El joven senegales

Una chica conoce a un joven senegales en Madrid con el que comparte amistad, el sofa y tambien la cama.

EL CHICO SENEGALÉS

Me llamo Sonia, 26 años. Vivo en una ciudad de provincia de Castilla la Mancha. En septiembre de 2011 aprobé una oposición del ministerio de interior y en noviembre tuve que ir a Madrid para hacer un curso de cuatro o cinco meses. La idea de vivir sola en un piso durante varios meses me inquietaba mucho. Madrid se abría ante mí como un lugar de donde podía dar rienda suelta a mis inquietudes, también sexuales. Aunque tengo 26 años, no he tenido muchas relaciones, porque he estado centrada en mis estudios, a esto hay que añadir cierta timidez. Todo esto ha hecho que sea una perfecta ignorante en las prácticas sexuales, pero no en la teoría. Con diecinueve años tuve un novio, compañero de facultad con el que hice el amor por primera vez. Lo hacíamos dos o tres veces al mes, aquello duró poco. Mis experiencias sexuales se han basado en un consolador y largas sesiones en internet en mi habitación.

Llegue a Madrid y me instalé en el piso. Por las mañanas asistía al curso y las tardes la tenia libres. Por su puesto, en mi equipaje no faltó el consolador y el ordenador portátil. Pero quería más, hacer locuras puesto que nadie me controlaba ni sabría nunca nada. Paseaba por mi barrio y veía chicos buenorros por todos lados, me gustaban todos, rumanos, gitanos, latinos… siempre estaba cachonda y mis tangas terminaban mojados. En una ocasión me fije en unos chicos negros que vendían películas y ropa pirata. Estaban muy buenos. Sobre todo uno de ellos, el mas fuerte. Aunque llevaba un montón de ropa encima, se notaba que tenía buen cuerpo. Tenía el pelo rapado que le daba un aire gamberro. Dirigí mi vista a su paquete y entre el chándal se quería vislumbrar un imponente miembro, sobre todo de perfil. Le compré una película de la que ni miré el titulo y le pregunte que de donde era, me dijo que de Senegal.

En cuanto volví al piso me puse cómoda y comencé a hacerme una paja con el consolador y mirando fotos de negros por internet. Sin quietarme un tanga azul que llevaba, lo metía y sacaba pensando en el senegalés. Así trascurrió un tiempo. Cada día me acercaba a comprarle algo y entablamos cierta amistad. Se llamaba Moussa. Una tarde que comenzó a llover, le invite a tomar algo en una cafetería. Me contó su vida, que tenia 24 años y vivía en un piso con otros compañeros en el mismo barrio. Ese chico me ponía a mil. También me contó que tenía una novia en Senegal, pero que hacía tres años que no la veía. Empecé a insinuarme descaradamente y le dije que vivía sola y no tenía novio, que me parecía un chico muy interesante. Mientras hablábamos me di cuenta que con ciertos nervios me miraba las tetas y cambiaba la vista.

  • Bueno si no tienes novia será por que no quieres, porque los “negros” tenéis mucho existo.

  • No creas, la gente nos da de lado siempre. Las chicas nunca se nos acercan. Hay mucho racismo

  • A mi no me importaría tener un noviete negro. ¿Te gustaría estar con una chica como yo?

  • Jeje, supongo que si.

  • Entones, desde que dejaste a tu novia en Senegal ¿no has estado con ninguna chica?.

  • Bueno… no mucho. Mis colegas suelen ir con chicas y les pagan. A mi no me gusta, pero he ido en un par de ocasiones.

  • ¿Con putas?. No veas tío que fuerte. Aunque imagino con esas pelis porno que vendéis te habrás desahogado alguna vez.

  • Jeje, es lo único que me queda jejeje….

-Jajaja, pues a mi me pasa igual….

La conversación se estaba calentando y ese no era el lugar más apropiado. Además, entró un amigo suyo y le dijo que tenían que irse. Nos despedimos con la intención de vernos al día siguiente. Esa noche hice maravillas con el consolador. Me acosté en la cama y cerré los ojos imaginando que era Moussa que el me follaba. Me lo imaginaba desnudándose frente a mi y metiéndome la polla a lo bestia. Estuve una hora metiéndome el consolador. Alcancé cuatro orgasmos. Cuando termine había una gran mancha húmeda en las sabanas de todo lo que me había corrido. Estaba decidido, tenia que tirarme a ese chico a costa de lo que fuera.

Al día siguiente salí corriendo del curso para volver cuanto antes y ver a Moussa. Allí estaba como siempre. Me acerque y le pregunte que si quería tomar algo, el accedió. Cuando se levantó pude ver como sus compañeros se reían con cierta picaresca. Seguro que les había comentado algo de la conversación del día anterior. En anzuelo estaba echado. Ya en la cafetería nos pedimos unos bocadillos y una cerveza. El devoró el bocadillo y se pidió otro. Me dijo que le gustaba mucho la comida española, pero que casi siempre comían bocadillos porque no sabían cocinar y tampoco tenía dinero como para comer en un restaurante.

  • Oye, si quieres te puedo invitar a cenar a mi casa, pedimos unas pizzas o lo que tu quieras

  • Sabes hacer tortilla de patatas? Me gusta mucho.

Mientras concretábamos la cena el corazón me latía a mil por hora pensando en el encuentro

  • Claro hombre. ¿puedes esta noche?

  • Creo que esta noche no puedo, tenemos que ir a un almacén a Vicalvaro a por ropa y bolsos para vender. Mejor mañana. ¿Te da igual?.

  • Que pena, si no puede ser, pues mañana.

Ufff, que rabia me dio. Mis planes se fueron al traste en cuestión de segundos. Nos despedimos y salió a la calle mientras yo pagaba la cuenta. Ya había anochecido y comenzaba a llover. Me dirigía a mi casa  y justo cuando estaba abriendo el portal oí como me llamaban. Era Moussa que venia corriendo por la acera cargado con unas bolsas grandes.

  • Sonia, Sonia, por favor espera.

  • Moussa, que te pasa?

  • La policía municipal me persigue y han detenido a mis compañeros por vender sin licencia.

  • Vamos corre, entra en el portal.

El corazón me dio un vuelvo. Ahora no se me escapaba. Le dije que subiéramos a casa porque en el portal podían localizarlo. El pobre estaba asustado.

  • Si me pillan me quitan todo y no podré renovar el permiso de residencia.

  • No te preocupes, en casa estás a salvo.

Entramos en casa y dejó las bolsas en la entrada. Llevaba la ropa empapada por la lluvia y lo estaba poniendo todo perdido de agua. Mi corazón latía a mil por hora. Estaba totalmente convencida que terminaría follando con aquel chico que tanto me obsesionaba.

-Moussa, es mejor que te cambies de ropa, puedes coger un refriado.

  • Ya, pero no tengo ropa para ponerme.

  • En las bolsas llevas ropa de la que vendes, utilízala.

  • Ya, pero esa es para venderla, no se …

  • Mira, ahí esta el baño, pasa y dúchate que yo te preparo la ropa.

Abrí las bolsas buscando algo de ropa y lo primero que encontré fueron un montón de slips y bóxer piratas de la marca calvinklain…ufff, solo de imaginarme a Moussa con uno de esos bóxer puestos, marcando paquete, empecé a mojar mi tanga. Así que elegí un bóxer amarillo, unos pantalones de chándal y una camiseta blanca de tirantes, puesto que en casa estaba la calefacción encendida y no hacia frio.

  • Moussa, puedo entrar?. Tengo la ropa

  • Si pasa, déjala por ahí.

Cuando entré en el baño no pude ver nada, el estaba con la puerta de la ducha cerrada, tan solo pude ver su silueta, pero nada mas. En el suelo había un montón de ropa sucia y mojada. La recogí y la lleve a la lavadora. Mientras, me senté en el salón esperando impaciente a que saliera del baño. Estaba completamente cachonda. Acerque mis dedos a la entrada de mi vagina y comprobé los mojada que iba, en mi tanga había una gran mancha. Me acaricié el clítoris y en ese momento escuché la puerta del baño. Entonces apareció él como si de un ángel negro se tratara. A través de la camiseta de tirantes pude comprobar la musculatura que tenia, unos brazos tremendos y un pecho marcado y un estomago totalmente cuadriculado. El pantalón de chándal dejaba ver un prominente bulto entre sus piernas.

  • Sonia, que miras, parece que hubieras visto un fantasma.

  • Perdona, pero me ha impresionado mucho el cuerpo que tienes, con esos músculos.

  • Ya, pero es que me has escogido una ropa mas pequeña de lo normal. Hasta los calzoncillos me aprietan jejeje…

  • Bueno, también me he dado cuenta de lo contento que estas (dije señalando a su paquete).

  • Contento, no.. eso es en estado normal (dijo con mucha picaresca)

  • Ufff. Moussa, estas buenísimo, tio…

  • Bueno, tu también estas muy bien …

En ese momento me acerqué a el y comencé a besarle la boca mientras el me rodeaba con sus fuertes brazos. Allí estábamos de pie en medio de salón. Tan de cerca parecía mucho mas impresionante de lo que era. Ese chico tan tremendo para mi sola.

-Moussa, vamos al sofá, estaremos mejor.

El se sentó en el sofá, me cogió del brazo para sentarme encima de él. Yo le cogí la cabeza con las manos y no dejaba de besarlo. De pronto sacó su lengua y la metió en mi boca. Que tremendo.

  • Sonia, estaba deseando follar contigo, me gustas mucho.

  • Joder Moussa, por que no me lo has dicho antes, yo también pensaba en lo mismo.

Con sus fuertes brazos me quitó el jersey que llevaba puesto y yo intenté quitarle su camiseta de tirantes, pero no lo conseguí, entonces el se la quitó y apareció ante mi un cuerpo perfecto. Loca por la emoción empecé a chupar sus pezones y a tocar sus pechos con mis manos.

  • Tia me pones muy caliente, te quiero follar ya.

Entonces me quité el sujetador y el me estrujaba las tetas y succionaba mis pezones, casi me hacia daño. Me cogió con sus brazos y me puso de pie, me dijo que me quitara el pantalón. Me lo quite y también quise quitarme el tanga, pero me dijo que me lo dejara, que le ponían mucho los tangas. Me volví a sentar encima de el. Entonces noté su polla por encima del chándal, aquello era enorme. Me comía la boca, me besaba el cuello y succionaba mis pezones. Movía sus caderas levemente como si me estuviera follando. Yo estaba loca de placer, cerraba los ojos e inclinaba mi cabeza en un arrebato de éxtasis.

-Moussa, por favor fóllame, quiero que me la metas.

Dirigió su mano a mi coño y apartó ligeramente el tanga, metió sus dedos en mi vagina y me acariciaba. Mientras, no dejaba de comerme la boca. Entonces me separó un poco y se sacó la polla por encima del chándal. Yo no la pude ver porque me tenía medio incorporada con el otro brazo. En ese momento noté como me acercó la punta  de la polla a mi coño y comenzó torpemente a meterla.

  • Despacio Moussa, despacio. Ahhhh follame si….

Hizo un leve movimiento de cadera y me la metió casi del todo. Estaba tan lubricada que no costó trabajo alguno. Puso sus manos en mi cintura y me miraba fijamente a los ojos. No decía nada, solamente movía su cadera mientras respiraba hondo. Yo estaba loca de placer, estaba tan caliente y cachonda que creí perder el sentido. Entonces reaccioné y me hice cargo de la situación. Miré hacia abajo y vi el tronco de su gran polla pegado a mi coño. La tenia tan grande que parecía que no se movía.

  • Ahhh Mousaa, que pedazo de polla tienes…por favor no te corras, aguanta todo lo que puedas.

  • No se… ahhhh, hace mucho tiempo que no follo y estoy muy caliente.

  • Sigue, sigue. Ummmhh. Follame, follame…

El no decía nada, solamente respiraba hondo y no dejaba de mirarme a los ojos. No movía el cuerpo, solo movía su caderas. Cada envestida me hacia sentir la punta de su polla en mis entrañas. Yo casi no me podía moverme, me incline hacia el para comerle la boca, pero era casi imposible con ese rabo dentro de mi. Entonces él comenzó a jadear mas fuertes. Entendí que podía correrse.

-Moussa, no te corras, ahhhh,  aguanta tío… esto es maravilloso, que gusto ahhh que gusto.

Entonces me atrajo hacia el y me rodeo con sus brazos fibrados, yo también le abrace. Estábamos completamente pegados. Tal era la fuerza con la que me abrazaba que casi no me dejaba respirar. El placer era indescriptible. Cada vez me la metía más rápido. Yo gritaba como una loca y el jadeaba como un cerdo. Quise besarle en la boca, pero no me dejó, estaba totalmente concentrado en la última fase del polvo. Miré su cara y tenia la vista mirando al infinito. El movimiento de sus caderas era muy brusco. En ese punto yo había perdido el número de veces que me corrí. Entonces él entre rugidos dio dos o tres embestidas y noté la presión del chorro de su semen dentro de mí. El movimiento de sus caderas cesaba lentamente, pero no paraba. Yo incliné mi cabeza sobre su cuello y así estuvimos unos cinco minutos después de la corrida. Me baje de el y me senté a su lado en el sofá. Entonces pude ver la enorme polla que tenia. La imagen era de lo mas sugerente, Moussa estaba recostado en el sofá, con el torso desnudo, los pantalones del chándal medio bajados y su polla palpitando apoyada en su estómago y llena de espuma blanca.

-Joder, Moussa, pedazo de rabo que tienes, por lo menos te mide 22 o 23 centímetros. En mi vida me habían follado de esta manera… ufff.

-Gracias a ti Sonia.

Él se levantó y se arregló la ropa. Con los pantalones por encima de la rodillas, cogió un clínex y se limpió el rabo, se subió el bóxer amarillo de calvinklein y colocó la polla dentro de el, aun la tenia empalmaba y le costó acomodarla. Cuando terminamos de vestirnos dijo:

  • Sonia, tengo mucha hambre. Sigue en pié la invitación a cenar?.

  • Por supuesto, claro que si.

Después de asearnos un poco, cenamos relajados viendo la tele. Increíblemente, yo seguía estando cachonda, pero me daba un poco de vergüenza volver a insistir otra vez. Cada vez que le miraba y le veía marcando músculos con esa camiseta blanca de tirantes, el corazón me daba un vuelco y mi vagina también.

  • Sonia, me tengo que ir, uff que pereza.

  • Hombre, si quieres, puedes quedarte a dormir. Esta lloviendo y acabo de poner tu ropa en la lavadora. Quédate y te vas mañana.

  • No se …

  • Claro hombre. Si sales ahora a la calle te vas a poner perdido de agua otra vez. Además, si no te espera nadie.

  • Venga me quedo.

  • Lo malo es que solo tengo una cama jajaja.

  • Si a ti no te importa, por mi no hay problema.

Después de ver un rato la tele, decidimos acostarnos. Pero el me dijo:

  • Oye Sonia, te agradezco mucho lo que haces por mí. Estoy acostumbrado a que la gente me trate mal por donde voy… y tu, casi sin conocerme me acoges en tu casa.

  • No te preocupes tío, me caes genial y nada mas verte supe que eras una buena persona.

  • Oye. El polvo de antes… no me he puesto condón… no tendrás problemas?

  • Bueno, yo estoy con la píldora y no tengo nada… tu estás bien verdad?.

  • No te preocupes, yo tengo ninguna enfermedad. Hace un mes me hice unos análisis y estoy sano y te aseguro que hace varios meses, un año y medio o por ahí, que no mojo y siempre ha sido con condón.

  • No hace falta que me lo digas, solo con mirarte se que estás bueno…y mucho…jajaja.

Entonces no besamos tiernamente.

  • Moussa parece que es tarde y mañana a las 8 tengo que estar en el curso.

  • Yo estoy cansado, vamos a dormir?

Nos levantamos del sofá y nos fuimos al dormitorio. Yo cogi un tanga limpio y el pijama y fui al baño a cambiarme. Cuando me quité el tanga sucio, estaba totalmente mojado y lleno del semen de Moussa que escurría poco a poco por mi vagina. Cuando entré en el habitación el todavía estaba vestido viendo unas fotos mías que tenia colocadas en la pared.

  • Joder Sonia, esta eres tu? Jajaja

Yo me metí en la cama y  miraba a Moussa cotilleando por la habitación y riéndose de mis fotos. Uff, no me canso de decirlo, ese tío ponía cachonda a cualquier mujer. Se cercó a la cama y se quitó la camiseta y el chandal, quedándose solo con los bóxer amarillos. Un tremendo bulto alargado hacia un lado que daba ganas de comérselo. Un chico tremendo de color, con un cuerpo de escándalo y en bóxer, se metía en mi cama.

  • Que a gusto se está en tu casa Sonia. Que calentito y todo tan limpio. Si vieras el piso donde vivo.

  • No creas, que llevo casi una semana sin limpiar. ¿Tienes una habitación solo para ti?

  • Jaja, no, duermo con cuatro chicos más y no veas como tenemos la habitación. Es más pequeña que esta.

  • Ya sabes que esta es también tu casa.

Estuvimos hablando de nuestras vidas y nuestras inquietudes durante un rato. Yo no me atrevía a acercarme a el para no molestarle, pero tenia ganas de abrazarme a ese cuerpo escultural y dormir pegado a el toda la noche. Entonces se levantó para ir a baño y un escalofrío volvió a recorrer mi cuerpo cuando le vi el pedazo de espalda y el culo que le marcaba el bóxer. Joder, necesitaba que me volviera a follar otra vez. Me apetecía explorar todo su cuerpo, cogerle la polla y comérsela, tocar sus brazos, su culo, que me comiera el coño… estar toda la noche follando con ese semental. Pero entendí que si el no se había lanzado ya, es que no le apetecía, y lo deje por imposible. Al rato volvió a la habitación.

  • Uff, he salido al balcón y no veas que frio que hace.

  • Ven métete en la cama.

Se metió en la cama y se acerco a mí y me abrazo tiernamente. Nos besamos, y así pegados seguimos hablando de nuestras cosas. Poco a poco los besos iban en aumento y el me comía el cuello y me tocaba el cuello. Lo había conseguido, seguro que follábamos otra vez.

  • Sonia, por que no te quitas el pijama y te quedas solo en tanga, que suave tienes la piel.

  • Te gustan las chicas en tanga?  Eh, Viciosillo?.

  • Joder, me pones a mil.

Con mi mano toque su paquete que ya estaba a reventar.

  • Ya veo como estas, pareces un caballo tío.

Moussa sacó la mano y apago la luz. La luz de la calle iluminó levemente la habitación. Me dio la vuelta y pegó mi espalda a su pecho, con una mano me rodeaba y con la otra tocaba mi tanga, lo retiro un poco y metió sus dedos. Podía notar su rabo en mi culo. Me volvió a dar la vuelta, se quitó los calzoncillos y se colocó encima de mi, apoyándose en sus brazos para no aplastarme. Yo, mientras él besaba mi boca y chupaba mis pezones, le agarre como pude la polla, ¡por fin tocaba aquel pedazo de rabo!, y noté como la punta la tenia mojada. Lentamente la recorría con mi mano de arriba abajo, casi no la podía rodear de lo gorda que la tenia, estaba llena de venas. Ninguno de los dos hablábamos. Él se cogió el rabo y comenzó a frotarlo por encima de mi y a presionar lentamente, se incorporó sobre sus rodillas, con una mano retiró el tanga h hacia un lado y con la otra metió la punta de su polla. Se recostó otra vez encima de mí y me la metió de un solo golpe. Yo estaba en el séptimo cielo. Mientras me penetraba, me comía las tetas y los labios y me metía su lengua hasta la garganta. Con cada embestida, mi cuerpo se movía hacia arriba y poco a poco toqué con la cabeza en la pared de la cama. Sin sacar la polla se incorporó y apoyado sobre sus rodillas, me rodeo con sus brazos y seguía penetrándome lentamente, mis piernas se abrazaron a su cintura. Mas tarde me coloco encima de el. Yo marcaba el rito, mientras que él me sujetaba por la cintura o tocaba mis tetas. Por la ventana que había detrás de la cama podía ver como llovía y el viento  azotaba los cristales. Allí estaba yo, tan a gusto con una polla enorme dentro de mí que me causaba un montón de orgasmos, totalmente desconectada del resto del mundo. Asi y sin hablar estuvimos casi media hora follando en aquella misma postura. Entonces Moussa se incorporó y se puso otra vez encima de mí. Seguía con el rabo dentro. Su espiración agitada se volvió en rugidos como de un león. Aunque estaba apoyado ligeramente sobre sus codos, de pronto se echó encima de mi cuerpo y me abrazó fuertemente como en el sofá. Yo sin poder moverme y con mi cuerpo aplastado literalmente por Moussa, puse mis manos en su culo que subía y bajaba, lo tenia muy duro y notaba como los músculos estaban en total tensión. Entre profundos rugidos, comenzó a apretarse más contra mí y a agilizar sus movimientos. Empezó a decir palabras en senegalés y finalmente, fuera de si, dio unas fuertes embestidas y se corrió. En esta ocasión también note varios chorros calientes de su esperma dentro de mi vagina  Después de unos cinco minutos encima de mi, se acostó en su espacio de la cama sin decir nada. Me di la vuelta para dormir y note como la cama estaba empapada de semen y de flujo vagina. Me quité el tanga empapado y lo tiré a suelo. Moussa de acerco a mi y me abrazo. Así nos quedamos dormidos.

Continuará.