi sexo. Mis pechos estaban duros, mi clítoris levantado y estimulado, y ahora mis dedos jugueteaban dentro de mi vagina, no quería parar, ya daba igual, pero mis instrucciones eran claras y este era el momento indicado por él. Lo miré fijamente y me incorporé, ajustando mi falda con un sutil movimiento no percibido por nadie. Mi sexo desnudo estaba tan húmedo que el miedo de que la humedad bajara por mi pierna era algo muy real. Me habría gustado ir al baño a satisfacerme, o secarme, o algo, pero él me esperaba. No sabia si odiarlo o adorarlo por los cambios que había producido en mi. Y digo había refiriéndome a él, porque yo soy... Supongo que debo decir como soy. Físicamente soy una chica de estatura media, pelo negro ensortijado, piernas bien torneadas y culo firme, él diría que es respingón. Mi cintura deja paso a un par de pechos que garantizan que todos los hombres a un radio de muchos metros me miren cuando entro en cualquier sitio. No me calificaría de mujer fatal, pero no paso nada desapercibida. Casi me olvidaba, y él no me lo perdonaría, mis labios son sensuales y carnosos, los 4. Soy de carácter mas bien tímido, introvertido y alegre, encajo muy bien con la gente, pero soy muy celosa de mi intimidad... en realidad debo decir que ERA, porque todo eso lo ha cambiado él. El exhibicionismo no esta entre mis tendencias naturales, pero a mis 24 años se me ha abierto un mundo hasta ahora desconocido. En acciones como las que he descrito lo que me excita no es sentirme mirada, ni anhelada, ni ver como el deseo crece en los ojos de ese infeliz que no conseguirá nada de mi. Lo que obtengo es la imagen de él con esa sonrisa irónica y la certeza absoluta de que mi "tarea" le ha divertido y excitado en unas proporciones que son un misterio para mi. No acabo de saber si lo que mas le gusta es la excitación de imaginarme, en algunos casos verme, hacerlo o si prefiere la diversión de ver lo mal, y bien, que lo paso en el proceso. De una forma u otra la verdad es inapelable, me gusta hacer lo que me pide. Él... en realidad da igual quien sea, como sea, de donde sea.... baste decir que está a un mundo de distancia, circunstancia que ha propiciado la situación actual en la que él me asigna "tareas" que yo desempeño con la misma eficiencia que demuestro en cualquier faceta de mi vida laboral. Que todo esto ocurra en mi oficina solo lo hace mas difícil, o mas divertido como diría él. Estas tareas son siempre de carácter sexual y se desarrollan casi siempre en mi oficina, frente a mi webcam si es posible, en cualquier otra parte si es necesario, aunque no han faltado las tareas "para casa". El consenso en el fin y la forma de la tarea es algo que siempre se encarga de conseguir. Nuestra relación no es de ninguna forma una relación amo-esclava, mas bien es la relación entre dos personas imaginativas que están un poco locas. Él pide cosas y yo las satisfago, aunque siempre tengo la opción de negarme o retocar la tarea, opciones ambas que él siempre me recuerda aunque para ser sincera aun no he llegado a necesitar. Que él me pida algo es como un reto, si él cree que soy capaz de hacerlo SÉ que puedo hacerlo y se convierte en algo personal, un reto en el que empeño toda mi valentía y fuerza de voluntad, porque mostrarle mi sexo a un compañero de trabajo es algo que NO entra en mi carácter... pero al final él tiene razón y de una u otra forma me he excitado, mucho, y también me he divertido. "Ya esta hecho amor", me encanta decirle eso y ver por la webcam esa sonrisa que le ilumina la cara. Él se ríe y yo me esfuerzo en hacer que mi corazón lata a un ritmo que no me provoque un infarto a los 30 años. "Seguro que se ha quedado de piedra" "Si que se ha quedado de piedra, pero a ver como hago para evitarlo ahora. Trabajo con él, por si te olvidabas" "Y eso lo hace mas divertido. Masturbate un poco anda... así te relajas" Claro, voy aceleradísima y masturbarme va a ser lo que me relaje!. Él lo sabe, y se lo pasa de muerte. A veces lo mataría, pero la verdad es que estoy deseando acariciarme el clítoris. "¿Quieres verlo?" "No... solo quiero ver como te acaricias las tetas" La verdad es que ESTO es de lo mas sencillo que me pide. Al estar sentada en el mostrador mis piernas quedan debajo del tablero y tocarme las tetas es algo sencillo y que puedo ocultar de muchas formas distintas, así que el riesgo de que me pillen es muy pequeño. Mientras me acaricio el clítoris con dos dedos me aprieto un pezón, me gusta apretármelos fuerte con el índice y el pulgar mientras aprieto aun mas fuerte el pecho con el resto de la mano. Mi ritmo se acelera, de hecho todos mis ritmos se aceleran, mis dedos en mi sexo, la presión de mi mano en mi grande pecho, mi respiración, mi corazón, y entonces llaman al teléfono. Tengo que cogerlo y la experiencia me dice que no debo parar de masturbarme o recibiré una critica por parte de él. Así que intento, sin lograrlo, contestar con una voz normal y desenfadada que oculte lo que en otro lugar serian profundos gemidos. La conversación es breve y entonces lo leo. "Para ya" No me digas esto!!!, no puedo parar ahora!!. Hago como que no lo veo, estoy chorreando flujo. No había estado tan excitada en meses y me pide que pare sin correrme. "Venga.. para YA" No hay discusión, algo se le ha ocurrido, así que me resigno a mi destino y dejo de masturbarme. En este momento creo que con pensarlo fuerte podría correrme... debería haber algo sobre esto en las convenciones sobre derechos humanos. "Me muero por correrme, déjame por favor!!!" "No. Tengo una idea" Esa frase... sabia que esto iba a pasar. ESA es la frase con la que todo este "juego" comenzó. La magia que encierran esas tres palabras es desconocida para mi, pero solo leerlas activan todo mi cuerpo. Los pelos se me ponen de punta, la adrenalina comienza a introducirse en mi sangre a litros, y el corazón se me hace un nudo. "Venga... dime que es" Lo digo con una mezcla de miedo, excitación, miedo, vergüenza ( se que la siguiente tarea ira directamente a golpear esta faceta concreta de mi personalidad, si lo conoceré yo... ), mas excitación y una tensión que no he conocido en ninguna otra situación. "Creo que dejarte así es una terrible crueldad" "En eso estamos de acuerdo. Dime que es lo que quieres por favor" "Tranquila, todo a su tiempo." Todo mi cuerpo tiembla con la anticipación y él lo sabe, que carbón. "¿Quieres dejar de reírte por verme así y decirme que se te ha ocurrido esta vez?" "En realidad me gustaría tenerte así un rato mas... pero seré bueno" Y SE CALLA!!!!! Pero como puede ser tan bordeeeeeeeeeeeeee¿??¿. Lo mataría. Si lo tuviera cerca lo mataría. "DIMELOOOOOOOO" "Jajajjajajjajjaja, ok ok. Quiero que cojas lo mas parecido a una polla en forma y tamaño que tengas por ahí a mano" Menos mal!. Mi tensión desaparece dejándome agotada, quiere verme meterme algo en el coño, es algo que nunca me había pedido. Ya me temía lo peor. Busco que hay por el mostrador y encuentro un pegamento de estos en barra, para papel, que es bastante mas pequeño que una polla, pero aun así es lo bastante grande para simularla adecuadamente. Se la muestro en la webcam y mi excitación sube como la espuma a la espera de que de su visto bueno. "Genial" "¿Quieres que me la meta y verlo verdad?" Sonrío triunfal, me he adelantado a sus pensamientos por una vez. Miro su imagen en mi pantalla y... algo va mal. Esa sonrisa... "No exactamente" Ya esta!. Esto es el pánico. No tengo ni idea de lo que me puede pedir pero esa sonrisa me la conozco. Podría pensar que me pedirá que me lo meta por el culo, pero no con esa sonrisa... se le ha ocurrido algo especial. Mi cuerpo esta fuera de si, hormonas, adrenalina, y oxigeno luchan por entrar en mi caudal sanguíneo mientras mi cerebro se debate entre mandar signos de excitación a mi, ya estimuladísimo, sexo y el pánico. Si esto sigue así la ulcera con 30 años no me la quita nadie. "Dime que es..." Casi estoy llorando, de anticipación, excitación, tensión, y otras 15 cosas que acaba en ión. "Quiero que te lo metas en el coño, despacio y que me lo enseñes. Ahora después te digo lo demás" Mas tensión aun. Cojo casi temblorosa el bote de pegamento y la cámara. Bajo esta a mis rodillas abiertas y comienzo a introducir este entre mis piernas. Con esa cantidad de flujo no hay problemas, entra suave y hasta el fondo. Apenas quedan fuera un par de centímetros. La experiencia ha mandado descargas eléctricas por toda mi columna. Estoy tan al borde de correrme que casi lo estoy saboreando. Al menos estoy mucho mas relajada. Subo la cámara y me enfrento a la realidad, mas serena, pero no menos excitada o asustada. "¿Ahora que?" "Cierra las piernas bien fuerte, te levantas y te vas por la oficina andando de esta manera hasta que te corras" Mi cara es un poema. Han pasado como 3 segundos en los que mi cara ha sido como una foto fija. Sorpresa, incredulidad, excitación y vergüenza se dan de ostias por llegar a mi cara y marcar su expresión favorita en ella. NO ME LO PUEDO CREER. "Un pequeño detalle... si se te cae el pegamento te quedas sin correrte y de paso se lo entregas tal como esta al primer hombre que veas. Le dices que se le ha caído a él." Mas vergüenza y aun mas incredulidad. ¿De donde se saca este hombre estas ideas?!!!. No es la primera vez que me lo he preguntado, pero la verdad es que supongo que no tengo opción, no porque no la haya sino porque la idea cada vez me excita más. Quiero hacerlo, se que va a ser tremendo. Me levanto intentando que mi cara adopte un rictus mas normal y me pongo a andar en dirección a la maquina de café, que es lo que mas lejos esta de mi mesa... no voy a estar haciendo círculos como una loca, mejor hacer algo plausible. Mientras avanzo soy consciente de que la excitación ha hecho que mis pezones estén duros como piedras, y como él me ha hecho quitarme el sujetador a primera hora mis tetas son como un anuncio publicitario. Todos los hombres por los que voy pasando se paran a mirarme, y la vergüenza de que me miren tan descaradamente se mezcla con la excitación que provoca mi secreto. Andar con las piernas juntas hace que mis caderas se balanceen tremendamente, más miradas, y que la barra de pegamento se mueva dentro de mi, más excitación. Me paro, cierro los ojos. He estado apunto de correrme, de caerme y de gritar... TAN cerca estoy del orgasmo. En ese momento se acerca a mi el chaval al que le he enseñado mi sexo, y para evitarlo doy unos pasos rápidos hacia el pasillo lateral con la intención de ir al servicio de mujeres y así deshacerme de él. Pero no llego mas allá de unos pocos pasos. El orgasmo me golpea con una fuerza increíble y noto perfectamente como el flujo baja por mi sexo. Mis tetas parece que van a explotar y el tubo de pegamento parece infinitamente minúsculo mientras oleadas de placer acumulado se agolpan en mi sexo deseando salir en tropel hacia todos sitios al tiempo. Mis rodillas ceden levemente y me quedo parada en una postura floja, apoyada contra la pared mientras la incredulidad deja paso a la idea de que es el mejor orgasmo que he tenido en mi vida. He estado tanto tiempo al borde que el orgasmo me ha dejado totalmente insensible. Algo estimula mi sexo levemente, no se qué es pero esta desencadenado una catarsis dentro de mi ser. Es como si un bloque de puro placer fuera moviéndose dentro de mi. No puedo remediar apretar mi mano libre contra mi sexo por encima de la falda, es como si me fuera a romper de placer. Siento mi clítoris contra la falda, mis pechos duelen de lo duros que están y ya dudo que quede nada liquido en mi ser. Soy perfectamente consciente de que el flujo baja lento pero constante por mis piernas mientras el segundo orgasmo me golpea y pierdo el equilibro. Quedo en cuclillas y en ese momento me doy cuenta de lo que ha pasado. La barra de pegamento se ha resbalado un poco por la acción del flujo y su solo movimiento ha desencadenado el segundo orgasmo. El flujo extra y mi nueva posición han hecho lo previsible inevitable y oigo claramente como la barra de pegamento golpea el suelo al salir limpiamente de mi vagina. Me doy media vuelta para encontrarme con el chico del que escapaba y entonces llega como una maza el recuerdo de la pantalla del ordenador. "Un pequeño detalle... si se te cae el pegamento te quedas sin correrte y de paso se lo entregas tal como esta al primer hombre que veas. Le dices que se le ha caido a él." Es increíble que me este pasando esto. Fiel a mi promesa recojo el pegamento que esta empapadísimo en lo que es inconfundiblemente mi flujo. Es evidente que no pasará por otra cosa para alguien de inteligencia media, pero me yergo valiente y... "Toma, se te ha debido caer" – Sonrisa, y salgo decidida hacia el baño mientras él se queda estupefacto. Ya en el baño procedo a mojarme la cara en busca de serenidad, a limpiarme las piernas y el sexo en búsqueda de algo de higiene, arreglarme el pelo en búsqueda de seguridad y a pintarme mis carnosos labios, los de la cara, buscando estar guapa para el origen real de estos dos orgasmos, un chaval imaginativo que me hace romper todas las barreras que yo haya tenido nunca.