El instalador (3). El mañanero

Cuando se hundió el colchón a ambos lados de mis muslos, no hace mucho pensar lo que vendría, finges dormir, pero uno no es tonto, adivinas lo que viene. Quizás más evidente se hace cuando algo muy grueso y caliente, introducen entre mis glúteos hasta mi orificio anal, objeto duro que presiona… mmm.

El instalador (3). El mañanero

Antes de comenzar, debo deciros que soy persona que mis experiencias siempre las he tenido muy ocultas, e incluso a día de hoy ignoran los de mi alrededor esta faceta mía, incluso mi mujer. Desde que me inicie… iniciaron, me lleve algún tiempo apartado de esta inclinación, no siendo este que el juguete de hombres maduros. Hombres que por aquel entonces eran de la edad de mis abuelos, hombres que buscaban aquello que sobre todo no tienen o no le dan, encontrando en mí en esos momentos un chico inocente y puro. Un cuerpo joven, cuyas facciones en su momento algo afeminadas, fisonomía que no pude evitar… y teniéndomela que ‘comer con patatas’, cuya pubertad se me fue negada. Pero esto no pasa desapercibido por otros, sintiéndose atraídos, seduciéndome y cuya morbosidad te embriaga, manipulando e instruirte, acabando por ceder y de paso a disfrutar de los placeres de la carne. Dando momento que intentas apartarlo de mi vida, comenzando con esos días, semanas e incluso meses, momentos que se alargan a veces durante los veranos, e incluso como mucho en un año. Pero caes ante una mirada, una insinuación, un encuentro casual, acabas demostrando lo bien que dicen el placer que suelo dar, pues como toda ‘putita’ no es solo el cuerpo lo que ofreces sino la buena compañia, pero bueno después de este aclaramiento, continuaré…

Como os conté en mi anterior confesión, lo ocurrido me paso escasos días del comienzo del verano, aunque ya en el mismo mes de abril parece que estamos ya, pues el calor comienza a pegar fuerte. Tuve una serie de extrañas experiencias que lo cierto es que ni me lo esperaba, todo ocurrió tan rápido en la primera que ni me dio tiempo a digerirla cuando ocurrió la segunda. Acabando por dejarme llevar más por la satisfacción que me producía, bueno eso y del morbo de mantener ambas relaciones al mismo tiempo, teniendo que satisfacer a cada uno.

Bueno, continúo, como mencione en mi anterior confesión, tras irse Manolo el instalador, acabe por llamar a mi novia y decirle que esta persona ya había finalizado, acabando Silvia por aparecer al cuarto de hora. Pasando el resto del sábado algo más tranquilo, follando menos por no decir nada, conversando sobre todo por la conversación telefónica caliente que tuvimos, confesándonos las masturbaciones que tuvimos cada uno, claro está yo omití muchas cosas de la mía. Y luego, en pleno ‘folleteo’, le propuse la idea de realizar un trio, cabreándose enormemente claro está. Sugiriéndole que podría vendarle los ojos. Dejando que un desconocido le hiciera de todo bajo mi supervisión, acabando por ser compartida conmigo. Idea que poco a poco no le desagrado, sino más bien todo lo contrario, llegándole a gustar la idea de tener dos pollas para ella. Al caer la noche, acompañe a Silvia a su casa a eso de la una o una y media de la madrugada, despidiéndonos hasta el domingo, quedando a que la llamaría como hoy, una vez que se marchara el ‘manitas’.

Llegue a casa sin una pizca de sueño, mire el reloj y este marcaba las dos de la madrugada, ya posiblemente erra por el sofocante calor que hacía, pues las noticias habían anunciado un fin de semana de calima, calor sofocante del Sahara. Cerré la puerta, baje las persianas dejando las ventanas abiertas, acabando por acostarme a eso de las tres de la mañana, no dejando de dar vuelta y harto del pijama, pues este se me pegara al cuerpo debido al calor y acabe por quitármelo, quedándome en bóxer.

Aunque por otro lado mi insomnio podría ser por nerviosismo, digo esto por Manolo el instalador, cuando me dijo que el domingo me iba a follar, eso me tenía todo excitado, aumentando mis pocas ganas de dormir. No dejando de masturbarme, no dejando en paz mi flácido miembro, acabando por levantarme y quitarme el bóxer. Deseaba hacer una locura, algo atrevido, acabando por tomar unas braguitas negras de encajes transparentes de Silvia, una de tantas que deja en mi casa. Acabando por quedarme dormido más debido al cansancio, tan extenuado que estaba que ni tan siquiera me quite esa prenda, aunque tampoco importaba pues estaba solo.

No sabría deciros sobre qué hora comencé a notar algo extraño, no echándole cuenta más por mi estado de cansancio y sobre todo a mis sueños húmedos, quizás mayor conocida como polución nocturna (esto es por tener durante la noche, eyaculaciones involuntarias). Cuando digo extraño, me refiero a la sensación que algo se deslizaba desde mi espalda hasta mis nalgas. Caricias que fueron en aumento, quizás favorecidas a la postura en la cual duermo, pues suelo hacerlo boca abajo. Caricias que hubiese jurado que cuando descendieron de mis nalgas hacia mis muslos, estas tiraban de esa prenda hasta dejármela a medio muslo, o eso creo.

Caricias que se centraron en mis nalgas, sintiendo como algo se deslizaba entre mis glúteos, algo a lo que pensé que podría ser unos dedos, pero era algo frio e incluso húmedo. Dedos que dejaron paso a algo áspero que pasaban una y otra vez entre mis glúteos, una vez que sentía como me los separaba y amasaban… uuummm!!. Aquello áspero lamia mi orificio anal, sobre todo, una y otra vez, ¡me tenía ya… uuuffff!!, creo recordar que llegue a intentar hasta por dos veces apartar aquello, pero no logre resultado alguno.

Levante mi cabeza de la almohada para intentar divisar algo, pero la verdad apenas pude separar los parpados, no siendo por otro motivo que el tremendo cansancio y quizás las lagañas. Oliendo algo extraño antes de dejar mi cabeza caer, aunque creo que aquello que olfatee más se debió a algo que me hicieron en verdad oler.

Volviendo al ataque más tarde, volviendo a sentir unas relajantes caricias por espalda, nalgas y piernas, caricias y magreos que se centraron en mis glúteos. Separando estos para volver a sentir ese objeto áspero deslizarse, objeto que lamia e intentaba introducirse por mi orificio… aaahhh!!. Acabando por retirarlo para sentir como algo viscoso y húmedo, líquido que vertía sobre mi orificio, líquido que impregnaron alrededor de mi orificio… ooohhh!!. Aquello me gustaba y me hacía sentirme muy bien, tanto que permití que continuara, aunque en verdad no puse impedimento alguno debido a mi estado.

Mi estado que era sumamente pasivo, estado que debido a mi cansancio era indiferente, llegando a un punto que no hacía nada para evitar nada, como si estuviera dando mi consentimiento. Por mi cabeza creo que en verdad pasaba la idea de que todo esto era parte de un sueño, un sueño caliente, húmedo y erótico. Donde el protagonista claro esta era yo y ese usurpador que me iba a tomar, no era otro que Manolo el Instalador, idea que fue tras hacerme saber que me tomaría hoy domingo.

Como os he mentado, no sabía la hora y el tiempo que se llevó, pero cuando se hundió el colchón a ambos lados de mis rodillas, no hacía falta mucho para pensar lo que vendría. Quizás más cuando algo muy grueso y caliente, acaba por introducirse entre mis glúteos hasta posarse sobre mi orificio anal, objeto duro que siento como presiona… aaahhh!!. Empujando esa otra persona durante un tiempo hasta que entra, quizás facilitado por aquel liquido viscoso y húmedo, aquel objeto cuyo glande imagine perfectamente lo que era… ooohhh!!. Comenzando a moverse lentamente, penetrándome una y otra vez, cuyas embestidas para nada eran los de mis iniciadores… ooohhh!!.

Para aquellos momentos, yo estaba más despierto y algo espabilado, pero aun así deje que ese desconocido me follara, aunque quizás podría decir verdaderamente… que ese desconocido me violara. Pero lo cierto que no es violación si uno lo permite, pensamiento que pienso, ya que, eso sí, disfrute de aquella follada, mientras seguía fingiendo que dormía, ignoro si esta persona se había dado cuenta o no, quizás tampoco le importaba.

Llevado por el placer, siento como tomándome de mis caderas tira hacia el con fuerza, acabando por colocarme de rodillas, aunque el resto de mi cuerpo continuaba sobre el colchón. Postura más evidente al estilo perrito, cuyas embestidas fue cada vez más seguidas y violentas, llegando sin importa a que me despertar a pellizcar mis pezones con fuerza… ooohhh!!.

Ignoro el tiempo que me estuvo follando de esta manera, pero minutos después, comencé a sentir algo caliente dentro de mí, líquido que me vertió durante unos minutos. Sujetándome durante un rato, acabando por soltarme y dejar que me desplomara sobre el colchón, mientras esta persona se levantaba y salía de mi habitación. Dude si este echo era real o era parte de un sueño erótico, duda que se me genero al no escuchar el sonido de la puerta, pues pensé que ese desconocido se habría marchado de casa. Quise levantarme no precisamente para comprobarlo, pero si para orinar y de paso comprobar las evidencias, pero el mismo cansancio más sumado al último esfuerzo, me hizo caer en los brazos de Morfeo.

Pero bien recuerdo, cuando me desperté, me dolía todo. Apenas me levanté pues con una simple mirada hacia la mesita de noche pude ver la hora del despertador, sobresaltándome al ver que este reflejaba las diez y media de la mañana. Asustándome en ese primer momento porque en breves momentos vendría Manolo el Instalador, cayendo al sentir como algo tengo sobre mi cintura, girándome y llevarme la enorme sorpresa que ese peso, no es otra cosa que la mano del Instalador. Persona que, tras despertarse intenta besarme, cosa que, al rehuirlo a cabo hasta caerme de la cama, acabando por pedirle explicaciones, soltándome este…

  • “Ahora me pides explicaciones, esta mañana mientras te follaba no me las pedias, simplemente disfrutabas y pedias más”.

Os juraría que eso último no paso, bueno no digo que no hubiera disfrutado, pero que pidiera más… dudo, aun así, no me hubiera importado. Aunque sorprendido no solo por la presencia de este en mi casa, cosa que no comprendía y que más tarde, me hizo saber que mi padre le había dado una copia de las llaves de mi casa. Me contó que. Me contó que…

  • “He llegado a las ocho de la mañana, ya que me ha surgido una cosa para mediodía. He entrado con las llaves que me dio tu padre, dando por el hecho que tú dormías por el silencio de la casa, no pudiéndome contener en ir a verte”.

  • “Pero te confieso que fue verte, y no me he podido contener al verte dormir con esas braguitas tan sugerentes que llevabas puestas, estabas tan sexy que fue acercarme y me dolía la polla, no pudiéndome negar a echarte un polvo”.

Hablaba al tiempo que se me acercaba a mí, teniéndolo tan cerca que sentía su polla palpitar de nuevo, pidiéndome volverlo a repetir, explicándome que, aunque estuvo muy bien el hacerlo mientras dormía, más le pone verme disfrutar despierto. Y claro está acepté, pidiéndome este que no me quitara las braguitas, pues le ponía mucho, aunque los travestis no le ponen, denominándome como ‘Trap’. Dándome cuenta de que ese domingo en particular, comenzó de una forma distinta a lo esperado, no solo por el mañanero, sino que este me estreno cinco meses después del último en cogerme. Y Manolo mientras me embestía furiosamente, no dejaba de decirme…

  • “Uuuffff!!... qué verano vamos a pasar, voy a venir siempre que se pueda a darte el mañanero… eeehhh!!”.

Y finalizando tras preñarme, soltando una pregunta sarcástica…

  • “Ooohhh!!... si… si, joder nene vaya corrida. Dime… ¿Te has tomado las pastillas anticonceptivas?, o acaso prefieres la del día después… eeehhh!!”.

Descansando un rato, acabando por levantarnos e irnos a ducharnos, donde este vuelve cogerme un rato, pero en esta ocasión sin correrse, pues mientras desayunamos y antes de marcharme… vuelve al tajo. Acabando la faena tras la puerta, demostrándome él aguanté que tiene Instalador, dejándome no solo embadurnado en su semen, sino desecho. No dejándome de decir…

  • “Aún recuerdo aquella vez en la cual tal día como hoy me acompañabas a la puerta, mientras me hacías saber después de habértelo preguntado que tenías 18 años y decirte yo… que apenas lo aparentaba y que te echaba al menos dieciséis”.

  • “Finalizando esa despedida con la pena de no haber estrenado mi culito, culito que hoy me voy agradecido de habértelo no digo estrenado, pero sí de haberlo probado.

Además, os debo decir, que este no me permitió que yo llegara a correrme, pues opinaba que eso pertenecía a mi novia a la cual debía de satisfacer, pues había que evitar sospechas. Luego toco cambio de sabanas de mi cama, airear la casa, llamar a Silvia y demostrarle las enormes ganas que tenía de verla, y pensar en lo ocurrido. Pues nunca pensé que acabaría así, quizás fui un iluso al pensar que hubiera sido diferente, no digo como cuando fue las primeras veces, algunas nefastas debido a los nervios de otros, no sabiendo incluso donde meterla (pero para nada de esta manera, cogiéndome a la fuerza mientras dormía). Llegando a parecer en mi primera vez cuando perdí la virginidad, cuya amiga se llevó un mal recuerdo de mí, cuyo años más tarde tuve que corregir, pues acabe en un satisfactorio trío con otro amigo.

Bueno lo dicho, os dejo, espero que os haya gustado, ya me decís que os aparecido. Estaré esperando vuestra respuesta, deseando recibir vuestros comentarios, ya sea a este portal como a mi correo. Mi email es: jhosua 1974 @ gmail . com (obviamente todo junto como… jhosua1974@gmail.com ).