El investigador privado (8)
Llegamos a casa reencontrándonos con los niños...
Llegamos a casa reencontrándonos con los niños, estaban encantados de vernos juntos, el mayor llegó a decir que se nos veía muy bien y contentos.
LA PEQUEÑA: ¿Vais a volver a vivir juntos, podremos estar otra vez todos en la misma casa?
Clara se tapaba la boca para disimular la risa de la preguntita, mirándome como pidiéndome que contestara yo.
YO: Mira cariño, de momento vamos a salir como novios y si todo va bien puede que con el tiempo lo hagamos, pero los fines de semana los podemos pasar juntos si a tu madre no le importa.
La niña miró a su madre ilusionada, Clara me volvió a mirar con aquella carita de enamorada la cabrona.
CLARA: Claro que sí, estamos bien todos juntos, ¿no?
Me miró para que le contestara.
YO: Con mis hijos y contigo como voy a estar mal.
Clara miró al mayor.
CLARA: ¿Y a ti que te parece?
EL MAYOR: A mí no me engañáis, vosotros estáis liados otra vez, os dejo que me voy a seguir con la partida.
Y el tío se fue tranquilamente a seguir jugando, nosotros reímos y la peque que no era tan peque pero para mí siempre lo será rió también.
Pasamos el día y bastante tarde se fueron a casa de Clara para hacer algunas cosas antes de ir al cole el día siguiente, al despedirnos los niños ya estaban subidos en el coche y hablábamos en la puerta de casa.
CLARA: ¿Y ahora qué?
YO: Mañana te espero en mi despacho cuando dejes a los niños en el colegio, ponte unas braguitas que me gusten.
Me sonrió acercándose a mí bajando la voz.
CLARA: Me las vas a romper como hiciste ayer.
YO: Haré lo que me dé la gana contigo y tus bragas.
Se le puso cara de cachonda, me besó en los labios caminando para el coche, los niños reían de vernos besarnos en la boca.
Entré en casa contento y me puse a cenar algo con una copa de vino, no me duró mucho la alegría, llegó un mensaje.
LAURA: “Por favor, déjame hablar contigo, haz lo que quieras después, quédate con tu ex si quieres pero escúchame lo que tengo que decirte, por favor”
Me puse de mala leche de leerlo, cogí el móvil al momento y le contesté.
YO: “¿Es qué ahora me espías psicópata de mierda?, déjame en paz, no me interesa lo que tengas que decirme.”
LAURA: “No me hace falta espiarte para saber que tú ex aprovecharía que volvías a estar solo para volver contigo, te felicito porque seguro que ahora le podrás hacer lo que no habías podido hacerle antes, pero ten cuidado, ella no es de fiar.”
Tiré el móvil contra un cojín del sofá, rebotó y cayó al suelo por suerte sin consecuencias, pero como coño sabía aquella tía lo que me estaba pasando, lo había adivinado todo.
El lunes llegué al despacho temprano para repasar algunas cosas y esperar a Clara, llegó puntual después de dejar a los niños en el colegio, llamó a la puerta y le contesté sentado en mi mesa.
YO: ¿Quién hay?
CLARA: Soy yo hombre.
YO: Pasa.
Entró cerrando la puerta detrás, se quedó quieta mirándome, yo apoyé la espalda en el respaldo tirándome para atrás repasándola, llevaba un abrigo tipo gabardina con unos tejanos que le marcaban las curvas y un jersey.
CLARA: ¿No te vas a levantar para saludarme?
YO: Quítate el abrigo y bájate los pantalones a ver qué bragas llevas, si no me gustan te vas a tú casa a cambiártelas.
Me miró perpleja, levanté las cejas para indicarle que ya tardaba.
CLARA: Pongo el pestillo a la puerta.
YO: No, déjala como está si tienes mala suerte alguien la abrirá y te verá el culo.
Aceptó el juego, dejó el abrigo y el bolso en el sofá, se puso delante de mí en medio de la oficina, empezó a desabrocharse el botón del pantalón mirándome fijamente, retándome, se los bajó un poco y lo que vi me gustó, la cabrona se había puesto el tipo de braguita que me gusta y de mi color preferido.
YO: Bájatelo más que no las veo bien.
Me sonrió y se los bajó hasta las rodillas, dando una vuelta sobre ella misma sabiendo que me iban a gustar, me levanté caminando hasta la puerta, la cerré con el pestillo para que no pudieran abrirla desde fuera, me acerqué a ella por detrás, le besé el cuello enganchando mi cuerpo al suyo apretándole con mi paquete su culito.
YO: Buenos días mi putita, ¿cómo estás?
Pasó un brazo para atrás, me cogió por la nuca acariciándomela.
CLARA: Tú putita está muy bien contigo.
Le agarré el culo con la mano apretándoselo, le puse un dedo encima del ojete.
YO: ¿Y tu culito como está?
CLARA (susurrando): Bien.
Le pasé una mano por delante sin dejar de besarle el cuello, acariciándole una teta por debajo del jersey, tiró la cabeza para atrás gimiendo flojito.
YO: ¿Te gusta?
CLARA (susurrando): Me gusta todo lo que me haces.
Le pasé la mano del culo para adelante siguiendo el límite de las bragas, cuando llegué al vello púbico se la metí por dentro agarrándole el coño, gimió fuerte y movió el cuerpo de excitación, le apretaba una teta y le acariciaba el chocho con un dedo en el agujerito.
YO: ¿Ya estás mojada putita?, te has convertido en una zorra cachonda que se te moja el coño a la mínima.
CLARA: Demasiado tiempo sin tus caricias, cuando te tengo cerca me mojo, cuando me tocas me mojo más, y si además me besas como lo haces estoy a punto de correrme.
Le saqué la mano del coño y de la teta, la levanté en brazos y me senté en el sofá con ella encima, colocándola de lado con su culo encima de mi paquete con el pantalón todavía por las rodillas, aguantándola con mi brazo por su espalda, como si fuera una niña pequeña, le miré los ojos y nos besamos con la lengua.
YO: ¿Qué pretendes Clara?
Me miró sorprendida por la pregunta.
CLARA: ¿Qué voy a pretender?, ya te lo dije, quiero que vuelvas conmigo y vivir con los niños otra vez todos juntos, volver a ser una familia.
YO: ¿Y este papel que haces de niña sumisa que contigo no va nada?
CLARA: Porque quiero que estés contento conmigo y veas que soy capaz de darte lo mismo que cualquier otra mujer.
YO: ¿Así que me vas a dar todo lo que te pida?
Creo que intentó ponerme a prueba.
CLARA: Bueno, todo, todo, no sé, alguna cosa puede ser que no la puedas conseguir.
Le miré los ojos sonriendo.
YO: Pues ya te puedes subir los pantalones y largarte a zorrear con otro, con lo buena que estás seguro que no tardarás en encontrarlo, puede hasta que te paguen si te lo propones de lo puta que eres.
Se asustó y me cruzó los brazos por el cuello abrazándome fuerte, colocando su cabeza en mi cuello.
CLARA: No, no, no te enfades, haré lo que tú quieras, todo lo que me pidas, pero sigue conmigo por favor.
YO: Ya sé que te va a costar ser mi puta y mi sumisa cuando yo quiera, pero es lo que hay, como intentes hacerte la graciosa para ver si consigues algo de poder no me vuelves a ver el pelo, te lo dije y te lo repito, harás lo que yo quiera cuando quiera sin rechistar.
Me miraba a los ojos enamorada, cuanto más autoritario me ponía con ella más enamorada parecía que estaba.
CLARA: Como me pones cuando me hablas así joder, tú puta tiene las bragas chorreando por tú culpa.
Nos besamos y deslicé una mano por el medio de sus piernas para tocarle las bragas encima del agujero del coño, realmente las tenía mojadas de cojones.
YO: Quítate los pantalones y el jersey.
Lo hizo sin bajarse de encima de mí, volviendo a pasarme los brazos por el cuello, dejando caer su cuerpo encima del mío con su cara en mi cuello besándolo.
YO: ¿Tienes frio?
CLARA (susurrando): No, tienes la calefacción alta.
Le acariciaba el muslo por la parte externa, ella se acurrucaba cada vez más encogiendo las piernas.
CLARA: Como me gusta estar así contigo, me siento feliz y protegida.
YO: ¿Conmigo, quién soy yo para ti?
Por supuesto era una pregunta trampa, dudó un momento pensándoselo.
CLARA: ¿Mi ex marido?
YO: ¿Solo eso?
CLARA: Hay, eres mi amor, mi cariño, el hombre de mi vida, con quien quiero seguir formando una bonita familia con nuestros niños.
YO: Y tú amo putita.
Se quedó en silencio pensando y respondió rápido.
CLARA: Y mi amo, a quien haré caso en todo cuando quiera y como quiera.
YO: Muy bien cariño, luego me das el número de zapato que gastas, de sostén y bragas.
CLARA: ¿Me vas a hacer un regalito?
YO: Sí, te haré más de uno.
CLARA: Ya me has hecho uno diciéndome cariño.
Volvió a besarme el cuello quedándose allí quieta, apretándose contra mi cuerpo, le quería ir diciendo cosas como “cariño” o “amor” de vez en cuando, para que no se desanimara y supiera que yo la quería, bueno, la verdad es que nunca dejé de quererla, pero ahora la trataba de otra manera, porque veía que a ella se le caían las bragas cuando le hablaba con autoridad, sin dejarle ninguna esperanza de poder decidir, sobre todo en nuestra vida sexual, la apreté con mi brazo acariciándole el pelo, se relajaba como una gatita.
YO: Hoy comeremos juntos.
CLARA: Vale, como mi amo quiera.
Que cabrona que era, me decía justo lo que yo quería oír.
YO: ¿Esta tarde tienes algo que hacer?
CLARA: Quería pasar por el centro para comprarle algo de ropa a los niños, si a ti te parece bien, si quieres que haga otra cosa la haré, o si quieres venir conmigo me harás feliz.
YO: No puedo, tengo trabajo que hacer, pero compra vaselina por favor.
CLARA: ¿Vaselina?
YO: Sí, hoy no, pero mañana te la voy a meter por el culo otra vez.
Se movió un poco, creo que de pensarlo, yo sabía que no le gustaba, pero le iba a dilatar el culo como fuera, aquella tarde tampoco tenía mucho trabajo, lo podía haber hecho al día siguiente y acompañarla a comprar, pero no quise que pensara que me tenía controlado.
Le agarré la nuca levantándole la cabeza besándola metiéndole la lengua en la boca, ella la aceptó ofreciéndome la suya, poniéndome una mano en la cara acariciándomela moviendo su boca con más intensidad, le levanté una pierna sentándola encima de mí, se fue moviendo frotándose el chichi con mi paquete, abriendo más la boca, acogiendo dentro de sus labios casi toda la mía lamiéndome la lengua y los labios, se separó mirándome encendida, como me gustaba verla tan caliente conmigo.
CLARA: ¿Puedo desnudarte mi amo?
YO: Si me desnudas me follas.
Bajó las manos nerviosa desabrochándome el cinturón, el botón y me bajó la cremallera del pantalón en un momento, me desabrochó los botones de las mangas de la camisa y unos cuantos empezando por arriba, antes de acabar estiró de ella quitándomela por la cabeza, se puso de pie agachándose para quitarme los zapatos, los calcetines y estiró del pantalón quitándomelo, se arrodilló y me agarró los calzoncillos, me miró con una sonrisilla cachonda y los fui bajando muy lentamente mirándome la polla, la tenía un poco morcillona, levanté los pies para que pudiera quitármelos, me cogió el cipote con cuidado empezando una paja lenta, me miraba a los ojos y me miraba la polla, se la metió en la boca pasándole la lengua alrededor, fue profundizando hasta metérsela entera succionando, haciendo que me creciera y se me pusiera dura dentro de su boca, seguía dándome placer levantando los ojos para mirar si yo disfrutaba, le devolvía la mirada sonriendo, la succionó con mucha fuerza subiendo sus labios por toda la polla hasta la punta, levanté la cabeza mirando el techo y pegué un gemido de puta madre, la volví a mirar a ella, estaba con mi polla en la mano mirándome orgullosa riendo.
YO: Súbete al sofá de pie.
Se puso de pie y se iba a bajar las bragas.
YO: No te las quites todavía, súbete.
Puso un pie a cada lado de mi cuero encima del sofá y se subió, le dije que me pusiera el coño en la boca, se sujetó con las manos en el respaldo del sofá y acercó las bragas a mi boca, antes que llegara le puse la nariz en medio del coño oliéndole las bragas profundamente, entrándome en el cerebro su olor, dejó ir un gemido de excitación, me cogió la cabeza con una mano y me la apretó más hundiéndome la nariz, noté hasta lo mojadas que tenía las braguitas, se las aparté con una mano, metiéndole la lengua pegándole unos lengüetazos por donde podía haciéndola gritar, estaba excitadísima, las agarré y estiré de ellas bajándoselas, Clara levantó un pie para quitárselas y sin esperar más se sentó encima, agarrándome la polla metiéndosela hasta el fondo de golpe pegando un grito, no se había ni quitado las bragas del todo llevándolas colgando de una pierna.
CLARA: Ostia puta como me pones de loca, me muero de ganas de follarte joder.
Empezó a cabalgarme con fuerza, con sus manos alrededor de mi cabeza y mi cuello, gemía, gritaba y se movía descontrolada, notaba como bajaban los flujos vaginales por el tronco de mi polla cayéndome en los huevos, más mojada no podía estar.
CLARA: Me voy a correr, me corro.
YO: ¿Con quién te corres?
CLARA: Con mi amo joder, me corro por él, mi amo, mi amoooo.
Tenía las tetas hinchadas, los pezones como piedras, no paraba de mover sus caderas adelante y atrás con fuerza, haciendo un ruido del roce de su humedad con mi polla bestial, juntándose con los gritos que pegaba de la corrida, levantando la cabeza marcándosele las venas del cuello, se acabó de correr dejando de mover las caderas, seguía con sus brazos alrededor de mi cuello, mirándome con la carita relajada y los labios entre abiertos después de pegar un buen polvo.
CLARA: Como me gusta follarte en esta postura.
Fue dejando caer el cuerpo hasta quedar encima de mí escondiendo su cara en mi cuello, sentada sobre mi polla estirada.
YO: Ya sé que te gusta, por eso te he dejado que me follaras así.
Me besó con cariño el cuello.
CLARA: Gracias mi amo.
Le pasé los brazos por la espalda abrazándola, notando la humedad de su coño encima de mí polla.
YO: Descansa un poco y vuelve a empezar zorrita cariñosa.
No tardó mucho en levantar la cabeza y besarme de nuevo, empezó suavemente y se fue animando acabando con un buen morreo, bajó una mano agarrándome la polla y suspiró.
CLARA: Como me pone cogerte la polla, mi polla, la de mi amo.
Se la orientó al agujero y se dejó caer lentamente, metiéndosela de nuevo hasta que tocó con su culo en mis piernas gimiendo fuerte.
YO: Fóllame bien follado mi amor.
Al oír lo de “amor” se le iluminaron los ojos, moviéndose lentamente sacándose la polla hasta dejarse solo el capullo dentro, metiéndosela con un golpe seco de caderas dejándose caer encima, pegando un grito de gusto que yo le acompañaba con otro mío, lo fue repitiendo dejando cada vez menos tiempo entre una penetrada y otra, tenía el coño hecho agua y el sonido al metérsela me ponía cardiaco, pero quería aguantar sin correrme todavía.
YO: Córrete putita, córrete mi amor.
Cada vez que le decía “mi amor” se deshacía, aumentó el ritmo de sus caderas mirándome a los ojos, sin avisarme ni decir nada empezó a correrse otra vez gimiendo, encogiendo el cuerpo del gusto que le daba, volvió a poner su cabeza en mi cuello sacándose la polla.
CLARA: Me destrozas, no puedo más.
YO: Descansa un poco y lo vuelves a hacer
CLARA: No puedo, no puedo volver a correrme.
Levanté una mano y le di un azote en el culo que resonó entre las paredes, levantó la cabeza mirándome.
CLARA: Sí mi amo, lo que tú quieras, si tengo que hacerlo lo haré mi amo.
YO: Así me gusta putita, relájate un poco y empieza cuando quieras.
Se abrazó un rato y subió sus labios a mi oído susurrándome.
CLARA: Estoy preparada, te voy a volver a follar para correrme.
YO: Lo vas a hacer muy despacio, sintiéndonos el uno al otro y te vas a concentrar en mi polla para corrernos juntos, vamos a explotar juntos en un gran orgasmo.
Me besó los labios y se volvió a meter la polla en el coño, siguió con un balanceo suave de sus caderas metiéndosela y sacándosela restregándose con ella, le agarré el culo con las dos manos acompañándola en el ritmo, apoyaba sus manos en mis hombros mirándome a la cara, fue cogiendo ritmo, siempre suave, gimiendo, arrastrándome a mí también a gemir, sonrió al ver mi reacción sabiendo que iba bien, nos besamos jadeando, gimiéndonos en la boca del otro, las lenguas se entrelazaban, una de mis manos subió del culo para acariciarle una teta que la volvía a tener hinchada con el pezón duro, el roce de mi polla dentro de su coño, los besos con los labios totalmente ensalivados por nuestras lenguas, el sentir el contacto con su teta y el pezón durísimo, me estaba haciendo llegar al punto de no retorno, ella se daba cuenta y aceleraba su gemidos mirándome fijamente como mi cara le indicaba que me iba a correr.
CLARA: Sí mi amor, un poco más, nos corremos, nos vamos a correr…
Se empezó a correr notando las contracciones de su coño alrededor de mi polla, me dejé ir inundándoselo de leche, haciéndome pegar unos buenos gritos que se juntaban con los suyos, mientras le disparaba el semen en un orgasmo intensó que parecía que no se acababa nunca, por fin se me fue aflojando la polla y ella se dejó caer sobre mi pecho.
CLARA: Mi amor, mi amor, te quiero, me tienes loca por ti joder.
Yo respiraba profundamente abrazándola de nuevo, los cuerpos todavía temblaban recuperándose de un maravilloso orgasmo, nos quedamos mucho tiempo quietos, enganchados el uno al otro. Cuando se levantó se tocó el coño y se lo miró, lo tenía hinchado y rojo de tanto follar y frotarlo con mi polla.
CLARA: Como me has dejado el coño tío.
Me descojoné de risa, le agarré una mano para acompañarla a ducharnos juntos, al salir nos dimos cuenta que habíamos estado horas, la invité a almorzar a un restaurante y luego nos despedimos.
CLARA: ¿Nos veremos mañana?
YO: Te enviaré un mensaje con el lugar y la hora.
Me sonrió y se fue.
Por la tarde estuve haciendo unas llamadas sobre el “XC-69”, nadie sabía nada, en internet lo más parecido era una pieza en una conocida tienda online pero no parecía tener lugar dentro del caso, busqué patentes en todo el mundo, por las empresas tecnológicas, lo poco que encontraba no me cuadraba.
Por la noche cenando le envié un mensaje a Clara.
YO: “Mañana a las 12 en mi casa, y acuérdate de traer la vaselina”
Me contestó con un puño cerrado y el dedo para arriba, también con un corazón rojo, seguidamente recibí otro mensaje de ella.
“Sí mi amo.”
Reí en la soledad de mi casa, en el mismo sitio que tanto había llorado por ella.