El internado (4: Placer prohibido)

Siguen las fogosas aventuras de los alumnos en la Laguna Negra. ¡Con fotos!

El Internado (IV): PLACER PROHIBIDO

Autor: elRedactor

Fermín, el cocinero del colegio se apresuró a salir del internado. Como todos en el Internado tenía sus secretos, y él se iba a encontrar con un miembro de la organización para la que trabajaba allí. Avanzó con paso firme a través de los árboles muy atento a cualquier posible intruso que le siguiera. Al poco rato, se paró bruscamente al oír unos gritos cerca de su posición. Inmediatamente cogió su pistola y sigilosamente se acercó a la zona de la que provenían los gritos.

Lo que vió le dejó de piedra.

Eran dos alumnos del colegio follando en pleno bosque. Sonrió para sus adentros y se acercó todo lo que pudo sin que fuera visto al tiempo que guardaba su pistola.

Por un momento quedó hipnotizado con el movimiento de las tetas de la chica, que botaban dentro de la blusa a cada envestida del chaval. Luego le llamó la atención lo bien dotado que iba el chico, y como el coño de su novia se tragaba toda la polla sin inmutarse. Presenciando esta escena Fermín empezó a ponerse bastante cachondo, asi que fue frotándose la entrepierna a la par que disfrutaba del espectáculo. Pero no duró mucho, con un gemido intenso ambos finalmente se corrieron y vio como se incorporaban. Entonces reconoció al chaval: era Iván, el hijo de María, la limpiadora con la que él estaba tonteando. Volvió a sonreirse con las coincidencias de la vida y se levantó dispuesto a marcharse, pues no era muy sensato quedarse ahí por si los chicos le veían, además tenía prisa. Lamentándose de no haber podido acabar de pajearse, y con un calentón de aúpa, siguió avanzando por el bosque en busca de su contacto.

Fermín, nunca se sabe lo que se puede encontrar en el bosque

Iván había llegado radiante del bosque. Además del polvazo que se había echado con Carol, más tarde se enteraría de que había ganado la apuesta.

Marcos y él, de mutuo acuerdo habían decidido rebajar "el castigo", por lo que al día siguiente, cuando estaban en la habitación retomaron el tema:

-Bueno chaval, que perdiste la apuesta... va siendo hora que me hagas un trabajito- dijo entre risas Iván.

-Ya, pero paso de chupártela otra vez, es un asco- le contestó Marcos.- Una pajilla y vas que chutas.

-Pues ala, ponte a ello – dijo Iván sin perder más el tiempo, mientras se bajaba los pantalones hasta los tobillos y se sentaba en la cama.

Entonces, Marcos se acercó sentándose al lado y empezó a manosear la todavía relajada polla de Iván. Éste se dispuso a disfrutar cerrando los ojos y poniendo las manos en la nuca. Los toqueteos de Marcos pronto dieron sus frutos, fue entonces cuando comenzó a recorrer con su mano cerrada la polla erecta de su amigo, no muy rápido pero tampoco lentamente. Marcos comenzaba a disfrutar del calor y la dureza del miembro, e Iván de los movimientos, como mostraba su respiración que cada vez era más entrecortada. Poco a poco Marcos aumentaba el ritmo, al tiempo que Iván bajaba una mano para aumentar su propio placer masajeándose los huevos. Marcos vió ese movimiento y le retiró la mano a su amigo para colocar la que él tenía libre en su lugar.

-Joder, cuidado con los pelos! - exclamó sofocadamente Iván, pues en uno de su movimientos Marcos le había arrancado alguno de la espesa mata de pelos que lucía en la entrepierna.

Poco después, Iván se corrió con un gemido sordo.

-De puta madre- dijo, mientras se levantaba y se quitaba el resto de la ropa- No ha estado mal putita.

-Jajaja me parto. Ya sabes que no lo he hecho por amor al arte- le reprochó Marcos, en parte mintiendo, mientras buscaba un pañuelo para limpiarse.

-Bueno, bueno, yo ahora me piro a ducharme.-añadió Iván mientras se ataba una toalla a la cintura. Enseguida se oyó la puerta cerrarse.

Entonces Marcos se dispuso a cambiarse. Tras quitarse las deportivas y el pantalón, pensó en hacerse una paja ya que todavía le duraba la erección que le había provocado la "manualidad" que acababa de realizar a su amigo. Lo descartó por si entraba alguien y lo pillaba, al tiempo que cogía las deportivas y las dejaba para airearse en la ventana. Cuando se dió la vuelta se quedó pasmao.

-Hola Marcos-. Se trataba de Carol, que acababa de entrar en la habitación. Se quedó mirando fijamente a su amigo, concretamente a sus gayumbos, que mostraban un bulto sospechoso.

-Ey, qué tal- añadió tenso Marcos, a la vez que se colocaba una mano delante de la entrepierna al notar la mirada de Carol. Se apresuró a coger los pantalones y enseguida comentó- Iván no está, se acaba de ir a ducharse.

-No le buscaba precisamente a él- contestó Carol, acercándose a Marcos y en cuanto llegó a su lado le arrebató los pantalones que se estaba pensando poner y acto seguido se lanzó hacia él y le dió un morreo.

Marcos no podía creer lo que estaba pasando, y aunque en un primer momento se mantuvo pasivo ante el beso de su amiga, pronto empezó a disfrutar de sus carnosos labios e incluso empezó a meterle la lengua, sacando de madre el apasionado beso y haciendo aumentar aún más su erección. Pero pronto se dejó llevar por el calentón y quiso pasar a mayores, así que mientras seguían con el beso empezó a desabrochar la blusa de Carol, la cual colaboró gratamente quitándosela del todo. Después de esto Marcos le arrancó el sujetador y empezó a sobar aquellas tetas que tanto había deseado. Sin duda eran una pasada, bastante duritas y con unos enormes pezones, que debido a la situación estaban duros como el acero. Carol al poco rato se apartó de la boca de Marcos y le quitó las manos de sus senos, que aún temblaban ligeramente por los toqueteos. En un primer momento Marcos creyó que había llegado de masiado lejos, pero para su sorpresa Carol empezó a agacharse hasta la altura de sus gayumbos y se los bajó en un abrir y cerrar de ojos haciendo rebotar su erecta polla en el aire, cercana ya a la corrida.

-Vaya herramienta que te gastas... joder- dijo Carol antes de engullir la polla entera. Marcos primero quedó impresionado por como se había metido todo su nabo de una tacada en la boca, y pronto con el primer roce de su lengua en el capullo estuvo a punto de correrse, pero con todas sus fuerzas se contuvo para disfrutar de la mamada. Sin duda la chupaba bien, enseguida entendió como aparte del físico la chica era un cañón, normal que Iván fuera tan celoso. Pronto ocurrió lo inevitable, y Marcos se corrió estrepitosamente en la boca de Carol. Ella, lejos de escupir se tragó toda la lefa, y aún relamió los restos de sus labios.

  • Estás hecha toda una viciosa... ¿cómo hemos perdido todo este tiempo sin follar?- añadió Marcos divertido.

-Aún no hemos follado, pero eso se puede arreglar... te tengo unas ganas- le contestó Carol, al tiempo que volvía a acercarse a Marcos y le acariciaba su pecho totalmente depilado.

-Creo que puedo decir que ha sido la mejor mamada de mi vida, pero creo que lo de follar para otro día. Iván no tardará en llegar.

-Es verdad, me conformaré con un dedete esta noche entre mis sábanas. Me alegro de que te haya molado el "trabajillo", tienes una polla espectacular, además como vas depilado no me he tragado ni un asqueroso pelo, así me gusta. Es que con Iván y esa selva que tiene hay veces que hasta meriendo pelos en su salsa.- dijo Carol, con una picante sonrisa en sus labios.

-Y que lo digas, te entiendo perfectamente- añadió sin darse cuenta Marcos.

-¿Cómo?

-Joder, compartimos cuarto, como para no haberle visto la polla, mucho más pequeña que la mía, claro- añadió rápidamente Marcos, esperando que no se notara su garrafal error.

-Vaya, veo que sois igual de machitos.-dijo enseguida Carol con una sonrisa tras el comentario de Marcos- Tampoco la tienes mucho más grande.

-Igual no, pero la sé usar mucho mejor- susurró Marcos al tiempo que introducía peligrosamente una mano bajo la falda de su amiga

-Ya, eso está por demostrar- dijo Carol apartando la mano de Marcos y poniéndose la blusa- Espero que no me decepciones-dijo por último sin perder de vista los ojos de Marcos y dirigiéndose a la puerta.

-Te voy a dejar mirando pa' Cuenca – dijo Marcos poniendo voz de viejo verde, al tiempo que Carol se reía y le lanzaba un beso desde la puerta.

En cuanto se hubo ido Carol, Marcos siguió vistiéndose sin abandonar una gran sonrisa en los labios, las cosas en el internado serían a partir de este momento mucho más... interesantes para él.

La tensión sexual entre Carol y Marcos, por fin estalló.

En cuanto Iván llegó al baño, maldijo en voz alta. Se había olvidado la puta bolsa de aseo en el cuarto. Resignado dió media vuelta y se dirigió de nuevo a la habitación.

Cuando llegó, cogió el picaporte pero algo le extrañó: oía como una respiración profunda dentro, casi como un gemido. Si no fuera porque allí estaba sólo Marcos hubiera pensado que alguien se lo estaba montando dentro.

Con precaución entreabrió la puerta y observó por el hueco. Lo que vió le dejó helado.

Marcos estaba de pie con los ojos cerrados de placer mientras Carol, su novia le comía la polla. Pensó que aquello era imposible y procedió a cerrar con cuidado la puerta y volverla a abrir. Era cierto. Pudo ver como la muy puta le comía el rabo a Marcos tal y como al él le hacía , y como el traidor de su amigo disfrutaba como un cabrón. Involuntariamente al ver la escena comenzó a excitarse, pero el cabreo podía más. Volvió a cerrar la puerta y pensó en entrar y darle un puñetazo en toda la cara a Marcos, pero enseguida lo descartó. Montar un numerito sólo serviría para que todo el internado se enterara de que era un cornudo. Así que decidió esperar al final del pasillo a que Carol saliera para entrar de nuevo a la habitación sin levantar sospechas de lo que había visto. Iba a vengarse, pero a su manera.

A los pocos minutos, como esperaba Carol salió del cuarto. Se quedó unos instantes tras la puerta, con una cara de felicidad y lujuria inmensa, lo que asqueó todavía más a su novio. Poco después se dirigió a su habitación por el otro pasillo, mientras Iván esperó un poco más para volver a su habitación.

Para no reventar a Marcos a palos, decidió calmarse y mantener la cabeza fría pensando en su venganza, que no tardaría en llegar...

Iván, pronto llegará su venganza.

¿En qué consistirá la venganza de Iván? ¿Echarán por fin Marcos y Carol su esperado polvete? ¿Dejará Vicky de ser virgen? ¿Cómo aliviará Fermín su calentón tras la experiencia en el bosque? Todo esto y mucho más en el quinto relato. !!No te lo pierdas¡¡

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