El investigador privado (7)

La tía había reservado una habitación espectacular...

La tía había reservado una habitación espectacular, abrió el mueble bar.

CLARA: ¿Qué quieres tomar?, necesito beber algo.

YO: Ya lo preparo yo, ¿qué quieres?

CLARA: Algo fuerte, whisky con hielo, no me gusta pero me irá bien para entonarme.

Preparé dos, nos sentamos en un sofá con una mesita delante en un salón que había antes de entrar a la habitación, le pegó dos tragos al vaso y se levantó extendiéndome la mano para que se la agarrara, me ayudo a levantarme, quedamos uno delante del otro mirándonos.

CLARA: Estoy nerviosa.

Se acercó y apoyó su cabeza en mi pecho poniéndome una mano en la cintura, yo se la puse en la cara acariciándosela.

YO: Clara, hemos estado juntos muchas veces, o es que te lo hacía tan mal que ya te has olvidado por completo.

CLARA: No, no es eso, y tanto que me acuerdo de cuando lo hacíamos, y de los dos niños tan guapos que hemos hecho, pero es que…

Apretó su cara contra mi mano queriéndola sentir con más fuerza.

CLARA: Es que quiero que me lo hagas como lo hacías con ella.

YO: ¿Por qué, qué tiene que ver ella con esto?

CLARA: Todo, quiero saber porque consiguió que te enamoraras de ella de esa manera, quiero que puedas estar conmigo igual de enamorado.

YO: Pero no todo es por sexo Clara, también hay otras cosas, la manera de tratarme, la dulzura, el cariño diario, la sinceridad que pensaba había que lógicamente al final resultó que no.

CLARA: De esas cosas ya me cuidaré yo, pero del sexo tengo que saber porque era tan perfecta, si ella era perfecta es que yo no lo era y quiero saber porqué.

YO: ¿Me estás diciendo que serás capaz de hacer cualquier cosa de las que hacía con ella?

CLARA: Esta noche me voy a entregar totalmente, quiero que hagas conmigo lo que quieras.

Me miró a los ojos y nos besamos despacio, rozándonos los labios, nos volvimos a mirar, ella abrió los labios acercándolos a los míos encajándolos, sacando la lengua.

YO: No sé si aguantarás todo lo que te voy a hacer.

CLARA: No me pongas más nerviosa y empieza por favor.

YO: ¡Eeeh!, con tranquilidad que tenemos mucho tiempo.

Me miró sorprendida por mi tranquilidad, supe que la tenía en mis manos, le acaricié la cara y la besé con suavidad, rozándole los labios con los míos, ella con dudas apoyó sus manos en mi cintura.

YO: (susurrando): Si me quitas la americana estaré más cómodo.

Me miró a los ojos abriéndomela, yo llevé los brazos para atrás, la acompañó por detrás de mis hombros dejándola caer, la recogí mientras deslizaban las mangas por mis brazos cayendo y la puse a un lado, su mirada era de estar tan insegura y a la vez tan entregada a lo que yo le quisiera hacer, que me hizo pensar en todo el tiempo que yo intenté aproximarme a ella, la seguridad con la que siempre me trató, el control que tenía sobre ella y sobre mí, para darme esperanzas con las miradas y apartarme de ella siempre, en aquel momento todo eso se le había ido a la mierda, por los celos con Laura la tenía allí entregada y dispuesta a hacer lo que fuera, y yo tenía ganas de aprovecharlo. Le pasé las manos por las caderas llegando a su espalda para juntarme más a ella, los cuerpos se rozaban por encima de la ropa, me rodeó el cuello con sus brazos, le acariciaba la espalda llegando con la mano justo encima del culo, dejando los dedos descansar en el inicio, me miraba con los labios entreabiertos, se los besé metiéndole un poco la lengua para jugar con las suya que me la ofrecía a la más mínima insinuación.

YO: ¿Estás bien, te sientes cómoda?

Me lo confirmó con la cabeza y una sonrisilla, subí las manos de su espalda al el inicio de la cremallera del vestido, se la fui bajando hasta que llegó al tope, abriéndoselo por los hombros para bajárselo y soltarlo justo cuando le descubrí el sujetador, dejándolo caer al suelo alrededor de sus pies, enfundados en unos zapatos de tacón altos y finos, volví a colocar mis manos en su espalda, ella alrededor de mi cuello, las bajé acariciándola, con una los lumbares, con la otra seguí bajando rozándole la piel del culo hasta llegar al muslo y volver a subir.

YO: Nunca te gustó llevar tanga.

CLARA: No sabía que te gustaría ahora, me lo he puesto porque es muy sexi aunque me sigo notando incomoda.

YO: Pues has acertado, vas muy sexi y sigues teniendo un cuerpo muy bonito.

Me miró con aquella cara que saben hacer medio avergonzada y encantada por el cumplido.

YO: Aunque el sujetador te mantiene las tetas un poco altas.

Le subí las manos por la espalda y se lo desabroché, bajándolo para que sacaras las manos y dejarlo a un lado, las tetas le cayeron a su posición “normal”.

YO: Te han crecido desde la última vez que te las vi.

CLARA: Lo dices porque no te acuerdas bien de cómo las tenía.

YO: Me acuerdo perfectamente de cómo las tenías.

Volvió a sonreír satisfecha, le agarré una mano y estiré de ella sacándole los pies del vestido que todavía tenía a su alrededor, la llevé a la habitación al lado de la cama, nos paramos uno delante del otro de nuevo, le volví a besar suavemente en los labios.

YO: Creo que ya es el momento que me quites la ropa.

CLARA: ¡YO!, ¿yo te tengo que quitar la ropa?

YO: Si quieres puedes llamar a ver si hay alguna camarera libre y puede subir a quitármela.

Me miró torciendo el morro por cachondearme de ella, cambiando rápidamente a una sonrisilla desabrochándome el primer botón de la camisa, fue siguiendo con paciencia desabrochándolos todos, hasta abrirme la camisa mirándome el pecho, siempre me había dicho que el pecho era la parte de mi cuerpo que más le gustaba y le ponía, acercó su cabeza besándomelo, acariciándomelo con sus manos, levanté las mías para enseñarles los puños de la camisa sin desabrochar, lo hizo uno a uno más nerviosa y dejé caer la camisa, me abrazó pasando sus brazos por mi espalda, apoyando su cabeza en mi pecho como si me auscultara el corazón, yo le acariciaba el pelo.

CLARA: Me ha gustado tanto siempre tu pecho.

Me lo besó, me besó los pezones y a la vez me desabrochaba el cinturón del pantalón, el botón y me bajaba la cremallera estirando de ellos para abajo bajándomelos a los tobillos, saqué los pies y los empujé a un lado, le levanté la cabeza cogiéndola por la barbilla besándola, metiéndole la lengua en la boca a la vez que la agarraba por el culo con las dos manos comprobando su dureza, le pasé una mano por delante y le acaricié el coño suavemente por encima del tanga, llegando con dos dedos al agujero de su vagina.

YO: ¿Qué te pasa?, tienes el tanga empapado, estás pasando calor o se te ha mojado de lo calientes que vas putita.

Al oír lo de “putita” me miró asustada.

CLARA: ¿Qué me has dicho, a hablar así es lo que has aprendido desde que no estamos juntos?

YO: Tú eres la que quieres estar conmigo, ¿no?, pues para hacerlo tendrás que ser mi putita cuando yo quiera, harás lo que te diga y le pondrás todas las ganas que puedas en complacerme, te haré lo que me dé la gana cuando me dé la gana, ¿entendido?

Me miró a los ojos sorprendida con cara de cachonda, me lo confirmó con la cabeza dándome la impresión que le gustaba la idea.

YO: Arrodíllate y quítame los calcetines y la ropa interior.

Me sonrió insegura y lo hizo.

CLARA: Te gusta tenerme de rodillas delante de ti sometida, ¿te estás vengando de mí?

YO: ¿Sometida?, te crees que esto es someterte, cuando lo haga te darás cuenta de lo que es estar sometida putita, cógeme la polla y chúpamela, a ver si lo haces bien.

Me la miró agarrándola con la mano suavemente.

CLARA: Está muy tranquila, con lo que te he hecho y me has tocado ¿no te has excitado nada?

YO: Si quieres excitarme tendrás que hacerlo tú.

Se debía de acordar cuando éramos un matrimonio “convencional”, que con solo mirarme se me ponía la polla a cien, la situación no era la misma, sobre todo después de conocer a Laura, me controlaba perfectamente y más en un momento como aquel que lo estaba disfrutando.

Clara se esforzaba en comerme la polla intentando ponérmela tiesa, le pasé la mano acariciándole la cabeza sujetándosela, con un movimiento de cintura se la metí entera en la boca, se quiso apartar y no le dejé haciendo fuerza con mi mano en su cabeza, subió la mirada abriendo los ojos.

YO: Vamos sigue, no pares.

Le empecé a follar la boca, le salía saliva por los lados de los labios cayéndole a las tetas, la polla se iba hinchando y creciendo dentro de su boca llegándole más profundamente, acabé aguantándola toda entera dentro teniéndola totalmente tiesa llegándole a la garganta, le venía una arcada detrás de otra cayéndole los lagrimones por la cara, seguía follándosela con movimientos cortitos medio ahogándola, a punto de hacerle vomitar, se la saqué de golpe, apartó la cara cogiendo una fuerte bocanada de aire, quedando saliva entre sus labios y mi polla.

YO: No pares de pajearla ahora que has conseguido ponérmela a mil.

Me la agarró haciéndome una buena paja, distribuyendo la saliva por toda la polla mirándome a los ojos, recuperándose todavía de la follada de boca.

YO: Házmelo otra vez.

CLARA (nerviosa): ¿O, o, otra vez, quieres que me la meta en la boca?

YO: Sí, pero ahora tienes que hacerlo tú sola, sin ayuda de mi mano empujándote la cabeza, que parece que esté con una adolescente sin experiencia joder.

Le noté en la cara que se molestaba y se “picaba”, le pegó un lengüetazo en la punta saboreándola, aprobándolo yo con la cabeza, se metió el glande succionándolo con fuerza y fue bajando la cabeza hasta notar que le tocaba en la garganta, cerró los labios alrededor de mi polla y succionó con un sonido gutural que me hizo dar un gemido, al oírlo me agarró con sus manos fuerte en los muslos, lo repitió varias veces haciéndome jadear y gemir de placer, le puse la mano en la cabeza acariciándosela, la sacó hasta la mitad y se la volvió a meter hasta el fondo siguiendo con su “trabajito”, sin dejar de caerle lagrimones por la cara, yo pensaba, “Hoy vas a llorar todo lo que no lo has hecho antes por mí cabrona”, como disfrutaba de aquella situación, por eso no tenía ninguna prisa en avanzar por muy cachondo que me estaba poniendo.

YO: Tengo que reconocer que si quieres sabes comerte una polla como debe comerse.

Se la saqué cogiéndola por los sobacos levantándola, dejándola de nuevo delante de mí, me miraba guapísima, haciéndose la enfadada mientras se secaba los lagrimones con una mano.

CLARA: ¿Lo estás disfrutando cabrón?, te estás resarciendo de todo este tiempo…

Le agarré el coño con toda la mano, tenía el tanga empapado.

YO: Pues tú putita no te lo estás pasando nada mal, estás tan cachonda que te has mojado como nunca te había visto, como tarde mucho en quitarte el tanga lo vas a fundir de lo caliente que se te está poniendo el coño.

Abrió los ojos alucinando por cómo le hablaba, yo veía que estaba muy caliente, estaba ardiendo y casi no la había tocado, la empujé haciéndole caer de espaldas a la cama, me subí y pasándole un brazo por la espalda hice fuerza para subirla más arriba, le quité los zapatos, la besé con lengua lo más guarro que pude, saboreando sus labios con gusto a mi polla a la vez que le acariciaba el coño con dos dedos, al separar mis labios gimió de excitación.

YO: Dime que vas caliente.

Me miraba muy excitada dudando.

CLARA (nerviosa): E, e, estoy muy caliente, me tienes muy caliente…

YO: ¿Y tienes ganas de correrte putita?

CLARA: Sí, sí, quiero correrme.

YO: Pues pídemelo, pídeme que haga que te corras como una guarra de lo cachonda que vas.

CLARA: Quiero correrme, que me hagas correr, que me lleves al orgasmo por favor.

YO: No, así no está bien pedido.

Su cara era un mezcla excitación y furia.

CLARA: Haz que me corra como una guarra, haz que se corra tú puta de una vez, ¡joder!

YO: Huy, que palabrotas está diciendo hoy una chica tan fina como tú.

Me miró con carita de pena entregada a lo que yo quisiera.

CLARA (susurrando): Por favor, por favor.

Acerqué otra vez mis labios a los suyos, abrió la boca sacando la lengua lanzándose literalmente a comerme la boca apretándome con sus manos en mi espalda, le puse la mano en el pecho y la empujé contra la cama para estirarla de nuevo, tenía los ojos encendidos de caliente que estaba, le bajé la mano hasta una teta acariciándola suavemente por un lado, jadeó y gimió con una voz muy fina, le pasé dos dedos por encima de un pezón que lo tenía durísimo sacándole un par de gemidos más, mientras le acariciaba uno, me metí en medio de los labios el otro lamiéndolo y chupándolo, me cogió la cabeza con las dos manos gimiendo de excitación.

CLARA: Me estás matando, sigue, sigue.

Le metí una mano por dentro del tanga frotándole el chichi, sonando el típico chic chic de lo mojado que lo tenía.

CLARA (susurrando): Por favooooor.

YO: Por favor ¿qué?

CLARA: Que hagas que se corra tú puta, la tienes al límite joder.

Le puse una mano a cada lado de la cintura agarrándole el tanga, levantó el culito para que se lo quitara, pegué un tirón fuerte para los lados rompiéndoselo, de otra estirada por delante lo lancé por detrás de mí, dio un grito de sorpresa y excitación mirándome encendida por que le hiciera algo, le besé la barriga, el monte del pubis por encima del pelo bien recortado y cuidado, abrió las piernas todo lo que pudo, yo le abrí el coño con dos dedos de cada mano y le pasé la lengua alrededor de los labios mayores, me agarró con fuerza la cabeza y me puso la boca en medio apretándomela, intentando mover la cintura para frotarse, me aparté un poco dejándola con un suspiro de desanimo por no poder seguir, acerqué de nuevo la boca y le pegué un lengüetazo lento, empezando en su culo subiendo la lengua hasta el final de la rajita sacándola por encima arrastrando todos sus flujos con su sabor, pegó un grito enorme moviendo las piernas y el culo, le fui dando vueltas a la lengua empezando desde arriba pasando por el clítoris bajando hasta el culo de nuevo con ella desatada sin parar de moverse y gemir, subí de nuevo lentamente, parándome en la entrada de la vagina lamiéndole alrededor del agujerito, metiéndole un poquito la lengua dándole vueltas, me volvía a apretar la cabeza y yo hacía fuerza para oponerme.

CLARA: Métemela joder, méteme esa puta lengua dentro.

Seguí subiendo por los labios menores sin hacerle caso.

CLARA: Cabrón me quieres hacer sufrir

La giré un poco de lado, le solté un fuerte azote en el culo que hizo que diera un grito de sorpresa y se callara de una puta vez, llegué al clítoris que lo tenía como un garbanzo de grande y duro, lo rodeé con mi boca y lo succioné pasándole la lengua por encima, levantó el culo pegando un grito, succioné más fuerte pasándole seguidamente la lengua por encima sin parar, mantenía el culo en alto con todo el cuerpo dándole calambrazos, pegando unos gritos tremendos corriéndose como un animal salvaje, cuando acabó dejó caer el cuerpo en la cama relajándose.

CLARA: Que bueno, que ganas tenía.

Subí despacio con todos los morros llenos de sus flujos, me quedé encima de ella aguantándome con las manos en la cama a un palmo una cabeza de la otra, me miró los labios, me miró a los ojos, levantó la cabeza con sus manos en mi nuca, besándome con la boca abierta sacando la lengua restregándonos los flujos.

YO: ¿Te gusta el sabor a tú coño?

CLARA: Me gusta que lo tengas tú en tú boca.

Me agarré la polla buscándole el agujero del chichi, se la metí despacio hasta el fondo, se agarró con fuerza a mi cuello gimiendo de nuevo.

YO: Te vas a correr otra vez.

Le di un par de golpes suaves de caderas, entrándola y sacándola haciendo que mirara al techo.

CLARA: No sé si te acuerdas que en esta postura nunca he podido llegar.

Subí mi cuerpo un poco más arriba clavándosela en el fondo, le agarré las manos y se las puse encima de mi culo, sacándole el cipote un poco.

YO: Tú vas a marcar el ritmo apretándome con tus manos, vas a correrte como una puta desatada.

Me volvió a besar desenfrenada, apretó mi culo para metérsela soltando el aire de un gemido dentro de mi boca, separé mis labios de los suyos mirándole a los ojos, mientras ella me agarraba el culo con fuerza, estirando de él para que se la sacara, volviendo a traérselo hacía ella con fuerza para que se la metiera pegando un gritito, lo fue repitiendo gimiendo, gritando y gruñendo como un animal, acelerando el ritmo, su cara y sus ojos que los iba poniendo en blanco cada vez más me indicaban que estaba a punto otra vez, dio un fuerte gruñido abriendo los ojos descontrolando el cuerpo y las manos, moví mis caderas con fuerza para seguir follándola y que siguiera corriéndose, sus manos las subió a mi espalda abrazándome con fuerza, enganchando sus tetas a mi pecho y su cabeza al lado de la mía escuchando su orgasmo en mi oído, nos dejamos caer sobre la cama con ella sin dejar de abrazarme, sin sacarle la polla de dentro.

CLARA (susurrando en mi oído): Me he corrido, lo he vuelto a hacer, has conseguido que me corriera como no lo he hecho nunca.

Le besé el cuello, la cara y el lóbulo de la oreja.

CLARA: ¿Me dejarás descansar un poquito?, me tienes destrozada.

YO: Un poquito pero la polla no te la saco.

Rió acariciándome la espalda con una mano y la cabeza con otra, quedándonos un rato quietos.

Cuando creí que ya le había dado suficiente tiempo la besé con suavidad, me fui saliendo de la cama, la agarré por la cintura y la hice rodar poniéndola boca abajo, estiré de ella y la saqué hasta el borde de la cama subiéndole las rodillas, la dejé a cuatro patas, me miraba con una sonrisilla cachonda sabiendo lo que le venía, apoyó la cabeza de lado en la cama para poder verme, subió el culo ofreciéndome el chochito para que le hiciera lo que quisiera, yo tenía la polla después de oír como Clara se corría dos veces como un mástil de tiesa, le pasé muy despacio dos dedos por el coño recorriéndoselo hasta llegar al agujerito, comprobando lo mojada que seguía, dio un respingo de gusto con el contacto, puse la puntita en la entrada metiéndola un poco, cerraba los ojos disfrutándolo, de golpe se la metí hasta el fondo chocando con mi pubis contra su culo, haciendo un fuerte ruido del impacto acompañado de otro fuerte grito de ella abriendo los ojos de golpe, la saqué lentamente y volví a hundirla totalmente de otro fuerte golpe de caderas, con un grito más fuerte de Clara que ya le había cambiado la cara otra vez a la de vicio, fui aumentando el ritmo junto a sus gritos, se acabó corriendo por tercera vez temblándole las piernas quedándose sin fuerzas, le empujé el culo para volver a dejarla estirada boca abajo mientras respiraba rápido recuperándose, me subí a la cama poniendo una pierna a cada lado de las suyas, moviéndolas para ir avanzando hasta llegar a la altura de su culo, le pasé dos dedos por el coño recogiendo todo el flujo que pude subiéndoselo al ojete del culo lubricándolo, Clara abrió mucho los ojos volviendo a cambiar la cara, ahora de asustada.

CLARA (nerviosa): ¿Qué, qué, qué vas a hacer?

YO: Cállate y relájate.

Desde que me dijo que íbamos a cenar, pensé en la posibilidad de que después ella quisiera tener sexo, lo tenía todo pensado para mi venganza, que me dijera que nos quedábamos en el hotel me fue perfecto, porque en casa con los niños durmiendo cerca no me hubiera atrevido a tanto, me iba a pagar todo el tiempo que me estuvo puteando con dos cosas que jamás me dejo hacer de casados, correrme en su boca y metérsela en el culo.

Me agarré la polla apoyando la punta en el ojete, lo tenía muy cerrado porque lo apretaba de los nervios, apreté un poco hundiendo la piel sin conseguir que entrara lo más mínimo.

CLARA (asustada): No por favor, por ahí no, ya sabes que no me gusta y nunca lo hemos hecho.

Aparté la polla de su culo sentándome en sus piernas.

YO: Lo sabía, sabía que no le llegarías ni a la suela del zapato, mucho vestido bonito, mucha ropa interior cara y sexi, pero a la hora de la verdad, sigues siendo la misma puta pija remilgada de siempre, Laura me puteó, pero es un animal en la cama que tú nunca llegarás a ser.

Su cara de odio y rabia lo decía todo, hice el gesto para levantarme, Clara se dio cuenta que allí se acababa todo.

CLARA (levantando la voz enfadada): Hazlo joder.

YO: ¿Qué?

Me volvía a sentar encima de sus piernas.

CLARA: Que lo hagas.

YO: Perdona pero no lo has pedido bien.

CLARA (tragándose él orgullo): Que le folles el culo a tú putita.

Le di una sonora palmada en una nalga.

YO: Pues relájalo un poco zorrita.

Vi que lo intentaba, pero seguía estando el agujero muy cerrado y duro cuando le volvía a pasar los dedos mojados en saliva, se lo fui mojando intentando meterle la punta de un dedo, me costaba, lo conseguí haciendo un poco de fuerza y pegó un grito de dolor.

CLARA: ¡Joooder!

Cuando pensé en hacérselo no estaba seguro que si a ella le hacía daño pudiera seguir, pero me sorprendí al gustarme su grito, volviéndolo a meter para oírlo de nuevo, y así fue, soltó otro grito arrugando la cara de dolor que me encantó, me levanté y fui al cuarto de baño.

CLARA: ¿Dónde vas, no te marches por favor?

Yo caminaba al cuarto de baño.

YO: No te preocupes que no me voy, ahora vuelvo.

Busqué entre los sobrecitos que ponen en los hoteles en una bandejita, como el jabón y el gel, buscando algo que me fuera bien, encontré un par de sobres de crema hidratante para la piel, pensé que esa era la suerte de estar en un hotel caro, volví con ella abriendo uno de los sobres, me coloqué de nuevo sentado en sus piernas, me miraba no sabiendo qué coño le iba a hacer, le fui tirando la crema por encima del ojete abriéndole el culo con la otra mano, después con los dedos esparcírsela y lubricarlo bien, le puse casi todo el sobre, abrí el otro y me lo tiré encima de la polla, haciéndome una paja para dejarla lubricada, ahora era el momento, le puse de nuevo la punta en la entrada del agujerito, sin pensármelo mucho apreté con fuerza metiéndole el capullo, vi como su anillo del culo se abría para dejar pasar el glande y como se cerraba detrás, pegó un grito enorme cerrando los ojos y la boca, apreté más fuerte sin dejar tiempo a nada metiéndosela hasta el fondo con otro grito, empezando a caerle lágrimas por las mejillas, mi venganza se estaba consumando, le daba por culo, nunca me dejó hacerlo y encima le hacía llorar, se la fui moviendo lentamente, se agarraba sin abrir los ojos con las manos a la sabana apretándolas con mucha fuerza, volviendo a gritar sin dejar de llorar, me vengaba de que se separara de mi cuando yo estaba loco por ella, de los malos ratos que me había hecho pasar durante todo el tiempo que estuvimos separados, y me vengaba del hijo de puta de mi suegro, le iba a cobrar todas las lágrimas que me había hecho derramar en la soledad de mi casa por ella una a una, le saqué la polla por la mitad, se la metí de golpe para que gritara de nuevo y no dejara de llorar por mí, me excitaba y me ponía cachondo verla de aquella manera, la volví a sacar dejándole el capullo dentro y se la hundí de nuevo hasta que el pubis chocó violentamente contra su culo, estiró con fuerza de las sabanas sacándolas de lugar con otro grito, las lágrimas estaban mojando la cama y yo estaba eufórico de someterla de aquella manera, al poco rato de follarla, el culo se le había dilatado y la polla entraba y salía más suavemente, se quedó en silencio, sin abrir los ojos y sin dejar de llorar mientras yo aceleraba el ritmo, cuando noté que estaba a punto de correrme se la saqué moviéndome apoyado en mis rodillas, abrió los ojos para ver qué pasaba, encontrándose con mi polla a dos dedos de su boca pajeándomela.

YO (autoritario): Abre la boca que me voy a correr dentro.

Estaba totalmente derrotada, abrió la boca y esperó, me encantó verla con aquella cara de sumisa, tanto que me vino un primer lechazo que le entró directo en la boca que cerró por la impresión, dándole el segundo tiro de leche en los labios y la nariz.

YO (levantando la voz excitado): Abre la puta boca joder.

La volvió abrir cerrando los ojos, mientras le dejaba ir lo que me quedaba de “carga”, acercándole la polla dejándola encima de su boca para no desperdiciar ni una gota, empezó a llorar de nuevo, un último movimiento de mi mano zarandeando la polla hizo que cayeran las últimas gotas dentro, dejé de gritar dando un suspiro de relajación de la corrida que me acaba de pegar, ella dejó escapar todo el semen que tenía en la boca cayendo por el lado de la cara a la cama, seguía sin moverse con los ojos cerrados, dejó de llorar, tenía rastros de semen por la cara mezclados con las lágrimas, cerró la boca tragándose la leche que no pudo tirar a la cama y se quedó como dormida, yo sabía que no dormía, se estaba relajando de lo que había sucedido.

Me levanté, me di una ducha rápida enjabonándome bien la polla, mientras lo hacía pensé que siempre había intentado ser una buena persona, ser educado e intentar que la gente que estaba a mi alrededor fueran felices, a ella nunca le llevé la contraria, aceptaba sus decisiones sin importarme que yo saliera perdiendo en alguna cosa, me daba igual como estuviera yo si ella estaba bien y contenta, no había provocado nunca ninguna discusión para no importunarla y así me fueron las cosas, ese día me había comportado como un hijo de puta y me gustó, no tardó mucho en salirme la parte buena pensando si no me había pasado, era una buena madre para mis hijos y tal vez no se mereciera lo que le hice, y por otro lado me salía la mala diciéndome que sí, que se lo merecía, que ella también me hizo sufrir y llorar mucho, se lio una batalla de puta madre dentro de mi cabeza entre el “ángel” y el “demonio” que todos tenemos dentro.

Me sequé, mojé una toalla de manos volviendo con ella, seguía en la misma posición, se la pasé por la carita limpiándole el semen y las lágrimas, abrió los ojitos mirándome como un cordero degollado, doblé la toalla poniéndola encima de la mancha de la cama, la tapé con la sabana y me tumbé a su lado acariciándole el pelo, apoyando su cara en mi cuello, no tenía ni puta idea de cómo reaccionaría ella, me pasó un brazo por encima del pecho acercándose más besándome el cuello suavemente, dejando allí su cara con los ojos cerrados, estuvimos un rato sin decir nada, la batalla en mi cabeza llegó a su fin, la había ganado el “ángel” como yo sospechaba que pasaría, estaba a punto de pedirle que me perdonara por lo que le había hecho y…

CLARA (voz flojita): Has madurado.

YO: ¿Qué?

CLARA: No sé qué has hecho o te ha pasado durante este tiempo que hemos estado separados, pero ha sido para bien, eres mucho más maduro, más fuerte, más seguro de ti mismo, me encanta que seas así.

Sumisa de los cojones, no me jodas que lo que necesitaba esta tía era alguien que la domara y le hiciera pasar por el aro con un par de cojones, que no fuera capaz de saber que si antes no había sacado mi carácter era por hacerla feliz y no discutir con ella, pensé alucinado.

CLARA: Y no te preocupes por el espectáculo lamentable que te he montado con lo del culo, lo haremos las veces que quieras, me iré acostumbrando.

Me subió la autoestima y el ego consiguiendo que me sintiera más fuerte.

YO: ¿Te ha gustado lo que ha pasado esta noche?

CLARA: Es justo lo que necesitaba.

Me besó y me chupó el cuello.

YO: Mejor, porque es lo que va a ver a partir de ahora.

Se le escapó una sonrisilla de encantarle la idea y se quedó dormida.

Se despertó a media mañana, yo hacía rato que lo había hecho sin moverme para no molestarla, levantó la cabeza mirándome.

CLARA: ¿No has dormido?

YO: Claro que he dormido, ¿quién te crees que soy?, Superman.

Me besó en los labios mirándome a los ojos.

CLARA: Sí que eres mí Superman, buenos días cariño.

La besé de nuevo.

YO: ¿Cariño?

CLARA: Sí, cariño.

YO: Pues te voy a follar a otra vez.

Ella reía.

CLARA: ¿No me vas a dejar que me lave un poco?

YO: No, te voy a hacer correr y me da igual como tengas él coño, si nos vamos a seguir viendo no vas a pasar ganas de sexo, te voy a follar hasta que me harte.

La besé de nuevo estirándome encima de ella colocándome en medio de sus piernas, me cogió con las dos manos por la cabeza mirándome los ojos sonriendo.

CLARA: Fóllame, fóllate a tu puta como quieras que para eso me tienes.

Le metí la mano en medio del coño frotándoselo suavemente, ya lo volvía a tener mojado.

YO: Como me gusta que te mojes tan rápido pedazo de zorra.

CLARA: Por ti, me mojo por ti, de ganas de que me folles, fóllate a tu zorra.

Se la fui metiendo despacio hasta el fondo.

YO: Me gusta que aprendas rápido putita.

Me sonrió con la cara de cachonda, me puso las manos en el culo dándome una palmada en cada nalga, abriendo la boca para cazarme los labios, subí el culo y ella lo apretó con fuerza para clavarse la polla hasta el fondo, separando sus labios de los míos gimiendo con fuerza.

CLARA: Que bueno joder, que bien me la clavas.

Volvió a apretarme el culo con fuerza, pegándole un buen pollazo sacándole de la garganta un grito fuerte y seco, me miró fijamente con la boca entreabierta de pasión, mientras yo levantaba el culo de nuevo, se mordió un labio con el otro cogiendo fuerza, estiró de sus brazos apretando las manos sobre las nalgas haciéndome daño de lo fuerte que lo hacía, empotrándose ella misma contra la cama, tirando la cabeza para atrás pegando un grito enorme poniendo los ojos en blanco del gusto, lo repitió tres o cuatro veces intentando hacerlo cada vez con más fuerza.

CLARA: Me voy a correr, me voy a correr, sigue, sigue tú fuerte que me corro.

Empezaba a perder la fuerza en los brazos, yo subía y bajaba el culo metiéndosela con todo lo que podía, dándole unos golpes con mi polla en su coño tremendos, sus gritos iban a más en cada penetrada, acabando apretándome con fuerza el culo con un grito sostenido moviendo las piernas y las caderas a la vez, tensaba la espalda y tiraba la cabeza para atrás, cuando se le fue aflojando el orgasmo fue subiendo sus manos a la espalda para abrazarme fuerte, apretando sus tetas a mi pecho, me besaba la cara, el cuello y los labios, me miraba a los ojos relajada.

CLARA: ¿Cómo te quieres correr?, dímelo y haré lo que tú quieras.

YO: Ya sé que harás lo que yo quiera.

Volvió a hacer la carita de sumisa que tanto me gustaba desde la noche anterior. Me puse de pie al lado de la cama.

YO: Ven putita siéntate en la cama.

Se movió con una sonrisa pícara y se sentó con mi polla delante de la cara, la miraba y después levantaba la vista mirándome a mí, la agarró con la mano.

CLARA: ¿Me dejas que juegue con ella?

YO: Para eso la tienes delante, para jugar, pero como no me guste el juego te follaré la boca hasta el fondo y me correré en tú garganta ahogándote de leche.

No dijo nada, la fue pajeando mirándosela por todos lados, evidentemente no era la primera vez que la veía, pero si fue la primera que se entretuvo con ella para conocerla bien, lamió la punta pasando la lengua por encima del agujerito, clavando sus ojos en los míos, siguió lamiendo por un lado bajando poco a poco hasta los huevos, los cogió con una mano por debajo sospesándolos, me miró como cuando vas a hacer algo que no has hecho nunca y quieren que lo veas, metiéndose un huevo en la boca chupándolo con cuidado sin dejar de pajearme, miré para el techo gimiendo, al bajar la cabeza ella sonreía de ver que me gustaba, subió la lengua lamiendo la otra parte de mi polla amasándome los huevos con una mano, hasta llegar de nuevo a la punta metiéndose el capullo en la boca succionando, se la sacó pajeándola despacio y me miró de nuevo.

CLARA (poniendo vocecita): ¿Te lo estoy haciendo bien, como una buena putita?

YO: Me encanta que aprendas tan rápido cabrona, y sí, me está gustando lo que me hace mi putita.

Sin dejar de mirarme para que le viera los ojos se metió la mitad succionando fuerte, sacándosela lentamente hasta la punta volviendo a repetirlo, tragándose un poco más de polla, en la siguiente ya casi conseguía metérsela entera, y al poco la metía hasta tocar con sus labios mi pubis y la sacaba, me estaba follando bien con la boca, me hacía gemir de gusto cada vez que la tenía en el fondo de su garganta succionándomela, había avanzado el culo al borde de la cama enganchándose a mí, podía sentir sus tetas en mis piernas y como me agarraba y me sobaba el culo con la otra mano, estaba consiguiendo con el ritmo que llevaba que me fuera calentando, con ganas de soltarle toda la leche dentro de aquella boquita prohibida hasta aquella noche.

YO: Para, para un momento.

Separó su boca dejándome la polla llena de saliva, enganchada a sus labios abiertos por varios hilos que se curvaban, tenía una cara y unos labios tan sexis colgándole aquella saliva que iba a parar a la punta de mi polla, que me hubiera hecho una paja y corrido en su cara.

YO: Mójate un dedo de la mano que tienes en mi culo con saliva.

Dejó de apretarme una nalga, pasó un dedo por el tronco de mi polla arrastrando la saliva llegando a la punta, recogiendo el hilo que se le enganchaba en sus labios enseñándomelo con una sonrisa, al romper el hilo ahora le caía por la barbilla a las tetas, me estaba volviendo loco.

YO: Vuelve con esa mano a mi culo y me metes ese dedo muy despacio.

Abrió los ojos y los labios, se le notó que le gustó la idea, fue acercando su dedito a mi ojete mojándolo por fuera, apuntó su dedo en la entrada del agujerito, me miró pidiendo permiso y yo se lo concedí con un gesto de cabeza, yo intentaba relajarlo, apretó un poco y me metió la punta, empujó y lo metió un poco más.

YO: Ahora te metes el capullo en la boca succionando de menos a más, haciéndome una paja por debajo y conseguirás que me corra en tu boca, trágate la leche o no, como tú quieras, pero no dejes de mamar hasta que me dejes vacio del todo, lo entiendes putita.

Seguía con la paja con un dedo metido en mi culo, acercó la boca metiéndose el glande chupándolo y succionándolo a la vez que con la mano por debajo seguía con su paja aumentando el ritmo, se me empezaron a mover las piernas del gusto y a salir gemidos por mí boca, me apretaba el dedo del culo que creo que llego a meterlo entero, succionaba la polla como si no hubiera mañana y me pajeaba con velocidad y fuerza estrujándomela, le sujetaba la cabeza acariciándole el pelo y poco a poco se lo apretaba más con mi mano.

YO: Me voy a correr, me voy a correr, me corro, sigue, sigue puta sigue.

Me empezaron a salir unos lechazos tremendos dentro de su boca, ella con buen criterio bajó el ritmo de la boca y la mano ordeñándome de manera increíble, la leche le caía por los lados de la boca por no tragársela, resbalando por su cara y parando encima de sus tetas de lo cerca que estaba de mí cuerpo, sin dejar de apretar su mano en mi culo con el dedo dentro.

YO: Sigue, sigue, sig…

Perdía la voz llegando al final de una corrida monumental, con las piernas que no me sostenían de pie, siguió chupándomela y pajeándomela con dos dedos mientras mi polla se desinflaba y perdía dureza, levantó la cabeza mirándome con la boca y los labios llenos de semen que le caía por la barbilla sonriendo, cuanto hubiera dado por verla así cuando estábamos casados.

YO: Trágate lo que te queda en la boca.

Lo hizo sin dejar de mirarme.

YO: ¿Te gusta?

Movió la cabecita diciéndome que sí, con una mirada de amor que no le había visto nunca a la hija de puta.

YO: Vuelve a metértela para limpiarla bien.

La levantó con un dedo y abrió la boca tragándosela toda, chupándola, disfrutando de hacerlo, la sacó arrastrando los labios hasta la punta para limpiarla, tragó mirándome para que lo viera.

CLARA: Estaría todo el día haciéndotelo, me encanta tenerla en mi boca, sentirla, saborearla…

YO: Otra cosa.

CLARA: ¿Qué cariño?

YO: Que ya puedes sacar el dedito de mi culo.

CLARA: Huy sí.

Nos duchamos y bajamos a recepción, en algún momento pensé en pagar la cuenta del hotel, pero caí en que el dinero de Clara se lo daba su padre, así que me gustó la idea de habérmela follado de aquella manera tan salvaje y que el hijo de la gran puta de mi ex suegro pagara la cama, que se joda el viejo.