El Jefe de mi Esposa (02)

La necesidad hace que mi esposa consiga un nuevo trabajo...

Es el morbo que me produce toda la situación, lo que me excita. No puedo evitar que el hecho de ser obligada a tener relaciones me ponga loca y lo que es peor cada vez me estoy más caliente y cuando te ví chupando la pija de Ignacio me volví loca – me comentaba mi esposa

¿No te parece qué se nos está llendo la mano? Te das cuenta que no tenemos relaciones más que cuando él nos lo indica y ambos creemos que es normal.

También lo pensé y la verdad es que no se que decirte. Estoy completa y satisfecha con lo que estoy haciendo, me gusta que ambos seamos casi esclavos de Ignacio y que estemos a disposición de él para lo que mande, tengamos ganas o no.


Ignacion nos invitó a cenar con él para festejar su cumpleaños. Nos pasó a buscar, el tenía puesto un pantalón de lino claro y una camisa haciendo juego, Claudia tenía puesto una pollera con un tajo de cada lado y una blusa que dejaban bastante al descubierto sus pechos y yo tenía puesto un pantalón oscuro y una camisa (de más está decir que Claudia y yo no teníamos ropa interior)

Manejá – me dijo mientras me entregaba las llaves de su hermosa 4x4

Nos invitó a comer a un lugar en las afuera de la ciudad, que él definió como especial. Mientras yo manejaba el comenzó a tocar a mi esposa y a chupar sus pechos que casi estaban al desnudo; cuando la tubo bien caliente sacó un hilo con unas 8 o 9 bolitas (bolas chinas) que fue metiendo en su vagina y sacando rápidamente, para luego volver hacerlo.

Salí en esa salida de la autopista, de ahí hace tres cuadras derecho – me indicó – Preciosa ordenate la ropa y guardame esto – le dijo a mi esposa mientras le metio las bolas chinas en la concha, y le advirtió - No te combiene que se te caigan

El restaurant (si lo puedo llamar de esa manera) tenía una ambientación muy moderna los lugares para comer eran pequeñas habitaciones totalmente individuales, que tenían una mesa ratona y todo tipo de sillones y almohadones en el piso. Como siempre nos sentamos con mi esposa en el medio.

Ignacio tomó las piernas de Claudia, las abrió y levantó la falta vio que seguía mojada y tironeo del hilo sacando tres bolas, que fue poniendo en el culo. A cada entrada Claudia mezclaba gemidos de placer y dolor y luego de unos segundos siguió con la otra y repitió el proceso con la tercera.

Por favor tráenos unas copas de champagne – le pidio a Claudia que con la mirada perdida se incorporó y nos trajo las copas.

Te gusta guachita. Sacate la pollera que quiero que nos muestres lo mojada que estás

Claudia se sacó la pollera y se abrió la vagina mostrándole su pequeño clítoris inflamado, primero lo acarició y luego pellizcó provocándole profundos gemidos a Claudia.

Putito vení dame una buena chupada y mostrale a la turrita de tu esposa como te gusta.

Me agache en el sillón, saque su pija bien parada y comencé a chupar

No así no, te quiero en cuatro patas en el piso y sacate los pantalones.

Ni bien cumplí con su pedido noté que Claudia me acariciaba los huevos y la pija, agachada detrás mío para comenzar a lamerme las bolas y luego ir subiendo para chuparme el culo.

Hoy voy a tener muchos regalos de cumpleaños y quiero uno ahora mismo

Inmediatamente se tiró en el piso para que hiciéramos un 69 e Ignacio se puso detrás

Sabías que esto iba a pasar, calentón

Si, soy tuyo – dije yo

Se puso un poco de vaselina en el pene y comenzó a presionar. Dolía, pero era algo que yo deseaba darle a Ignacio, deseaba ser completamente suyo.

Claudia no me toqués más que estoy por acabar – le dije a mi esposa

Chupame a mi los huevos – indicó Ignacio

Ignacio continuo bombeándome hasta que sacó su pija de mi culo dolorido y se lo puso en la boca a Claudia y en pocos segundos comenzó a acabar. Como siempre, Claudia vino y me besó pasándome parte de la leche de nuestro Señor.

Luego nos dirigimos a unas mesas donde había todo tipo de manjares fríos, Claudia y yo no probamos casi nada, el hecho de que aún no habíamos acabado no nos permitió disfrutar de la cena.

Cuando Ignacio terminó de comer, prendió la tele y puso una película porno en la que había tres mujeres y dos hombres en una hermosa orgía de todos contra todos. Se recostó de costado en un sofá donde Claudia chupo su pija y yo acariciaba con la lengua su ano. El tomó las bolas chinas que Claudia tenía en el culo y comenzó a sacarlas lentamente y luego las que estaban el la concha.

La puso en cuatro y le comenzó a dar por la concha o el culo.

Sentate ahí – me indicó un sillón – Te gusta putito ver ¿cómo se cojen a tu esposa? ¿cómo gime y la hago acabar? ¿cómo le rompo el culo igual que te lo hago a vos?

Si Ignacio,

Y vos putita también te gusta ver no es cierto, bueno mirá la televisión

Era increíble ver por televisión como le estaban dando a mi mujer, tenían cuatro cámaras que se veían en 4 monitores. Dos monitores mostraban una toma general de la habitación desde distintos ángulos, en otro un acercamiento de la penetración y el último un acercamiento de la cara de mi mujer, que para mi gusto era la mejor toma.

Este es otro de mis regalos voy a llevarme una cinta con las mejores escenas de esta hermosa cena. Ahora quiero que mires al puto de tu esposo y le comiences a decir todo lo que sentís y lo que viene a tu mente, si dejás de hablar te pego yegua para que me sigas galopando.

Me esta cogiendo por la concha y siento que me gusta – comenzó Claudia con su relato – Estoy pensando en como te cogieron y eso me exita, yo también quiero una copia de la película – las últimas palabras saliero separadas en sílabas y entre cada sílaba un gemido

Seguí hablando yegua puta – dijo Ignacio luego de un fuerte chirlo en la cola

Ignacio necesito acabar no puedo más.

Rápidamente Ignacio sacó la pija de la concha y se la metió con fuerza en el culo y volvió a pegarle con fuerza

Hijo de mil puta, eso duele, despacio

No quiero que acabes, con esto vas a ver que lo vas a retrasar un poco

Ahora me duele, pero me está empezando a gustar. Por favor pedile a Dany que me chupe las tetas y la concha o dejame meterme la mano en la concha – era tanta nuestra obediencia a Ignacio que ella pidio permiso a su señor para que su propio esposo la toque

Por favor, por favor!!! - suplicó Claudia, e inmediatamente sonó un nuevo golpe – ahora sigo es que me esta viniendo de nuevo.

En ese momento Ignacio le pellizcó un pezón con fuerza

No puedo más estoy acabando, con la pija en el culo e inclusive con el dolor de la teta no puedo evitarlo, perdoname Ignacio –

Entre los gemidos de Claudia se podían escuchar los gemidos de golpes de Ignacio y Claudia que no paraba de gemir.

Le sacó la pija del culo e inmediatamete, la tomó del pelo y se la puso en la boca para acabarle. Se la sacó de la boca y me dio la pija para que limpiara.

Yo aún seguía sin acabar, pero la noche continuaría y me daría revancha.