El instructor del gimnasio y la viuda

Susana luego de 5 años de viuda y en sequia sexual, descubrirá nuevamente el placer sexual, gracias a su instructor de gimnasio

EL INSTRUCTOR DEL GIMNASIO Y LA VIUDA

Bueno comienzo este relato presentándome. Me llamo Susana y soy de Perú. Físicamente no soy una mujer mal parecida describiéndome así: 1.71, tez trigueña clara, cabello lacio negro, cuerpo no tan atlético, mucho menos gorda, de bustos mido 58, de cintura 87 y de piernas también mido 57, y de cola podría decir que es uno de mis fuertes, ya que siempre he sido nalgona y más aún si soy de ano estrecho (por ello evitaba hacer sexo anal, hasta que conocí a Iván y me hizo conocer lo que me estaba perdiendo) En fin como se dice mi cuerpo a pesar de mi edad, es algo que ya algunas veinteañeras quisieran tener, pero estoy bien así. Bueno después de mi presentación ahora viene la historia.

Durante 17 años estuve casada con Ricardo, un hombre muy atento a quien conocí en la época de colegio, con el cual me casé casi cumpliendo los 20 años y del cual tuve dos años después a mi hijo Daniel. Yo era feliz con mi esposo, aunque les confieso que, en el plano sexual, éramos muy monótonos y casi no experimentábamos nuevas cosas, aun así, era muy atento conmigo y siempre estaba pendiente de todo lo que me pasaba y también a mi hijo. Pero esa fatal mañana de Julio del 2015, mientras él se fue de viaje de capacitación en la escuela que dictaba clases, el carro volcó y quedó grave en ese accidente. A mi esta noticia me devastó y estuve en el hospital acompañada de mis cuñadas y de mi suegra, pero tres días después, Ricardo había muerto y con él se llevó gran parte de mi felicidad.

Pasaron dos meses y en mi trabajo mis jefes me habían dado una licencia mientras duraba el proceso de resignación a este hecho. Yo trataba de ser fuerte, pero no podía, hasta que un día mi hermano mayor (con quien nunca había tenido buena relación) llegó y me brindó su apoyo moral y me dijo que debía salir adelante y que debía pensar en Daniel ya que psicológicamente también estaba golpeado por ese hecho, solo que trataba de disimularlo. Lo que más me sorprendió fue cuando me comentó que más adelante podía volver a rehacer mi vida, ya que era una mujer joven y muy atractiva. Para procesar este momento, decidí ser primero madre, antes que mujer y así poco a poco volví a mi vida de antes (ahora como viuda).

Paso el año de luto y después de la misa de honras, nos reunimos con la familia y algunos amigos que fueron a mi casa. Mientras atendía a los invitados mencionados, mi suegra de nombre Laura se me acercó y me pidió que habláramos en privado, así que nos fuimos a mi recamara y allí ella, me dijo esto:

“Susana, yo sé que tú has sido una buena esposa, una buena madre y que todos los miembros de la familia te tienen un respeto absoluto y, sobre todo, mi cariño como suegra y madre aún más. Yo sé que superar la partida de Ricardo no es fácil, pero sé que poco a poco lo estás consiguiendo y por ello te digo esto. Si en el algún momento tú decides volver a casarte o tener un nuevo novio, de mi parte no va a haber oposición ya que mi mayor deseo es que seas feliz, también que Daniel, tenga en algún momento la compañía de un padre que le oriente, aconseje más de la vida y sobre todo tú Susana, deseo que tu vejez lo pases con un compañero a tu lado. Olvídate del que dirán, los tiempos han cambiado y tus cuñadas están de acuerdo en que rehagas tu vida”. Sé también que mi hijo hubiese aprobado lo que te estoy diciendo ahora.

Después de escuchar a mi suegra, comencé a llorar y le agradecí que tuviera ese pensamiento y a la vez le expliqué que la memoria de su hijo aún seguía en mí y que no pensaba volver a salir con alguien. Laura solo sonrió y me dijo tiempo al tiempo. Así pasó dos años más y yo continuaba soltera, pero pronto las palabras de mi suegra, se cumplirían.

Es el 2018 y ha pasado tres años desde que enviude y ahora mi vida tenía otro rumbo. Estaba con mi hijo todo el tiempo, en mi trabajo iba por ocasiones y aparte percibía mi pensión de viudez, que, aunque no era mucho, me alcanzaba para un gustito adicional. Por ese entonces mi hijo (que ahora tenía 18 años) había ingresado a la universidad y desde entonces pasaba más tiempo allá que en casa. De hecho, yo ya estaba preparada para ese nuevo cambio de vida de él, ya que, durante su época escolar, su trajinar era solo la casa y la escuela y a pesar que le decía que debía salir con sus amigos, conocer chicas o que tuviese una enamorada, prefería quedarse en casa a mi lado, viendo una película, conversando, haciendo un postre, etc. Ahora con su faceta universitaria, solo venía a comer algo y luego volver a la uni y en las noches amanecerse haciendo sus tareas. Como toda madre, yo lo apoyaba y observaba que él poco a poco se estaba alejando de mí, por lo que volví a reflexionar sobre lo que me dijo mi suegra y me acerqué al espejo, en donde vi mi cuerpo que ya estaba entrado a los 40. Fue entonces que decidí inscribirme en un gimnasio que quedaba a 2 km de mi casa y empezar a tonificar mi físico.

Llegué al gimnasio y el instructor tras anotarme como nueva alumna me hizo subir al tercer piso del edificio (donde funcionaba el negocio) Mi primer entrenamiento fue haciendo algo de carrera en la máquina, para ver mi ritmo cardiaco. Yo me había puesto un short femenino bastante apretado de color negro (que me hacía ver muy explícito mi trasero y mi vulva) y un polo sin mangas, donde se veía mis brazos desnudos y a la vez algo de mis pechos. Me fijé que el instructor un hombre casi de 40 a 45 años, de tez clara igual que yo, calvo, con una barba tipo candado, pero perfecta, unos pectorales bien formados y unos brazos bastante trabajados (era todo un muscleman para su edad). Él también estaba vestido de un short blanco bien apretado, zapatillas deportivas y un polo apretado sin mangas que le hacía ver toda su caja toráxica en pleno. Observe que no dejaba de mirarme y estaba muy apegado a mí, y por cualquier cosa, me tocaba de la cintura, el brazo y la pierna bajo el pretexto de ver como estaba respondiendo mi cuerpo ante el ejercicio. También me di cuenta que su pene estaba erectado y le hice una señal para que se diese cuenta y éste avergonzado se alejó un poco. Bueno yo continué con mi ejercicio y después de dos horas, la clase terminó y debíamos volver al día siguiente. Antes de irme él se presentó y me dijo que se llamaba Iván y que desde ese día iba a ser mi instructor personal. Me dio su tarjeta y la invitación que si quería clases particulares ya sabía dónde encontrarme.

Por supuesto que más que servicio de clase, me di cuenta que ese tipo solo quería pretenderme o querer llevarme a la cama. Llegó el nuevo día y tras alistar el desayuno a mi hijo, me alisté para irme al gimnasio, no sin antes contarle que estaba yendo a ese lugar para sacar algo de cuerpo. Mi hijo no se inmutó, por el contrario, me dijo que estaba bien y que me divirtiera ya que la vida es una sola y hay que vivirla. Escuchar eso me sacó de shock y comprendí que tal vez mi retoño, me estaba mandando una indirecta, bueno lo que haya sido, regrese al gimnasio y esta vez Iván me recibió atentamente, explicándome que ahora mi rutina iba a ser bicicleta, así que me senté en una de ellas y observe que mi loco instructor no dejaba de mirarme y en especial se ponía atrás, para ver como mi culo se movía. Comprendiendo su juego, lo meneaba muy coquetamente a tal punto que cuando bajé de la bicicleta, y al ver que estábamos solos en ese momento, le pedí que me evaluase si mis nalgas estaban tonificándose y para ello comencé a hacer una especie de twerking (o baile del culo) para que me diera su opinión. Iván casi se desmaya de la sensualidad que mi trasero hacía y me pidió, si podía tocarlo, le dije que sí y me agarró fuerte y me dijo que mis nalgas eran las más fuertes que había palpado. Yo solo sonreí y vi que la erección de Iván estaba muy notoria, hice como una especie de hipo, pero a él ya le daba igual. Volví a sentarme y hacer más bicicleta y mover más el trasero, mi instructor estaba sudando y yo comencé a lubricar (sentía mi vagina humedecerse) y le dije que dónde estaba el baño y me señala un rincón. Pero en ese momento baje al segundo piso, donde había gente y allí ocupe los servicios, luego vi que había clase de zumba y me quedé a ensayar un poco, luego Iván bajó y se sorprendió verme bailar allí. Al terminar me dijo que porque no había subido a seguir con la bicicleta y le dije que la maestra me vio y me invitó a seguir con la clase. Iván como que se molestó, pero cogí mi mochila y le dije que me retiraba. Él como que se avergonzó y se disculpó, para consolarlo le de mi número de celular, y me fui dándole un beso muy coqueto.

Por el camino pensaba que me estaba comportando como una zorra ya que confieso que cuando lo vi por primera vez y en esas ropas (prácticamente desnudo) una corriente me invadió y tanto como mis pezones y me vagina habían respondido ante tal excitación y sobre todo al ver su erección muy notoria (comprendía que aun podía despertar excitación en los hombres) y por ello seguí con ese juego. Por la tarde me quedé pensando en la situación y en la noche cuando me acosté, cerca de las 11, recibí un mensaje a mi WhatsApp de un numero nuevo y sí, era mi instructor, me dijo un hola y yo accedí a conversar, se disculpó por lo de la mañana y a la vez me contó que cuando agarró mi cola, lo puse hecho un toro bravo. Yo le dije que no era para tanto y el muy cínico me dijo que sí y sobre todo hacer ese baile, lo alocó más. Le dije que habláramos después que tenía que dormir y me respondió que tal vez estaba con mi esposo, fue cuando le dije que era viuda y él dijo ¿WHATT en serio? Respondiéndole que sí. Tras despedirme me acosté y al día siguiente la misma rutina, pero esta vez al llegar al gimnasio, Iván me sorprendió con una linda rosa, me dijo que era para mí y estaba más atento. Yo le agradecí el gesto y continuamos, solo que esta vez me dijo que haría palancas.

Estaba realizando los ejercicios de palancas, ya que Iván me dijo que debía tonificar más las piernas y al mismo tiempo ayudaba a mejorar la colita, después de una hora, me pidió que le hiciera otro twerking y al ver que no había nadie, lo hice y este tipo estaba a ya no poder. El día terminó y estando de camino a mi casa, escucho que alguien me llamaba, al voltear veo que era Iván en su auto, me preguntó que si quería me llevaba hasta mi casa y pues acepté ir con él (después de todo la vida es una sola y hay que vivirla y si pasaba algo, bienvenido sea) En el camino me preguntó sobre si era cierto que yo era viuda y le conté lo de mi esposo fallecido. Él comprendió y me preguntó si tenía pretendientes y le dije que uno que otro, pero la mayoría de hombres solo buscan sexo y chau. Después de contarle algo de mi vida, y estando a una cuadra; veo a mi hijo que estaba entrando en la casa, le pedí que me dejará allí y que caminaría, comprendió mi postura y me pidió para conversar por WhatsApp en la noche, diciéndole que ok. Nos despedimos y entré a la casa, en donde después de ducharme, atendí a mi hijo en su almuerzo. Llegada la noche, Iván me escribió y me contó también que él era separado, que tenía 48 años y vivía solo ya que su hija mayor ya vivía con su esposo. Mientras hablábamos, me confesó que mi cuerpo era el más bonito que había visto y que incluso se había masturbado dos noches pensando en el baile que le hice. Yo solo respondía y le dije en tono de broma ¿Qué aún puedes masturbarte? ¿Acaso tu amiguito aún es fuerte? El solo respondió “Tendrías que comprobarlo tú mismo preciosa”. La conversación terminó y me dormí.

Así paso cerca de dos semanas y en esas fechas iba realizando nuevos ejercicios con él y cuando se podía le hacía su bailecito de culo. Pronto mi cuerpo comenzó a tonificarse muy rápido y estaba contenta con los resultados. También Iván me traía hasta la casa y conversábamos de muchas cosas, entablamos en una bonita amistad y en dos ocasiones, mientras estábamos en el auto hacía mucho calor y él se quitó el polo y manejo en torso desnudo, lo cual hizo que mis pezones se erectarán y lubricara bastante. Iván se dio cuenta, pero solo atiné a acomodarme el sostén. Llegamos y al despedirnos me dio un beso en la boca, a la cual yo había correspondido (después de 3 años volvía a besar a un hombre) y entré a mi casa. El resto del día nada había cambiado.

Una semana después mi hijo me comentó que no llegaría a dormir a casa, ya que tenía que presentar un trabajo en grupo en la universidad y que al salir de clases se quedaría en casa de un compañero a terminar esa tarea. Yo acepté y justo por esos días cambiaron el horario del gimnasio y ahora estaba de 7 a 10 pm. Cuando terminó el turno, Iván se ofreció a llevarme y yo acepté, llegamos a casa y como ese día mi hijo no iba a venir (pero antes había marcado a su celular para ver si seguía en la casa de su amigo y me dijo que sí) le hice pasar con la idea de tomar algo, contándole que estaba sola esa noche. Él aceptó y bajó su chimpunera (dónde estaba su ropa deportiva que guardaba para cambiarse después de clase) y como a una cuadra había una cochera, fue y guardó su auto y luego volvió. Ingresó y le hice sentar y serví dos limonadas. Me senté muy cerca suyo y brindamos por nuestra amistad, me preguntaba de muchas cosas y yo respondía a sus dudas, hasta que me pidió que le hiciera otro bailecito (ya que en el turno noche había gente y no se podía) entonces me levanté y comencé a mover mi culito muy despacio y sexy hasta que sentí que él me agarró una nalga y le dejé hacer ese juego y movía más rápido mi culito. Baje un poco el short y seguía en eso hasta que Iván se levantó me abrazó por la espalda y comenzó a restregarme su pene sobre mi calzón. Yo deje que lo hiciera y me dijo que rico culo nena, seguro quiere una buena pinga volteé y comenzamos a besarnos como dos poseídos, me comía la boca, mordisqueaba mis labios y buscaba mi lengua, yo con una mano le agarre el short y sentí un calor al sentir que estaba muy dura, me dijo ¿quieres ver a mi amiguito? Le dije si y él se bajó el short con el bóxer y ¡uauu! Un pene semi erecto pero muy grueso y cabezón. Me dijo chúpalo nena y así veras si aún es fuerte (me hizo recordar lo que le dije esa noche en el chat) y comencé a lamer ese capullo, primero la cabeza, luego el tronco y trataba de comérmelo enteró Iván solo gemía y con su mano me presionaba la cabeza, me dio algo de vomito al tragarlo entera, pero resistí y le echaba mucha saliva. Después Iván me tumbo en el sofá, me quito el polo y se lanzó a lamer mis pezones que estaban hinchados en ese momento, sentía que sus dientes me destrozaban mis tetitas y su lengua se movía ricamente, luego fue bajando beso mi ombligo, para ayudarlo me saqué todo el short con el calzón y comenzó a lamer mi panochita, le metía su lengua, dientes boca y con sus dedos me llevaba al cielo, sentí que me venía ya dos veces y luego se levantó, extendió su pene a mi boca y pude ver que medía algo de 20 cm y bien gruesa (hice la prueba de agarrarlo con mis dos manos y aun así no alcanzaba) sentía salir la baba de mi boca y eso parecía excitarlo más, ya que cogió mi pelo y lo hizo a un lado para así sostenerme y follarme la boca completa, para después darme un beso bien extremo.

Nos pusimos de pie y luego de apagar las luces de la sala, lo llevé de la mano a mi recamara, una vez allí, me echó sobre la cama y comenzó de nuevo a besarme, y a comerme otra vez la panocha, yo ya estaba sin ropa al igual que Iván, y sentía correrme otra vez en su cara, luego se colocó en pose de 69 y comenzamos a chuparnos nuestros sexos, para después echarse en mi encima y comenzar a restregar la cabeza de su pene en mi húmeda vagina. Yo gemía demasiado hasta que sentí que la metió de golpe, arrancándome un grito bien fuerte, comprendí que después de haber estado cuatro años sin la compañía de un hombre, tanto mis senos, como mi vulva y todo mi cuerpo, se entregaba a esa atalaya de músculos, olor a macho en celo y, sobre todo, a ese pene monstruoso que me llenaba de placer absoluto.

Sus embestidas eran fuertes y podía escuchar como sonaba sus testículos al chocas con mis piernas, luego Iván me hizo un costado y con un brazo me sujetaba del cuello y el otro en mis piernas y comenzaba a penetrarme muy fuerte, yo estiraba para besarme con él y también respondía a mis ósculos. Luego me puso en pose de perrito y comenzó de nuevo a follarme por mi panocha mientras yo solo gritaba palabras como ¡OH PAPI RICO! SIGUE SIGUE y él me daba de nalgadas mientras su pene entraba a mil por hora en mi vagina. Después me dijo que se la chupara y así lo hice, para luego echarse y decirme que me siente sobre su pene. Este monstruo entro todo completo y comenzaba a moverme como una poseída, mientras agarraba mis nalgas y las daba de manazos o también abrirlas para levantarlas mientras los splish splish sonaba seguido. Yo ya estaba en el cielo cuando me dijo que aún no había acabado, me hizo un costado de la cama, abrió mi culo y comenzó a hacerme un beso negro extremo, ya mis ojos se salían de su órbita, y él estaba chupe y chupe, empezó a meter un dedo, luego dos y hasta tres en mi ojete, para dilatarlo. Cando vio que ya estaba bien abierto, colocó la cabeza de su pene y empezó a hacer presión, yo le dije que me estaba doliendo que no lo haga, pero él me contesto: Mira perra ya dilate tu culo y ahora va a saber lo que es una pinga de verdad. Empezó a meter más la cabeza, mientras yo gritaba peor que mujer puta, hasta que sentí que entró toda su ingle y comenzó a meter y sacar (se dio cuenta que no entraba toda su pinga y solo una parte), pero eso fue suficiente porque comenzó a moverse tan rápido que el dolor se me mezclo con placer intensó. En un momento se detuvo y me pidió que hiciera el twerking con su pene dentro de mi culo, yo obedecí y lo hice y sentí que el comenzaba a gruñir fuerte, hasta que me dijo que pare y luego lo sacó (sentí un vacío cuando lo sacó de mi ojete) y comenzó a meterla de nuevo en mi vagina a moverse fuerte, hasta que empezó a gritar me corro, me corro y sentí una gran descarga de semen en mi interior. Iván se quedó un tiempo con su pene dentro de mí, mientras me besaba con mucha pasión, hasta que lo sacó y vi que aún estaba parado. Metí las manos en mi vagina y sentí una gran cantidad de leche espesa, y le dije que estaba en días fértiles, pero me respondió que tranquila cariño, me hice la vasectomía así que no podrás quedar embarazada. Se echó a mi lado y comenzó a besarme mientras nos abrazábamos entrelazados, yo estaba muy satisfecha sexualmente y descansamos como 20 minutos hasta que empezó nuestro libido y volvimos a tener sexo nuevamente y esta vez más placentero. En esa ocasión su pene si entró un poco más sobre mi culito y nuevamente eyaculó en mí, mientras me comía la boca. Vi el reloj era como las 3 am y nos quedamos dormidos, a la mañana me despertó con un beso y de nuevo me hizo el amor, (pero esta vez solo penetración vaginal, sin sexo oral), hasta que nuevamente me preñó. Nos levantamos y nos fuimos a la ducha y luego se vistió y a recoger su auto. Me invitó a tomar desayuno y nos fuimos por una cafetería cerca del gimnasio. Llame a mi hijo y le pregunté dónde estaba y me comentó que en su clase ya que tenía ese día a las 7 am, le pregunté si vendría a almorzar y me dijo no, comeré algo acá en el comedor, y que nos veríamos por la noche. Me despedí mientras Iván solo miraba y sonreíamos. Me regresé a casa satisfecha de una noche de sexo, después de casi cuatro años sin hacerlo (me di cuenta que eso era lo que me faltaba). Por la noche volví al gimnasio y con Iván nos comportamos de lo más natural ante el resto de alumnos, hasta que, a la salida, me timbró mi hijo y me dijo que nuevamente se iba a quedar en casa de un compañero (ya que su trabajo anterior había sido rechazado) y que solo llegó a ducharse, cambiar de ropa y llevar algunos materiales. Escuchar esto me alegró y se lo comenté a Iván y él ni corto ni perezoso me llevó a mi casa y otra vez la pasamos genial como la noche pasada (full sexo, oral, vaginal, anal, corrida interna y esta vez lo hicimos con un vino echándonos en nuestros cuerpos)