El inquilino

El inquilino moría por el muchacho de abajo, el propietario, y le temía a las tormentas, pero terminaron con una tempestad en la cama.

EL INQUILINO

Del piso de abajo llegaba la voz de Elis Regina, cantando a Atahualpa Yupanqui, aquella canción que dice "Yo tengo tantos hermanos que no los puedo contar", y yo pensaba tengo dos hermanos y los puedo contar y ninguno de ellos me quiere. Mi hermana Giovanna porque casi no me conoce, vive en Italia con su marido e hijos hace más de quince años, tengo 19 años recién cumplidos , y seguro que casi no se acuerda de mi cara.

Mi hermano mayor Luis Carlos , también casado , me desprecia por ser gay. A veces su desamor me duele porque es una espina clavada en mi carne por alguien que debiera aceptarme tal como soy, pero que me juzga y me condena sin darme oportunidad de demostrarle lo que valgo , sin importarle lo mucho que lo necesité siempre. Por eso les pido, que no me hablen de mi hermano mayor.

Desde temprano de aquel día , yo sabía del alerta meteorológico pero nunca hubiera pensado que la tormenta tuviera esa intensidad y que en pocos minutos nos cortarían la luz y el agua. Busqué sin embargo , mi linterna de mayor tamaño, y las velas para estar preparado.

Elis Regina había callado para siempre, y Rodrigo, mi vecino de abajo que es también el propietario de mi pequeño departamento, caminaba nervioso y descalzo por su comedor. Rodrigo tiene unos 25 años, tiene fama de muy inteligente y esta cursando su post.- grado, en la misma Universidad donde yo curso mi segundo año de derecho. Estoy, o creo estar, perdidamente enamorado de él y no se rían.

Su abuela, que es conocida de una vecina mía en mi pueblo natal, le regaló esa casa con dos departamentos , uno más grande en el primer piso, y otro en una especie de entre piso, o bohardilla, mas pequeño, que es donde vivo yo. Casi no nos hablamos, yo escucho su música , el escucha., pienso, la mía, yo veo sus calzoncillos colgados en su lavadero , el verá los míos, pero cada uno está en la suya : el estudiando su post.grado y yo estudiando Derecho Comercial I.. No es que nos llevemos mal o que tengamos ningún tipo de problemas, pero ambos somos de muy bajo perfil, quizás tímidos, o mantenemos distancias con la gente y sólo nos vemos en la universidad , cuando nos cruzamos por sus inmensos corredores y nos saludamos con una sonrisa algo tímida. También nos hemos encontrado corriendo al anochecer y la primera vez que lo vi, en esos shorts blancos y cortos, me gustó con locura. Recuerdo que monté mi bicicleta y me fui a pajear de inmediato pensando en él ayyyyyyyyy mi propietario.....

El es muy hermoso, rubio , no tan alto como yo pero alto, cabello enrulado , ojos verdes, barba de un par de días, labios rosados, aspecto intelectual, mirada seria, tiene un cuerpo bien desarrollado pero no de gimnasio, piernas largas y gruesas, torso suave, espaldas bastante anchas, antebrazos gruesos. Como yo soy alto y delgado pero fibroso, y tengo brazos y piernas mas finas, y cara de niño, podría pasar por su hermanito menor, pues también son rubio con cabellos algo rizados y ojos azul verdosos. Ambos además tenemos culos gorditos y fuertes y si el tuviera una pija grande como la mía, lo que siempre sospeché, tendríamos, para un observador desprevenido, un aire familiar.

Cuando se cortó la luz, bajé hasta el departamento de Rodrigo, en realidad porque me asustan las tormentas (no se rían , soy bastante chiquillin), en parte porque algo me llevó a acercarme, por primera vez en tres meses, a ese muchacho intelectual y medio ermitaño que vivía en el piso de abajo. Al abrir su puerta lo primero que oí fue esto:

LA PUTA MADRE QUE TE PARIO......

De mi madre podés decir de todo menos, puta......

Perdón- me dijo levantando la vista y moviendo el flequillo que le cubría los anteojos.

Ahhh

Hola Javi.. Estoy escribiendo una tesina y el apagón me impidió guardar en la pc lo último que había escrito.

Me pareció increíble que supiera mi primer nombre, que su boca de labios rosaditos y dientes blancos pronuniciara los sonidos que formaban mi nombre en diminutivo.

Encendímos la vela y me convidó con un cigarrillo mientras prendía la radio y se sentaba cerca de mí. Se rió cuando le dije que me asustaban las tormentas, que era como un chico cuando se escuchaban truenos. Que era mas fuerte que yo.

  • Querés una cerveza dijo

Si- le contesté-

Y cuando se levantó para ir hasta la cocina , yo me incorporé y nuestros cuerpos se chocaron, y su mano peludita tocó la mía y sentí un escalofrío. Volvió con la vela y las cervezas y se sentó a mi lado y sentí su calor a diez centímetros, y su sudor mezclado con desodorante, y escuché su respirar tranquilo y pausado y me sentí tan cerca de él que hubiese querido morir en ese instante. Pero lo único a lo que atiné es a tener una erección grande como una carpa, y a reírme y a decir tonterías.

Las tormentas me dan hambre dije

A mi también, contestó

Y me ponen caliente

A mi igual

No lo podía creer, había reconocido ponerse caliente con las tormentas. ¿ Lo estaría ahora? En la oscuridad no se veía nada.

Y si pedimos una pizza dije

Con esta tormenta quien te va a traer una pizza a tu casa

Tenés razón -admití.-

Pero yo tengo pizza en el freezer.

Y cocinó una pizza grande que comimos con deleite tirados en el piso e iluminados con la enorme vela que yo había traído , y cuando quedó un último pedacito de pizza me lo llevó a al boca como quien se lo da a un niño. Y nos tomamos las últimas cervezas, y el me habló de su abuela y yo le pregunté de su post grado y el en un momento me miró con sus ojos verdes y me dijo que en la Universidad le habían preguntado si éramos hermanos y el se había reído y cuando me preguntó si los tenía le pedi cambiáramos de conversación y me largué a llorar estúpidamente.

El no veía mucho mi rostro pero si sentía mi pena y se acercó y no se si fue un trueno, o el granizo que golpeaba en los techos, o el rumor del agua que inundaba la calle , pero me abracé a él y él soltó un grito que no escuché bien pero que me pareció que era "hermanito" y yo me quise morir de la calentura y me besó el pelo y los ojos y la cara y la nariz y las orejas y me siguió diciendo "mi hermanito". Y yo me paré y con mi mano mas grande que la de el, lo hice parar y en la penumbra subimos la escalera que separaba nuestros departamentos y dejando muy cuidadosamente la vela en la puerta de entrada a mi cuarto, lo llevé hasta mi cama.

Y asi vestidos y acostados nos dijimos lo que pensábamos el uno del otro y el reconoció que yo le atraía mucho pero que no se atrevía, y que parecía mentira que estando tan cerca el uno del otro hubiésemos estado tan lejos....Yo le conté de mi paja aquella vez y de mis constantes erecciones.....

Acaricié su cabello rubio y rizado que me pareció aún mas suave que el mío y el me besó uno a uno los dedos y nos desnudamos tirando nuestra ropa sin ningún cuidado a cada lado de la cama y cuando estuvimos desnudos, nos besamos despacito tiernamente como quien no quiere romper nada, y nuestros besos se fueron haciendo muy apasionados y no sé porqué me dieron ganas de besar y chupar sus pies tan grandes y el comenzó a gozar en ese instante y nuestras pijas se fueron poniendo duras, fuertes, enormes, y el buscó mi boca una vez más y yo busqué su lengua y el me dio muchos besos muy calientes como nadie me había besado y me abrazó con fuerza, y yo tomé su pija que era mas larga que la mía aunque menos gruesa , y la llené de besitos y luego la chupé despacito hasta que su glande grande rojo y húmedo acarició mi cara, y recorrió mi cuello y yo la metí en mi boca para hacerla gozar, para acariciar su piel delicada con la insistencia de mi lengua , y el me decía que parara que estaba por venirse y yo seguí hasta que con un grito terrible me llenó la garganta con su leche preciada.

Devolví su leche a su boca y el la volcó sobre mi pecho y sobre mi vientre y comenzó a lamerme todo y yo no pude mas y pedí que me la mamara y me dijo si "hermanito" y la chupó deliciosamente y pensé en la lluvia , en el granizo y la tormenta, y acabé como un litro de amor en su boca en su cuello y en su pelo.

Dormí hasta que sentí su pija pegada a mi culo, su pija grande y dura, reclamando tomar posesión de mi, entrar en mi alma, adueñarse de mi culo como prueba irrefutable del amor que estábamos sintiendo, y cogimos como conejos hasta que cesó la lluvia y cantó un gallo madrugador, y los árboles de la calle comenzaban a despejarse hoja a hoja del agua caída.

Terminamos en su cama, yo metido en su culo rubio y hermoso, diciéndole tonterías mientras mi pija escribía el primer capítulo de nuestra historia de amor..

galansoy

A todos mis lectores muchas gracias. Si quieren escribirme háganlo a galansoy@hotmail.com y si les gustó este relato u otros míos valórenlos. Gracias.