El investigador privado (14)

Pasaron unos dos meses...

Pasaron unos dos meses, a Laura le había hablado de empezar a decirles a mis hijos que tenía una novia y que en algún momento se la presentaría, creo que tenía yo mas prejuicios y miedo de decírselo que la importancia que ellos le darían, ya tenían una edad y una madurez mental que seguro que lo aceptarían sin problemas, puede que lo que realmente me preocupaba era que se enterara su madre.

Aquella semana estaba convencido de hablar con mis hijos, el viernes cuando los fui a buscar al instituto me estaban esperando con su madre al lado, no podía ser, pero es que esta tía lo había olido o me leía el pensamiento a distancia, aparecía de nuevo para joderme la tranquilidad. Saludé a mis hijos y a ella con dos besos.

CLARA: ¿Puedo hablar contigo en privado?

Ya me estaba cagando en todo por lo que pudiera decirme, nos apartamos sentándonos en un banco, mientras los niños hablaban con sus amigos.

CLARA: Te veo bien.

YO: Sí, estoy bien gracias, ves al grano por favor.

CLARA: Verás, mi vida está más tranquila después del primer momento tan duro, mi padre está en la cárcel en espera de juicio y tenemos asumido que va a tardar años en salir, he pensado mucho en este tiempo y creo que me precipité, los chicos también me han estado hablando, sé la ilusión que les hace que volvamos a estar juntos, y yo, pues eso, que tal vez…

YO: Clara no me jodas, no puedes estar entrando y saliendo de mí vida cuando te da la gana coño.

CLARA: ¿Eso quiere decir que estás en pareja?

YO: Sí coño sí, claro. Estaba pensando en decírselo a los niños este fin de semana y apareces tú, parece que te lo huelas joder.

Nos quedamos un rato en silencio.

CLARA: Por favor, no les digas nada este fin de semana y dame una oportunidad.

YO (nervioso): Pe, pe, pero, ¿cómo puedes pedirme esto Clara?

CLARA: Porque te quiero, ¿por qué te crees que te lo iba a pedir hombre?

Me cogió la mano, al notar su contacto se me traspapeló toda la cabeza, la estabilidad a tomar por culo, lo que tanto había temido lo tenía delante, Clara quería volver y ¿ahora qué hacía?, me estaba volviendo loco. Por si fuera poco al reencontrarnos con los chicos me pidieron si su madre podía pasar el fin de semana con nosotros, como empezamos la otra vez, estoy seguro que ella se aprovechó de la buena fe de nuestros hijos y yo no podía negarles nada, acepté sabiendo que no iba a pasar nada bueno.

Y lo que pasó es que pasamos el fin de semana todos juntos, no hubo sexo ni ningún contacto físico, pero todo el mundo parecía tan feliz que cuando me presenté en casa de Laura el lunes, solo tuvo que verme la cara para que le cayeran las lágrimas sentándose en el sofá, sabía que aquel fin de semana había sido algo más, me senté a su lado cogiéndole la mano, ella se secó las lágrimas.

LAURA: ¿Y has decidido algo ya?

Lo negué con la cabeza.

LAURA: ¿Y a partir de ahora qué?

Me encogí de hombros sin fuerza para hablar.

...

Dos años más tarde estaba conduciendo a toda velocidad por la ciudad, había dejado un trabajo a medias para salir corriendo por una llamada de mi hijo mayor, llegué al hospital y mis hijos me estaba esperando.

MI HIJO: Corre papá, corre que llegas tarde.

Corrimos por los pasillos, llegamos delante de una puerta donde esperaba mi hija, ella llamó con los nudillos, yo le di dos besos cuando la abrió una enfermera, me hizo entrar y me vistió de verde para que pudiera entrar en el paritorio, ella estaba con un barrigón enorme respirando nerviosa y preciosa, le cogí una mano.

YO: Ya estoy aquí cariño, ya puedes empezar el espectáculo que no me pierdo nada.

ELLA: Calla tonto, ponte tú aquí anda, que verás lo que es.

Tuvo una niña preciosa, mi hija encantada y mi hijo se cachondeaba de mí, diciéndome si no me daba vergüenza ser padre otra vez a mi edad, coño que tampoco era tan viejo joder.

A los pocos días estábamos en casa todos juntos, coincidió que era navidad y aquella criaturita era el mejor regalo navideño que nos podía llegar a la familia, estábamos todos encantados con la bebé, llamaron a la puerta, la abrió mi hija y…

Una persona entró en casa con un regalo en la mano, nosotros estábamos sentados en el sofá, mi pareja tenía la niña en brazos intentando que se durmiera.

PERSONA: Muchas felicidades, me alegro que todo fuera bien y que esta niña os llegue a la familia, ya hace mucho tiempo que sabéis que os quiero mucho, os pido disculpas por no estar el día del parto pero ya sabéis que tenía que estar en otro sitio.

LAURA: Gracias Clara, muy amable por tú parte.

Se dieron dos besos y se los di yo a mi ex mujer, preparamos la mesa entre todos menos Laura que estaba acostando a la peque, cenamos todos juntos en noche buena.

En su momento no pude dejar a Laura, había soñado muchas veces con estar con toda mi familia junta, Laura fue algo muy especial, me equivoqué al no escucharla y dejar que me diera una explicación del asunto de las fotos, con ella siempre fui yo, ella me quiso y me quería tal como era. Clara se enamoró por segunda vez de un personaje que cree para ella, un tío duro que la dominaba, yo no me veía haciendo aquel papel el resto de mi vida, si tenía ganas de llorar me gustaba poder hacerlo sin problemas, Laura lo entendía como persona sensible que era, Clara lo hubiera interpretado como una debilidad, al principio costó que mis hijos y ella lo entendieran, sobre todo Clara, una mujer que perdió a su madre siendo muy joven por una enfermedad y que su padre la crió dándole todos los caprichos que quiso, así que no estaba muy acostumbrada a que la rechazaran.

Lo intentó todo, seducirme enviándome fotos de ella en bragas o desnuda, hasta me envió un video follándose con el vibrador, luego pasó a las amenazas, que no me dejaría ver nunca más en la vida a mis hijos o que nos haría la vida imposible, con el tiempo se fue calmando y aceptando la realidad, no sin antes destrozar media casa delante de mis hijos de ira, lo que hizo que se dejara aconsejar y empezara a ver a un psicólogo, a partir de aquí se fue acercando a nosotros poco a poco.

Por el carácter, Laura consiguió que nos fuéramos uniendo todos, yo no sé porque Clara no quiso tener otra pareja en su vida, no sé si es que no se relacionaba o que directamente se cerró a esa posibilidad, creo que como padres fuimos mejor separados que si hubiéramos estado juntos, porque convivir con Clara me hubiera supuesto un esfuerzo nada natural.

Laura sin buscarlo se acabó convirtiendo en el centro de toda la familia, mis hijos la adoraban, con Clara mantenían una distancia prudencial pero cuando estaban juntas se respetaban, no le importaba que pasáramos con ella y mis hijos días señalados como en navidad o los cumpleaños.

Esta fue mi apasionante aventura que soñaba desde pequeño, profesionalmente por resolver un caso difícil mediático, personalmente por encontrar la pareja definitiva y conseguir que mis hijos fueran felices, tal vez hubiera deseado hacer las cosas una detrás de otra, pero vinieron como vinieron y me tocó lidiar con todo a la vez, si no me explotó la cabeza con el caso, mi suegro, su hija y con el nuevo amor de Laura, no creo que me explote jamás.

FIN