El investigador privado (9)

Al día siguiente temprano...

Al día siguiente temprano pasé a comprar algunas cosas para ella, trabajé un rato más sobre el puto chip y las empresas conectadas con él, algo se me escapaba, lo sabía pero no daba con la tecla adecuada.

A las doce en punto le abrí la puerta a mi ex mujer vestida impecable como siempre, había subido la calefacción un rato antes para que no hiciera frio, nos saludamos con un beso en los labios acompañado de una caricia de ella en mi cara, caminó y se paró en medio del salón.

CLARA: Siempre me ha gustado mucho esta casa.

La casa la había comprado yo con una hipoteca hacía mucho tiempo, nunca quise que me ayudara a pagarla y cuando nos separamos su padre le cedió una de las suyas a ella.

YO: La tuya es mucho más grande.

CLARA: Sí, pero aquí fuimos felices en su momento.

YO: ¡Desnúdate!

CLARA: ¿Qué?

YO: Ya lo has oído, quítate la ropa.

No quería que siguiera con aquella conversación que me ablandaba, me miró sonriendo dejando el bolso en un sillón, se quitó el abrigo dejándolo encima, y el resto de prendas de ropa hasta quedarse en sujetador y bragas encima de la alfombra, le hice un gesto para que se diera la vuelta, estaba preciosa.

CLARA: Aproveché ayer que fui de compras para hacerte a ti también un regalo.

La combinación le quedaba de infarto.

YO: Quítatelo todo.

Se quitó sensualmente el sujetador y las bragas, me acerqué, ella sonreía, le besé los labios suavemente.

YO: No te muevas.

Le fui acariciando la cara con una mano que le fui bajando al cuello, a las tetas, se le pusieron duros los pezones con el contacto de mi mano, la barriga, seguí por encima del chichi pasando de largo hasta los muslos, me puse detrás acariciándole el culo subiendo la mano por encima de la raja llegando a la espalda, finalizando en su nuca tocándole el pelo, se le había acelerado la respiración, acerqué por detrás mi boca a su oído.

YO (susurrándole): Ya te has empezado a mojar el coño putita.

Cerró los ojos cogiendo aire, confirmándomelo con la cabeza, seguí susurrándole.

YO: Estás preciosa cariño.

Sonrió abriendo un poco los labios contenta de que se lo dijera, me puse delante besándola de nuevo.

YO: Yo también te he comprado un regalito.

CLARA: ¿Sííí?

Abrí un armario y saqué una caja, metí una mano y agarré un par de botas negras con un taconazo de puta madre, levantó las cejas de la sorpresa, le abrí la cremallera a una y me arrodillé delante de ella para que metiera un pie dentro, las estiré bien hacia arriba y le llegaban hasta la rodilla, cerré la cremallera y le puse la otra, de golpe había crecido unos nueve o diez centímetros por la altura del tacón, me levanté metiendo la mano otra vez dentro de la caja, saqué unas braguitas negras muy transparentes, me miró extrañada, me volví a arrodillar delante, abrí las bragas para que metiera un pie por dentro y después el otro, se las subí despacio por sus largas piernas y se las puse, la giré para acabar de colocárselas por detrás, empezaban como un tanga y a medio culo se abrían como unas bragas, se las puse bien y me levanté girándola de nuevo, me miró a los ojos.

CLARA: Nunca te ha gustado el negro, siempre me dijiste que te gustaba la ropa interior de color clarito.

YO: Esta es muy especial.

Saqué el sujetador a juego de la caja, le ayudé a ponérselo, le realzaban y subían las tetas, quedando con todo el conjunto muy sexi, me separé un poco de ella mirándola de arriba abajo.

CLARA: ¿Te gusta?

YO: Te queda espectacular.

Me sonrió orgullosa, saqué de la caja un collar negro como el de los perros, abrió los ojos.

CLARA (nerviosa): ¿Qué es eso?

YO (autoritario): Cállate y no hagas que te castigue.

Bajó la cabeza mirando al suelo.

CLARA: Sí mi amo.

Ahora se había dado cuenta de que iba aquello, le puse el collar apretándoselo un poco, saqué lo último que quedaba dentro de la caja, una correa de cuero que le enganché en el collar, Clara me miraba con cara de pena.

YO: ¿Vas a ser una perrita buena?

CLARA: Sí mi amo.

Tiré de la correa para abajo.

YO: Arrodíllate perrita.

Se arrodilló, me acerqué a ella, no dijo nada, me bajó la cremallera de la bragueta y metió la mano dentro sacándome la polla, fue verla y cambiarle la cara, se excitó metiéndosela entera en la boca dejando ir un gemidito, apretó los labios sacándosela estirándomela, apresando el capullo con su boca, se la volvió a meter hasta el fondo, me crecía y se me hinchaba muy rápido, cuando la volvió a sacar ya la tenía toda tiesa y llena de saliva, me la pajeaba levantando la mirada a mis ojos, con una cara de puta que me encantaba.

YO: ¿Has traído la vaselina?

CLARA: Está en el bolso.

YO: Pues camina a cuatro patas perrita a buscarla.

Fue caminando, yo la seguía con la polla fuera sujetando la correa como si paseara al perro, metió la mano en el bolso y sacó una cajita volviendo a donde estaba, se arrodilló otra vez, sacó un tubo de dentro de la caja levantando la mano para dármelo, se lo cogí y lo dejé encima de la mesita.

YO: Vamos perrita súbete al sofá.

La fui dirigiendo con la correa dejándola a cuatro patas, con las rodillas apoyadas en el borde del asiento y las manos en la parte de arriba del respaldo, me puse detrás poniéndole una mano en una nalga.

YO: Saca el culito para fuera.

Sonrió bajando la espalda, sacando el culo en pompa, me acerqué presionando con mi polla su coño por encima de las bragas, bajé la cabeza y le besé la espalda y el cuello, giró la cabeza y nos besamos con lengua, separé mis labios de los suyos, le pasé por encima de la nariz un dedo con cariño, me sonrió mucho más tranquila, levanté el tronco volviendo a estar detrás de ella, le puse una mano en un muslo y fui subiéndola despacio hasta tocarle el coño por encima de las bragas, recorriéndolo con dos dedos parándolos en el agujero.

YO: Me encanta que seas tan zorrita y te mojes tan rápido, tienes las bragas empapadas.

CLARA: Soy tu putita y me preparo para que hagas conmigo lo que quieras mi amo.

Estaba aprendiendo a ponerme cachondo hablándome la cabrona, le apreté los dedos y le fui frotando el coño haciéndola gemir, hasta dejarle las braguitas totalmente mojadas, se las bajé despacio quitándoselas, le agarré el chichi con toda la mano, frotándoselo adelante y atrás con dos dedos encima del clítoris, levantó la cabeza mirando al techo gimiendo y gritando, me caía por la mano los flujos que no paraban de salirle del coño.

CLARA: Me corro, métemela por favor…

No le hice caso, aumenté la presión y el ritmo de la mano, haciendo que se corriera con un sonido de chap chap de lo mojada que estaba, se corrió a gritos poniendo los ojos en blanco, apoyó la cabeza encima del respaldo recuperándose.

CLARA: Eres un amo muy malo, no me la has metido cuando te lo he pedido.

YO: No lo has pedido bien perrita, si quieres algo tienes que pedirlo como debe ser, y si me sale de los cojones te lo haré.

Quería que supiera que el control lo tenía yo y no se lo iba a dejar en ningún momento, sino me interesaba.

Le volví a meter la mano en el coño de golpe, le dio un latigazo el cuerpo haciéndole levantar la cabeza mirando para delante soltando un grito.

YO: Hora del segundo orgasmo perrita, si quieres algo pídelo ahora que no tengo mucho tiempo que perder.

Le volví a presionar con los dedos encima del clítoris volviendo a gritar ella de gusto.

CLARA: Sí mi amo, te pido si puedes meter tú polla en el coño de la perrita putita que soy y follarme para que me corra como una zorra, por favor.

Acabó de decirlo y le estaba pegando un pollazo tremendo tirando su cuerpo para adelante del impacto, sacándole un alarido de gusto, giró la cabeza mirándome con unos ojos encendidos por la excitación y la calentura que llevaba, el chichi le chorreaba de lo mojado que lo tenía, se la sacaba hasta la punta volviendo a metérsela de un golpe seco, chocando con violencia con mi pubis en su bonito culo, pegó otro grito tremendo.

CLARA: Así joder, fóllate a tu puta con fuerza, clávasela sin parar a tú perra.

Aumenté el ritmo de las entradas y salidas haciendo que no parara de gritar, cogí de encima de la mesita la vaselina, me puse bastante en dos dedos esparciéndosela por el ojete, estaba tan excitada que ni se entero que se lo estaba frotando y metiendo en el culo la punta de uno de los dedos más estrechos, después le metí otro más grueso y justo antes de que empezara a correrse el dedo pulgar, se le empezó a mover todo el cuerpo al correrse pegando unos gritos terribles con mi dedo gordo dentro del culo, cuando se relajó respirando profundamente le saqué la polla del coño, le tiré encima de la punta un buen chorro de vaselina, se la apunté al agujerito del culo y apreté con un golpe de cintura, estaba tan relajada que le metí la mitad, antes de notar que ella apretaba el culo sintiendo la presión en el tronco.

CLARA (asustada): ¿Qué has hecho cabr…?, (cambió el tono de voz a más suave), ¿Qué le haces a tu perrita?, duele.

Le di un azote en el culo.

YO: Relájalo coño que estaba entrando muy bien.

Antes que me contestara le di otro fuerte azote en la otra nalga, relajó el culo y se la fui metiendo despacio hasta el final, gruñó cerrando los ojos agarrándose con fuerza al sofá.

YO: Lo ves perrita, esta vez mucho mejor.

Clara seguía gruñendo, soltando el aire de sus pulmones volviéndolos a llenar sonoramente, se la saqué un poco y se la volví a meter, otro gruñido al canto, lo repetí varias veces sacándole cada vez un poco más de polla, llegó un momento que ella dejó de gruñir y ya solo jadeaba mirándome con los ojos abiertos, sin llorar una lágrima, cuando le entraba y salía con fluidez resbalando por las paredes de sus entrañas, se la saqué abriéndole el culo con una mano en cada nalga para verle lo dilatado que lo tenía.

YO: Perrita tócate el agujero y verás cómo te lo estoy poniendo pedazo de putita.

Llevó para atrás una de sus manos palpándose el culo, llegó al agujero y lo rodeó con un dedo metiéndoselo dentro, después metió dos y acabo metiendo casi tres cayéndole el sobrante de vaselina.

YO: Sácate los dedos que te la voy a meter otra vez zorra.

Apartó un poco la mano y se la metí hasta el final sin parar, levantó la cabeza y gimió con fuerza, la saqué y le di un pollazo un poco más duro, gimió y giró la cabeza mirándome excitada.

YO: ¿Té estas poniendo cachonda putita, te empieza a gustar que te dé por el culo?

CLARA: Mi amo es un guarro.

Le agarré las caderas con decisión, aumenté la fuerza y el ritmo de las penetradas acabando dándole unos pollazos tremendos chocando contra su culo, escondió la cara entre sus manos cerrando la boca del dolor, o la impresión, pero seguía sin soltar una lágrima, me corrí a gritos llenándole el culo de leche, cuando se la saqué le cayó un reguero de semen por las piernas, le estiré de la correa levantándole la cabeza acercándome a su oído.

YO: Tú amo será un guarro pero tú eres una zorra sumisa que vas a hacer todo lo que te diga, estírate en el sofá y hazte una paja que quiero ver cómo te corres otra vez.

Se iba girando lentamente nerviosa procesando lo que le había dicho.

CLARA: ¿Quieres que yo me haga…?

YO: Sí, quiero que tú te hagas una paja y te corras, zorra, empieza ya a tocarte el coño.

Se acabó de girar abriendo las piernas, se fue colocando una mano en el chocho con timidez, yo me agarré la polla empezando una paja para que ella no se cortara, abrió los ojos mirándome y se empezó a tocar, los dedos se movían con agilidad por sus labios menores haciendo un ruidito que me estaba poniendo cachondo creciéndome la polla de nuevo, Clara se iba excitando sin quitarme los ojos de la paja.

CLARA: ¿Así es como te las haces?

YO: Así es como me lo hago yo y me lo haces tú putita.

Le cogí la mano que tenía libre y se la puse en mi polla para que siguiera ella, se metía dos dedos dentro del coño y con el resto de la mano se lo frotaba con decisión, el ruido del contacto con sus flujos era espectacular, ella no paraba de gemir con la boquita abierta y me estaba poniendo muy cachondo, tenía la polla durísima y ella me la pajeaba descontrolada por el efecto del gustazo que se estaba dando en su chirri.

CLARA: Quiero ver como sale, como te sale la leche de dentro, ostia, ostia, ooosstiaaaa.

Se empezó a correr de nuevo y yo no aguanté más aunque su paja fuera desacompasada, lanzándole lechazos por la cara y por el cuerpo mientras ella se corría abriendo los ojos como platos, mirando cómo me salía la leche de la punta de la polla, al acabar ella jadeaba con una sonrisa sin dejar de mirarme.

CLARA: Sabes que es la primera vez que veo tan directamente como te corres cariño.

YO: Joder Clara, de novios me habías hecho muchas pajas, ¿no te acuerdas?

CLARA: Sí, pero nunca miré con tanto detalle lo que pasaba, es espectacular.

Cogí la correa y estiré de ella levantándola.

YO: Tú sí que eres una mujer espectacular.

Me sonrió orgullosa del cumplido, estiré otra vez de la correa y la llevé hasta el cuarto de baño de mi habitación en silencio, me puse detrás de ella y le solté el sujetador dejándolo caer, le quité el collar besándole después el cuello, nos metimos juntos en la ducha y mientras nos caía el agua la abracé por detrás apretándola contra mi cuerpo.

YO: ¿Te he hecho daño en el culito?

CLARA: No, estás muy amable.

YO: Si sabes estar en tú sitio seré cada día un poquito más amable contigo, pero no te pases o te castigaré.

Soltó una carcajada, se giró rodeándome con sus brazos y me besó con pasión.

CLARA: Soy tan feliz a tu lado, estoy deseando poder vivir todos juntos otra vez.

YO: No quieras correr Clara, vamos muy bien pero mejor ir despacio vale.

Me miraba sonriendo colgada de mi cuello con sus brazos.

CLARA: Cómo tú quieras amor, ¿nos veremos mañana?

YO: Comeremos y después estaremos juntos hasta la hora que salen los niños del cole, mañana no nos veremos, salgo de la ciudad a investigar un par de empresas que me ocupara casi todo el día, después quiero rellenar los informes con las ideas frescas, a lo mejor puedes pasar por alguna tienda y comprarte braguitas para mí.

CLARA: Si tú me lo pides haré lo que quieras.

YO: Te lo pido, y también te pido que cuando estés en la tienda me enseñes los modelitos.

CLARA: ¿Y cómo te los voy a enseñar, les hago una foto y te la envío?

YO: Exacto amor.

Comimos y pasamos la tarde en el sofá mirando una película como dos novios, ella estaba adorable y cariñosa como no la había visto nunca.