EL INTERNADO (25) Martin Polla de Caballo

Mientras le hablaba guarradas, no podía apartar los ojos de su pollón, todo marcado en la tela del calzoncillo, parecía que Martin no era el único que estaba cachondo...,

EL INTERNADO (25)

Martin Polla de Caballo

NIKO: ¿Te has gustado tío?

JORGE: ¡Uffff! ... Me ha encantado colega..., ¡Qué polla tienes cabrón! ... Me has destrozado el culo tío, pero he gozado mucho..., y más sabiendo que tú sabes, lo que me da morbo, y puedo hacerlo sin reprimirme.

NIKO: Como llenarte toda la cara de semen..., ¿No cabronazo? ... Jajaja... Parece que eso te encanta tío, y a mí me ha puesto a mil por hora verte la cara con todo mi esperma por ella..., ¡Mmmmm!

JORGE: ¡Uffff! ... Me pone como una perra caliente colega..., ¿Y sabes quién me gusta que me folle, y que se corra en mi cara?

NIKO: ¿Quién..., Eric..., el entrenador..., alguno de los niñatos del internado...?

JORGE: No tío..., Alí, el que trabaja para el francés..., ¡Joder colega! ... Que caliente me pone el puto árabe de mierda, cuando me pega esas folladas en el culo, y se corre después en mi cara llenándomela de abundante leche..., ¡Uffff! ... Mira como se me empalma la polla..., mírala Niko..., solo de pensarlo me pongo como una guarra.

NIKO: Jajaja..., pues sí..., que se te ha puesto dura tío. Pero a mí me interesa más, tu compañero de habitación, Martin el tres piernas..., jajaja. Lo que yo le haría a ese pollón madre mía..., es que no me cansaba de mamarlo, chuparlo, devorarlo, y después follármelo con mi culo..., ¡Mmmmm!

JORGE: Ya te he dicho que no le va el royo..., y créeme niko, que lo he intentado varias veces..., pero nada tío, no quiere. No te he dicho..., que aquel día que empecé a comerle la polla, me quitó la boca y me dijo que no..., que eso de chuparle la polla, no..., que podíamos mastúrbanos el uno al otro, pero nada más. Solo me desahogo oliendo sus calzoncillos sucios, mientras me masturbo la polla y me corro pensando en las mil maneras, que me gustaría que ese pollón me follara y me destrozara el culo. ¿Sabes...? Cuando viene borracho se duerme enseguida, y tiene un sueño muy profundo. A mi me encanta pasarle la nariz por encima del paquete, olfateando el olor que despide su cipote, y de vez en cuando le paso la lengua por encima de la tela, notando el calor y el grosor de su polla... ¡Uffff... Colega! Me encantaría comerle ese pedazo de pollón.

NIKO: Bueno..., tú sabes cómo yo, que hay otra forma de someter y abusar de Martin..., y darnos un buen gustazo con él. ¿No te queda nada de los tarritos que vende Rashid? ... ¿ De esos que te quitan la voluntad, te desinhiben de todo dándote un calentón de cojones, y después no te acuerdas de nada?

JORGE: Es verdad colega..., ahí tengo en el cajón un par de ellos, y también tengo un poco de cristal líquido..., que eso sí que te da, un bombazo y un colocón que te cajas tío.

NIKO: Pues no hay nada más que hablar Jorge..., vamos al lío que...

No me dio tiempo a terminar la frase, cuando entraba Martin por la puerta, con los libros de estudio en una mano y unas latas de cerveza en la otra. Parecía que Martin me había leído el pensamiento, por qué le iba a decir a Jorge, que cuando volviera su compañero de estudiar, nos tomaríamos unas cervezas con él, y le echaríamos un tarrito dentro de la bebida.

MARTIN: ¿Habéis terminado ya con los apuntes, colegas?... Por qué traigo unas birras, y un par de porros que me ha dado Nacho, para que nos lo fumemos aquí en la habitación... ¿Os apetece?

NIKO: Pues claro tío, genial..., yo nunca digo que no, a una cervecita y a un buen porro.

JORGE: Pásame las latas Martin, que las voy a servir mejor en los vasos, que me da asco beber del boquetito de la lata..., a saber donde coño, las han guardado antes de venderlas.

MARTIN: Toma tío, y pásame el mechero, que voy a encender el porrito... Pero primero me voy a poner fresquito como vosotros..., no me extraña que estéis con el calzoncillo nada más colegas, con el calor que hace en estas putas habitaciones, macho... Bueno, ¿Y que os contáis..., de que estabais hablando?

NIKO: De sexo..., basicamente tío..., jajaja. Le estaba contando a Jorge, que tengo una media novia..., bueno, más que novia es una folla amiga, y le explicaba a tu compañero, que la niñata lo único que quiere es que me la folle por el culo..., le encanta a la muy zorra, se vuelve loca de placer..., y que cuando me vaya a correr, se lo diga para meterse mi polla en la boca y llenarsela enterita con mi semen.

MARTIN: ¡Joder colega! ... Jajaja... Que puta es la tía, y que guarrilla..., ¿No?

NIKO: Ya te digo tío..., y hay más..., te puedo escribir un libro con todo lo que le gusta hacerme..., y no solo a mí, si no a otros colegas que conozco.

Su compañero Jorge nos pasó los tubos de cerveza, y Martin que venía sediento, se bebió medio vaso de un solo trago. Evidentemente, Jorge ya se había encargado de echarle el líquido del tarrito en la cerveza..., y entre la droga que hacía efecto en cuestión de segundos, y que el colega no paraba de fumar del porro..., pronto íbamos a ver los resultados. Estábamos sentados los tres en la cama de Jorge, Martin en medio, y Jorge y yo a cada lado de él. Mientras yo seguía calentando el ambiente, contándole lo que le gustaba a mi supuesta novia cuando me la follaba, las posturas que le hacía, la mamada tan placentera que me daba en la polla..., y volvía a repetirle una y otra vez, lo de envérgamela por el culo con todo detalle. El efecto del tarrito no tardó mucho en reflejarse en su abultado paquete, en su respiración, en el sudor que desprendía su cuerpo, en las palabras entre cortadas, y en sus ojos inyectados de lujuria.

Mientras le hablaba guarradas, no podía apartar los ojos de su pollón, todo marcado en la tela del calzoncillo, parecía que Martin no era el único que estaba cachondo..., Jorge no paraba de sobarse el paquete, al mismo tiempo que se pasaba la lengua por los labios..., y yo estaba tres cuartos de lo mismo, a mil por hora pensando en esa polla..., era como si la calentura, el vicio, el morbo invadiera toda la habitación.

MARTIN: Espera tío, no sigas contando que voy a echar una meada..., que no aguanto más. Ponme otra cerveza Jorge, que esta ya se me ha acabado tío.

NIKO: (susurrando) ¿Pero que me has echado en la cerveza tío? ... No veas el calentón que tengo en la polla colega... ¿No quedamos en ponérselo solo a él en la bebida?

JORGE: (susurrando) A Martin le he puesto un tarrito entero en su cerveza, y a las nuestras le he echado medio a cada una. ¿Has visto como se le puesto la polla, toda empalmada y gorda? ... Jejeje..., parece que se le va a romper la tela del calzoncillo de un momento a otro. Tu sigue contando folladas con la niñata, y poniéndolo super cachondo.

NIKO: (susurrando) Eso dejalo en mis manos, que antes de un cuarto de hora, estaremos devorándole esa buena polla..., jajaja, ya verás. Echale a esas cervezas un poco de cristal líquido, para que nos pegue un buen subidón, y a parte a la de él, metele también un éxtasis..., el cabrón de tu compañero, se va a follar hoy hasta las paredes..., jajaja.

Cuando el colega salió del baño, lo primero que hizo fué coger el tubo de cerveza, y bebérsela otra vez casi toda. Se le notaba que seguía con la polla morcillona, y se le divisaba una pequeña machita de orina en el calzoncillo, en el lado izquierdo donde cargaba la polla.

JORGE: Colega..., ¿Te has meado en los calzoncillos? ... ¡No veas la mancha que te has hecho tío!

MARTIN: Vete a mierda Jorge..., que va..., bueno si, se me ha escapado un poco de orina, pero la mancha es más del pre-cum que se me escapa por el capullo tíos..., tengo todo el cipote mojado colegas..., ¡Ufff! ... No sé si ha sido el porro, la cerveza, o lo que me estás contando de la puta de tu amiga..., pero la cuestión colegas, es que estoy que me salgo del calentón que tengo encima.

NIKO: Yo creo que ha sido el porro tío, y lo que te gustaría follarte el culazo de mi amiga Marta..., por qué yo estoy igual..., y la verdad es que no me importaría hacerme una paja en la polla, aquí con vosotros, y bajarme el calentón... ¿Qué opináis colegas? ... Por qué seguro que os masturbáis como hacemos todos, ... ¿No?

JORGE: Pues claro tío..., Martin y yo nos hemos hecho unas cuantas hablando de tías, y de como nos las follamos... Por mi vale..., a ver si así me baja la inflamación del cipote.

MARTIN: Pero es que..., toca colega..., tócame la polla y nota lo caliente que la tengo..., es que me arde, y mírame el capullo que no para de babearme..., ¡Joder!

NIKO: Si tío..., la tienes super caliente, y no veas como se te ha puesto de hinchada... Siéntate con nosotros, y mientras nos la cascamos, os sigo contando las guarradas que me hace mi amiga cuando jodemos.

Se sentó en medio de nuevo, con la polla dura como un bate de béisbol y a punto de romperle la tela del calzoncillo. Yo seguí contando uno de tantos tríos que había hecho con Marta, mientras miraba los abultados paquetes de mis compañeros..., los magreos que se daban sin descanso con las manos..., escuchando las acaloradas respiraciones, y los apasionados y encendidos comentarios que le hacían a mi relato.

MARTIN: ¡Joder colega! ... Pero que guarra y que puta es esa Marta..., ¿No? ... Anda, que si la tuviera ahora aquí conmigo..., le iba a poner el coño bien abierto..., jajaja.

NIKO: Si quieres, puedes estar tío... Verás, cierra los ojos..., o mejor aún, te los voy a tapar con un trapo, y tú solo tienes que imaginarte, que quién te toca la polla es ella..., y al mismo tiempo me vas diciendo lo que te gustaría hacerle a mi amiga. Déjate llevar por el morbo y el calentón, y disfrutemos colega... ¿Vale?

MARTIN: Vale tío..., a estas alturas del calentón, me da igual 8 que 80..., jajaja.

Con los ojos vendados y la polla por fuera del slip, Martin seguía atento a lo que yo contaba, hasta que el colega cogió el hilo y se desató, soltando por la boca las guarradas que deseaba que le hiciera la puta niñata. Le indiqué a Jorge con la mano, que se arrodillara entre sus piernas pegado al pollón de Martin, y que le hiciera todo lo que él iba hablando. Agarró el cipote rodeando todo el tronco con la mano, se lo restregaba por la cara una y otra vez, dejándosela toda pringosa y mojada de pre-cum. Su compañero seguía relatando las cochinadas colmadas de vicio, hasta se le trababa la lengua por la excitación y el colocón que llevaba encima, que a esas alturas era ya super bestial. Jorge pasó la nariz por todo el tronco, percibiendo el olor a tío bueno que desprendía aquel cipote empalmado, mojándolo y humedeciéndolo por completo de saliva con su lengua.

Me tenía la boca hecha agua, mientras lo miraba chupándole la polla, los calzoncillos los tenía chorreando de pre-cum por la excitación…, las drogas en las cervezas había surtido su efecto…, y al parecer, yo no era el único que se había puesto puta. Martin se aferraba con las manazas a la cabeza de Jorge, apretándosela con fuerza contra su pollón, mientras se espatarraba el cabronazo de gusto..., y sin impórtale ya lo más mínimo, que su compañero, un tío, le estuviera chupando la polla. Se la mamaba de vicio el tío..., y lo sé por propia experiencia, que gusto te da el mamonazo en el cabezón de la polla con la lengua, solo había que escuchar los gemidos de gozo que salían por la boca de Martin, los gritos de placer, las palabras guarras que le decía a su compañero mientras disfrutaba y le follaba la boca.

Cogí un tarrito de poper´s, le pegué una oliscada y lo pegué a la nariz de Martin, para que lo olfateara. Cuando el tío olió aquello, el corazón se le salía del pecho, el subidón fue bestial literalmente, quité a Jorge de su pollón y me lo metí en la boca, empezando a mamársela como si me faltara para vivir. La sensación dura cinco segundo, pero para Martin era como un vicio interminable, una nube de gozo indescriptible, y un calentón incontrolable que le permitía sin vergüenza ninguna, dejarnos hacerle lo que nos diera la gana. A partir de ahí nos pasábamos el tarrito sin parar, olisqueando uno detrás del otro, los tres estábamos como unos putos guarros, cachondos y muy calientes, descontrolados al máximo y feroces como animales salvajes.

El colega se levantó y me sentó en el suelo dándome la vuelta, colocándome la cabeza apoyada en el filo del colchón, y frente a su cipotón. Volvió a empalarme la boca metiéndome la verga entera, apoyándose con las manos en el colchón, hincándolas con fuerza al mismo tiempo que presionaba y me follaba el hocico a lo bruto. Jorge, no quiso perder la oportunidad de comerle bien el ojete, ese boquete del ano que se le abría y cerraba cada vez que me envergaba su polla..., cada vez que me taladraba la boca..., así que se acercó hasta ese culazo, le separó las nalgas con las manos y empezó a lamer como un puto egoísta. El semental de Martin, gritaba de gusto pegando voces en el dormitorio de placer, mientras me cabalgaba la boca como un potro desbocado, y su compañero de cuarto le devoraba el ano. Estaba sudando el colega, tenía el cuerpo chorreando del esfuerzo y el calentón, los goterones que transpiraba me caían en el pecho y en la cara..., y pude ver al levantar la mirada, que ya no tenía los ojos tapados el muy cabrón.

MARTIN: ¡Qué gustooo... cabrones! ... Sois los dos unos putos maricones, chupa pollas..., joder... ¡Cómo te gusta mi polla! … ¿A qué si colega? … Estabas loco por qué te follara la boca tío..., ¡Uffff! ... Y yo deseando que me pegaras una mamada de las tuyas..., ¡Ohhh... me tienes a mil por hora! ... ¡Sigue! … ¡Asiiii! … ¡Chúpame la verga mamón! ... Y mi compañero Jorge, la maricona calienta pollas..., estaba deseando pillarme el culo para comérselo, y devorarme el ano..., ¡Cómo chupa la mamona! ... Me tiene flipando de gozo.

Sacó el pollón de mi boca y me volteó en la cama tumbándome bocabajo. Echó su cuerpo encima del mío aprisionándome, colocó su miembro en la entrada de mi ano, y me lo envergó más de la mitad de un solo empujón. Cuando me clavó aquel manubrio, vi todas las constelaciones de estrellas juntas, me estaba desgarrando el ano, destrozándomelo con cada embestida, y el cabrón no tenía intención de parar.

NIKO: ¡Coñoooo...! Me vas a partir el culo, cabrón, más despacio tío..., ¡Ahhhh!

MARTIN: (Susurrándome al oído) ¡Toma maricón... Trágatela! Te voy a follar el culo, como tú te follaste el de tu amiga, la guarra… ¡Asiii... Que gusto cabrón! Contigo si quiero follar, me encantas tío..., mi compañero Jorge me gusta, pero tú me das más morbo..., ¡Sssss...! pero no se lo digas. Tú jorge, cabronazo..., ¿A que esperas para comerme el culo? Así, dale con tu lengua, hijo puta..., ¡Mmmmm!

La follada que me estaba dando en el culo era alucinante, bestial, y salvaje de cojones. La polla de Martin entraba y salía a una velocidad de vértigo, mientras yo movía mi culo yendo al encuentro de ella en cada puntazo, y tragándome lo más grande por el ano. Jorge seguía lamiéndole el culazo a mi violador, alternaba la lengua y los dedos jugueteando con el orificio anal de Martin, metiéndole los dedos de dos en dos por el recto, y tanteando con las yemas la profundidad de aquel boquete.

MARTIN: ¡Ehhh...!, no te pases de la raya cabrón, que aquí al que le gusta que le metan cosas por el culo, es a ti maricón.

JORGE: Vale, vale tranquilo tío, que solo estaba tanteando..., seguiré con la lengua colega.

MARTIN: (Susurrándome al oído) El maricón de Jorge está loco por qué me lo folle por el culo. ¿Sabes que me espía mientras me ducho? ¿Y que me mira la polla cuando estoy meando en el water...? Ahora me lo voy a follar..., pero a follar de verdad, y la maricona guarra, va a ver las estrellas cuando le meta la polla.

Se sentó en la cama apoyando la espalda en la pared, y se espatarró flexionando las rodillas y mostrándonos un delicioso pollón bien duro. Acercó a Jorge agarrándolo de la cabeza, se la inclinó hasta pegarla a su entrepierna y le estrelló la cara al compañero restregándola por todo el cipote. Le pegó varias bofetadas con la mano y con la polla, para dejarle claro quién mandaba, y acto seguido le envergó la boca, follándosela a lo bestia mientras le tiraba con fuerza de los cabellos. Después se lo subió encima, sentándolo y clavándole la polla por el ano. Se la envergó poco a poco, despacio, hasta que estuvo totalmente dentro del agujero, parándose para que el orificio de Jorge se ajustara y se adaptara a las dimensiones de su pollón. Empezó a moverlo de arriba abajo follándole el culo salvajemente, el colega se lo estaba destrozando a lo bruto, se notaba que le tenía ganas desde hacía tiempo…, o, que el colocón que llevaba Martin encima era demasiado grande, y ya se le escapaba de las manos.

Me acerqué pegando mi cara al culito de Jorge y a la polla de Martin. Contemplando en primera fila la follada que le estaba dando el cabrón, viendo como entraba y salía ese monstruoso manubrio de su ano, como golpeaba los gordos huevos en sus nalgas, y como le clavaba salvajemente el tío, la polla al compañero de cuarto. La calentura me salía por la boca en forma de babas, la polla me iba a reventar del morbo, mientras miraba fijamente los prominentes glúteos de Jorge, moviéndose sin parar, como el cipote de Martin le separaba las nalgas con cada envergada, y como él cerraba apretando el agujero anal, cada vez que se lo tragaba entero. Coloqué mi polla en ese ano super follado, y empujé haciéndome sitio.  No me lo pensé dos veces, y le clavé la verga en lo mas profundo de su ano, toda entera dentro pegada a la de Martin, perforándole al unísono el boquete super dilatado, y muy acostumbrado a tragar buenos rabos.

JORGE: ¡Joderrr... cabrón! ... ¡Qué dolor, hijo de putaaaa! Me duele mucho... Despacioooo..., por favor tíos.

MARTIN: ¡Comeee…! ¿No has venido a comer guarra? … Pues comete unos buenos pollones gordos.

NIKO:  ¡Uffff…! ¡Qué gusto tío...! (Susurrándome al oído) Cómele la boca Jorge, y bésalo que está deseando que le metas la lengua... Antes me ha dicho que está loco por ti..., y que no se atrevía a decírtelo..., bésalo colega.

¡Que hijo de puta soy! Pensaba que Martin se enfadaría, y se pondría más salvaje..., pero mira por donde, el colega le comió la boca y Martin le repondió besándolo y metiéndole la lengua hasta la garganta. Aquello me puso tan vicioso, que sin darme cuenta me corrí vaciando mi leche dentro de su culito, llenándoselo y pringando de esperma también la polla del compañero. Me apresuré a sacársela del culo y ponérsela a Jorge en la cara, para que los últimos trallazos de semen le regaran su boca y su rostro. No me defraudó el mamonazo, se relamía sacando la lengua y recogiendo los goterones de esperma hasta llevárselos dentro de su boca, para saborearlos y tragárselos. Después besaba a Martin en la boca metiéndole la lengua dentro y pasándole mi jugo blanco y baboso para que él también probara su sabor.

Me dí cuenta que aquello tomaba una forma muy viciosa y bastante guarra, ya no había verguenza ni límites por parte de los tres..., el hecho de que Martin no le diera reparos en basar a Jorge, restregar su lengua con la suya, en saborear y tragarse mi semen... ¡Uffff! Aquello me dio licencia para frotar mi polla por la boca de Martin, presionar con mi capullo en sus labios, hasta obligarle a abrir el hocico y meterle poco a poco todo mi pollón. Jorge no quería desaprovechar otra buena lechada mojándole el rostro, así que mientras Martin chupaba suavemente y un poco cohibido mi cipote, se bajó hasta la entre pierna de su compañero y comenzó a chuparle el capullo, al mismo tiempo que agarraba el tronco con su mano y le masturbaba el pollón agitadamente. Noté que Martin aceleraba los chupetones, que ya no se cohibía, al contrario..., me daba una follada en la polla de órdago, hasta me hacía daño en el glande cuando succionaba y me apretaba fuertemente con sus labios.

Jorge continuaba a lo suyo, que era lamer, chupar, succionar, comer, mamar y masturbar el duro pollón del culpable de sus fantasías. Y como era de esperar, aquel miembro explotó como un volcán en erupción, soltando lava blanca hirviendo por toda la cara de su compañero..., el cual sin soltar la polla de su mano, se la iba dirigiendo por el rostro y el pecho. Martin le cogió de la cabeza con sus manos, y le clavó el pollón dentro de la boca. Elevó al máximo sus caderas, levantando el culo de la cama presionando su polla con furia, rellenándole el hocico por completo y dejándolo sin respiración con toda la cara roja. Me puse detrás de Jorge que seguía a cuatro patas y regalando su culito tan delicioso al que quisiera cogerlo. Le inserté de golpe por el ano cuatro dedos de una mano, y con la otra me aferré a su cipote y comencé a masturbarlo con fuerza. No tardó mucho el mamón en correrse de placer, mientras le ordeñaba la polla sacándole el jugo, y le follaba el culo con los dedos.

MARTIN: ¡Grrrr...! ¡Qué gusto de mamada, cabrón...! Límpiame el cipote entero nenaza... ¡Siiii... Asiiii! Que no quede ni una sola gota de leche, mamón... ¡Cómo me habéis puesto compañeros! Estoy volando en una nube de placer..., de vicio..., de gozo... ¡Qué gustazoooo!

NIKO: ¿Si, colega? Pues vete preparando..., por qué ese culazo que tienes, hoy va a ser mío..., y te lo voy a follar hasta que me canse cabrón.

Continuará....