EL INTERNADO (5) Marcelo me Folla la Verga

Fuí acelerando la mamada solo de escucharlo hablar, con esa voz de macarra, y recia de macho. Agarré el tronco del cipote con la mano, y me folle la boca a velocidad turbo. El colega no paraba de jadear de placer, al mismo tiempo que me embestía con sus caderas, forzando con su polla la entrada libre en mi boca, y todo esto sin parar de gemir y de decirme puta mamona.

EL INTERNADO (5)

Marcelo me Folla la Verga

Pasaron varios días, y ya me iba habituando al funcionamiento del internado. Entre las clase, los estudíos y alguna que otra follada con mi compañero de cuarto, se me hacía mas liviana la cosa. La prueba que me había puesto Julio, me la estaba trabajando bastante bien, y ya tenía a Marcelo comiendo de mi mano. Desde la follada con los gemelos y Julio, había forjado una buena amistad con él, como daba la casualidad que coincidíamos en varias asignaturas, muchas veces quedabamos para estudiar en la biblioteca o en su habitación.

Tenía mucha razón Julio, al decir que Marcelo estaba muy bueno, ... "bueno no, el colega estaba para mojar pan", ... rico de verdad el cabrón … 17 años, delgado, fibroso, alto, ojos azules, pelo corto rubio y de punta, un culo prieto para comérselo, y lo que mas caliente me pone de él, es que camina con las piernas abiertas, como si el paquete no tuviera espacio entre las piernas.

Marcelo, me había contado que estaba tonteando con una chica que le gustaba, y los fines de semana que se quedaba en el internado y que no iba a casa, se escapaba para quedar con ella en el parque, para morrearse y sobarla un poco. Una de las veces lo seguí en la oscuridad de la noche, y lo ví como se sentaba en un banco entre los arbustos. Al poco llegó la chica y se sentó junto a él. Después de un buen rato besándose con ella, se desabrochó el pantalón y se sacó la polla toda empalmada de los calzoncillos. Ella se la agarró con la mano y empezó a masturbarla, mientras él apoyaba la espalda en el banco con la cabeza hacía atrás, y las piernas totalmente abiertas. No tardó mucho en correrse en la mano de la chica, y cuando terminó se la guardó tal cual en los calzoncillos y se despidió de ella con otro beso. Esa noche cuando regresé a mi dormitorío, me pajeé la polla como un mono, ya que mis nuevos colegas estaban fuera ese fin de semana, y me tuve que consolar yo solito.

Yo me tenía que quedar los fines de semana durante tres meses sin ir a casa, por que mi padre me había castigado, pero la verdad no me importaba una mierda, lo único que si me importaba era que mi hermano Luis, no me devolvía las llamadas y no sabía nada de él, y eso me ponía muy triste. Marcelo lo sabía por que se lo había contado, así que cuando llegó el Viernes, me dijo que me fuera con él a su casa, que ese fin de semana iba a estar con su abuelo, y que éste siempre estaba fuera, ... osea que ibamos a estar solos los dos. A mi me encantó la idea, y ví una clara oportunidad para concluir mi prueba ... y acepté agradecido.

Cuando llegamos a su casa, me la enseñó para que supiera donde estaba todo, y después me ubicó en una de las habitaciones cercana a la de él.

MARCELO: Si necesitas algo, estás en tu casa, no te cortes y coge lo que te apetezca. Como ves mi abuelo nunca está, solo viene para dormir, ... y si viene. Ahora acomodate tranquilo, mientras yo hablo por teléfono con mi chica.

Estuvo un buen rato hablando con ella, y por lo que pude escuchar desde mi habitación, la conversación no era muy agradable, y las voces daban a entender que las cosas no iban bien entre ellos. Cuando terminó de hablar, entró en mi dormitorío y se sentó en la cama, con la cara enfadada y la vista perdida.

NIKO: ¿Que te pasa tío? ... ¿Estás bien?

MARCELO: Joder colega, con la tía puta esta ... Le digo que se venga a mi casa, que no hay nadie y que podemos estar solos, y me dice la muy zorra que no puede, que este fin de semana está en casa de la hermana cuidándole al niño. ¡Me cago en puta! ... y encima me tiene a dieta de coño. Dos meses llevo sin meterle la polla ... ni una puta mamada me hace la muy zorra. ¿Tu te crees que esto es normal?

NIKO: Tranquilizate tío, verás como todo se arregla.

MARCELO: Esto que te voy a decir Niko, no se lo he contado a nadie, y no se te vaya a escapar nunca, pero ... para colmo, Carlos el hermano de alberto, esos que son gemelos, no para de provocarme, está todo el puto día calentandome el rabo, tirandome indirectas sobre lo bueno que estoy, y lo guapo que me estoy poniendo. Yo sé de buena fuente, que a los dos hermanos le va el royo bisexual, y un día de estos no me voy a contener, y le voy a violar el culito en los aseos.

NIKO: No pasa nada colega, por que me cuentes eso, ... de hecho yo ya me lo he follado en su habitación, y no solo a él, si no al hermano también.

MARCELO: ¡No me jodas! ... ¡Serás cabrón! ... ¿Y no me has dicho nada? ... Ya te vale colega.

NIKO: ¿Yo que se tío, si a ti te va ese royo también?

MARCELO: Hombre nunca lo he probado, y es verdad que me gusta follarme un buen coñito, pero a falta de pan buenas son tortas ... jajaja.

NIKO: Mira Marcelo, tengo una idea. ¿Te acuerdas de mi amiga Marta, que vino con nosotros el sábado pasado a la tapería? ... Si quieres la llamo para que se venga, que esa se folla hasta las fregonas y es una buena guarra viciosa, y nos montamos un trio.

MARCELO: Tío ... ¿sabes lo que me encantaría?... pero por favor no te rias, ... montar una historia con tu amiga que la violo, follarmela a la fuerza y tu envergandome el culo con tu cipote al mismo tiempo ... ¡Joder colega! ... Mirame el paquete, como se me ha puesto la polla solo pensarlo.

NIKO: ¡Joder Marcelo! ... Ahora que te voy conociendo, ... ¡Que puto dejenerao estás hecho cabrón! ... espera que la voy a llamar ahora mismo, y te voy a regalar tu fantasía colega.

MARCELO: ¡No me jodas tío! ... ¿Si?... eres el puto amo Niko.

Hice la llamada y hablé con mi amiga. Yo sabía que no iba haber ningún problema, por que Marta ya conocía a Marcelo y me había comentado, que estaba loca por quedar con nosotros, y que mi nuevo amigo le pegara una follada en el coñito.

NIKO: Sin problemas tío, ... me ha dicho que en 20 minutos está aqui. ¿Que te parece si mientras la esperamos, nos vamos entonando nosotros, y calentamos el ambiente?

MARCELO: Por mi, como tu veas colega, ... tu eres el que tienes experiencia, y ya lo has hecho con tíos.

NIKO: Tu no te cortes y dejate llevar, ... ¿Ok?

MARCELO: Vale tío.

Mientras esperabamos a mi amiga, me puse a la faena, me arrodillé delante del paquetón y lo lameteé por encima del pantalón. ¡Que lametada mas deliciosa sobre aquella verga!. La salivé hata que se pudo apreciar, el grosor y la largura de la polla de Marcelo. De un tirón le bajé el pantalón del chandal hasta los tobillos, dejando al descubierto aquel nabazo, cubierto solamente por los calzoncillos blancos.

Le saqué el cipote por un lateral de los slip, y comencé a trabajarmela en la boca. Suavemente lo engullí hasta el fondo, notando el capullo rozandome la campanilla, sintiendo como el pre-cum se mexclaba con mi saliva, y dejandome un saborcillo salado en el paladar. Mi boca subía hasta el capullo, donde me detenía unos instantes para lamer con destreza, degustando el liquido que me regalaba la raja del glande, y escuchando los gemidos de placer y las palabras que soltaba por la boca el colega.

MARCELO: ¡Joder Niko ... que gusto! ... ¡Siiii! ... ¡Asiiii!... ¡Que boca tienes de cabrón! ... Que calladito te lo tenías mamona.

Fuí acelerando la mamada solo de escucharlo hablar, con esa voz de macarra, y recia de macho. Agarré el tronco del cipote con la mano, y me folle la boca a velocidad turbo. El colega no paraba de jadear de placer, al mismo tiempo que me embestía con sus caderas, forzando con su polla la entrada libre en mi boca, y todo esto sin parar de gemir y de decirme puta mamona.

Así estuve un largo rato, recibiendo empolladas a diestro y siniestro. Se incorporó sin sacarme el cipote de la boca y se puso de pie. Agarró mis pelos fuertemente con sus manos, y sacaba de mi hocico la verga entera para volverla a meter entera de un golpe. El hijo de puta no se cansaba, cada vez que me jodía la boca me la dejaba destrozada, el paladar reventado de la envergada ... pero que gustazo de pollón colegas, seguro que a los gemelos y a Julio, les gustaría catarlo y follarlo.

MARCELO: Para mamón, ... que todavia no quiero correrme, y si sigues así chupando me voy a vaciar en tu boca. Ahora quiero probar yo, ... te voy a chupar la polla. Tumbate en la cama y dejame hacer, hoy quiero realizar una fantasía que tengo ganas de hacer desde hace mucho, y contigo no me da verguenza.

Niko: Sin problemas amigo, haz lo que te apetezca, que jamás te voy a juzgar ... Solo disfruta del sexo.

Marcelo, bajó lamiendo todo mi pecho hasta llegar a la entrepiena, allí se deleitó saboreando mi cipote y mis huevos, aún tapados por la fina tela del slip. Me los tenía totalmente mojados, la parte que cubría el cabezón de la polla estaba chorreando ... baboso de saliva, y ya se trasparentaba todo el tronco duro y venoso. Bajó los calzoncillos lentamente dejando al descubierto mi capullo granate e hinchado. Lo besó recorriendo todo el tronco duro, hasta llegar a los huevos gordos y llenos de leche almacenada. Primero succionaba uno, después absorbía el otro ... para terminar con los dos dentro, llenandole toda su mamana boca. El muy maricón sabía lo que hacía, si no lo había hecho antes, seguro que lo había visto en alguna pelicula porno gay.

Lamió cada rincón y cada pliegue de mi cipote, le agarré la cabeza con mis manos y le metí la verga de un golpe en la boca ... casi le parto el paladar del leñazo, sentía las paredes bucales del mamón mientras le taladraba con mi polla ... ¡Que placer! ... ¡Que follada colegas! ... cada vez mas rápido, a toda velocidad. La saliva se le escapaba de la boca, mojandome el abdomen, formando grandes hilos de babas, que se mexclaban con el pre-cum que se fugaba por la raja de mi capullo.

NIKO: Parece que te gusta chuparme la polla, cabrón ... ¡Que gustazo colega! ... ¡Siiii! ... ¡Asiiii mamón! ... mueve esa lengua guarrón, y aprieta con los labios, que te voy a destrozar el paladar niñato.

MARCELO: ¿Te gusta chaval? ... Tenía unas ganas locas, por hacer esto con un tío. Ahora quiero probar otra cosa, ... quiero que me folles el culo antes de que llegue tu amiga, ... quiero gozar y que me atravieses el ano con tu polla.

Marcelo, se giró subiendose de espaldas a mi, acomodó con la mano mi cipotón en su boquete anal, y comenzó a engullir devorandolo lentamente. Con la mamada que me había dado el cabrón, me había puesto el cipote a punto de explotar y con ganas de guerra. Era un morbazo ver al niñato que iba de machote, separándo sus nalgas con las manos y empujando contra mi cipote inflado y venoso. Le inundé todo el recto de carne, tenía el culo super apretado y el boquete muy estrecho.

Sentía la polla comprimida, estrangulada, sometida como si estuviera domándole el ojete a ese potro salvaje, ... escuchaba sus gemidos de felicidad, suspiraba, jadeba de satisfacción, se retorcía de gozo con cada embestida que le propinaba su culo a la verga de su macho, ... y yo alucinando del placer, al saber que era yo el primer tío, que se lo estaba desvirgando por completo. Se dió la vuelta hacía a mi, poniéndose de frente, cara a cara, con los pies apoyados en el colchón, las piernas flexionadas, y sin sacarse mi cipote de su ano. Me ponía a cien verlo así, de cuclillas sentándose en mi pollón, mirando como el tronco de mi verga entraba y salía, por el boquete de su culo y contemplando su gordo capullo mojado de pre-cum.

MARCELO: Que sensación mas rara de dolor y de placer, ... ¿Te gusta Niko? ... ¿Te gusta?

NIKO: Siiii, me encanta tío ... ¿Y a ti?

MARCELO: ¡Ufffff! ... Claro colega, ... Estaba deseando hacer esto con un tío, pero nunca me he atrevido hasta ahora. Contigo tengo un royo muy guay, tenemos una compicidad de puta madre, y no me da verguenza desmadrarme, ni portarme como un guarrón delante tuya, ... por que sé, ... en lo poco que te conozco, que no me vas a juzgar. Y ahora dame caña, ... dime cosas guarras, como hacen en las peliculas porno, ... me encanta escucharlas y me ponen todo cerdo.

NIKO: No te preocupes colega, que a mi me encanta decir cosas guarras.

MARCELO: Pues hablame, niñato de mierda, ... Que quiero correrme una vez contigo, antes de que llegue la putilla de tu amiga.

NIKO: ¡Que gozada de culo chaval! ... Estaba loco por meterte la polla, ... ¡Asiiii! ... ¡Muevete tío! ... Comportate como lo que eres, una puta zorra, una maricona traga pollas ... ¡Que gustazo! … ¡Que culito tan apretado tienes guarra! … ¡Toma! … ¡Siiiiiiii! …  Me tienes en la gloria maricón.

MARCELO: ¡Mmmmm! ... ¡Que gustazo compañero, me vuelves loco! ... Me tienes cachondo … caliente … a cien por hora, como un salvaje … ¡Aaaaa! … Muévete mamón, y follanme bien el puto culo con tu polla.

El colega, cada vez iba mas rápido tragándose mi cipote, contra mas le hablaba mas vicioso y descontrolado se volvía. Me devoraba la polla a toda velocidad, mientras le pajeaba el cipote con mi mano, y gritabamos los dos de puro placer vicioso.

NIKO: ¡Me corroooo mamón! ... ¡Ahhhh! ... ¡Toma maricón reprimío! ... Tragate mi leche caliente ... ¡Siiii!... ¡Coñoooooo!

MARCELO: ¡Como me quema el culo colega! ... ¡Que gusto de polla tienes tío! ... Me estas llenando el boquete de tu semen ... Toma niñato, mira como me muevo ... ¡Asiiiii! ... Dame colega.

Después de correrme en su culo, Marcelo se elevó hasta poner su cipote a la altura de mi cara ... se erguía majestuoso, inflado de venas, gordo a punto de estallar, y húmedo del pre-cum. Al elevarse, los goterones de mi leche se le resvalaba del ano, manchándome la pelvis de líquido babosos. Me ensaltó la polla en la boca, como el que ensalta el hilo en una aguja, decidido a terminar la mamada que empezó mi lengua cuando estaba de pie. El muy hijo de puta me apretaba la cabeza con fuerza contra su pelvis, me follaba la boca como un animal el cabrón, y cuando se acercaba el momento de escupir el lechazo, era incontenible las embestidas de su pollón.

MARCELO: ¡Yaaaaa! ... Maricón chupa pollas ... ¡Me corroooo! ... Todo para tu boca de guarra ... ¡Ahhhh! ... ¡Siiiiii! ... Tragatelo todo colega de mierdaaaa.

En efecto, como era de esperar me lo tragué todo, el lechazo calentito y cremoso, resvalando garganta abajo y sin sacarle el cipote de mi boca hasta que lo hube limpiado. Le dejé la polla bien lavadita y reluciente, dispuesta para otro asalto, y el asalto que venía ahora prometía vicio del bueno.

Continuará ...