El inocente raulito 4

El chico inocente se va una temporada al campo...

EL INOCENTE RAULITO 4

Todos los veranos Raulito partía a casa de sus abuelos. Un pueblo a cuarenta kilómetros de la gran ciudad. Era casi una casa decampo.

Allí pasaba varias semanas desde siempre. Ayudaba en todo lo que podía a los abuelos y el la pasaba bien.

__¡Raulito, me tienes que hacer un favor!__ dijo su abuelo aquel día.

__¡Abuelo, que necesitas!__ respondía alegre y presto el chico con su culazo hermoso y tremendo.

__¡Vete al campo contiguo, es mi amigo Nacho!¿Lo recuerdas?

__¡Como no!__ dijo Raulito pensando en la tranca enorme de aquel viejo perverso.

__¡Bueno tiene que darte unas sogas y lazos que me estuvo preparando!

__¡Bien abuelo, allá iré!__ dijo el joven moviendo su culazo de aquí para allá. Busco el sulky que siempre tenía para el, lo preparó y luego marcho silencioso, silbando por lo bajo.

Le gustaba el rumor del viento en los arboles. La sensación de inmensa paz y libertad. Los pájaros que volaban de un lado a otro, incesantemente. Era un respiro de libertad. Sin horarios. Sin obligaciones. Eso lo estimulaba y lo volvía caliente.

El sol arriba del cielo se iba marcando cada vez mas, y el calor comenzaba a notarse. Vio las primeras vacas y supo que estaba cerca de la quinta de don Nacho, el amigo de su abuelo.

Entró por la tranquera abierta y los caballos en el potrero lo miraron con total normalidad, luego siguieron pastando, sin importarles que pasaba a su alrededor. Los perros hicieron un poco de bochinche. se acercó a la casa y no vio a nadie. Bajo del carruaje. Lo ato en el palenque que había ahí nomás cerca.

Camino contoneando su hermoso culo, de un lado a otro. Golpeó las manos.

__¡Aquí estoy Raulito!__ gritó don Nacho del lado del galpón

__¡Hola, como le va don Nacho!__ dijo el inocente Raulito y empezó a mover su cola salvaje hacia donde estaba aquel hombre rubión , de manos grandes y con la edad cercana a los setenta bien conservados.

__¿Como andas muchacho?__ preguntó el viejo abrazando al chico y rozando su culo sin ninguna vergüenza. Notó que el chico aquel, al  que recordaba bien , llevaba puestos unos pantaloncitos cortos que dejaban ver la mitad de sus nalgas eróticas y sexuales. El hombre viejo de espaldas anchas y una altura que se podría decir elegante, lo miro a los ojos, como hipnotizado, sintiendo el cosquilleo en su entrepierna.

__¿Y su señora?__ preguntó Raulito sintiendo la calentura creciente

__¿se fue al pueblo, tenía que hacer unas diligencias y además iba a visitar a su hermana, creo que hasta el atardecer no regresará!!...__ dijo babeando aquel macho maduro.

__¡Recordaba el año pasado, antes de irme, me dio un buen pedazo de torta y estaba riquísimo!!

__¡Yo también recordaba estos días, el año anterior, pero no por eso!!…__ dijo don nacho con la mirada chispeante ye iluminada como con un farol.

__¡Pero ven Raulito, querido, entra al galpón, allí están las cosas que buscas!!__ cuando el muchacho paso delante del hombre meneando las caderas y moviendo aquel culazo, la poronga del viejo golpeó la tela del pantalón pidiendo por salir.

__¿Estas apurado?__ preguntó dubitativo don Nacho

__¡Claro que no, el abuelo sabe que cuando salgo de la casa puedo demorara y no me dirá nada, aquí no tengo obligación alguna!

__¡Oh que bien querido, me gusta eso!__ dijo baboso el hombre maduro

__¡Además uno no ve todos los días a los buenos amigos!!__ dijo Raulito zalamero, sabiendo que aquello al viejo lo pondría al palo. El viejo puso la mano en el hombro del chico acompañando la recorrida por el galpón inmenso, con un profundo aroma a hierbas y a paja.

__¡Mira, mira Raulito!¿Te gustan?__ preguntaba el hombre mostrando la mercadería.

__¡Oh si claro, esta muy bonito todo!__ el chico pasaba sus manos por los objetos que don Nacho le iba enseñando. El hombre no dejaba de mirar el trasero increíble de aquel joven, que ya había probado alguna otra vez y que extrañaba tanto.

Hacía tiempo que no tenía ningún tipo de relación carnal con su esposa, pero el de vez en cuando quería largar sus fluidos y si era con jovencitos mucho mejor.

__¡Pero que lindas boleadoras!!__ dijo admirado aquel chico

__¡Oh si, son muy bonitas!!__ el inocente Raulito las acariciaba con los dedos, las frotaba y eso al hombre viejo lo hacía levantar temperatura cada vez mas. El sudor caía por su frente y su cuello ancho y fuerte. Raulito miraba de reojo el rostro del viejo hombre y sabía que estaba deseándolo con frenesí.

__¡Hace calor no don Nacho!!

__¡Oh tu también lo sientes!!__ dijo el hombre acariciando las nalgas del joven.

__¡Oh que tierno es usted don Nacho!!__ dijo como gata Raulito

__¡Puedo serlo aún más!

__¿Cuanto mas??

__¡Todo lo que tu quieras cariño!!__ vocifero el hombre acariciando el rostro del chico que se movía como animal salvaje, restregando su cola por el paquete endurecido del viejo que bufaba de tanta calentura.

__¡Ven sígueme cariño!!__ dijo don Nacho y tomando de la mano a Raulito lo condujo hasta una especie de colchón con paja muy bien armado en la parte de arriba de aquel galpón inmenso.

__¡Veo que esperas algo de mi!!__ dijo el inocente chico

__¡Quiero todo de ti, bebe!!¡¡Quítate ese pantaloncito!!

__¿Eso quieres?

__¡Si quiero, por favor!!__ dijo el hombre acariciando su pijón bravío, enardecido. El joven se fue quitando la prenda dando la colita hacia donde estaba el hombre viejo. Las orbitas de los ojos de aquel se pusieron enormes, no dando crédito a lo que veía.

__¡Ohh eres tan bello, tu trasero es el infierno!!¡¡Y no llevas nada debajo, ohh criatura hermosa, eres un sátiro, un demonio un ángel del  deseo!!__ mientras el viejo don Nacho gemía y gruñía, aquel joven díscolo y salvaje se quitaba la remera y aparecían hermosos pechos con los pezones ya duros y enervados.

El viejo quitándose la ropa velozmente quedó en bolas como Raulito, su poronga alzada y danzando de un lado a otro.

El viejo se arrastró y con la lengua buscó febril la entrada posterior del chico que gimió al contacto de aquel molusco gigante. Con las manazas el viejo abrió el par de nalgotas, las pellizcó y buceó con la lengua en el orificio, ya húmedo, ya caliente, ya abriéndose.

La saliva del hombre bañaba todo el anillo. Lo dilataba más y más. Bramaba Raulito contoneando su culito y las caderas. El viejo bullaba de calentura.

Se atragantaba con su propia saliva, mojaba la paja. Hurgaba en aquel agujero placentero y ardiente. Besaba aquel culito y lamía y chupaba, succionando.

__¡Ohhh eres un semental don Nacho!!

__¡Arghhhh, dime cuanto te gusta!!

__¡Me encanta amorcito, ahhh, si, quiero tu lengua dámela, dámela toda!!!

Repasaba una y otra vez aquel jugoso fruto que se abría cada vez más. Un ojo abierto para el disfrute.

__¡Te extrañe mucho pimpollo!!

__¡Ohh sí dime cuanto!!__ decía con deseo el chico

__¡Mucho, es que me encantas, no sabes cuanto, deseo que te quedes aquí, para tenerte siempre, ohhh, Arghhhh!!__ la lengua volvía a clavarse en aquel anillo. El chico movía las caderas y el viejo de rodillas y prendido a ellas, metía su lengua y su nariz en aquel trasero que lo volvía loco.

Luego don Nacho giro el cuerpo del efebo y trago de una vez la pija de Raulito que jadeaba de gozo. Se acariciaba los pechos, en tanto el viejo ahora, se tragaba aquella verga joven y rocosa,  clavaba un dedo en el ojete sediento del chico. Que se abría cada vez mas preparado para recibir una buena pija.

El viejo sacó su boca, y acostando al chico a lo largo del colchón de paja, fue pasando con la lengua, por el ombligo, el vientre, y llegando a los extasiados pechos del chico que balbuceaba una especie de lloriqueo que al don Nacho lo volvían loco. Jugaba con los duros pezones. Los mordisqueaba sin dejar de masajear la verga del joven Raulito.

El chico mientras tanto alcanzó el garrote del viejo, duro, venoso, grueso, así lo recordaba. Lo apretó, lo sintió en su manito delgada y delicada. Empezó a moverlo, con gracia, despacio, haciendo que sus dedos rozaran la cabeza vibrante y bella. Los gemidos del viejo retumbaban en el lugar.

__¡Ohh si tócame, dame placer criatura, ahhh, si juega con el, es tuyo, ahhh!!__ volvía a comer los pechos del joven que se retorcía de placer. Con los dedos el hombre abría el anillo de aquel chico explosivo,  al cual le encantaban las vergas.

Los cuerpos se movieron y lentamente los dedos fueron reemplazados por el garrote de don Nacho. El pijón fue entrando despacio, empujando y Raulito gemía y empujaba para atrás su cola así el viejo terminaba de penetrarlo, haciéndolo gruñir de placer, lloriquear. Por fin el hombre entró definitivamente con todo su pedazo de carne dentro del joven. El viejo mordisqueó el cuello y las orejas del joven.

El viejo iba y venía dentro del chico.  Sus bolas golpeaban las nalgas. Bombeaba despacio, haciendo sentir su perno clavado. Acariciaba los pechos del joven y apretaba los duritos  pezones del chico.

__¡Ohhh bebe, me vuelves loco!!

__¡Tu  también me gustas!!

__¡Quédate a vivir por aquí, quédate con nosotros, la pasarías tan bien, Uhhh!!

__¡Pero tu tienes mujer, ahhh, ohhh!!

__¡No la toco hace años a mi esposa!!¡Ohhh quiero cogerte siempre!!__ diciendo así el viejo acomodo al chico de tal forma que Raulito levantó sus piernas por sobre los hombros de aquel macho viejo, pero que aún sentía vibrar su cuerpo. Su espada iba y venía por el canal del joven amante. De vez en cuando acariciaba la pija  erecta de Raulito.

__¡Voy a correrme, Raulito, te voy a llenar!!

__¡Si dame tu lechita, la quiero, ohh, ahhh, si, si!!!__ mientras el viejo fue llenando el culo abierto del joven, con incontables chorros de líquido, cataratas de semen, llenando el orto gentil de aquel joven que también regaba con sus fluidos para todos lados. La verga de don Nacho, seguía latiendo dentro del ojete, con su boca sedienta busco la boca del chico. Las lenguas golpearon  mientras estaban pegados, Raulito gozaba con el perno aún clavado en su interior. Un rato después el mástil salía casi desinflado, chorreando líquidos por toda la cola y las piernas del joven.

Resoplaron agotados. El hombre acariciaba el pecho del chico y lo besaba suavemente.

__¡De veras como quisiera que te quedaras con nosotros!!

__¿Porque hablas en plural?__ preguntó el chico

__¡No creas que soy el único aquí que te desea!!__ dijo don Nacho

__¿No me digas?

__¡Claro los comentarios corren, somos pocos y nos conocemos todos!

__¿Y tu has comentado que me conoces?

__¡Bueno uno tiene amigos y…!__ dudo el viejo

__¡Pero…no me habrás nombrado!!

__¡No, claro que no, respeto mucho a tu abuelo!

__¡Pero…!!

__¡Hay muchos viudos, otros que están separados y darían lo que fuera por estar contigo!!

__¡La verdad es que me halagas, no sé que decirte!

__¡Piénsalo, no digas nada!!__ dijo el viejo besando una vez mas aquellos labios que lo volvían loco, como todo lo del cuerpo de aquel joven.

Unos momentos después el inocente Raulito se vestía, se despedía de don Nacho, cargando lo de su abuelo y se ponía en marcha a la casa del abuelo. Pensando por varios días aquello que le había comentado el hombre.

Al día siguiente, el abuelo fue a buscar a Raulito que estaba correteando por allí con los perros de la casa.

__¡Raulito, Raulito!!__ llamaba el abuelo

__¡Abuelo!¿Que necesitas?

__¡Mira necesito que vayas por este camino, hasta cerca del río, no es lejos!!

__¡Si!

__¡Bueno allí esta parando por hora uno que anda caminando!

__¿Un croto?__ dijo el chico riendo

__¡Bueno sí, es para que le lleves algo de comer y algunas toallas y ropa limpia, aunque es muy limpio, se baña siempre!!

__¡Está bien abuelo!__ allá partió Raulito con una bolsa, en la monta del tordillo joven que usaba siempre. Llegó enseguida porque era relativamente cerca.

Bajo del caballo, había debajo de unos árboles frondosos una especie de carpa grande y bien armada. El chico se fue acercando. Mirando para un lado y otro. Dejo la bolsa cerca de la carpa. Busco alrededor y no vio  nadie.

__¡Don, Don!!__ llamo a viva voz. Al instante se escucho la respuesta

__¡Aquí en el  arroyo!!!__ gritó la voz. Rodeó entonces la carpa y allá se veía una figura en el agua. Chapoteando como un niño. Saludaba con la mano al chico que contoneaba su culazo de un lado a otro. Eso lo notó rápidamente el croto, porque se detuvo de su juego en forma casi inmediata, se paso agua por la cara. Y abrió grandes los ojos.

__¡Hola soy Raulito, me manda mi abuelo!!

__¡Hola Raulito, gracias,…¿Tu abuelo es el dueño del campo?

__¡Si, me mando con ropa y comida!!

__¡Gracias Raulito, ven y metete en el agua, el sol aprieta y esta muy linda!!

__¿Le parece?

__¡Claro si te sentirás muy bien!!

__¡Pero no tengo ropa!!__ dudo Raulito el joven caliente

__¡No importa estamos entre hombres!!__ dijo aquel extraño personaje de unos cuarenta años, barbado, de ojos claros y torso fuerte, a pesar de la vida dura que pasaría, pensó el chico. Entonces el joven se quitó la ropa con toda la picardía de poner su cola apuntando adonde estaba el hombre. Cuando vio aquel semejante bocado que se le ofrecía, el croto enloqueció y su espada bajo el agua dio un salto bravucón poniéndose dura como hacía tiempo no sucedía.

El chico entró al agua notando que no era profunda, enseguida el croto se acercó. Casi tocando su piel.

__¡Soy Pipo!¿Qué te parece el agua?

__¡Me encanta!

__¿Quieres jugar? __tirando agua al cuerpo del chico. Lo empuja cariñosamente y luego lo abraza por detrás, Raulito siente la tranca apoyándose en su cola que empieza a babear.

__¡Tienes un juguete muy duro!!__ dice el pícaro chico

__¿Lo sientes?

__¡Si, se hace sentir!__ la busca y la agarra con la mano, masajeándola, el croto Pipo gime y lo deja hacer, mientras le da pequeños besitos en la espalda y en el cuello, Atrapa la cola del muchacho. La acaricia, le pasa sus manos rugosas y enseguida mete un dedo en al ojete ya dispuesto del joven calentón. Con la otra aprieta los pezones paraditos.

Raulito además acaricia las bolas colgantes y grandes del cuarentón caliente. Las sopesa. El croto hinca un diente en el hombro del chico. Ahora con su mano acaricia la pija de Raulito, la aprieta, la sacude, juega con ella. Masturba. Sin dejar de lamer el cuello y las orejas del chico.

__¿Quieres ir a la carpa?

__¿Tu quieres?__ dice el chico

__¡Estaremos mas cómodos!!__ salen del agua los dos. El croto bamboleando su poronga semi dormida. Y Raulito moviendo su culazo, el croto, mientras caminaban, acariciaba las nalgas y las pellizcaba.

Se tiraron en un especie de colchonetas en el suelo. Pipo levantó las piernas del chico y viendo su agujero lo atacó con la lengua. Escarbando. Besando. Pipo muy caliente, chorreaba su saliva dentro del agujerito que se abría mas y mas. Dilatado. Un dedo, dos dedos, iba y venía cogiendo al chico con los dedos. La lengua se perdía abriendo y degustando el hermoso agujero. Raulito gemía como putita,  bufaba muy alzado. De vez en cuando el croto pasaba la lengua por las bolas y la pija del chico. La humedad del anillo se iba haciendo notoria, el agua del arroyo aún corría por el cuerpo de ambos, era algo loco y salvaje.

__¡Ohh Pipo!!¿¿De donde salió esta criatura??__ preguntó una voz irrumpiendo en el lugar

__¡Vito, cállate y ven súmate!!__ dijo el croto

__¿Tu quieres preciosura??__ preguntó Vito con la baba chorreando de sus fauces.

__¡Si ven cariño!!__ alcanzó a decir el chico con la lengua de Pipo clavada en el ojete que echaba fuego.

La poronga erecta del otro croto se metió de lleno en la boquita del inocente Raulito y empezó a mamar con ganas y fruición.

__¡Ohh este chico es un mamon maravilloso, ohh que bella criatura!!__ decía Vito mientras era succionando por la boca de aquel ángel sensual.

La lengua de Pipo comía la cola y la abría cada vez mas. Raulito sentí que se iba a desmayar de tanto goce, de tanto placer. Aquellos dos machos sabían actuar con un chico especial como el. Lo hacían gozar. Lo estaban sometiendo como a el le encantaba.

La vergota de Pio fue atravesando el anillo baboso.

__¡Que culito tienes, me encanta, ahhhhh, si, si quiero cogerte!!!__ exclamaba Pipo

__¡Chúpala así bebe, ohhh cariño que boquita, ahhh, me haces tan bien!!!__ decía Vito. La poronga de Pipo se hundió hasta el fondo,  Raulito con las piernas levantadas apoyadas en los hombros del macho que lo taladraba, facilitaban aquella penetración plena. La boca del chico también plena y llena. Rebalsaba de jugos la boca del chico, y el culito también. Pipo serruchaba con avidez y potencia. Golpeaba sus huevos contra las preciosas nalgas del chico caliente y alzado.

__¡Me gusta tu culito, ahhh, que lindo bocado!!__ el croto le daba impulso a sus movimientos, para luego detenerse un momento. Lentamente jugaba en el anillo del chico, se movía en círculos, mas luego aceleraba. En tanto Vito enterraba hasta el ahogo su espada en la garganta de Raulito. Se calentaba aún mas, nunca le habían mamado la verga de esa forma, y menos aún un joven efebo como aquel. Apretaba con sus dedos gordos las tetillas erectas, Raulito llenó de semen todo alrededor los machos se entusiasmaron un poco mas y cada uno acelero sus movimientos.

En un momento, Vito tomo una de las manos del chico y la llevo entre medio de sus nalgas, el chico entendió, y clavó uno de sus dedos en el agujerito resbaladizo del croto.

__¡Así, cariño, eres un demonio, ahhh, me encanta, mételo, mételo y come este bocado!!__ la barra de carne se adentro en la boca otra vez, Pipo inflaba sus fosas nasales.

__¡Ohh estoy  a punto de explotar!!

__¡Dale tu leche que quiero entrar yo ahí, vamos Pipo!!

__¡Ahhh, ahhh, ya va, ya sale mi crema, cariñito, ahhh, ahhh!!!__ gritaba el croto a medida que iba llenando el túnel del muchacho que sentía como los escupitajos golpeaban y llenaban su canal. Pipo se acercaba al chico y besaba la boca. Vito ya se había corrido esperando para entrar en el glorioso agujero de aquello chico angelical de tremendo culazo y que se los ofrecía a ellos de manera gozosa y lujuriosa.

Pipo sacó su vergón bamboleante y aún chorreando leche. La boca del joven se encargó de limpiarlo y dejarlo brilloso.

Vito entró de prisa en el abierto y goloso ojete. Clavó su herramienta mezclando los jugos que explotaban del agujero. Mientras Pipo se acercaba a la boca del joven y se besaban ardientes, babeando, chupando lenguas, mordiendo labios.

Vito penetraba el culito de Raulito, lo sometía apretando las tetillas, pellizcando, acariciando, yendo y viniendo. Al cabo de unos momentos se detuvo Vito y sacando su poronga

__¡Quiero que me cabalgues!!!__ se acostó de espaldas y Raulito se fue sentando a horcajadas.

__¡Siéntate cariño, despacio, siente mi verga entrando, ahhh!!

__¡Siii me gusta, ahhh, ay, ay, que linda verga tienes Vito!!!__ se hundió el mástil en la carne sabrosa. Subía y bajaba lento, gozando cada centímetro de aquella hermosa y venosa  herramienta. Pipo observaba y se excitaba, no había quedado satisfecho, la vista del hermoso ojete del chico partido al medio por la poronga del croto amigo lo calentaba sobremanera.

Chillaba Raulito mientras era perforado por el perno de Vito. Pipo se acercó y besaba la espalda del chico. Lamía llenando de saliva cada pliegue de piel. Mordió una nalga y luego otra. Le paso la lengua y le daba pequeños besos. Escupía la piel para que resbalara y cayera en el agujero repleto del chico, que ya gemí y lloriqueaba. Pipo subió y mordió y chupo las orejas. En tanto Vito gruñía yendo y viniendo en el túnel.

__¿Qué dices Vito tendrá lugar?__ preguntó Pipo

__¡Esta belleza tiene lugar para mucho mas!!__ contestó el alzado croto

__¿Lo quieres amorcito, te animas?__ preguntó a Raulito

__¡Siiii, dámelo papi, entra, entra en mi!!!__ esas palabras enloquecieron a los machos y Pipo colocándose detrás de esa portentosa cola apoyo su garrote en la entrada y lentamente fue abriendo esa ventana. Las lágrimas caían por las mejillas del chico que gozaba aullando mientras los dos machos entraban en el. Lo poseían, lo partían al medio y lo que mas adoraba, lo hacían gozar como putita.

__¡Ahhh si, háganme suyo, soy de ustedes mis machos, ahhh, ay, ay, ay por favor como estoy gozando!!!__ Raulito decía así y volvía a derramar su líquido sobre la panza fuerte de Vito. Pipo mordía la nuca del muchacho. La besaba tiernamente, y lentamente enculaba al precioso efebo.

__¡Ahh ya no aguanto!!

__¡Espera papi, un poco mas, solo un poco ms!!

__¡Despacio Vito, ahhh, es una locura este chico putón!!!__ los machos se contenían, el chico acercaba su lengua a Vito y este  chupaba golosamente, en tanto Pipo mordisqueaba y lamia el cuello, la espalda y las orejas.

Los cuerpos se tensaron al máximo, vibraron, se retorcieron con electricidad, empezaron  bufar y a largar sus fluidos en el canal ancho y abierto del chico que gemía y lloriqueaba con los dos machetes enterrado en el . Se vaciaron en el. Lo llenaron. Exhaustos buscaban aire, resoplaban y se iban acomodando, para salir de aquella pose enredada, los dos machetes salieron babeando, y Raulito se fue en una catarata de leche y jugos que salían de su interior. Regocijados, plenos,  el joven quedó en medio de los machos.

Rozaban sus pieles. Las manos de los machos acariciaban los pechitos abundantes de aquella criatura preciosa que era Raulito.

__¿De donde saliste hermosura?__ pregunta Vito caliente con la verga semi dormida a un costado

__¡Has visto que belleza…es el nieto del hombre que nos ha dejado quedarnos aquí!!

__¡Ahora por el momento no nos iremos a ninguna parte, ¿Tu qué dices?__ preguntó Vito al joven

__¡Por mi quédense, la pasaremos bien!!__ contestó el chico

__¿Es una promesa?__ preguntó Pipo

__¡No hago promesas!__ dijo terminante Raulito

__¡Que decepción!__ dijo triste Vito

__¡Oh, no lo tomes así, volveré, seguro!!__ esgrimió el chico besando la boca abierta del macho. Pipo pellizco las nalgas del joven. Estuvieron así toda aquella tarde. Raulito los cogió de todas las formas posibles. Cuando al fin se durmieron vencidos por el cansancio, el se retiro del lugar. Aún su culazo chorreaba leche a cada galope del caballo.-