El intachable Don Braulio.
Con esa cara de ángel en ese cuerpo del demonio, llevarías a la perdición a cualquiera niña.
Desde chica fui muy coqueta, me gustaba vestir polleras cortas, blusas con estes, lucir mis pechos y mis pernas. A medida que fui creciendo, lo hicieron también mis atributos de mujer. Empecé a trabajar como promotora en una empresa publicitaria.
Todas las personas que me conocían me elogiaban, a decir verdad tenía muy buena figura. Y como siempre me decía un amigo, esa cara de ángel en ese cuerpo del demonio, puede llevar a la perdición a cualquiera.
A pesar de que con el cuerpo y la cara que tenía, podía conseguir a cualquier hombre, la mayor parte de mi vida me la pasé soltera. Tanto así, que a los 21 años sólo había estado con 1 hombre, que era mi ex novio.
Pero sí tenía una gran fantasía, y era tener sexo con alguien bastante adulto. Constantemente veía películas XX y me masturbaba con los videos de los "maduros" me ponían a 100 sus gemidos y ver como gozaban con solo un roce.
Un día, iba camino a mi trabajo, llevaba unos jeans blancos y una blusa fucsia. Teníamos un evento a las 20:30 y a mi me gustaba llegar siempre más temprano que todas, para agarrar lo mejor de ropas, zapatos, etc. Al llegar, a eso de las 18 hrs, no había nadie en camarín, entonces entré, saqué mi notebook y me conecté a mi página en facebook. Estaba distraída mirando fotos y chateando con amigos, hasta que entró mi jefe, el dueño de la agencia. Un señor de apróximadamente 65 años, con canas hasta en el cerebro, pero muy buen cuidado físicamente. Un señor muy correcto, con una voz gruesas, de esa que tienen los locutores, unas manos blancas y finas, en dónde relucían su anillo de matrimonio. Tenía fama de ser muy bueno con las chicas, de no faltar nunca el respeto a ninguna.
Me preguntó que hacía tan temprano y le respondí que siempre me gustaba llegar antes que todas. Me levanté para saludarlo y ví de reojo como me miraba los pechos, en ese momento me dije que era hora de cumplir con mi fantasía. El tan educado jefe, me miró las lolas. Me calenté, al saludarlo le dí un beso en la mejilla y al voltear como quién no quiere la cosa, acomodé más a la vista mis gemelas. En esas nos pusimos a hablar sobre lo que haríamos ese día y cual era el atuendo que ibamos a utilizar. Me dijo que el evento era de una marca de automóviles y que el atuendo iba a ser una calza toja enteriza. Me levanté del sillón y fui a sacar la calza y le dije -esperame un rato Don Braulio, me probaré ésta, a ver si me queda bien.. porque creo que he engordado algunos kilitos- El viejo se sentó y me esperó.
Desde el probador lo llamé para que me ayudara a cerrar el cierre, el siempre nos ayudaba a todas cuando nos preparabamos, pero nunca así.
Ay chica, tu siempre tan provocadora, agradece que estoy felizmente casado y que mi mujer aún me vuelve loco o en vez de desprender el cierre, te lo quitaba a besos - me dijo.
No se preocupe Don Braulio, tengo la seguridad de que una persona como usted, nunca se fijaría en una niña como yo, le respondí.
Y porqué dices eso? Eres hermosa, pones a 1000 a cualquier hombre a quien le gusten las mujeres.
Entre esa platica y más, volteé a mirar disimuladamente su bulto, y bien que la tenía parada.
Me agaché a prenderme los stilettos y lentamenteme fui acercando a el. Era mi momento.
Mire Don Braulio, le voy a ser sincera. Usted me vuelve loca, no dejo de pensar en lo que sería tenerlo dentro mío, lo mío es meramente sexual y usted me pone más caliente que pava hirviendo, solo necesitaba decirlo esto y disculpe si lo incomodo.
Pues, mira Gina, me ponés rojo. Nunca nadie me había dicho esto..
Mientras el trataba de hacerse el modesto, yo me paré frente a él y me empecé a sacar lentamente la calza, quedando en ropa interior. Sus ojos se abrieron más que nunca y me decía. Para Gina, esto no está bien, eres una niña.
Pues sea usted mi papi, dejeme que lo haga gozar, es solo una vez y ya verá como no se olvida de esta niña jamás.
Me senté en su regazo y lentamente fui moviéndome, para sentir su verga bien parada y tan dura. Le puse las manos hacia atrás y lo besaba lentamente detrás de las orejas, mientras ya escuchaba sus gemidos. Le desprendí la camisa mientras lo miraba fijamente, el atónito, no podía ni siquiera moverse.
Le dije que mi conchita estaba tan mojada, que en cualquier momento humedía hasta sus pantalones.. Largó un gemido muy largo, de esos que te demuestra lo caliente que está. Fui bajando espacito hasta llegar a su verga y lo mordía arriba de los calzones, estaba tan dura, que no pensaba en otra cosa que chuparsela.
Le quite los pantalones, le bajé los calzones y BUM, era una verga gigantesca y gordísima, de esas que te harán delirar de placer. Le pregunté si me daba el gusto de dejar que lo mame.. el solo me miraba y decía que sí con la cabeza.
Se la chupe, llené de mis salivas, la metía y sacaba de mi boca, la arrimé a mis pechos, así toda babosa.. le pasaba la lengua, como a un helado de chocolate. Le lamí los huevos, le chupé el culo y el viejo no paraba de gemir. Hasta me dió miedo de que terminé ahí y no le de tiempo de cogerme. despues de mamarselo así como 5 minutos, me pare, poniendo de espaldas a el y de cuatro. Rápidamente se levantó y me arrancó la tanga. Arrodillandose y chupandome el coño, yo gemía, no paraba, quería más, estaba enloqueciendo, quería tenerlo adentro, sentir que me rompía de placer. Cogeme, cogeme, no esperes más, le dije.
Me puso boca arriba y con las piernas arriba, acercó su verga a mi concha y la metío tan rápido que pegué un grito de desesperación.
Así de trola sos? Me dijo.
Así como a vos te guste. Le respondí.
Te gusta mi verga niña?
Me la comería día y noche.
Me siguió cogiendo, el viejo ya no daba más, y yo tampoco. Gritaba de placer. Mientras me frotaba los pechos y el me amaba a insultos.
Ahora por atrás, me dijo.
Ah, sos travieso, le respondí.
Te voy a coger como lo que sos, una puta.
No que era una niña?
Sí, una niña puta.
Me puse de cuatro, y como su verga estaba tan mojada, chorreando de mis liquidos, no hizo falta lubricarla. Sentí como esa punta entraba en mi culo, era una mezcla de dolor y placer infinito. Escuchaba sus "aaa aaa aaaaaa" y enloquecí más, lo fue metiendo de a poco, un poco más, un poco más.. hasta que sentí que lo metió por completo y que mi culo iba a explotar.
Movete, quiero sentirte. Le dije.
Empezó a balancearse, cada vez más rápido.. Mientras eso, escuchamos un ruido, eran mis compañeros de trabajo que venían hacia el camarín. Me reí, el se preocupó.
No se te ocurra dejarme así, porque hasta que no acabes conmigo no salís de acá, le dije.
Ven aquí.
Y entramos al vestidor, no sin antes llaver la puerta.
Me cogió tan rápido y con tanta velocidad, que no sabía si llorar, gritar, reirme o simplemente disfrutar.
Me tape la boca con una toalla y lo disfruté.
Al sacar su verga de mi culo, me arrodillé frente a el y se lo mamé, el viejo se venía y mis compañeras de trabajo también.
Le mamé la verga hasta que se corrió en mi boca, en mis pechos, hasta mi obligo.
Los dos quedamos sentados en el piso, mientras el me decía que esa era la primera vez que había engañado a su mujer en 40 años de matrimonio. Y yo le respondí, sobandole la verga.. "y no es la última".