El internado, vengando a Nancy

...echar un polvo es fácil, pero conseguir doblegar a otro y al final gozar los dos como animales… es un verdadero placer.

Recomiendo leer, el relato introducción: “El internado: el curso comienza. Orgias”

http://www.todorelatos.com/relato/89356/

Al día siguiente, todo había parecido un sueño, un sueño de lo mas erótico…

Era sábado, me gustaba levantarme temprano, y disfrutar de las horas del día, me asee y dispuse a conocer realmente mi nuevo centro y a mis alumnos. Todo el centro parecía estar dormido o resacoso, di una ronda y pude contemplar habitaciones abiertas después de una noche de juerga, chicos dormidos donde cayeron embriagados, chicas abrazadas en la cama, algunas  prácticamente desnudas en sofás… era evidente que tendría que esperar a medio día para habla con los chicos.

Después del almuerzo con los compañeros, decidí acercarme al salón de los chicos, llevaba mi saxo tenor, y en su terreno y haciéndolo participes de sus melodías preferida,  llegamos a congeniar… Al cabo de una hora de música divertida y algunos decididos bailes, aparte al grupo que intentaron abusar de la virgen Nancy.

Llegaron a comprender que se pueden divertir y mucho, sin llegar a provocar situaciones incomodas y abusos a otros estudiantes, de hecho toda la charla fue muy cordial, excepto la chica que más interés tenia por las entrepiernas de Nancy. Todos se retiraron y continúe la conversación con Mónica que así se llamaba, rubia, algo regordeta, grandes pechos y una cara de vicio que aparentaba más edad.

-        A ver Mónica, ¿a ti te gustaría que los chicos se aprovecharan de ti?

-        A mí me encantaría y contra mas mejor, jajja

-        Si tú estás de acuerdo bien, pero si tú no quieres, seguro que ya no te gustaría.

-        ¿Te refieres, por ejemplo a que tú me ates y me violes?

-        Bueno yo, yo… bueno da igual yo mismo, seguro que no te gustaría que yo abuse de ti y lo pasarlo mal

-        La verdad… me encantaría, y tú, profe seguro que lo disfrutas mas que yo, echar un polvo es fácil, pero conseguir doblegar a otro y al final gozar los dos como animales… es un verdadero placer.

-        Mónica, vas a acabar mal, y así no finalizaras tus estudios. ¿Tú qué problema tienes?

-        ¿Yo? Me encanta follar, follar a cada momento, follar con cualquiera y me da igual una polla que un coño.

-        Dejémoslo, simplemente espero que te comportes, y respetes a tus compañeros, soy considerado hasta cierto punto y cuando castigo, castigo de verdad.

Con una sonrisa muy picarona se fue, volviendo la cara comento.

-        Profe, si te apetece violarme, estoy en mi habitación.

La tarde transcurrió con normalidad y después de cenar con los profesores internos, Carlos de Gimnasia (mi compañero de guardias de hoy) nos dispusimos a realizar la primera ronda.

Todo era diferente al día de la fiesta, no había jaleos ni músicas alta, los profes en su sala jugando a cartas y tomando algo, los chicos charlando, leyendo y eso si algún jaleo de folleteo, y como no de la habitación de los Melli. Llegando a la habitación de Mónica, recordé sus palabras, mire a Carlos y le comente.

-        No me fio de esta chica ni un pelo.

Acerque el oído a la puerta, y solo pude percibir leve quejidos. Respire profundamente y abrí bruscamente.

Como no podía ser de otra forma, allí estaba la zorra de Mónica, intentando magrear a Nanci y recorriendo sus tetas con su lengua gorda y larga. Nancy intentaba de soltarse, estaba cogida por las muñecas fuertemente, y con las bragas en la boca para no alarmar con sus gritos.

Carlos, chico alto y fuerte por su estricto entrenamiento diario, y yo, las separamos, Nancy se quedo acurrucada en la cama y a Mónica no la llevamos a la sala de guardia.

Era un despacho, mesa, sillón, 2 sillas y una especie de banqueta descalzadora, y poca decoración, típico de consultas de padres y charlas a los alumnos.

Sujetada por el brazo, Carlos la sentó bruscamente en el banqueta.

-      Estamos cansado de ti, aun no ha empezado el curso y ya la has liado. Como ya sabes el reglamento tienes dos opciones, por ser el primer acto: o un expediente disciplinario, que significa información a tus padres, bajada de notas e incluso expulsión provisional o un castigo físico o moral y no ha pasado nada.

La verdad yo desconocía aun el reglamento, son sabia que se pudiese castigar, y menos que el alumno eligiese y menos que… no había pasado nada.

Con un poco de lágrimas en los ojos (quizás de cocodrilo):

-      Quiero que me castiguéis, si mis padres se enteran después del sacrificio de ellos, el castigo será mayor.

Me deje guiar por las indicaciones de Carlos, pues yo era advenedizo. Me indico que me sentase en la banqueta, colocando a Mónica boca abajo en mis piernas. Mi brazo izquierdo le servía de apoyo a sus pechos, los cuales me agradaban y mi mano con mi mano derecha la sujetaba por la cintura. Carlos, con su gran mano, golpeo la nalga de ella, la cual respondió con un pequeño grito. El continuo golpeándola, cada vez con más intensidad, cambiando de su glúteo derecho al izquierdo, la falda tapaba levemente su culo, por la posición inclinada, y desde la posición de Carlos seguro que veía perfectamente las bragas y el comienzo de su prominente culo. Mónica en cada golpe tensaba sus músculos, un pequeño grito, para finalizar con un suspiro. Juraría que la muy zorra estaba disfrutando, de hecho lo confirmo, pues cogiendo mí mano la metió dentro de su camisa y así tocar directamente su pecho, pues no llevaba sujetador. Tenía un pezón súper grande y duro, que se dejaba entrelazar por mis dedos. Los suspiros eran mayores que lo gritos, Carlos, mosqueado, le subió la falda del uniforme, para que los golpe fuesen más efectivos.

Tenía un culo impresionante, duro, terso y sobresaliente, su enrojecido resaltaba sobre el blanco de los contoneados muslos. A Carlos lo notaba excitado, y la verdad es que yo también me estaba excitando, seguro que la golfa sentia mi pene crecer en su barriga. Carlos mas eufórico en cada golpe, le bajo las bragas hasta los tobillos, tenía que tener una vista alucinante, pues proporcionalmente a su cuerpo, tendría que tener una labios vaginales de lo mas resaltante. Instintivamente y con la intención de hacer de profe bueno, baje mi mano desde la cintura hasta el culo, y comencé a masajearlo, para aliviar el dolor que le había producido los fuertes golpes. Cada unos cuantos golpes, yo le daba mi tratamiento, que cada vez abarcaba mas piel, mis dedos llegaban casi el interior de sus muslos, sin llegar a tocarle su sexo.

-        Lucas, la muy guarra esta empapada, está disfrutando del castigo.

-        Pues más golpes serán inútiles

-        Agárrala fuerte, ya no se volverá a reír de nosotros.

Carlos, se bajo los pantalones, estaba totalmente empalmado y sin tener una polla excesivamente larga, era muy gruesa, yo estaba súper excitado, y mi polla, deseando salir también. De un fuerte y certero golpe, se la clavo en la vagina, Mónica dio un fuerte grito y se tenso, la polla entraba y salía rápidamente, era una violación en toda regla, de no ser porque a mas brusquedad mas disfrutaba la muy zorra. Carlos a pesar de estar desfrutando de lo lindo, cada vez estaba mas mosqueado, pues lo que quería es que Mónica escarmentase.

Me levante dejando apoyada, en la banqueta, por delante le sujetaba las manos y por detrás Carlos se la beneficiaba. Yo no podía más, me saque la polla, e introduciéndosela, me follaba la boca, no la dejaba respirar, le introducía la polla hasta la garganta, haciendo mis huevos topes en los labios, sujetándola por la cabeza la mantenía durante segundos, al soltarla le faltaba el aire, así repetía la follada.

En una de las respiradas de Mónica:

-        Cabrones, me estáis violando,

-        Calla puta, te lo mereces y hasta que no llores no pararemos. Contesto Carlos.

-        ¿Estáis disfrutando cerdos?

Tuvo que callar, pues le metí la polla muy fuerte, pensé que le había hecho daño, la aguante durante muchos segundos, por insultarnos.

Carlos, le metió un dedo en el culo, mientras seguía follandosela.

-        Noooo, por el culo no, soy virgen

Carlos y yo nos miramos y sonreímos, por fin supimos el punto débil de la niñata… su culo.

Carlos con cara de vicio y deseo, como nunca había visto, cogió su polla, retrocedió hacia atrás y con los ojos clavado en un agujero ligeramente abierto y algo reseco… no sé, si le dolió el pollazo, pero el grito de  Mónica, no era normal, seguro que todo el instituto, se había enterado. Literalmente le había partido el culo, lo había desgarrado, su cara era un poema, su mirada era real, de sus ojos las lagrimas salían solas, su boca intentaba hablar, su dolor físico y moral la dejaba sin palabras, abría la boca y solo salía dolor. Yo estaba entre dos situaciones; una le hubiese partido la boca a Carlos, y otra… la verdad estaba disfrutando, una niñata que necesitaba su merecido, y al final yo se lo estaba dando.

A Carlos se le caía la baba, le metía la polla de lo lindo, cada vez más fuerte, ella sus quejidos se mezclaban con todo, espasmos, casi desmayos y también suspiros.

Yo, preferí sacar la polla, pues seguro me la hubiese partido en dos de un mordisco, pero no paré de magrearle las tetas y agarrada del pelo tenerla en la posición deseada y sin mover.

Carlos estaba a punto de correrse, lo notaba en su cara, ella bufaba, mientras, me miraba. No pudo soportar más el placer. Carlos se corrió dentro de su culo, el permaneció inmóvil, su cara paralizada al igual que la de ella, simplemente con cada inyección de esperma ella cerraba los ojos, pues lo sentía en todo su ser.

Y yo, con un calentón  alucinante, tenía dos opciones, dar por pagado el castigo, o… follarmela yo.

Mi polla es más grande y gruesa, sería otro nuevo castigo, deseaba castigarla y también deseaba que se fuese a su cuarto a seguir llorando. La cogí de la cara le apreté fuertemente, la mire a los ojos y le pregunte:

-        ¿Te ha dolido?

-        Solo un poco

-        Eres una chula impertinente.

Mi polla se clavo bruscamente, su culo volvió a romperse un poco más, y sus lagrimas volvieron a brotar. Mi polla estaba totalmente dentro, apretada y disfrutando del culo de una alumna muy zorra, notaba el semen de Carlos, un placer desconocido para mí. Mis movimientos hacían que ella se relajase, e incluso comenzaba a disfrutar, los gritos lo convirtió en suspiros y jadeos. No le veía la cara, solo veía a Carlos fuera de sí y con cara de vicio, que se estaba haciendo una paja en su cara.

Mónica se corrió, pues sus movimientos, espasmos y retorcidos la delataban.

Yo me corrí muy fuerte, pues el morbo era total. Su culo era un cuadro, rojo intenso lleno de chorreones y gotas de esperma blanco.

Yo di por zanjado el castigo a Mónica, vengado a Nancy y nosotros disfrutando.

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