EL INTERNADO (15) Javier el Compañero (2 parte)

La lechada le supo tan bien, que Javier la saboreó con un especial cuidado, tanto con la boca como con el culo, desayunándosela enterita recién corrida, como el niño que se toma un buen biberón. Se quedó boca arriba tendido en la cama, con los ojos abiertos y la mirada perdida en su mundo de fantasía.

EL INTERNADO (15)

Javier el Compañero (2 parte)

La lechada le supo tan bien, que Javier la saboreó con un especial cuidado, tanto con la boca como con el culo, desayunándosela enterita recién corrida, como el niño que se toma un buen biberón. Se quedó boca arriba tendido en la cama, con los ojos abiertos y la mirada perdida en su mundo de fantasía. Marcelo estaba igual pero sentado en el suelo, saboreando el momento tan rico que habíamos pasado, con su cabeza descansando sobre mi muslo, y sintiendo mi verga morcillona pegada a su cara.

JAVIER: Necesito chocolate, ... Marcelo ... ¿Donde pusiste las barritas de chocolate que te dí?

MARCELO: Yo que se, tío, ... mira en el cajón de mi escritorio. Y de camino, alargame el papel y el tabaco, que me voy a liar un porro.

NIKO: Háztelo de los grandes, Marcelo ... que mira como tiene el cabrón otra vez la polla. Este nos va a matar a polvos el colega, ... si no fuera por lo bueno que está, y lo caliente que me pone, ... ya estaría para el arrastre tío.

JAVIER: ¿Tíos, quereís chocolate? ... Con una barrita de éstas me recupero enseguida, ... toma, coged una, ... que ahora podemos jugar si quereís, a un juego que se me ha ocurrido ... ¿Vale?

MARCELO: Siiii, Javier, ... ahora jugamos, y seguimos follando. Anda, ... calla y fuma, ... verás que pelotazo te da en la cabeza, y el colocón tan guapo que coges.

NIKO: ¿Y a que quieres jugar con nosotros Javier? ... ¿Que fantasía te pone más caliente?

JAVIER: ¡Joder, que subidón me ha pegado el porro! ... Pues, vereís ... ¿A vosotros os va el vicio fuerte? ... Por que a mí me encanta.

NIKO: Hombre, ... la verdad es que somo bastante viciosos, ... pero depende de lo que sea ... ¿A ti, que te pone a tope de vicio?

JAVIER: A mi me encanta ser una perrita, ... y que me traten como tal ... Ahora quiero ser vuestra perra, y que me domestiqueís como queraís ... ¿Os gusta la idea?

MARCELO: Por mí, encantado, ... pero si vamos a jugar, y vas a ser nuestra perra, ... tienes que obedecerno, y hacer lo que te digamos, ... o si no, no hay comida, ... y ya sabes, cual es la comida ... Jajaja.

NIKO: Ya se de quién salió la idea, de ponernos un collar de perro en el sótano ... ¡Serás guarra viciosa! ... Seguro que estarías gozando, ... ¡Eh cabrón!, ... viéndonos como perras, tiradas en el sulo, y chupando pollas.

JAVIER: ¡Uffff! ... ¡Wow! ... No lo sabes tú bien, colega.

El niñato, sacó de un cajón un collar negro de perro, se lo puso en el cuello y le dió la correa a su compañero de cuarto. A cuatro patas arrastrándose, con el culo al aire libre y la verga colgando, se fué paseando por la habitación, y oliendo cada rincón como si fuera a mear. La verdad es que tenía morbo viendo al chulito humillarse de aquella manera, sin importarle lo más mínimo lo que nosotros pensaramos, y disfrutando de su juego. En la taza del water se detuvo levántando la pata, apoyándola encima de la tapa comenzó a soltar la meada, un buen chorro amarillo, mientras le mirabamos los dos, ... como se le abría el sabroso boquete del culo, separándose los redondeados glúteos ... como le golgaban las gordas pelotas, en la bolsa del escroto, ... y como se balanceaba la polla, suelta, toda libre descargando la orina.

La visión de ese cipotón tan apetitoso meando, me tenía embelesado, tuve que acercarme y arrodillarme para metérmelo directamente en la boca. No me importó una mierda, llenarme de meados la cabeza cuando la apoyé en el sulo mojado, tenía que lavarle ese pollón con mi boca, el vicio me pedía saborearlo, catarlo, y degustarlo. Un gustillo que me supo a gloria en el paladar, saboreando una mexcla de pis ácido, junto con un salidito pre-cum baboso. Marcelo se había sentado en el water, dándole a la perra en el hosico, un hueso gordo y grande. Le iba guiando la cabeza a Javier con su mano, enganchado del pelo, y haciéndole bajar y subir con los labios, la piel venosa del enorme tronco.

La puta perra de Javier, me inundaba el paladar de abundantes goterones de líquido seminal, que se le escapaban por la rajita del prepucio, era una cascada constante en mi boca, una fuente interminable de babaza, que mi lengua degustaba sin parar, y me iba excitando viciosamente hasta el límite. Me desprendí de aquel monstruoso pollón, sacándolo de mis fauces, y lo saqué del baño tirándole de la correa.

Me subí en cuclillas en el borde de la cama, sacando el culito por fuera del colchón, el perro se colocó detrás de mis nalgas clavándome todo el rabazo dentro del orificio del culo. El perraco me balanceaba hacía arriba y hacía abajo, envergándome íntegro y por completo el ojete, perreando como un animal agresivo, mientras me martilleaba el ano con su imponente, gordo, duro, y sublime pollón. Mi amigo se posicionó debajo justo de mi culito, mirando como tragaba a boca llena varios kilos de carne dura, resbalando su lengua por el cipote del colega cuando salía de mi ojete, e intentando meterla dentro entre mi boquete y su verga.

NIKO: Ladra mamón, ... ladra de gusto ... ¡Que pedazo de pollón! ... ¡Ohhhhh! ... Da gusto darte el culo entero para que te lo folles, maricón ... ¡Coño con la perraaaaa! ... Sigue follándome el culo colega ... Tienes que probarle el cipote Marcelo, ... lo tiene de vicio joder.

MARCELO: Ahora lo probaré colega, ... pero primero quiero reñirle en el ojete, por lo mal que se ha comportado ... Le voy a pegar una buena follada a esta perra guarra, para que aprenda a obedecer ... Abrete el culo con las manos perra, y preparate para recibir.

Marcelo, le propina un buen salivazo a su pollón que le resvala por el tronco, se lo restriega con los dedos, y sin avisar y sin darle tiempo a su compañero reaccionar, le peta el culo de un  pollazo brusco. Mientras se lo folla, mi amigo pasa su mano por debajo, hasta meterla entre sus piernas, cogiéndole los huevos y el cipote que me está reventando el ano. El cabrón de Javier gozaba como lo que era, ... una puta perra, ... notando esa mano calentita y tan grande, resbalando por sus zonas más ínitimas.

Con la enérgica y agresiva follada, que le estaba dando Marcelo por el culo al niñato, conseguía que la perra me levantara el culo, con la fuerza de su rabazo, me reventaba las paredes del ano con ímpetu, follaba que daba gusto el mamón, ... corriéndose de nuevo y soltándome el semen dentro, después de violarme duramente.

JAVIER: Joder, ... joder, ... joder, ... ¡Me corrooooo! ... Otra ves Amo ... ¡Siiiiii! ... Tu perro enganchado te folla Amooo ... ¡Ahhh!

Cuando me sacó el cipote del culo, estaba manchada de sangre, me había destrozado el ano como nadíe lo había hecho antes, ... ni el pollón de mi hermano, ... ni el de Julio, ... hasta cuando me envergaban dos pollas, ... como la de Javier ninguna, el mariconazo me había roto y desgarrado por dentro.

Marcelo, lo volteó tirandolo en la cama boca arriba, había llegado el momento de saciar la sed de su perrita. Le puso la polla encima de la cara, y empezó a pajearse muy rápido y velóz, soltándole la leche blanca y espesa como una fuente. Iba cayéndole a Javier, en la cara y en la boca abierta,  tragando los goterones que atrapaba con la lengua, ... ¡Como disfruta el machote!, ... como una cerda mirando desde abajo, como todo eso le sale del cipote de Marcelo, y le cae encima.

Para no ser menos que ellos, me subí encima de su cara para jodérsela restregándome bien el cipote, frotándome contra su rostro hasta que vacié mi lechazo. Le puse el rostro chorreando al chulo putas, los ojos, la frente, la nariz, los labios, ... todo super mojado, mientras forzaba mi verga sin parar contra su cara.

Como Javier nos había dicho, no se cansaba el cabrón de sexo, se puso en la cama panza arriba, como el perro que era cuando quiere que le arrasquen, cogiéndo con sus manazas nuestras cabezas y pegándoselas a su entre pierna. Lamíamos suavemente los dos sus huevos, ... sus ingles, ... su verga morcillona, que desprendía un olor a sudor, ... a semen, ... a culo follado, mientras le arrascabamos la barriga y se retorcía gruñendo de gustito.

NIKO: ¿Te gusta perrito mío? ... Que buena es mi mascota, y que bueno está este perro ... ¡Mmmmm! ... Por que no les  cuentas a tus Amos, quién despertó en tí esta afición, ... este interés por ser una buena perra.

MARCELO: Si, ... perrito bonito, ... cuentanos quién animó en tí este deseo ... ¿Fué Julio? ... ¿Otro tío macho? Dime, ... cuentanos como pasó y con quién.

JAVIER: Si Amos, ... os lo contaré. Julio no fué el primero, él solo continuó con el juego cuando yo se lo conté, y le expliqué lo que me gustaba. Mi primer Amo, fué mi tío, el hermano de mi madre, y todo empezó ....