El internado (3: Apostando fuerte)

Vuelve el Internado más caliente: sexo en las horas de estudio e incluso en el bosque.

El Internado (III): APOSTANDO FUERTE

Autor: elRedactor

Quien no apuesta no gana. Y eso fue lo que pensó Marcos tras los continuos desafíos de su amigo Iván. Quería quitarle las ganas de retarle continumente. Por eso, una nueva apuesta, más fuerte aún que la anterior se había firmado entre los dos amigos. Si Marcos finalmente se tiraba a Vicky, ganaba la apuesta, con lo que se podría follar a Iván. Pero si Marcos no lo conseguía, sería Iván el que disfrutara a costa del trasero de Marcos. ¿Serían capaces de cumplir su palabra?

La mañana transcurrió como siempre, sólo que esta vez Marcos notó como Carolina le miraba de reojo de vez en cuando. Y él, por supuesto le devolvía las miradas, procurando que Iván no lo notase. El culo y sobretodo las tetas de la novia de su amigo no le habían pasado desapercibidas, y Carolina por su parte se empezaba a fijar en lo potente que estaba su nuevo compañero.

Tras las clases, cuando estuvieron los cuatro amigos juntos Iván propuso a su novia:

-Ey, qué tal si nos vamos hoy nosotros dor a dar un romántico paseo por el campo. Para disfrutar de la… naturaleza

-¿Nosotros solos?-preguntó Carol extrañada, aunque le atraía la idea- Está bien, si no os importa chicos- dijo mirando a sus dos amigos

-En absoluto- dijo Marcos, aprovechando la situación- Además yo le iba a pedir a Vicky si hoy me podía ayudar con las declinaciones de latín

Vicky, sorprendida aceptó, pues era bastante buena en la asignatura.

-De acuerdo entonces- dijo Iván- Voy a coger el jersey y nos vamos Carol.

-Yo también subo a preparar lo de latín- dijo Marcos- Cuando quieras pasa por mi habitación- dijo dirigiéndose a Vicky.

Carolina, últimamente se fija mucho en Marcos.

Cuando Marcos e Iván estuvieron solos en la habitación, Iván advirtió:

-Una cosa te digo: me voy a enterar si mientes para no perder la apuesta. No se te ocurra decir que te la has tirado si es mentira. Yo sabré la verdad por Carol, Vicky se lo cuenta todo, así que te aviso.

-Tranqui tío, que yo soy un hombre de palabra.

Acto seguido la puerta se abrió y entró Vicky, al tiempo que Iván se piraba con Carolina.

Vicky, algo nerviosa por la situación, se sentó junto a Marcos en el escritorio.

-Bueno, esto del latín está chupado, la cuestión es cogerle el tranquillo.

Marcos, con una mirada bastante picante le contestó:

-Pero es que a mí esto del latín no se me da bien. Se me dan mejor otras cosas

-Ya- contestó Vicky evitando la mirada de Marcos y cambiando ágilmente de tema- Da igual, empecemos.

El primer cuarto de hora transcurrió con normalidad, si bien Marcos se iba acercando cada vez más a Vicky, hasta que se atrevió y le acarició una mano. Ella se hizo la loca, pero poco a poco Marcos fue llevando la mano de Vicky a su entrepierna, y Vicky la retiró sorprendida al notar el bulto de su miembro en erección.

-¿Qué haces? – dijo Vicky, algo enfadada pero con excitación en su voz.

-Vamos a pasar un buen rato, tranquila- dijo Marcos, bajándose la bragueta y mostrando su polla, al tiempo que con una sugerente mirada volvía a llevar la mano de su amiga a su miembro-¿Por qué no me haces una paja?

Vicky en un principio dudó, aunque tenía curiosidad en tocar una polla, desde luego aquello nunca lo había hecho. Además tenía que admitir que aunque ella estuviese encoñada con Iván, ni Marcos ni su cipote estaban nada mal, y al tiempo que pensaba Marcos había comenzado a meter su mano por debajo de su falda, por lo que se estaba poniendo muy cachonda. Así que alargó su mano y cogió el largo miembro de Marcos.

-Muy bien, ahora menea la mano así- dijo Marcos poniendo su mano libre encima de la de Vicky, recorriendo su polla- Aunque bueno, supongo que ya sabes como se hace una paja

-Sí, claro- mintió Vicky, disfrutando del calor que emanaba la polla de Marcos y del jugueteo de sus dedos entre sus bragas ya húmedas. Comenzó a menearla lentamente al tiempo que Marcos se acercaba y le besaba la boca. Pero a medida que la lengua de Marcos se iba introduciendo en su boca, aceleró el ritmo hasta notar la lefa caliente de su amigo en la mano, al tiempo que él soltaba un gemido de placer.

-Joder, increíble- dijo Marcos, tras recuperar el aliento.

-Gracias… supongo- añadió Vicky algo cortada, siendo poco a poco consciente de lo que acababa de hacer tras el calentón- Bueno me voy al baño a lavarme las manos… bueno la mano- añadió con una sonrisa nerviosa, cerrando la puerta tras de sí.

En cuanto estuvo solo, Marcos vió la oportunidad de follarse a Vicky. Nervioso y empalmado de nuevo tras pensar esa posibilidad, se bajó del todo los pantalones y los gayumbos pringosos. Tras quitarse también el jersey azul de uniforme y la camisa se tumbó totalmente desnudo en la cama y esperó.

Al poco rato, Vicky entró y acto seguido cerró la puerta de la habitación. Tras mirar el escritorio se extrañó de no ver allí a Marcos, hasta que su voz la avisó.

-Estoy aquí. ¿Seguimos con lo nuestro?- dijo Marcos con una amplia sonrisa, dando golpecitos en la cama con su mano invitando a Vicky a acercarse.

Ella se quedó paralizada al ver el cuerpo desnudo de su amigo. A excepción de la mata castaña de pelos entorno al rabo del que acaba de disfrutar, todo su cuerpo estaba depilado, y se veía apetecible y considerablemente musculoso. Sus pezones se endurecieron, al mismo tiempo que su coño palpitaba de excitación. Enseguida se ruborizó por sus pensamientos, puede que Marcos estuviera muy bueno, pero ella no estaba lista para su primera vez.

-Lo siento, me tengo que ir- le contestó y corrió rápidamente hacia la puerta, dando un portazo tras de sí.

-¡Mierda!- exclamó Marcos, y en primer momento se abalanzó también hacia la puerta, pero frenó en seco al darse cuenta de que estaba con el rabo al aire. Volvió a maldecir por su mala suerte y sobretodo por haberse quedado sin follar. Además, había perdido la apuesta, aunque aquello en ese momento no le preocupaba demasiado. Resignado, se puso una toalla alrededor de su cintura procurando disimular su tremenda erección y se dirigió deprisa a ducharse, y de paso también a descargar su calentón, a los baños.

En aquel momento, Vicky se encontraba en los baños femeninos, que había cerrado para estar sola. Después de salir corriendo de la habitación de Marcos había decidido irse a dar una ducha para quitarse el calentón. Por un lado se arrepentía de no haber jodido con Marcos, pero deseaba una primera vez más tranquila, y sobretodo con Iván. Aún así sus pezones seguían duros como piedras y tuvo que resistir la tentación de hacerse un dedo allí mismo.

Vicky y Marcos, sólo amigos.

Mientras Marcos se llevaba este chasco, en el bosque Iván y Carol se paraban frente a un árbol. Enseguida, Carol se lanzó a la boca de su novio y se morrearon unos instantes. Desde luego no habían ido al bosque a disfrutar de la naturaleza. A continuación, Carol se agachó al pantalón de Iván mientras éste se bajaba la bragueta y sacaba su ya mojada polla. Ella, tras lamer el enorme capullo de Iván, enseguida se metió la polla entera en la boca y comenzó a chuparla con sus gruesos labios. Iván cerró los ojos de placer y la cogió de la cabeza para acompañar sus movimientos. Cuando estaba a punto de correrse miró a Carol, pero lo que vió causó que se tambaleara y casi se cayera. En vez de ver a su novia chupándosela, habría jurado que era Marcos.

-¿Qué ha pasado cariño?- dijo Carolina, mientras se levantaba y sacaba un pañuelo para limpiarse la boca.

-Nada, nada- mintió Iván subiéndose torpemente la bragueta- Que me he mareado del gusto… la chupas de puta madre –dijo Iván, disimulando con una sonrisa en los labios.

-Me alegro, tú tampoco me comiste mal el coño ayer, para qué negarlo- dijo Carol, devolviéndole la sonrisa y dando otro beso a su novio.

  • Bueno qué, ¿follamos aquí mismo? Mira lo que he traído- dijo Iván, al tiempo que sacaba un par de condones de su bolsillo

-¡Qué dices! –gritó Vicky- No jodas, que el suelo está lleno de tierra y cardos, y además nos puede ver cualquiera

-Pues que miren- rió Iván- y por lo otro no te preocupes, yo me pongo debajo.

-Que no

-Anda , no me digas que no te da morbo- insistió Iván poniendo su voz más sensual.

-Bueno… sí, pero no, no es seguro…- contestó Carol, cada vez más tentada.

-Déjate llevar cariño- dijo finalmente Iván, y tapó con una mano la boca de Carol. Al mismo tiempo le bajaba la falda y el minúsculo tanga. Al principio ella mostraba resistencia, pero al final se dejó llevar y apartándose la mano de Iván de la boca se apresuró a quitarle los pantalones.

En cuanto estuvieron desnudos de cintura para abajo, Iván se tumbó en el suelo con la cabeza apoyada en un árbol y el rabo tieso como un mástil. En cuanto se puso el condón, Carol se agachó cogiéndole las manos y finalmente se sentó bruscamente encima del rabo, dejando escapar un grito. Entonces comenzó a subir y bajar mientras sus tetas encerradas en la blusa botaban bestialmente e Iván empujaba para clavársela bien adentro. Carol gemía como poseída, pues aquella postura le estaba dando mucho placer. Pronto tuvo un orgasmo que hizó resonar sus gritos casi por todo el bosque. Iván, conteniendo su corrida le tapó la boca para evitar ser descubiertos, al mismo tiempo que aumentaba el ritmo de sus embestidas haciendo que Carol botara frenéticamente sentada encima de él y se corriera por segunda vez, al mismo tiempo que Iván, que dejó escapar por primera vez un grito ahogado.

Carol, todavía recuperando la respiración se incorporó dejando a su novio tumbado y jadeando profundamente, ya con la polla flácida. Entonces, le dio la espalda y se agachó para recoger su tanga y la falda.

-Cuidado ese culito respingón, que como te descuides te la clavo- dijo Iván sin perder detalle de la postura de su novia.

-Jajaja, muy gracioso… anda vístete y vámonos- añadió Carol, subiéndose el tanga.

-Ha sido un polvo de escándalo joder, hasta te corriste por lo menos cinco veces.

-No exageres, pero sí, ha sido el mejor kiki en meses, mucho mejor que la última vez- añadió Carol satisfecha, aunque algo escocida por la intensidad de las embestidas de Iván.

-Dios- exclamó Iván que buscaba su ropa- me he llenado el culo de hojas y tierra. Por estar debajo para que tu disfrutases como una perra- añadió recogiendo sus calzones.

-Anda trae que te sacudo las hojas- se acercó Carol, y con la mano fue quitando las hojas que quedaban enganchadas al culo de su novio- Me cago en la puta tío con los pelos se te enganchan todas. ¡Depílate! – dijo con una sonrisa, apartando la mano.

-¿No te gusto así con mis pelitos y todo?- dijo Iván vistiéndose- Además si te gustan "depiladitos" ahí tienes a Mar…- Iván se dio cuenta de lo que estaba a punto de decir y calló enseguida

-¿A quién?-preguntó Carol, aunque sin prestar mucha atención ya que estaba centrada en limpiar su falda como podía.

-Nada, nada, chorradas- dijo aliviado Iván ya que no se había enterado- Vámonos ya al colegio que estoy agotado.

El bosque, un lugar fantástico para los encuentros más bestiales.

Mientras marchaban, alguien escondido tras un arbusto cercano los observaba. Y ya llevaba allí un buen rato disfrutando del espectáculo.

Una vez más, os agradezco vuestras lecturas. Estad atentos, muy pronto subirá aún más la temperatura de El Internado con el cuarto relato.

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