El investigador privado (5)

La semana siguiente me llamaron algunos de mis amigos...

La semana siguiente me llamaron algunos de mis amigos, estaban organizando una cena en parejas, como algo sabían de que estaba con Laura tenían ganas de conocerla, quedamos el viernes, Laura se vistió impecable de elegante y nos reunimos con todos en el restaurante, le presenté a mis mejores amigos y sus mujeres, a Gerardo ya lo conocía porque conoció a su mujer por casualidad y hablando le preguntó si sabía de algún buen detective privado, por eso me pidió la tarjeta en su momento, fue una cena muy agradable, nos tomamos después una copa en el mismo restaurante en una zona que tenían habilitada para ello. Volviendo para casa en el coche.

LAURA: Que grupo de amigos más majos que tienes.

YO: Ya, no te han quitado el ojo de encima en toda la noche.

LAURA: Venga, ya será menos.

YO: ¿Ya será menos?, pues he visto a más de una mujer darle el toque al marido para que no mirara tanto.

Se moría de risa.

Llegamos a su apartamento y recibí un mensaje:

“Te acabo de dejar una nota en el buzón de tú amiga, recógela rápido”

Le pedí a Laura la llave del buzón y que cerrara la puerta cuando yo salí, miré por el replano, abrí la puerta de la calle mirando si veía a alguien, no había nadie, leí la nota.

“Esas empresas que te interesaban, hacen negocio con un chip, algo gordo va a pasar porque trabajan para defensa del gobierno, quema la nota”

Era de mi confidente, alguien extraño que nunca llegué a ver, por eso Laura me esperó en el bar cuando me reuní con él, por llamarlo de alguna manera porque siempre se las ingeniaba para que no nos viéramos, hablábamos a través de una pared de madera o cosas así.

Subí de nuevo al apartamento, quemé la nota en la cocina tirándola por el desagüe.

LAURA: ¿Qué ha pasado?, me estoy asustando.

YO: Nada tranquila, me tenían que pasar una información, la han dejado en tú buzón porque no estábamos esta noche en casa, a veces son cosas delicadas y es mejor no dejar rastro como una nota.

Le dije señalando el papel quemado, me miró pensando y me abrazó.

Era el miércoles de la siguiente semana, me envió un mensaje Clara mi ex.

CLARA: “Puedes venir esta noche sobre las ocho a casa, tendríamos que hablar de los niños”

YO: “Sí claro, ¿están bien?”

CLARA: “Están bien, no es un problema de salud, pero tenemos que hablarlo, entra por el jardín que la puerta trasera estará abierta.”

YO: “Ok”

Y así lo hice, entrando en la gran casa que el cabrón de mi suegro le debió de comprar como premio por separarse de mí, las luces estaban apagadas, solo se veía salir una tenue luz del salón, que es donde pensé que me estarían esperando, al entrar me encontré a Clara en sujetador y bragas, del color y el tipo que sabía que me ponían, estirada en el sofá mirándome con una sonrisa, se me cayeron los huevos al suelo.

YO: ¿Pero qué haces Clara?

Abrió un poco las piernas para que me empapara bien de lo buena y sexi que estaba.

CLARA: Bueno, siempre lo has deseado, ¿no?, poder tenerme otra vez así esperándote.

Aquello no era nada normal.

YO: Vamos tápate, ¿para esto me has llamado?, adiós Clara.

Me di la vuelta para irme.

CLARA: Sí vete, vete con esa putita que te has buscado, te la debe de chupar bien.

YO: Coño claro, ya te has enterado.

CLARA: Claro que me he enterado gilipollas, ¿te creías que no me enteraría?

YO: Me da igual si te enteras o no de lo que hago con mi vida, a alguien se le ha escapado la lengua de la cena del otro día supongo.

Estaba dando pasos de vuelta por donde había llegado, se levantó siguiéndome.

CLARA: Por favor, por favor, no te marches, hablemos.

YO: Clara, entre nosotros ya no hay nada ni lo habrá, se ha acabado, has tenido mucho tiempo para poder arreglarlo y te reías de mí, ahora que sabes que estoy bien con alguien ¿te interesas cogiéndote las prisas?

CLARA: Por favor, no puedo ver que estás con ella pudiendo estar conmigo.

YO (levantando la voz): Joder Clara, me lo podías haber dicho mucho antes sabiendo lo que yo también sentía por ti, ¿por qué ahora?

CLARA: Porque ahora siento que te pierdo, hasta ahora aunque no estábamos juntos siempre pensé que te tenía controlado, si no lo había hecho antes era por no discutir con mi padre, ya sabes cómo es contigo.

YO: Basta ya, ahora soy feliz y no pienso volver a los errores del pasado.

Caminé para la puerta.

CLARA: Vete con la hija de la gran puta esa, ojalá se le seque el coño y a ti la polla cabrón.

Me fui de allí escuchando de fondo las animaladas que le salían de la boca a Clara, no la había oído hablar así en la vida.

Llegué al piso de Laura y la senté en el sofá explicándoselo todo.

LAURA: Lo ves como sabía que vendría por ti, a la que ha visto que tú eras feliz se ha vuelto loca.

YO: Ostia Laura, si la hubieras oído gritar las cosas que nos ha dicho.

Se le notaba en la cara que se estaba cabreando.

LAURA: A ella sí que se le va a secar el coño de no follar, que se busque una buena polla y nos deje en paz joder.

La abracé y me estiré con ella, levantó la cabecita mirándome.

LAURA: ¿No te habrá hecho dudar?

YO: Que no, como quieres que dude entre una que me ha estado jodiendo y una dulzura como tú, que solo piensas en hacerme cosas para que esté contento y me quieres un montón.

Le dio una risilla tonta.

LAURA: Y tú también me quieres a mí, ¿verdad?

YO: Te quiero con locura amor.

Confirmó con la cabeza y se acurrucó conmigo para que la abrazara. Cenamos y después de ver un rato la televisión nos fuimos a dormir, entramos en la habitación y nos empezamos a desnudar, ella se sentó en la cama en pelotas con aquellas tetas.

LAURA: ¿Puedes venir un momento aquí delante de mí?

Me puse delante y me miró a los ojos, mientras con una mano me agarraba la polla.

LAURA: Te voy a pegar un polvazo para que no te olvides en ningún momento de mí.

YO: Cómo quieres que me olvide de ti ciel…

Se acababa de meter la polla entera en la boca cogiéndome los huevos, pegándome unas succiones que me hicieron ponerme de puntillas del gusto y dar un grito de loca, se le escapaba la risa con mi polla en la boca del grito “raro” que me salió del alma, me la estaba poniendo dura de cojones, se la sacó pajeándola.

LAURA: ¿Me comes el coño cielo?

YO: Lo de cielo te lo quería decir yo antes y no me has dado tiempo bruja.

Me arrodillé estirándola en la cama, le abrí las piernas, le pegué un lametazo en medio del coño con toda la mala leche que pude haciéndole subir el culo de gusto y gritar.

YO: Uno a uno empatados.

LAURA: Que cerdito er…

Le estaba pasando la lengua por el lado del clítoris volviendo a hacerle gemir, no dejé que parara lamiéndoselo, chupándoselo y succionándoselo hasta que se corrió, yo seguía pegándole lametones para hacerla sufrir, se retorció como una anguila girándose.

LAURA: Para, para animal.

Me había dejado el culo delante, le abrí las nalgas metiendo la lengua mojándole el agujerito.

LAURA: Huy, huy, huy huy huy.

YO: ¿Qué te pasa cielooo?

LAURA: Que te veo venir, te veo venir, hay la ostia.

Le acababa de meter la punta de un dedo, estaba relajada y se notaba, en nada le pude meter un segundo dedo.

LAURA: Más, quiero más, sigue.

YO: ¿Quieres más?

LAURA: Lo quiero todo, todo para mí.

YO: Ponte a cuatro patas cariño.

Dobló las piernas apoyando las rodillas en la cama, levantó el culo con mis dedos dentro, me puse detrás y le metí la polla hasta el fondo de un golpe en el coño, haciéndole dar un alarido.

YO: Así, ¿lo quieres así?

LAURA: Sí, sí, dame fuerte, fuerte.

La follaba con fuerza a golpes de cintura, a la vez que le follaba el culo con dos dedos que entraban y salían con facilidad, sus gritos eran enormes.

YO: ¿Te gusta que te folle el coño y el culo a la vez?

LAURA: Me vuelve loca, sigue coño sigue.

YO: Ahora ya sabes lo que sentía la mujer del cornudo en aquel local.

Giró la cabeza mirándome sin parar de gemir.

LAURA: ¿Pero qué coño dices tío?, estás como una puta cabra.

Golpeé con más fuerza mi pubis contra su culo, haciéndola llegar a otro orgasmo que le hacía temblar las piernas, cuando acabó le saqué la polla del coño y se la metí en el culo sacando los dedos, estaba tan dilatado y lubricado que le llegó al fondo sin esfuerzo.

LAURA: Ooooooh, la madre que te parió.

Mientras entraba y salía de ella volvía gemir débilmente, le caía su propio flujo blanco por las piernas.

LAURA: Me tienes mojadísima cabrón, sigue, sigue, por favor no pares.

Me entraba la risa de oírla hablar, parecía que estaba borracha, aumentaba los gemidos, movía el culo para atrás para que se la metiera con más fuerza, no me acostumbraba a que le gustara tanto follar así, cuando ella me daba la señal de que quería más, me desataba y le embestía el culo como un animal, esperé a que se corriera otra vez, se desplomó sobre la cama con la cabeza apoyada de lado mirándome de reojo, me pajeaba poniéndome a su lado, dejándole la polla a un dedo de la boca, la abrió mirándome con los ojos medio cerrados y me empecé a correr tirándole lechazos en la boca, labios, cara y vete a saber donde más porque yo ya perdí el control, me estiré a su lado acariciándole el pelo.

LAURA (con voz flojita y cansada): Que era yo quien tenía que pegarte un polvazo ostia.

Nos reímos que nos costaba hasta respirar y seguimos estirados recuperándonos.

Me llegó la información donde montaban el aparato que le ponían el famoso chip, me paré un rato a pensar, ¿Por qué demonios tenía que seguir investigando aquello, si nadie me pagaba por hacerlo?, le cobré al tío guapo y cachas por mi trabajo, a Laura no le quise cobrar como es lógico, ya no tenía a nadie interesado en el tema, solo mi confidente “voz profunda” me seguía pasando información, ¿por qué lo hacía?, y a mí, ¿por qué me atraía tanto ese caso?, más de una vez cuando no conseguía información, había pensado que le dieran por culo al chip y la madre que lo parió, pero volvía a interesarme y la buscaba por otro lado, me acerqué al lugar donde lo montaban en “algo” que no sabía que era, estaba todo vallado y con gente vigilando, tanto secretismo me ponía cachondo, subí a una pequeña colina para tener una buena vista del lugar, veía camiones entrando y saliendo, esperé un rato y vi un cambio de turno de trabajadores que salían con sus coches, les seguí y uno se metió en un bar, había un billar americano, me pedí una cerveza a su lado y le hice compañía sin decir nada un rato.

YO: Hola, me llamo Emilio, te importa si hacemos una partida al billar, te invito a otra cerveza.

El tío con una barba muy poblada y pinta de bruto de cojones me miró como perdonándome la vida, yo le hice una carita de inocente, creo que le di pena y jugó conmigo, pedimos dos cervezas más y fue pasando el tiempo, cuando ya lo vi “contento” de las cervezas empecé con las preguntas sobre su trabajo, al principio se hacía un poco el remolón en contestar.

YO: No pasa nada si no me quieres contestar, yo me dedico a vender aspiradoras, ¿te lo imaginas?, mire señora esta aspiradora le ira muy bien para su casa, y si está necesitada también la pude hacer servir para aspirarse el coño que le dará gustillo.

El tío se descojonaba de risa.

TIO: Yo trabajo cargando y descargando camiones en una fábrica que hay aquí cerca.

YO: Joder, por eso estás tan fuerte tío, y pesa mucho lo que levantas.

TIO: No lo levantamos, lo llevamos con unas transpaletas.

YO: ¿Transpaletas?, ¿y eso que es?

TIO: Pues esos aparatos que tienen como dos cuernos delante para coger los palés y subirlos.

YO: Ah vale, que aburrido ese trabajo, ¿no?

TIO: Bueno, lo que hacemos es importante.

Me moría de risa delante de su cara pensando que en cualquier momento me soltaba una ostia

YO: Perdona que me ría así, es que me has hecho gracia con eso de que el trabajo ese era importante.

TIO (picado): Pues que sepas que corre el rumor que lo que hacemos es para unos misiles del ministerio de defensa.

YO (sorprendido): No me jodas, ¿y eso?

TIO: Se ve que montan allí una pieza que después la instalan en el misil.

Acabamos la tarde despidiéndonos como “amiguetes” y me fui para casa, parado en un semáforo me llegó un mensaje:

NUMERO DESCONOCIDO: “Tengo que hablar contigo, te espero en la estación de metro Central”

Conduje hasta allí, bajé a la estación que estaba llena de gente a esa hora, oí la voz de mi confidente por detrás.

VOZ: No te gires, mira para adelante y disimula, estás muy cerca, abre la mano que te doy un papel, y recuerda, no fue un accidente.

Abrí los dedos y noté una hoja doblada que agarré, sonó un bocinazo, llegó el metro metiéndose todo el mundo dentro, me giré y no había nadie, miré el vagón que se alejaba y tampoco vi nada raro, abrí la hoja y era de un diario de hacía meses, la noticia era: “Un misil cae por accidente en un poblado no dejando supervivientes”, era en un país africano, accidente, no había sido un accidente.

Aquello se iba complicando y a mí más me atraía, era consciente que estábamos hablando que por el medio estaba el ministerio de defensa, y se involucraba a un misil que se debió de vender a otro país que no funcionó bien, empecé a pensar que si metía las narices demasiado donde no me llamaban igual tendría problemas, ¿y quién coño era ese tío que parecía que ya lo sabía todo y él no hacía nada?

Dejé pasar los días, era el cumpleaños de Laura y la quise invitar a un restaurante fino con manteles largos, nos pusieron en una mesa en un rincón uno al lado del otro, nos gustaba más así porque estábamos más cerca para hablar y decirnos algo al oído si convenía, estábamos con el primer plato y pasó por delante nuestro Clara con una amiga, caminando recta moviendo las caderas mirándome por encima del hombro, las sentaron en una mesa y se nos quedó mirando.

LAURA: ¿Quién es esa?

YO: Clara mi ex.

LAURA: Ostia sí, la de las fotos con el pelo más corto.

YO: Vámonos Laura, no tenemos porque aguantar esto.

LAURA: De eso nada, yo he venido a cenar y de aquí no me voy hasta que acabe, no le voy a dar el gustazo a esa.

No dije nada y seguí comiendo, Clara la cabrona no paraba de mirar y sonreír, como riéndose de nosotros.

YO: Laura cariño, me está poniendo muy nervioso y no estoy cómodo.

Giró la cabeza y me miró seria.

LAURA: Si estás nervioso tranquilízate, o lo haré yo, pero de aquí no nos movemos.

YO: Pues ya me dirás como lo hago.

LAURA: Pues lo hago yo.

La miré no sabiendo lo que me quería decir, noté su mano por debajo de la mesa que me agarraba el paquete, me bajaba la cremallera metiéndola dentro y me sacaba la polla pajeándola.

LAURA: Ya verás si te tranquilizo cariño, por mis ovarios que lo hago, pero de aquí no nos movemos.

Me empezó a hacer una paja, siguiendo el ritmo que sabía que me gustaba, con una cara de idiota que debía de hacer yo de narices, Clara nos miró, puso una cara rara porque se dio cuenta de lo que me estaba haciendo Laura, yo con el ritmo de su mano en mi polla y el morbo de estar haciéndolo en un restaurante era incapaz de comer, me tuve que tapar media cara con la servilleta como si me estuviera limpiando la boca, disimulando que me estaba corriendo como un campeón, y la verdad es que me dejó relajadito pero bien relajadito, Clara habló con su amiga y se levantaron, tenía una cara de cabreo de mil cojones, pasó por nuestro lado y acercó su cara a la mesa.

CLARA: Que te aproveche junto a ese pedazo de puta que tienes al lado.

Siguió caminando indignadísima.

LAURA: Voy a ser la más puta de todas pero a ti no te van a vacilar más, y menos delante de mí.

Como me gustaban las mujeres con carácter joder, aunque luego sabía que si discutíamos era incapaz de imponerme en nada.

Pasaron un par de semanas que no pasó nada reseñable, algún trabajito sencillo para unos clientes y poca cosa más, Laura no había ni llegado a juicio porque la empresa le liquidó lo que le tocaba y se olvidó del asunto, lo quiso celebrar saliendo de fin de semana a un balneario de montaña para relajarnos con masajes, baños y pasear por los alrededores, pedimos para hacernos unos masajes, ella prefería que se lo hiciese una chica y no tenían ninguna para hacerlo, la convencí para que se lo hiciera que no pasaba nada, cuando volvimos a la habitación.

YO: Dime cariño, te han tocado bien.

Me miró con mala cara.

LAURA: ¿Qué quieres decir con eso?

Intentaba aguantarme la risa.

YO: Nada, que el tío que te ha hecho el masaje tenía pinta de tocar bien.

LAURA: Mira niño, no me toques el coño con eso que ya tengo bastante.

YO: ¿Pero te ha gustado o no?

Se acercó a mi mosqueada y me cogió el paquete apretándome los huevos.

LAURA: ¿Y a ti te gusta cómo te toco ahora?, gilipichi.

Yo me doblaba muriéndome de risa.

YO: Que es broma cariño, es broma, suéltame, suéltame que duele.

LAURA: Arrodíllate si quieres que te suelte, que poca vergüenza que tienes.

Me arrodillé sin dejar de reír.

LAURA: Yo te voy a enseñar a comportarte conmigo.

Me cogió del pelo estirando, yo juntaba las manos como si estuviera rezando pidiéndole perdón descojonándome de risa.

LAURA: Venga ábreme el albornoz.

Se lo abrí.

LAURA: Y ahora bájame la braga del bikini.

Se las bajé. Me agarró la cabeza con las dos manos y me amorró a su chocho.

LAURA: Cómetelo, y hazlo bien o te castigaré.

Se moría de risa mientras la cogía por el culo levantándola, llevándola a la cama para estirarla y comérselo hasta que se corrió, luego follamos en la bañera redonda para acabar la tarde de relax.

La sorpresa fue cuando volvimos, el domingo dormí con ella saliendo directo para la oficina el lunes, abrí la puerta con la llave como siempre y lo habían revuelto todo, estaba lleno de papeles por el suelo y no quedaba nada en las estanterías, alguien buscaba algo y era muy profesional por la manera de abrir y dejar cerrada la puerta, sospechaba que tendría que ver con el puto chip, porque otra cosa no podía ser, llamé a la policía por el tema del seguro, buscaron huellas sin encontrar ninguna lógicamente, me pasé el día ordenándolo todo y me fui a casa. Otra sorpresa al entrar, también en mí casa habían entrado y revuelto todo, vuelta a llamar a la policía, uno que conocía me preguntó en qué coño andaba metido porque aquello no era normal, me hice el loco y otra vez a ordenar, llamé a Laura para explicárselo, se presentó para ayudarme, cuando acabamos cenamos algo, por suerte no me habían vaciado la nevera.

LAURA: Estoy muy preocupada por todo esto cariño, ¿qué estás investigando para que te pasen estas cosas?

YO: Creo que es algo que salió de la empresa que trabajabas, por un chip que me trae de cabeza y no sé qué pasa con él, bueno sé que tiene un problema de fiabilidad pero no he conseguido ligar todos los cabos.

LAURA: Bueno cariño no te preocupes, allí trabajábamos con muchos chips, cenemos tranquilos pero vigila por favor.

Pasaban los días y no salía nada nuevo, ese fin de semana tenía a los niños y se lo comuniqué a Laura, como hacía siempre porque no nos veíamos hasta el lunes después de dejarlos en el colegio, aquella semana Laura me dijo que aprovecharía para salir de la ciudad y visitar unos parientes, lo entendí pero me sorprendió, nunca me había hablado de parientes, de hecho no me había hablado ni de sus padres, pero también era normal que tuviera alguna familia y la quisiera ver.

El lunes cuando llamé a su apartamento me abrió con la bata del primer día puesta, llevaba una nueva combinación de braguitas y sostén que sabía que me gustaría, la levanté del suelo y la llevé en volandas a la habitación estirándola en la cama, tirándome encima suyo, me quitó la ropa precipitadamente y lo más rápido que pudo dejándome en pelotas, tenía los ojos encendidos de pasión, estaba acelerada, el fin de semana con sus parientes parecía que la había puesto más caliente de lo normal, se quitó la bata, se sentó encima de mi restregándose con las bragas puestas encima de mi polla, ya estaba gimiendo.

LAURA: Te he echado mucho de menos este fin de semana amor.

YO: Como todos los que tengo a los niños, ¿no?

LAURA: No, no, este no sé porqué mucho más.

Me besó con pasión, me pasó la lengua por el pecho bajando hasta encontrarse con mi polla que la engulló de una manera espectacular, la chupaba y succionaba metiéndola y sacándola de su boca que me hacía levantar el culo y mover todo el cuerpo del gusto, la giré para ponerme encima, si seguía un rato más así iba a hacer que me corriera, le quité las bragas, ella el sujetador colocándose bien debajo de mí, para agarrarme por el culo y acercar mi polla a la entrada de su coño empapado.

LAURA: Métemela, fóllame, quiero sentirte dentro, muy adentro, sentir tú cuerpo encima del mío, tú culo…

Pegó un grito al metérsela hasta el fondo poco a poco, estaba desatada y muy sensible, todo lo que le hacía reaccionaba con un gemido o un grito tremendo, se la metía unas cuantas veces seguidas fuerte, paraba y le daba vueltas a la polla metida en el fondo, volvía a repetirlo, ella cada vez gritaba más fuerte hasta que una de las veces que le daba vueltas.

LAURA: Así, así amor, me corrooo…

Tuvo un orgasmo gigantesco moviendo mis caderas en círculo, cuando parecía que había acabado.

LAURA: Sigue, sigue, igual que antes…

Volví a metérsela unas cuantas veces con fuerza y velocidad parando para darle vueltas, empezó a gritar de nuevo abrazándome fuerte con sus brazos alrededor de mi cuello, moviendo sus caderas acompañándome en la follada, estaba como poseída, no paró de moverse y gritar hasta correrse una segunda vez, pegando unos gritos tremendos teniendo una eyaculación que le salía a chorros, manteniendo los gritos y los ojos en blanco temblándole las piernas, se quedó estirada en la cama con los brazos y las piernas abiertas, como si se hubiera quedado sin fuerzas respirando profundamente.

YO: Dime que te correrás más veces de esta manera, Dios, como me has puesto.

Incorporó el cuerpo, no sé de dónde sacó las fuerzas, empujándome para que saliera de encima de ella.

LAURA: ¿Te ha gustado, te has puesto cachondo vida?

Me puso de pie, se sentó en la cama cogiéndome la polla.

LAURA: Venga amor, córrete en mi boca, en mi cara, en mis tetas, donde tú quieras…

Se la metió en la boca tragándosela toda de golpe, sacándosela, metiéndosela, me follaba con la boca poniéndome cardiaco, succionaba, se la metía toda volviendo a sacársela, otra succionada, la pajeaba rápido mirándome con aquella mirada de loba, volvía a comérsela, a mí me subía un calentón y un gusto que empecé a darle lechazos dentro de la boca, en los labios, la cara, se la volvía a tragar hasta el fondo dejando que me corriera en su garganta, no sé el tiempo que me estuvo haciéndome correr, pero acabé con una sensación de vacío en mis huevos que pensé que nunca más los volvería a llenar. Me dejé caer en la cama, ella con toda la corrida por la cara se puso a mi lado mirándome.

YO: Estás preciosa cariño con todo eso por la carita.

LAURA: ¿Te gusto así?

YO: Me gustas de cualquier manera Laura, ¿se puede saber qué te pasa hoy?, estás eufórica.

LAURA: Ya te lo he dicho, tenía muchas ganas de verte y estar contigo.

Se fue a duchar, quiso estar toda la mañana en la cama haciéndome cariñitos, preguntándome mil veces si la quería, estaba tan cariñosa.

YO: Igual tendrás que ir a visitarlos más veces cariño, estás esplendida.

Se reía mirándome a los ojos, me besó acariciándome la cara.

LAURA: Cada día te quiero más mi vida.

Empezar la semana de esa manera me dio motivos para estar más contento toda la semana, o al menos parte de ella, el viernes habíamos quedado para vernos por la tarde y pasar el fin de semana juntos, pensaba que si estaba como el resto de la semana podía ser fantástico.

El viernes por la mañana estaba en la oficina acabando unas cosas, pensé en salir al medio día para ir a buscar a Laura y comer juntos de las ganas que tenía de verla, entonces llamaron al interfono desde la calle, era “la voz”, diciéndome que me había dejado un sobre grande en el buzón, bajé a buscarlo y lo subí al despacho, me senté en mi mesa y lo abrí, saqué un papel, un folio A4 donde estaba escrito en grande: “XC-69”, no tenía ni puta idea que podría ser, dentro había algo más voluminoso, metí la mano, tenía el tacto de unas fotos, cogí con dos dedos todo el paquete y lo saqué, debían de haber unas veinte o más, miré la primera foto y me quedé helado.

Era Laura, caminando por la calle con un vestido de fiesta precioso, estaba guapísima pero, ¿cuando y donde fue eso?, la segunda me cabreó, estaba agarrada del brazo de un tipo, el tipo, ese tipo, coño era el tío guapo cachas que me preguntó sobre su trabajo, el ejecutivo de Industrias BB, ¿pero qué coño hacía agarrada del brazo de ese tío?, mi cabeza intentaba no asimilar lo que parecía obvio, seguí pasando fotos, entraban en un hotel importante, se les veía en una fiesta hablando con gente, ella sonreía y la impresión era que se comportaban como una pareja, como lo hubiera hecho yo con ella, de momento no había ninguna imagen comprometida, podrían ser buenos amigos pensaba quitándole hierro, pero llegaron las últimas fotos y ahí me derrumbé, se cogían de la cintura como novios, se besaban con gente alrededor y se abrazaban, se abrazaban de verdad, bien cogidos y apretados, dejé caer las fotos sobre la mesa, apoyé la espalda en el asiento levantando la vista al techo, no podía ser, ¿por eso el recibimiento del lunes?, se sentía culpable la hija de puta, ¿qué coño pensaba hacer, estar jugando con los dos?

Me agarró una mala leche tremenda, cogí las fotos, bajé al parking a buscar el coche, saliendo a toda ostia para su apartamento, llamé a su puerta y me abrió con una sonrisa de felicidad enorme al verme.

LAURA: Has llegado pronto mi a…

Se quedó callada de golpe al verme la cara.

LAURA: ¿Pasa algo cariño?

YO: Mi amor, cariño, eso me dices hija de puta…

Abrió los ojos sorprendida, le tiré todas las fotos encima chocando contra su barriga, cayeron al suelo quedando algunas para arriba y otras para abajo, algunas de las que se podían ver eran las que se besaban y se abrazaban, al verlas le cambió la cara totalmente cayéndole algunas lágrimas.

YO: ¿Te lo has pasado bien hija de la gran puta?, cabrona de mierda, me has traicionado y me has dejado tirado como la basura, sé quién es él, me habéis estado toreando desde el principio, os debéis de haber reído de cojones de mí, iros a tomar por culo juntos que a ti te gusta un montón.

Laura balbuceaba palabras sin dejar de llorar.

LAURA: Escúchame por favor, no es lo que parece.

YO: ¿No es lo que parece?, estás hablando traidora de mierda con un tío que lleva años investigando infidelidades, todos dicen lo mismo, no, yo no quería hacerlo, no es lo que parece, y les ponían los cuernos a sus parejas como cabrones, felicidades, tú has hecho que ahora los lleve yo también.

LAURA: Por favor déjame explicarme.

YO: Ya te has explicado bastante puta de mierda, zorra insaciable, te follas a ese el fin de semana y el lunes estabas conmigo como una loba, pero que clase de persona eres joder, me das asco.

Hice el gesto de largarme de allí, ella levantó un brazo como queriendo evitarlo…

LAURA: Por favor no te vayas, vamos a hablar, no te vayas.

YO: Llama al cachas para hablar y que te folle bien follada otra vez, vete a la mierda.

Salí de allí rápido escuchando los sollozos y lloros de Laura, me fui a casa, me agarré una botella y un vaso para beber y coger una buena mierda, a tragos parece que pasan mejor las penas, me gustaba mi trabajo, era feliz con mis hijos, con mi familia, pero encontrar a una pareja con la que compartir la vida tranquilo era imposible, con mi mujer lo mejor que me pasó fue tener a mis dos maravillosos hijos, yo insistiendo para volver con ella cuando era una cerda que se reía de que le fuera detrás. Cuando puedo desprenderme de ella porque conozco a otra chica que me encanta, Laura, soy un segundo plato poniéndome una cornamenta del copón, ¿pero a qué tipo de tía me acerco joder?, las trato bien, intento hacerles reír, ser simpático, intento aprender lo que les gusta para hacerlo y que estén contentas conmigo, me considero buena persona, ¿por qué me pasa a mí estás cosas coño?, ¿tendré que ser un hijo de puta con ellas como lo son ellas conmigo?, a la mierda todo.

Tanto que me había cachondeado y reído de los cornudos que se presentaban en mi despacho para que investigara a sus parejas, ahora era yo como ellos, la rabia que tenía por dentro me estaba matando. Dicen que hay una línea muy fina que separa el amor del odio, pues a mí me pasó, todo el amor que llegué a sentir por Laura se convirtió en odio en un santiamén, mi único pensamiento era estar lejos de ella, no tener noticias suyas y olvidarla lo antes posible.