El investigador privado (10)

El día siguiente fue bastante duro...

El día siguiente fue bastante duro, empecé muy temprano conduciendo de un lado para otro, hablando con gente sin parar sacando información, era casi la una que estaba pensando en buscar algún sitio para comer cuando recibí un mensaje de Clara, con la foto de unas braguitas blancas transparentes, paré el coche en el parking de un restaurante de carretera, dejándolo lejos de los demás para tener un poco de intimida, llamé a Clara.

CLARA: Hooola cariño.

YO: ¿Cómo estás amor?

CLARA: Muy bien, ¿te han gustado?

YO: Sí, mucho, ahora quiero que te metas en el probador y me llames por “FaceTime”.

Colgamos el teléfono y al poco sonó de nuevo la llamada, le veía la cara intrigada dentro del probador.

CLARA: ¿Qué quieres que haga aquí dentro cariño?

YO: Quiero que dejes el teléfono en algún lugar que se aguante y te vea de cuerpo entero, que te desabroches el pantalón bajándotelo a las rodillas, y después hagas lo mismo con las braguitas para hacerte una paja delante de mí.

CLARA: ¿Qué, qué, qué?, me van a oír, ya sabes cómo grito…

YO: Pues te pones una mano en la boca, búscate la vida pero quiero ver cómo te corres, no puedo pasar un día sin verlo y quiero verlo ahora.

Me sonrió mordiéndose los labios, dejó el teléfono en algún asiento o algo que tendría delante, lo ajustó para que la viera bien, comprobó que estaba el pestillo puesto y se desabrochó varios botones del pantalón bajándoselo a las rodillas, se empezó a tocar por encima de las bragas cerrando los ojos, abriendo las piernas lo que le dejaban los pantalones, se bajó las bragas y se abrió el coño para que pudiera vérselo, le sonreí para que viera que me gustó lo que hizo, se puso la mano frotándoselo cambiándole la cara, como me gustaba aquella cara de puta cachonda que se le ponía, cerró la mano y con dos dedos se frotaba el clítoris, de esta manera mi visión era perfecta, se tapó la boca empezando a mover las piernas del gusto, aceleraba el movimiento de sus dedos abriendo los ojos, que bien me lo estaba pasando mirándola y que morbo, aceleraba los dedos y se le movía todo el cuerpo, se quitó un momento la mano de la boca cogiendo una de las bragas que se había comprado nuevas, se la metió en la boca con la mano encima para hacer más presión, ya me estaba imaginando que tendría unas ganas terribles de gritar y no podía, siguió un poco más y se empezó a correr de manera espectacular, tanto que podía escuchar cómo le salía el aire de la aboca apagado, acabó apoyada en la pared de detrás suyo recomponiéndose, cogió el móvil acercándoselo a los labios lanzándome un beso, luego me habló flojito.

CLARA: ¿Te ha gustado amo pervertido?

YO: Me has vuelto loco sumisa obediente.

CLARA: Me encanta hacer cosas para ti.

YO: Y yo cada día te quiero más.

CLARA (sorprendida): ¿De, de, de verdad?

YO: Si sigues así te amaré con locura.

Me miró enamorada.

YO: Ahora quiero ver cómo te vistes otra vez.

Volvió a poner el móvil donde estaba, se subió lentamente las bragas dándose la vuelta para que le pudiera ver también el culito, luego se subió con tranquilidad el pantalón, nos despedimos y quedamos que ya le diría algo, me había puesto como una moto, tenía la polla a reventar pero no me apetecía hacerme una triste paja, esperé que se me bajara un poco y cambié el coche de aparcamiento para entrar a almorzar.

Por la tarde seguí investigando y acabé ya de noche, volvía para casa y me acordaba del rato que me había hecho pasar Clara tan bueno al medio día, en cuanto entré en la ciudad el coche no sé porque cambió de dirección y se dirigió a casa de mi ex, entré por el jardín y la llamé por teléfono.

CLARA: Hola cielo.

YO: Hola cariño, quiero agradecerte lo que has hecho por mí este medio día.

CLARA (riendo): ¿Te ha gustado?

YO: Ya te he dicho antes que mucho, ¿qué haces ahora?

CLARA: Estoy en la cama, entre semana ya sabes que nos vamos a dormir pronto.

YO: Dime que llevas puesto amor.

Ella reía, cuando le decía “amor” o “cariño” se le notaba que le encantaba.

CLARA: Como siempre, un camisón para dormir.

YO: Me preguntaba si te gustaría verme un ratito.

CLARA: ¿Dónde estás?

YO: En tu jardín, al lado del cobertizo.

Oí por el teléfono el ruido al levantarse de la cama, yo la llamaba por su nombre pero era como si el teléfono estuviera solo, me giré y la vi venir corriendo por el jardín acabándose de poner una bata y en zapatillas de estar por casa, se me tiró encima abrazándome enganchando sus labios a los míos, dándome un beso con unas ganas como si no nos hubiéramos visto en meses, separó sus labios y me miró con una ilusión en sus ojos que me alucinó.

CLARA: ¿Pero qué haces aquí mi vida?

YO: Necesitaba verte cariño.

CLARA: Ya, a mi no me engañas, te has puesto calentito este medio día y vienes a buscar tu premio.

La besé con pasión agarrándole el culo.

YO: Cómo me conoces cabrona.

Se partía el pecho riendo, la levanté en el aire cogiéndola por la cintura, la llevé hasta la pared del cobertizo, la giré besándole el cuello y le pasé una mano por delante agarrándole una teta, seguía riendo disfrutando de lo que le hacía, le abrí la bata y con la otra mano le buscaba el coño por debajo del camisón, ella se apoyaba en la pared de madera del cobertizo para que no la estrellara contra las misma madera, abrió las piernas para que pudiera meterle bien la mano por debajo.

YO: No llevas bragas.

CLARA: Nunca he dormido con braguitas despistado.

YO: Anda que no, cuando te acostabas conmigo cada noche siempre las llevabas.

Gimió porque le acababa de frotar el clítoris con mis dedos.

CLARA: Igual he empezado a hacerlo después, ¿me vas a follar o vas seguir enrollándote con tonterías?

Sacó el culo para atrás, le subí la bata y el camisón dejándole su bonito culo al aire, me desabroché el pantalón dejándolo caer, bajándome los calzoncillos hasta los tobillos acercándome con la polla tiesa a su coñito, me miraba girando la cabeza riendo de cómo me veía de cachondo, se la metí despacio porque no me había preocupado de saber si estaba lo suficientemente mojada, pero solo entrar la punta me di cuenta que estaba más que lubricada, siguiendo metiéndosela hasta el fondo, entre abrió aquella boquita gimiendo y me volvió loco, demasiadas horas aguantando el calentón, le empecé a dar golpes contra su culo metiéndosela, ella gemía intentándolo ahogar para no despertar a nadie, yo me aguantaba las ganas de pegar un grito de excitación, me estaba subiendo el calor demasiado pronto y notaba que estaba a punto de correrme, ella no me daba señales de estar a punto aunque la veía excitada con los ojos cerrado, no aguanté más y dejé ir un primer lechazo en su coño, al sentirlo se tapó la boca apretándola contra uno de sus brazos con los que se aguantaba en la pared, corriéndose conmigo, no podía para de mover mi cintura follándola y corriéndome, se me había aflojado la polla después del orgasmo, yo seguía metiendo y sacándola casi sin fuerzas, hasta que se salió de su agujerito, la abracé con fuerza, ella se giró besándome.

CLARA: ¿Pero que te ha pasado hoy que vienes así?

YO: Tú me lo preguntas después del espectáculo que me has dado en el probador.

Clara me acariciaba la cara y la cabeza con su cuerpo enganchado al mío, a la vez que yo le mantenía las manos en su culo con los pantalones y los calzoncillos en los tobillos.

CLARA: ¿Quieres entrar y nos tomamos una copa de vino?

YO: Es muy tarde y no quiero despertar a los niños.

CLARA: A estas horas duermen como lirones, podemos hacerlo en la cocina que allí no nos oirán.

Me miraba con tanto cariño que no le pude decir que no, me subí los pantalones con ella mirándome riéndose, supongo de lo grotesca que debía de ser la imagen, me cogió de la mano caminando juntos hasta la cocina, sacó una botella de vino tinto de un armario y de un cajón un abridor.

CLARA: Toma ábrelo, en ese armario hay copas, yo me voy a lavar un poco que me está bajando todo por las piernas marrano, que hay que ver cómo me dejas cada vez que nos vemos.

Nos reímos intentando no hacerlo muy fuerte, desapareció por la puerta, abrí el vino y lo serví en dos copas cuando ella ya volvía sin perder la sonrisa, nos sentamos en la mesa de la cocina y brindamos dando un sorbo, estuvimos hablando de varias cosas sin demasiado importancia tomándonos el vinito.

CLARA: Es muy tarde, ¿te quieres quedar a dormir?

YO: No quiero que te preocupes ahora de prepararme una habitación, mejor me voy a mi casa.

CLARA: No estaba pensando en prepararte ninguna habitación.

Nos quedamos mirando a los ojos fijamente, me estaba proponiendo dormir con ella, reconozco que no sé porqué me puse nervioso, ya habíamos dormido juntos en el hotel aquella noche, y en mi casa algunos ratos, pero dormir una noche como lo haría cualquier pareja “normal” me ponía nervioso, me acarició la cara, acercó sus labios a los míos y me los besó, se puso sería delante de mí y me dijo.

CLARA: Te prometo que no te violaré aunque estés desnudo a mi lado.

Me dio un ataque de risa que me costó horrores no hacerlo escandalosamente, Clara me abrazó también riendo.

CLARA: Por favor no me dejes dormir sola esta noche, si quieres te lo pido como a ti te gusta.

Le miré aquellos ojos ilusionados.

YO: No hace falta que me lo pidas de otra manera, yo también tengo ganas de dormir contigo.

Se levantó cogiéndome una mano y estiró de mí para llevarme a su habitación, dejamos encima de la mesa las copas vacías y la botella casi llena, me dejé llevar como un corderito, me soltó la mano al lado de su cama, donde vi su teléfono tal como quedó cuando salió corriendo para venir a verme.

CLARA: Si quieres te dejo un camisón para dormir pero no sé si te quedará muy bien.

Volvimos a reír con cuidado mientras yo me desnudaba, en pelota picada me metía en la cama tapándome, ella dio la vuelta y se metió en el otro lado, acomodando el edredón por encima de los dos, se movió por la cama para juntar su cuerpo al mío, pasándome un brazo por encima apoyando su cabeza en mi hombro, levantó la cabeza mirándome y me dio un beso en los labios, me dio las buenas noches con una sonrisa y apagó la luz, pasó un ratito.

CLARA: Gracias cariño.

Le besé la cabeza y me quedé dormido de lo cansado que estaba de un día muy duro para lo que estaba acostumbrado.

Dormí profundamente, cuando me desperté estaba la habitación a oscuras, palpé la cama buscándola, Clara no estaba, busqué mi móvil para mirar la hora y eran casi las diez de la mañana, me desperecé en la cama y se abrió la puerta entrando ella en tejanos y camiseta.

CLARA: ¿Ya te has despertado amor?

YO: Joder es tardísimo.

Levantó las persianas para que entrara la luz en la habitación, me tapé los ojos del impacto de la claridad.

CLARA: Ya he dejado a los niños en el cole, ni se han enterado que estabas aquí.

Se estaba quitando la ropa y yo la miraba.

CLARA: ¿Tienes prisa?

YO: Ninguna.

Ya se había quedado en braguitas y se estaba metiendo en la cama de nuevo.

CLARA: Perfecto, porque quiero seguir igual que cuando me he tenido que levantar para hacerles el desayuno a tus hijos.

Me abrazó y dejó caer su cabeza en mi hombro, la levantó un momento riendo y me besó en los labios.

CLARA: Buenos días cielo.

Volvió a acurrucarse conmigo, le besé en la cabeza disfrutando del contacto de su cuerpo.

YO: Buenos días terremoto.

CLARA: ¿Tienes mucho trabajo hoy?

YO: Depende lo que me interese te diré que sí o te diré que no.

Me dio un golpecito cariñoso en el hombro.

CLARA: Que sinvergüenza eres, si no lo tienes pensaba en pasar el día contigo en la cama haciéndote cariñitos, cuidándote, follándote, dejando que me hagas lo que quieras, dándote besitos, hasta había pensado en hacerte un masaje para des estresarte, pero si no puedes quedarte lo entenderé, me quedaré yo solita en la cama jugando con mi coñito con los juguetitos que tengo, bueno, tú me dirás qué prefieres hacer.

Me senté en la cama de golpe abriendo los ojos como platos.

YO: ¿Tienes juguetitos sexuales?

Ella disimulaba cachondeándose.

CLARA: No sé, depende de si te puedes quedar o no.

YO (ansioso): Dime que tienes cariño.

CLARA: Huy, me parece que no me acuerdo donde los guardé.

Me miraba con una sonrisilla picarona, me había agarrado los huevos y la base de la polla apretándolo con suavidad.

YO: Eres muy malota cuando quieres.

CLARA: Dime que me quieres, que estás deseando pasar el día conmigo en la cama.

Acercamos los labios, nos besamos sacando las lenguas comiéndonos las bocas muy excitados, la polla me estaba creciendo entre su mano.

CLARA: Caramba, parece que nuestra amiga quiere decir algo, espera que voy a ayudarte.

Me apartó la mano, las metió por dentro de la ropa de cama bajándose las bragas, me volvió a agarrar el cipote y con la otra mano sacó las braguitas poniéndomelas en la nariz, se me puso tiesa del todo al momento oliendo su coño en las bragas, ella reía.

CLARA: ¿Cómo es que te pone tanto olerme las braguitas?

Hasta ese momento había estado boca arriba en la cama, me giré y puse mi cabeza encima de la suya besándola con pasión, a la vez que le acariciaba una teta poniéndole el pezón duro, separé los labios mirándole la carita.

YO: Lo que me pone es el olor de tu coño.

Se acercó las braguitas a su nariz oliéndolas, puso cara de asco.

CLARA: Puaggg, que asco, no entiendo cómo puede gustarte este olor.

No había parado de acariciarme la polla, la mantenía en todo lo alto, me besó despacio, saboreándonos las lenguas, se fue colocando debajo de mí abriendo las piernas, llevándose mi polla a su coño haciendo que todo mi cuerpo la fuera siguiendo, hasta dejarme en medio de sus piernas moviendo mi polla para frotarse el chichi, cerró los ojos disfrutándolo, yo notaba como la punta resbalaba entre los labios menores arriba y abajo, le dio un par de meneos con la mano subiéndola y bajándola pajeándola, la dejó en la entrada del agujerito abriendo todo lo que podía las piernas, me besó en la cara y me habló susurrando al oído.

CLARA: Métemela amor, fóllame.

Le besé los labios, le apresé el labio superior entre los míos acariciándoselo con la lengua, lentamente me fui acercando a ella metiéndole la polla, apartó la mano que me la sujetaba poniéndomela en el culo, la acompañó con la otra, esa posición desde la primera vez que la hicimos en el hotel le encantaba, le gustaba poder controlar las penetraciones agarrándome fuerte del culo con sus dos manos, a mí me gustaba ver como ella misma se follaba al ritmo que quería, como su carita se iba transformando de cariño a excitación para pasar a la de cachonda, luego a putita caliente desbocada y acabar con las mejilla rojas cuando le subía el orgasmo, poniendo los ojos en blanco con el placer invadiéndole todo el cuerpo, un fuerte grito me despertó de mis pensamientos, me estaba mirando con una cara de gusto tremenda.

CLARA: Me encanta como me follas, sentir la musculatura de tú culo, de tú espalda.

Teníamos la ropa de la cama por las rodillas, ella estaba con las piernas semi flexionadas muy abiertas, yo me aguantaba con las manos en la cama moviendo mi cintura lentamente, metiéndole y sacándole la polla jugando con las intensidades, Clara me agarraba el culo con fuerza con una mano y la otra me apretaba la musculatura de la espalda, me miró el pecho, levantó la cabeza para besármelo y lamérmelo, se lo quedó mirando de cerca, abrió la boca pegándome un mordisco en medio de un pectoral con un gemido ahogado.

YO: ¡Hay!, no seas bruta coño.

CLARA: Es que te comería ostia, que bueno que estás.

Se estaba preparando para volver a morderme, le saqué la polla metiéndosela de un golpe seco y fuerte, pegó un grito cerrando los ojos dejando caer la cabeza en la almohada, me apretó el culo fuerte, bajó la otra mano para agarrármelo con las dos, estiró para arriba atrayéndoselo con fuerza, clavándosela otra vez con otro grito tremendo, le empezaba a subir el color a las mejillas, síntoma de que le faltaba poco para estallar, subió y bajó varias veces más sus manos agarradas con fuerza a mis nalgas para empalarse con mi polla, abrió mucho los ojos cogiendo aire.

CLARA: Ya mi amor, ya, ya viene, me corro.

Empezó a sacar el aire gimiendo y gritando, yo seguía con el ritmo que ella había marcado con sus manos, aflojándolo poco a poco para que ella se corriera follando más despacio, para intentar alargarle el orgasmo todo lo posible, ella había subido las manos de mi culo a mi espalda abrazándome, subiendo el tronco para engancharlo al mío, notaba sus gemidos y jadeos en mi oído, sus pezones duros y salidos presionándome en el pecho, cuando acabó le saqué la polla despacio, dejé caer mi cuerpo con ella muy abrazada para apoyar su espalda en la cama conmigo encima, escondiendo su cara en mi cuello besándomelo como le gustaba.

CLARA (susurrándome): Me encanta, me encanta.

Qué bien se estaba en la cama abrazado al amor de mi vida, con ella entregada y queriéndome con locura, lo había soñado tantas veces, tantas veces.

Estábamos los dos en silencio, ella bajó despacio una mano y me agarró la polla que la tenía “más tranquila”.

CLARA: Oooh, se ha aflojado cariño.

YO: No te preocupes que tenemos todo el día, me gusta estar así contigo.

Me miró contenta, me besó en los labios y se acurrucó conmigo otra vez, estuvimos un buen rato relajándonos con el calorcito de la manta por encima.

YO: Me has dicho algo de unos juguetes, tengo muchas ganas de jugar con ellos.

CLARA: Y te he dicho también que me dijeras lo que sientes, si te hace ilusión estar conmigo todo el día en la cama.

YO: ¿Tú qué crees que siento, de verdad te tengo que decir si me hace ilusión estar en la cama como hace años que no hemos estado?

CLARA: Pues yo creo que estás aprovechando para abusar de mí, hacerme todas las guarradas que no pudiste hacerme antes, cuando te canses me dejarás tirada para vengarte de todo el tiempo que yo reconozco que no me porté nada bien contigo.

Me senté en la cama apartándole la cabeza de mi hombro, mirándola fijamente, se hizo un silencio, me apuntó con el dedo índice a la cara.

CLARA (muriéndose de risa): Qué cara que se te ha puesto tío.

No podía parar de reírse de mí.

CLARA: Te lo has tragado tonto.

La cogí por la cintura haciéndole cosquillas, me estiré encima de ella riéndole la gracia.

CLARA: Para, para, que me haces cosquillas…

YO: No voy a parar hasta que me digas que lo retiras…

Le seguía apretando con mis manos en las costillas, ella intentaba taparse con sus brazos, al final me rodeó el cuello atrayéndome la cabeza besándome, cuando separamos los labios estábamos serios.

CLARA: Dime que me quieres si es verdad.

YO: Te quiero más que a mi vida cabrona, y lo sabes.

Me sonreía feliz.

CLARA: Y dime si te hace ilusión estar en la cama conmigo.

YO: Me hace ilusión estar contigo en cualquier parte mi amor.

CLARA (haciéndose la interesante): ¡Ja!, ya lo sabía.

YO: Y también sabrás que como intentes putearme lo más mínimo te castigaré.

CLARA: Si me castigas con la correa de perrita que sepas que me gusta

YO: A ti lo que te gusta es ser mi sumisa, si lo llego a saber antes te hubiera pegado unos cuantos cachetes en el culo y te hubiera follado por todas partes como te merecías.

CLARA: Si lo hubieras hecho me habrías tenido rendida a tus pies, el día del cumpleaños de la niña, cuando nos vimos al lado del cobertizo, estaba deseando que me agarraras del culo y me empotraras contra la pared, pero no lo hiciste.

YO: No, prefería encontrar a otra persona para rehacer mi vida y casi lo consigo.

CLARA: No, no me hables de eso, cada vez que pienso que estuve a punto de perderte para siempre me pongo enferma.

Le volví a hacer cosquillas para hacerla reír.

YO: Pues saca esos dichosos juguetitos que los vamos a probar.

Se levantó y abrió un armario buscando por debajo de unas mantas, sacó una caja de metal que abrió con una llave que tenía escondida en otro sitio, se metió en la cama de nuevo sentándonos uno al lado del otro, dentro había un vibrador tipo conejito con la punta que se movía en todas direcciones, con una puntita que salía para estimular el clítoris, otro con forma de polla realístico de látex o algún material parecido, que también vibraba, bastante más grande que mi polla, agarré este último sacándolo de la caja mirando bien el tamaño.

YO: ¿Nena, esto te lo metes entero en el coño?

CLARA: Prefiero lo tuyo calentito.

Metió la mano por debajo de la manta y me toco la polla, de pensar en ella con aquel pollón dentro se me había puesto a cien.

CLARA: ¿Ya la tienes tiesa otra vez?

La besé estirándola en la cama, bajé una mano por su barriga llegando al chocho, pasándole dos dedos desde el inicio de la rajita hasta el agujerito subiendo y bajando varias veces para humedecerlo, cogí aquella enorme polla, me puse en medio de sus piernas, le di al botoncito para que empezara a vibrar, se lo fui pasando por el agujerito, subiendo por los labios acabando en el clítoris, Clara me miraba divertida viendo con que afición le pasaba el vibrador, jadeaba suavemente, el chichi se le iba mojando, cuando estaba suficientemente lubricado le puse la punta en agujero y apreté un poco, le costaba entrar, Clara me miró entre jadeos con cara de paciencia.

CLARA: Es que no lo metes con el ángulo adecuado tonto.

Lo cogió ella, con un movimiento se metió el capullo de aquel pollón gimiendo, cogiéndolo con dos dedos para que yo siguiera, la polla la tenía a punto de reventar de ver como se le había abierto el agujerito del coño para rodear aquel capullo enorme y dejarlo entrar, cogí el aparato y lo fui introduciendo lentamente, ella abría los ojos gimiendo más fuerte cuando se lo introducía más profundamente, se la metí casi entera, ver en primer plano el chocho empalado por semejante tamaño me ponía cardiaco, lo saqué un poco volviéndolo a meter con un grito de ella, fui metiendo y sacando cada vez más vibrador hasta follarla sacándoselo casi todo y metiéndolo entero seguido, con su coño hecho agua de la excitación, con ella gimiendo y retorciéndose de gusto, me arrodillé a su lado, se tiró saliva en una mano cogiéndome la polla haciéndome una paja que me volvía loco, con la visión que tenía de su coño totalmente abierto, mojado, entrándole y saliéndole “aquello”, sin aviso se empezó a correr descontrolando mi paja, cuando acabó le saqué el vibrador dejándole el agujero dilatado, no me dio tiempo a nada más metiéndose mi polla en la boca, pegándole un par de buenas succiones que hicieron que empezara a soltarle lechazos en su boca, no paró de chupar y lamer cayéndole la leche por los lados de la boca hasta dejarme seco, me miró riendo, abriendo la boca para que viera el semen que tenía dentro, se lo tragó volviendo a meterse mi polla toda dentro limpiándola, se estiró soltándome el ciruelo con los labios llenos de semen.

CLARA: Está bien pero me gusta más con la tuya.

Me salí de la cama cogiéndola de una mano para ir al cuarto de baño y lavarnos.

YO: Pues ya he visto que no has perdido el tiempo, te has buscado una buena polla.

CLARA: ¿Qué querías que hiciera?, no me gusta ir por ahí buscando a tíos, con esto me satisfacía en casa cuando yo quería, va, vamos a desayunar que tú no has comido nada.

Nos pusimos algo por encima y bajamos a la cocina, nos sentamos en la mesa con un café con leche cada uno.

CLARA: Este fin de semana podrías venir tú aquí, la niña tiene una fiesta de pijamas en casa de una amiga, al niño le voy a decir que quedé con algún amigo suyo para dormir en su casa, así tendremos la noche para nosotros.

YO: ¿Te han dicho algo de nosotros?

Me miró sonriendo.

CLARA: Que cuando dejaremos de ser novios y volveremos a vivir todos juntos.

YO: Eso te lo han preguntado ellos o me lo preguntas tú a mí.

CLARA: Ellos, ellos, no sé cómo puedes pensar que tenga ganas de compartir mi vida contigo.

Se descojonaba de risa.

YO: Que golfa eres cariño.

Volvimos a la cama y me hizo un masaje relajante con un aceite que tenía, follamos otra vez, hicimos la comida juntos, volvimos a la cama hacer la siesta y volver a follar, nos duchamos, fuimos a buscar a los niños al colegio, hicieron sus deberes y preparamos la cena, estando todos alrededor de la mesa cenando volví a revivir lo que era la vida en familia, cada uno explicaba las cosas que le habían pasado durante el día, nosotros nos lo inventamos escapándosenos la risa, no le íbamos a decir a los niños que habíamos estado todo el día follando como conejos, más tarde los chicos se fueron a dormir y nos quedamos un rato tomado una copa de vino.

CLARA: Quédate a dormir conmigo hoy también por favor.

YO: No puedo Clara, tengo que trabajar en casa poniendo en orden un caso rebuscado en el que estoy trabajando, mañana quiero empezar temprano en la oficina para acabar de ordenar todo lo que tengo hasta el momento, pero puedo venir por la tarde para ir a buscar a los niños al colegio, cenar y a lo mejor me puedo quedar a dormir.

Me abrazó y nos besamos quedando para el día siguiente, a partir de ahí me fui quedando cada vez más asiduamente a dormir en su casa, fueron pasando los días, seguía recibiendo mensajes de Laura para quedar conmigo y hablar, yo acabé por no contestarle ninguno a ver si se olvidaba de mí y me dejaba en paz.