El jardinero

Yo veia al jardinero trabajar, y me lo imaginaba, trabajandome a mi...

EL JARDINERO

El otro día estaba asomada en la ventana de mi habitación cuando ví algo que, ahhhh!, me hizo temblar las piernas de gusto. En el jardín de enfrente de mi casa había un jardinero cortando el cesped. Era rubio y alto, con un mono azul, bajado hasta la cintura, y atado, dejando ver su pecho y su espalda. Tenía un cuerpo formidable, era un jovencito apetecible. Yo lo observaba desde mi habitación, lo veía como sudaba,como se quitada el pelo de la cara, ahhh!, con sus fornidos brazos, y yo, que llevaba mucho tiempo sin echar un buen polvo, me empecé a excitar como una loca, y no pude evitar el masturbarme mientras lo miraba.

Después de correrme durante unos días mientras lo veía trabajar, no pude resistir a bajar hasta el jardín e invitarle a tomar un refresco en casa, con la intención de que me echara ese polvo que tanto deseaba. Hacía calor, y él, no dijo que no a mi invitación. Al entrar en el portal de mi casa se fue a poner la camisa, y le dije que por mi no lo hiciera, que hacía calor, y así estaba más fresco. Yo lo que no quería era que se tapara aquel cuerpazo.

Le puse un refresco y empezamos a hablar del calor que hacía, y le propuse que se duchara si tenía mucho calor, el dijo que si, pero que con una condición, que me duchara con él. Yo no entraba en mi de gozo, y casi me corrí de oírselo decir. Nos fuimos al cuarto de baño, y el se quitó el mono, yo hice lo mismo, y en unos minutos, los dos estábamos desnudos, y yo, bebiendo su sudor, y diciéndole como me excitaba verlo en el jardín. Empecé a besar su boca, a morder sus labios, a comerme su lengua. Bajé lamiendo su cuello hasta sus pezones, y allí me entretuve un rato, y seguí bajando hasta su ombligo, metiendo mi lengua en él, seguí por su vientre hasta llegar a su polla.

Aquello no me defraudó, iba en consonancia con el resto: un cipote grande y duro, ante el que yo me arrodillé para chuparlo, mientras él me acariciaba el pelo y me decía que se la comiera, mi lengua jugaba con su capullo, y mis manos con sus huevos. Me levantó la cabeza y me puso la polla entre las tetas, y alli seguí jugando con su mango, hasta que se puso muy, muy, cachondo, y entonces me dijo que me tocaba disfrutar a mi. Se agachó a comerme el coño, que yo tenía empapado, estaba apoyada en el lavabo y me corrí mientras me metía la lengua en el chumino. Me dio la vuelta, y alli, apollada en el lavabo, me dio por culo. Sentí un dolor inhumano que se convirtió en placer cuando empezó a moverse dentro de mi aquella polla gigante y rompedora. Ahhhh!, estoy tocándome las tetas, apretándomelas como él me hacía , con mi dedo dentro de mi coño, ahhhh!, como disfruto. Después de darme por el culo que la metió en la vagina con tal fuerza que me corrí otra vez, y otra vez más, cuando sentí como él se corria dentro de mi. Y ahora, ahhh!, estoy a punto de correrme otra vez, como me gustaría , hummm!, que me la metieran otra vez, ahhh!, ahhh!, ahhhh!.

Me ha gustado correrme mientras te contaba lo que me pasó con el jardinero. Lleeme otra vez, nos correremos de nuevo, mientras te cuento como me follaron en una playa dos tíos que conocí una noche. Lleeme, yo estoy aquí sólo para ti, para contarte todas mis experiencias. Te espero.