El investigador privado (11)
Del caso sabía...
Del caso sabía, que una empresa "A" le compraba a otra "B", unos chips para instalar en un módulo de orientación para unos cohetes de mediano alcance, que por lo visto fallaba y algunos habían caído donde no debieron hacerlo, lo último que había descubierto es que la Unión Europea subvencionaba una buena parte del proyecto con muchos millones de euros, pero, ¿Quién estaba detrás de todo esto?, ¿Beneficiaba a alguien?, ¿Por qué sabiendo que el chip fallaba nadie se preocupaba de cambiarlo o arreglar el problema?, ¿Quién coño era la voz profunda que estaba tan interesado en toda esta mierda?, me quedaban muchas incógnitas por resolver.
Seguía corriendo el reloj, pasaron unas semanas que no hubo ninguna novedad en el caso, la familia era otra cosas, se iban acumulando acontecimientos, un fin de semana que estábamos en mi casa todos juntos, Clara y yo estábamos hablando en el sofá, vinieron los niños, se pararon delante de nosotros y mi hija le dio un codazo a su hermano mayor para que hablara.
NIÑO (nervioso): Hola, bueno, nosotros hemos hablado y queríamos preguntaros algo.
Su madre y yo nos los miramos fijamente, esperando que siguiera hablando.
NIÑO: Es, que, creemos que…
La niña le volvió a dar otro codazo.
NIÑO: Ostia que estoy nervioso, habla tú si tan valiente eres.
La niña se lo miró con la carita enfadada resoplando.
NIÑA: Que tontos que sois los niños, que lleváis mucho tiempo de novios y queremos saber cuándo vamos a vivir todos juntos otra vez, lo ves como no era tan difícil decirlo.
Miraba a su hermano como si fuera idiota, yo miraba a su madre por si había sido idea suya, Clara se descojonaba de risa tapándose la boca, haciéndome ver que había sido cosa de los niños.
CLARA: Vuestro padre os contestará.
Fue cosa de los niños pero la cabrona se quitó el muerto de encima tirándomelo a mí, que me sentía acorralado sin saber que decir.
YO: Bueno, es verdad que llevamos un tiempo y todo va muy bien, yo creo que si la cosa sigue igual de bien…
Le apreté la mano a Clara fuerte cagándome en ella, la cabrona no paraba de morirse de risa.
YO: Pronto podremos hacerlo, ¿no cariño?
Le volví a apretar la mano para que hablara ella.
CLARA (aguantándose la risa como podía): Sí chicos, papá está a punto de encontrar la inspiración divina para decidirse, yo creo que será pronto.
YO: Pero como puedes ser tan…
La agarré por las costillas con las dos manos haciéndole cosquillas, ella se tapaba con los brazos y yo me ponía encima suyo para seguir, lo niños nos miraban serios.
LA NIÑA: Vámonos de aquí, que son unos inmaduros.
Se dieron la vuelta los dos y se fueron a jugar con la consola, nosotros nos quedamos en silencio un momento mirándolos, nos descojonamos de risa besándonos.
La verdad es que no tenía mucho sentido estar separados, ellos sabían que dormíamos juntos muchos días, y todos los fines de semana ya hacíamos vida en familia, aquel fin de semana cuando nos despedimos el domingo por la noche, le prometí a Clara que arreglaría un poco mejor mi casa, para que pudieran volver pronto para quedarnos juntos, por supuesto no quería vivir en casa de mi suegro ni atado, esa era otra cosa que no tenía muy clara, cuando se enterara a ver cómo reaccionaba porque a cabrón no le ganaba nadie.
Como cada semana, fui un día a buscar a los niños al colegio para llevarlos a casa de mis padres para que estuvieran un rato con sus nietos, ese día vino también Clara para decirles que pronto volveríamos a estar juntos, se alegraron mucho y estuvimos un rato sentados hablando del tema, y de pronto mi madre.
MADRE: Hijo y a ti como te va el trabajo.
Creo que lo preguntó porque sabía que nos habíamos separado por ese motivo en su momento, pero yo estaba con aquel caso tan metido en la cabeza que no lo vi y empecé a hablar.
YO: Con un caso muy raro que me lleva de cabeza, una empresa, otra, un lio que hay que no hay manera, un “XC-69” que no sé qué es, buf, un estrés.
MI PADRE: Yo sí que sé lo que es el XC-69.
Me quedé mirándolo pensando que me estaba tomando el pelo.
MI PADRE: Era el nombre en clave que le dimos a un chip de pruebas en la empresa.
No me lo podía creer.
YO: Papá, háblame de ese chip.
MI PADRE: En los últimos años en la empresa, nos salió la posibilidad de desarrollar un chip con el que podíamos ganar mucho dinero, era para el gobierno apoyado por la Comunidad Europea, un chip que era para un módulo de orientación.
Me estaba poniendo nervioso, porque lo que me explicaba era clavado al caso que tenía entre manos.
MI PADRE: Hipotecamos la empresa para poder desarrollarlo, las ganancias que tendríamos valía la pena, pero algo falló, al hacer las pruebas, el puñetero chip se freía porque no aguantaba la tensión. A alguien le interesaba mi empresa y presionó a los bancos para que me apretaran, al final veía que nos iban a hundir y tendría que echar a todos los trabajadores a la calle. Un abogado me hizo una buena oferta ofreciéndome la venta de la empresa, a cambio de mantener a toda la plantilla, a mí me daban una especie de fondo de inversión para la jubilación en un paraíso fiscal para que pudiéramos vivir, gracias a eso te pudimos acabar de pagar tus estudios y seguir viviendo tranquilos en esta casa.
Me quedé sin palabras, la cabeza me iba a mil por hora.
MI MADRE: Hijo, ¿estás bien?
YO: Sí, sí, mamá, ¿papá, te acuerdas que país era ese?
Me enseñó la documentación que tenía, era de un banco de Venezuela, cuando salimos de la casa de mis padres le dije a Clara que me iba a ir de viaje a Venezuela, que allí podía estar la clave, se encogió de hombros, nunca le interesó nada de mis casos, el lunes siguiente llegaba a Caracas y volvía el sábado por la mañana.
Clara y los niños me vinieron a buscar al aeropuerto, pasamos el fin de semana en su casa descansando en familia, el lunes cuando dejamos a los niños en el colegio le dije a Clara que tenía mucho trabajo aquella semana, que no nos podríamos ver todo lo que nos gustaría, me dejó en casa, me duché y me fui a la oficina a redactar el informe final.
Una empresa, la de mi padre, creó un chip para un módulo de orientación que salió defectuoso, otra empresa se enteró y aprovechó los problemas económicos para quedársela con el chip incluido, gente que sabía que estaba la Unión Europea por el medio para poner muchos millones para el desarrollo de un cohete, pero los cabrones no desarrollaron un nuevo chip, aprovecharon el defectuoso para incorporarlo sin importarles las consecuencias quedándose con todo el dinero. Todas las empresas, la que vendía el chip y la que lo compraba para instalarlo en el módulo, eran del mismo grupo empresarial con una tapadera en Venezuela, dirigido por unos hombres de paja que no pintaban nada, todo se ordenaba y decidía desde aquí, y, ¿por quién?, por el hijo de la gran puta de mi ex suegro.
A los pocos días de haberle hecho entrega del informe al hombre de la voz profunda, dejándolo en una taquilla de una estación, estaba tomando una cerveza en un bar, en la televisión estaban dando las noticias, había dimitido el ministro de defensa y varios de la cúpula militar, se veían imágenes de cómo detenían a mi suegro y lo metían en un coche, fue un gran escándalo, yo estaba triste porque me temía que aquello tendría consecuencias.
Llegué a casa por la tarde, llamaron a la puerta, era Clara llorando.
CLARA: ¿Qué has hecho, tenías que ser tú quien lo destapase?
YO: No es culpa mía que tú padre sea un delincuente.
CLARA: Lo has jodido todo, podíamos haber sido felices con toda la familia unida otra vez, pero tenías que sacarlo a la luz.
YO (levantando la voz): ¿Qué querías que hiciera, eh?
CLARA (gritando): Dejarlo correr por tú familia joder.
YO: ¿Para encubrir a tú padre?, él no es mi familia, nunca me ha podido ver, y ahora lo entiendo, porque se aprovechó de un mal momento de la empresa de mi padre para presionarlo y quitársela por una mísera pensión, no me podía mirar a la cara sin acordarse de la putada que le hizo a mi familia, que se joda.
CLARA: Nos has jodido a todos idiota.
YO: ¿Por qué, que ha cambiado entre nosotros y los niños?
CLARA: ¿Te crees que puedo estar contigo sabiendo lo que le has hecho a mi padre?, él me necesita a su lado ahora.
YO: ¿Antepones tú padre a nuestra familia, a tus hijos y a mí otra vez?
Le caían lágrimas sin parar.
CLARA: No puedo seguir contigo.
Me entró un cabreo de puta madre.
YO (gritando): Ven aquí.
Clara movía la cabeza de lado a lado.
YO (autoritario): Que vengas aquí delante de mí, me cago en la puta.
Agachó la cabeza y se acercó muy despacio, cuando llegó justo delante de mí le levanté la cara poniéndole un dedo debajo de la barbilla, mirándole a los ojos que seguían llorando, la besé con pasión, me respondió pasándome los brazos por la espalda apretándome contra ella, la giré apoyándole las tetas contra la mesa doblándole el cuerpo, sacó el culo, yo me puse detrás levantándole el vestido por encima de la cintura, le bajé las bragas de un tirón, me desabroché rápido el pantalón bajándomelo con la ropa interior a los tobillos, se la metí de un pollazo en el coño que le hizo dar un buen grito excitada, follamos como locos, como animales salvajes, gritábamos y gruñíamos acercándonos a un gran orgasmo, nos corrimos a la vez, fue la primera y última vez en mi puta vida que vi a una mujer correrse de aquella manera tan bestia, disfrutando tanto del placer y a la vez llorar tan amargamente por el dolor de su corazón, me subí los pantalones y le puse bien las bragas, se giró abrazándome, al separar nuestros cuerpos los dos llorábamos mirándonos a los ojos, sabíamos que aquello era nuestra despedida.
Clara bajó la cabeza caminando para la puerta, se fue cerrándola detrás de ella, cerró algo más que la puerta, cerró la posibilidad de volver a ser una familia, cerró mi sueño y cerró el sueño de nuestros hijos, me volvió a dejar solo, jodido y con el corazón destrozado.
Que cojones tenía la cosa, gracias al caso conocí a Laura que hizo reaccionar a Clara, casi conseguimos unirnos otra vez amándonos y queriéndonos como nunca, y la resolución del caso me lo volvía a quitar todo.
Tres días más tarde recibía un mensaje de mi hombre en la oscuridad, mi voz profunda, para decirme que nos íbamos a ver en persona en una cafetería céntrica, le pregunté cómo lo reconocería, me dijo que no me preocupara que lo sabría al verlo, entré en la cafetería echando un vistazo a todo el local, no había mucha gente aquella hora, en una mesa que estaba en un rincón que se controlaba la puerta de entrada y por la ventana la calle, con la espalda cubierta por la pared había un hombre mayor, cerca de los setenta si no los tenía, vestido impecable como un “gentleman” inglés, con un bastón con la empuñadura de plata mirándome sonriendo, me acerqué.
SEÑOR: Siéntate por favor, ¿estás bien James?
YO: Así que usted es la voz misteriosa.
Levantaba la empuñadura del bastón para llamar al camarero, le pedimos unos cafés que nos sirvió.
YO: Me he cargado mi futuro con mi familia por este caso, pero estoy bien.
SEÑOR: Y contento de joder a tú suegro.
YO: He jodido a mi suegro y a su hija, así que la felicidad no es completa.
SEÑOR: La felicidad nunca es completa amigo.
Se hizo un silencio mientras bebíamos café.
SEÑOR: Te harán un ingreso importante en tú cuenta corriente por tú trabajo en este caso. Supongo que tienes muchas preguntas, la mayoría no te las puedo contestar así que ahórrate hacérmelas.
Se levantó lentamente de la silla.
SEÑOR: Me voy, tengo cosas que hacer, en el buzón de tú casa te he dejado un último sobre, que seas feliz amigo.
Le pagó los cafés al camarero y salió por la puerta, me levanté rápido saliendo a la calle peatonal mirando para donde se había ido, no estaba, ¿cómo coño conseguía desaparecer de aquella manera un viejo que caminaba con un bastón?
Al llegar a casa abrí el buzón, había un sobre de los que me enviaba él, entré y me preparé una copa, me senté en el sofá y abrí el sobre, saqué un papel escrito a mano, ponía:
“No hagas más el gilipollas y créete lo que te cuente que es verdad”
Le di la vuelta al sobre, cayó una memoria USB, alcancé el portátil y la conecté, era un video grabado muy de cerca de Laura, estaba sentada en una terraza hablando con alguien por teléfono y lloraba.
LAURA: Lo estoy intentando de todas las maneras que puedo pero no quiere hablar conmigo, no me contesta los mensajes…, ya lo sé, pero creo que le hice demasiado daño…, es la persona que más he querido en mi vida y no sé cómo recuperarla, puede que esté viviendo con su familia, yo que sé.
Cerré la tapa del ordenador, ¿estaba hablando de mí?, claro que estaba hablando de ti gilipollas, si no porque iba a molestarse el abuelo en enseñártelo. Me empezó a dar vueltas la cabeza, ¿qué coño hacía?, dejé pasar un día, al siguiente por la mañana me presenté en casa de Laura llamando a la puerta, me la abrió ella todavía vestida con una bata para estar por casa y las pantuflas, se quedó quieta como una estatua mirándome con los ojos como platos.
YO: Pareces una maruja vestida así.
Me sonrió y empezó a llorar.
LAURA: ¿Qué haces aquí?
YO: Un amigo me dijo que dejara de hacer el gilipollas y hablara contigo.
LAURA: Entra por favor.
Me decía secándose las lágrimas de la cara, nos sentamos en el sofá uno al lado del otro, alargó una mano para abrir un cajón del mueble, me enseñó una especie de identificación del tamaño de una tarjeta de crédito, había una foto suya en un extremo y era, era, una agente de la OTAN.
LAURA: Hans, el “cachas” como tú lo llamas, él que estuviste a punto de hacerle una cara nueva con el suelo de tú despacho, es un compañero, nos enviaron a los dos para investigar el asunto del chip, esas empresas tenían una seguridad muy fuerte, al poco tiempo sabíamos que nos iban a descubrir, conmigo lo hicieron y por eso mi despido, tú podías pasar más desapercibido desde fuera y eras bueno trabajando, tomamos la decisión de involucrarte sin que tú supieras nada, las fotos son de una fiesta que teníamos que ir para conseguir información, yo iba como su pareja, por eso mi comportamiento con él, te juro que nunca hemos tenido nada, él tiene mujer y niños, le tenía que abrazar y besar delante de todos para convencerlos que éramos una parejita feliz, era trabajo James, solo trabajo, al que he renunciado…
YO: Y aquel fin de semana que estuvimos en el balneario, ¿fuisteis vosotros quienes entrasteis a mi oficina y en mi casa?, ¿Has renunciado a tú trabajo?
LAURA: No, no fuimos nosotros, fue tú suegro, supongo que se enteró y quería saber la información que tenías del caso. Y sí, he renunciado a mí trabajo, ya estaba cansada de tanto ir para arriba y para abajo, es muy estresante y…
Se quedó callada mirándome fijamente.
YO: ¿Y?
LAURA: Y por ti.
YO (sorprendido): ¿Por mí, porqué?
Se puso la mano en la boca y le empezaron a caer algunas lágrimas.
LAURA: Cuando entré en tú despacho la primera vez, mi única intención era atraer tú atención para que investigases la empresa, una vez allí hablando contigo, te vi tan guapo y tan buena persona que pensé, venga va, intenta darte una alegría que hace mucho tiempo que no…, bueno eso, y después, joder, me enamoré tanto de ti, cuanto más tiempo estábamos juntos más te quería, yo soy huérfana, es como en las películas, me reclutaron de un orfanato para trabajar con ellos, sin cargas familiares es más fácil dedicarte al cien por cien, me dijeron que debía alejarme de ti por el bien del caso, si a mí me habían descubierto, estando tú cerca de mí también podrían hacerlo con facilidad, pero no podía, no encontraba la manera de hacerlo sin salir perjudicados, entonces viniste aquel maldito día con las fotos, te las enviaron porque sabían que yo no lo haría, yo no quería separarme de ti, lo hicieron ellos y lo hicieron tarde los cabrones porque tú suegro ya lo sabía, ya sabes que intenté hablar contigo de cualquier manera. Pero todo era un lio, si te decía la verdad en aquel momento no sé como hubieran reaccionado, igual me hubieran hecho viajar a cualquier parte del mundo para alejarme de ti, fuimos a tú despacho con Hans para convencerte de que no teníamos nada, sin decirte que éramos agentes, intentaba no perderte, pero estabas tan enfadado, me odiabas tanto, en fin.
Dios, que lio tenía en la cabeza, tenía lo sentimientos por los suelos, no sabía ni que pensar ni que hacer.
LAURA: James.
Yo seguía pensando y no me enteraba de nada “apollardao perdio”
LAURA (levantando la voz): ¡James!
Giré la cabeza de golpe sorprendido.
YO: Sí, sí, dime.
Me miró sonriendo.
LAURA: ¿Podremos seguir como amigos?
YO: Sí, sí, claro, ¿por qué no?
LAURA: Pues eso es todo lo que tenía que decirte, gracias por escucharme.
YO: Lo siento Laura, me enfadé tanto cuando vi aquellas fotos, he sido muy injusto contigo no queriendo escucharte.
LAURA: No te culpes de nada, eres una buena persona y tú reacción fue lógica, yo sabía lo que me jugaba enamorándome de ti pero no pude evitarlo.
No sabía que decirle, yo que me consideraba un tío con palique en ese momento no podía coordinar un pensamiento.
LAURA: Tranquilo que todo está bien, ¿te quieres quedar a comer conmigo?
YO: No, no quiero ser una molestia, mejor me voy a ver si ordeno un poco mi cabeza.
Me levanté y me acompañó a la puerta, nos despedimos con un simple “adiós” y me fui, al salir a la calle me di cuenta que no tenía ni puta idea donde ir, así que di media vuelta y subí de nuevo al apartamento de Laura, me abrió la puerta…
YO: No sé donde ir Laura, no sé qué hacer, ha sido una montaña rusa para mis sentimientos, tú, luego Clara, he pasado de ser muy feliz a un desgraciado en muy poco tiempo dos veces y ya no sé donde estoy…
LAURA: Sssss, no digas nada más, ¿sabes que cocino muy bien?
YO: Pues no hace tanto tiempo que me cocinaste alguna vez y yo diría que no era precisamente tú virtud más…
LAURA (riendo): Pasa anda y ponte cómodo.
Me senté otra vez en el sofá apoyando la cabeza, Laura se fue a la cocina y me quedé dormido.