El jovencito del gym 2a parte

Álex me devuelve la follada en las duchas del gym después de un calentón por otro chico.

Antes de leer este relato, mejor leer el relato anterior titulado "el jovencito del gym".

Después de la follada en las duchas me olvidé rápidamente de Álex. Aunque tenía un culo perfecto y lo pasé genial, me gustaba la variedad e ir probando con distintos chicos. A pesar de esta idea, seguía viendo al chaval un día a la semana cuando coincidíamos en el gym. Cuando nos cruzábamos, estaba un poco frío, y solíamos charlar un rato breve y poco más, pero cuando estábamos en el vestuario algún comentario tipo "nos vemos en la ducha" solía caer. No fue más allá durante un tiempo, hasta que un día estaba charlando con otro chaval en la sala de fitness. Era un chico muy guapo, bajito y con el pelo rubio largo, que me había preguntado por algún ejercicio que hacía, pero mi gay radar no se había encendido (aunque falla más que acierta la verdad). Al terminar mi rutina me fui al vestuario sin darme cuenta que Álex también había acabado y me seguía.

Yo fui a lo mío, me quité mi camiseta y mis shorts y metí en la ducha. Solo había un par de chicos más, hasta que llegó Álex y se puso en la ducha de enfrente. Después de enjabonarme, vi que los otros dos chicos se habían ido y nos quedamos solos. Como si esperara el momento Álex me soltó:

A: De qué estabas hablando antes con Ian?

Yo: El qué? Quién es Ian?

A: El chico rubio que se te ha acercado antes. Se llama Ian y lo conozco de la facultad. También te los has follado?

Yo: No no, que va. Es gay? El único cute teen que me he follado aquí has sido tu, guapo jejejejeje. No te preocupes.

A: Pues mejor, me gusta que este culo sea el único (mientras se tocaba el culo).

Eso me la puso un poco morcillona la verdad y él se dio cuenta. Se me acercó y me susurró: quieres repetir?

Mi respuesta fue darle un beso largo metiéndole la lengua hasta la campanilla. Mientras nos besábamos, nos empezamos a masturbar mútuamente. Sus 17cm estaban muy bien y al tenerla un poco torcida me gustaba aún más para pajearlo. Él no soltaba mi rabo de 19cm hasta que se arrodilló para comérmela. Empezó poco a poco, pero no pude contenerme y le cogí la cabeza para follarle la boca. Se la metía todo lo que podía mientras le cogía del pelo sin parar. Se liberó de mi mano como pudo para comerme los huevos y poco a poco fue moviéndose hasta mi ano. Me había depilado entero hacía pocos días, así que me dio mucho placer que hiciera eso. Me giré para darle mi espalda y mi culo, y así poder comérmelo bien. Se le daba mejor eso que comerme la polla la verdad. Así que disfruté mucho como metía su lengua en mi culo e iba metiendo algún dedo mientras con una mano me masturbaba. Intentaba no gemir muy fuerte porque en el vestuario aun podía haber gente. Al cabo de un rato en esa posición, me preguntó si me podía follar. Mi respuesta fue poner las dos manos en la pared y abrir bien el culo, para que él, después de escupir en su polla curbada, me la metiera con delicadeza. Me follaba con un ritmo pausado, nada bruto ni duro. Era muy placentero notar su polla torcida como entraba y salía de mi interior. Poco a poco fue subiendo el ritmo, cogiéndome de la cadera para embestirme. Cada vez estaba más contra la pared, ofreciendo mi culo para que es chaval de 18 años sin un pelo en el cuerpo me lo follara a su gusto. Estuve un buen rato aguantando sus entradas y salidas y como me iba tocando el pecho, los abdominales y la polla mientras me follaba. Hacía mucho que no disfrutaba de pasivo como ese día, hasta que noté que aumentaba un poco el ritmo y me decía que se corría. Quería su lefa en mi culo así que le dije que no la sacara. Álex aumentó más el ritmo para en medio del orgasmo correrse en mi interior y llenarme bien de lefa. Notaba mi culo caliente y cuando la sacó un poco dura aun, se cayó un poco de semen. No había dejado de masturbarme mientras me petaba el culo, así que el hecho que me preñara me tenía al límite. Con un gesto él entendió que me corría, pues se arrodilló para recibir mi lefa en la boca y la cara. Después de soltarle 6 o 7 trallazos bien densos, cogí la toalla y me salí de las duchas aun con el semen del chaval en mi culo.

Mientras me subía los shorts en el vestuario, entró Ian, el chico rubio con el que había charlado en fitness. Nos saludamos brevemente y se empezó a desnudar y a mostrar sus abdominales perfectos. Le faltaba brazo y pecho, pero sus abdominales eran de ensueño. Yo ya estaba vestido cuando salió Álex de las duchas con la toalla alrededor de la cintura. La verdad es que ese chaval tenía un cuerpecito menos trabajado que Ian, pero me acababa de pegar una follada muy placentera. Se acercó a saludar a Ian con un saludo de manos típico de colegas cuando éste le señaló la mejilla con el dedo preguntándole qué era eso que tenía. Al tocarlo con el dedo, Álex notó que era un poco de mi semen y se puso colorado. Ian se rió y vio como Álex me miraba avergonzado. Yo recogí mi bolsa rápidamente y salí colorado dejando a esos dos chavales riéndose de mi semen.