EL INTERNADO (24) Mi Leche en tu Cara

Tenía a Marcelo sentado en mi polla cabalgándome, y follándole su rico culito, mientras le contaba mi experiencia en la casa de Rashîd el francés. Cuando empecé a contarle la violación de Eric, mi amigo se descontroló por completo, la calentura le salía por cada poro de su piel...

EL INTERNADO (24)

Mi Leche en tu Cara

Tenía a Marcelo sentado en mi polla cabalgándome, y follándole su rico culito, mientras le contaba mi experiencia en la casa de Rashîd el francés. Le relaté con todo lujo de detalles lo bueno que estaba el tío, como tenía el pollón, el culazo, el cuerpo, la cara de morbo, y lo placentero que fué follar con él. Le expliqué la casa, las distintas habitaciones y el vicio que había en ellas. Le narré la follada que le dimos al  Chileno, como el maricón vicioso se tragaba las pollas que daba gusto, y gritaba de placer pidiendo más.

Cuando empecé a contarle la violación de Eric, mi amigo se descontroló por completo, la calentura le salía por cada poro de su piel, comenzando a moverse como un poseso, y haciéndome hasta daño en la polla de los saltos que pegaba el cabrón.

NIKO: Para colega, ... para, más despacio que me vas a partir la polla, tío.

MARCELO: ¡Uffff! ... Es que no veas, como me has puesto de cachondo amor ... Con el morbazo, que tú sabes que me da el culazo de Eric, imaginándomelo totalmente abierto, y tragándose un pollón tras otro ... ¡Joder!

NIKO: Ven amor, ... date la vuelta sin sacarte mi polla del culo, y echa tu espalda sobre mi pecho, para que te pueda contar al oído, como le reventaron el trasero los negros, ... mientras te sigo envergando el ojete como a ti te gusta.

Comencé a follarle el culo muy despacio, suavemente, para que sintiera mi cipote llenándole por completo su delicioso ano, y que gozara con cada envergada mientras le contaba la violación de Eric. Le relaté como los negros abusaron de su boca, y de su culito como le dieron la gana a ellos. Como Yoyo el jefe, le reventó la boca con su monstruoso pollón, follándosela hasta cansarse, y le expliqué como sometiron a Eric los otros negros, cuando entraron en la habitación. La diferentess posturas que le obligaron a hacer a nuestro compañero, mientras lo violaban a la fuerza, ... en el suelo como una puta perra, ... en la cómoda recibiendo embestidas del cipotón del jefe, ... en la cama con el ojete super abierto y sintiendo las embestidas de un pollón negro trás otro. Marcelo no aguantó el esperma en sus huevos, cuando llegué a la parte de las corridas de los negros, dentro de la boca y el culito de Eric.

MARCELO: ¡Ahhhh... Siiii!... ¡Me corroooo... Me vácioooo...! ... Niko, que morbazo, ... que gozada de violación ... ¡Uffff! ... Yo quierooo... siii quieroooo... que me violen los negrazos ... ¡Que gustazo joder!

NIKO: Abre la boca putita mia... que te la voy a llenar de buena leche calentita ... ¡Siiiii! ... ¡Mecorroooo! ... ¡Abre putaaaaa!

Enchufé mi maguera en su boquita, y con dos empujones dentro de ella me vacié por completo los cojones, dejándole un riquísimo semen de regalo, para que Marcelo se lo bebiera a gusto. Después estuvimos un rato hablando más de los negros, de Rashid, de la violación de Eric, y me hizo prometerle que le conseguiría una copia de la grabación que tenía Rashid.

Ya en el comedor a la hora del almuerzo, vi Eric con Jorge sentados en una mesa, ... no me podía quitar de la mente el imaginarme al niñato, con toda la cara llena de esperma blanco, y los tíos pegándole con las pollas en ella mientras se corrian. Me aparté hacía la puerta de los servicios, y le hice una señal a Eric para que viniera hasta donde yo estaba. Lo llevé hacía a dentro hasta uno de los retretes con puerta, y de un a empujón lo metí dentro cerrando la puerta. Me pegué a su cara para no levantar la voz, y agarrándole los huevos con fuerza, comencé a apretarselos.

ERIC: ¡Aaaaa... Joder tío!, que dueleee ... ¿Pero, que coño haces niko?

NIKO: ¿Qué coño hago, Eric? ... ¿Qué... me llevaste a casa del Frances para que me follara el culo, y a ti te saliera gratis la droga? ... Eres un hijo de puta, y un arrastrado colega.

ERIC: Pues parece que a ti no te desagradó el tema..., por qué la última vez que te vi, estabas chillando de gusto con una polla metida por el culo, chaval..., y suéltame los huevos de una puta vez.

NIKO: Pero así no se hace las cosas tío, si me lo hubieras dicho no iba a pasar nada..., además, tú sabes que no desaprovecho un buen pollón, ni una buena follada..., pero dímelo hijo puta. Esto no se queda así tío..., me tienes que recompensar y darme algo a cambio.

ERIC: Haber... ¿Qué quieres, que te chupe la polla aquí mismo? ... ¿O quieres que te folle el culo? ... Jajaja.

NIKO: No te rías cabrón..., quiero follarme a tu coleguita Jorge. Me ha dicho un pajarito que al colega le encanta que le pongan chorreando la cara de esperma calentito..., y estoy loco por comprobarlo. Y además quiero envergarle mi cipote por ese culito tan morboso que tiene, y no parar de jodérselo hasta que él diga basta. No creo que te estoy pidiendo algo imposible, ya que tú, te lo follarás cada vez que te apetece... ¿No?

ERIC: Jajaja..., dalo por hecho tío, pero estamos en paz... ¿De acuerdo?

NIKO: De acuerdo, pero la próxima vez que quieras montarte una follada..., avísame antes y sin esconder nada.

Poco después en el comedor, comiendo con algunos compañeros y ya terminando el postre, Jorge se acercó a la mesa donde yo estaba.

JORGE: ¿Qué pasa tío? ... Me ha dicho Eric que te pase los apuntes de Gramática...,  pásate por mi habitación después del entrenamiento, a eso de las 20:00 más o menos, que yo ya estaré, y te los paso... ¿Te viene bien a esa hora?

NIKO: Estupendo tío..., a esa hora me viene fenomenal.

JORGE: Pues lo dicho colega..., allí te espero y te los doy.

Cuando llegué a la habitación, me abrió la puerta Martin su compañero, este me invitó a pasar y me dijo que Jorge estaba terminando de ducharse. A los pocos minutos salió el colega del baño, con el cuerpo todavía un poco húmedo y en calzoncillos blancos, los cuales dejaban bien marcados un imponente culazo, y un abultado paquetón. Martin entró a ducharse después de Jorge, el compañero se iría en poco tiempo, para estudiar a la habitación de un compañero, así que mientras tanto Jorge se sentó al lado mío, en su cama, y pasándome los apuntes me explicaba algunas cosas. Él me explicaba cosas de los apuntes, ... cosas que yo sabía perfectamente, pero había que hacer tiempo hasta que Martin se terminara de arreglar, y se fuera del dormitorio. Yo estaba más pendiente y no le quitaba el ojo de encima, a esa polla que se le señalaba bajo la tela de los calzoncillos. Y a su culazo..., como estaba el cabrón con los pies subido en la cama, tenía las piernas espatarradas con todo el braguetazo hacía adelante, apuntando a mi cara, y media tela de el calzoncillo metidos por la raja del culo.

A los 15 minutos de estar así, muy cachondo y caliente como una perra, salió Martin del baño, con una toalla alrededor de la cintura que le tapaba sus atributos, y se colocó en la cama de en frente a vestirse. Cuando el niñato se agachó con el culo al aire, para ponerse los slip..., y le vi por debajo entre las piernas, lo que le colgaba al cabrón..., ¡Joder!, ... tenía la polla de un caballo por lo menos..., y que culo más rico ¡El hijo de puta!. Tardó un par de minutos en arreglarse y después se marchó.

NIKO: ¡Joder..., con tu compañero tío! ... El cabronazo es un trípode..., no veas lo que le cuelga entre las piernas al colega... Jajaja... ¿Le has probado esa verga de caballo a Martin?

JORGE: Jajaja..., bien, bien..., no. Una vez borrachos nos masturbamos el uno al otro..., yo quise chuparle la polla, pero a los cuatro chupetones, me dijo que no, que a él eso no le iba eso, y que prefería que se la mamara una tía. Eric está loco por mamarle la polla y follárselo por el culito..., de vez en cuando le tira indirectas a ver si cae, pero Martin no está por la labor y pasa de ese tema. Pero tiene un pollón tremendo colega, casi no me cabía en la boca..., y además como a mí me gustan..., grandes y gordos. Y eso me lleva a mi pregunta colega..., ¿Cómo tienes la polla Niko? ... Por qué a mi solo me gustan grandes..., y si no es así paso de perder el tiempo.

NIKO: Joder..., muy directo..., como a mí me gustan. Mira Jorge..., empalmada y bien dura..., ¿Te gusta así cabrón?

JORGE: ¡Coño...!, si es más grande que la de Eric..., ¡Mmmm! ... Creo Niko..., que nos lo vamos a pasar muy bien. ¿Y como sabías tú que me gustaban las pollas, tío?

NIKO: Tenemos un amigo en común, que me contó con pelos y señales lo que te gustaba..., pollas corriéndose en tu cara..., limpiarle el capullo mojado de leche a los tíos..., que te enverguen fuerte y muy duro el culazo...

JORGE: ¡Hijo de la gran puta..., Eric!

NIKO: No..., Eric no me ha dicho nada..., ha sido Rashid, el francés.

JORGE: ¡Joder! ... Entonces..., ¿Te lo ha contado todo..., todo?

NIKO: Todo colega..., pero no te preocupes, que si tú eres guarro y vicioso..., yo lo soy aún más que tú. Así que ven aquí..., y chúpame la polla tío, que está pidiendo a gritos una buena mamada.

Jorge era de mi misma edad, bajito de estatura de 1´67 cm, delgado y muy moreno de piel. El pelo negro a media melena, ojos marrones, bastante guapo de cara, y las piernas fuertotas de jugar al fútbol. La polla de un tamaño normal, eso sí..., muy gorda y ancha, y un culo fantástico, de esos que se le abren las nalgas en canal, y te dejan ver el boquetito prieto y oscuro. Jorge es medio mexicano por parte de madre, me daba un morbazo increíble con esos aires de latino americano, tan cariñoso y tierno..., y si tengo que sacarle parecido, con algún actor porno como hace mi niño Marcelo, te diré que era muy similar a "Armoun Rizzo", pero más joven.

Vino hasta mí mirándome, inclinó su cabeza hacia abajo, y se metió el hinchado capullo de mi cipote en la boca, chupándolo como si fuera un caramelo. ¡Ohhhh... Que lengua! ... Yo estaba súper caliente, desde mi posición podía ver como se le había empalmado al máximo la polla, lo marcado que tenía el paquete y como se le apreciaba en la punta del capullo, una gran mancha de líquido preseminal sobre la tela del slip. Me pegaba unos mamazos de gusto, era una gozada ver como se tragaba por completo mi polla, y como salivaba sin parar, con todo alrededor de la boca manchado de baboso jugo, que mi capullo le iba soltando por la rajita. Se arrodilló en la cama de lado, pegando las piernas a mi costado, y dejando su culazo a la altura de mi mano para que se lo sobara. Ataqué sin pensármelo..., le metí la mano por dentro de el calzoncillo, recorriendo con la palma sus redondas, prietas, y suaves nalgas..., hasta llegar a tocar con los dedos el fabuloso premio..., el delicioso boquete del ano.

Cada vez que hundía mis dedos en el agujerito, el mamón arremetía con más energía contra mi cipote, chupando y succionando el glande con avaricia, como si mi verga fuera su última comida. Indudablemente, al colega lo que le ponía cachondo era que le magreara y le tocara el culo. Así que me empleé a fondo en ello, me tumbé deslizándome un poco hacía abajo, para que Jorge tuviera sitio y colocar su trasero encima de mi cara. Se abrió de piernas el maricón como una rana, posando su bulto en mi barbilla, rozandome la cara con la polla, restregándose mientras se movía super excitado, y dejando ante mis lujuriosos ojos, un culazo redondo y regordete. Agarré el calzoncillo con mi mano, tirando de la tela por un lateral de las nalgas, destapando el riquísimo ano y comencé a lamer suavemente con mi lengua aquél manjar. ¡Que culo colega! ... ¡Que delicia más buena! ... Y que morbazo me daba cada vez que apretaba el ano, empujándolo hacía afuera al mismo tiempo que se le abría en par en par.

Jorge seguía chupándome la polla como un bestia, el placer que daba con la boca era alucinante, de vez en cuando el niñato, se sacaba la polla del hocico para darse golpes en la cara con el tronco, y seguidamente la volvía engullir entera. En pocos segundos pasó de tener los calzoncillos puestos, a quitárselos de un tirón..., de estar arrodillado, a ponerse en cuclillas encima de mi boca, mientras hacía sentadillas sin parar para que mi lengua se introdujera en su agujero, y se lo follara a lengüetazos. ¡Uffff...! Como me ponen de caliente esas sentadillas, cuando veo a esos niñatos compañeros míos, en la clase de gimnasia bajar esos ricos culazos, pensando e imaginándome que bajan y suben tragándose mi pollón, resbalando sus anos por todo el tronco.

El mamonazo de Jorge, estaba gozando como un loco chupándome la polla sin descanso, movía frenéticamente la lengua relamiendo mi capullo muy fuerte, succionando con los labios al mismo tiempo, y apretando con ellos todo el tronco venoso a punto de estallarme. Así estuvo un buen rato el maricón chupa pollas, mientras yo me trabajaba su ojete a base de bien, metiéndole la lengua dentro, saboreando la raja del culo, y agarrándole los huevos y la polla con mi mano. No podía aguantar más, tenía que follarme ese culazo y destrozarle el ano a pollazos. Lo coloqué en posición fetal mirando hacía la pared, y me puse detrás para envergarlo con mi pollón. Levanté una de sus piernas, y la aprisioné con mi brazo pegándola a mi pecho, elevándole las nalgas y así tener a la vista el culito de Jorge mientras me lo follaba. Coloqué la polla en la entrada del boquete, y se la fui metiendo lentamente hasta el fondo del ano, notando en la piel del tronco, el calor y la estrechez de sus paredes anales.

¡Joder... Como entraba mi polla! ... Como un guante se adhería su ano a ella, el cabrón cerraba el boquete del culito apretando y estrangulándome la polla, dándome de esta manera un placer grandísimo. Empecé a acelerar las embestidas, follándole el culo cada vez más rápido como un bestia, metiéndole sin parar un pollazo detrás de otro, y escuchando como Jorge jadeaba sin parar del gusto, que le estaba dando con mi pollón. Sentía que el placer recorría por toda mi polla, y que me iba a correr de un momento a otro, y sin poder remediarlo. Jorge lo adivinó por mis gemidos y mi respiracion agitada..., se sacó rápidamente mi cipote de su culo y se lanzó contra el, metiéndoselo en la boca. Y a mamar..., ¡Como mamaba el cabrón! ... Me chupó la polla hasta la saciedad, saboreándola y llenándose la boca por completo con su grosor. No paró de chupar hasta que me sacó el primer trallazo de leche, por qué los siguientes escupitajos de semen, se los echó por toda la cara, mojándosela y regándosela como el que coge una manguera con la mano.

¡Que placer..., y que morbazo! Verle esa cara manchada y goteando de esperma. Lo que había imaginado tantas veces y me había calentado el cipote, ahora lo estaba viendo con mis propios ojos..., y era una visión maravillosa y super caliente. Después vino hacía a mi poniéndome su polla a la altura de mi cara, y me hizo lo mismo que yo le había hecho a él..., llenarme toda la cara de leche calentita.

Terminamos de limpiarnos, y nos volvimos a poner los calzoncillos. Estuvimos hablando un buen rato, sobre sexo por supuesto, y sin darnos cuenta Martin ya había entrado en la habitación.

Continuará....