El inicio... opción uno
Esta es la primera opción: mi mujer sale de fiesta y conoce a un tipo de su agrado, y pasa lo que tiene que pasar
OPCION 1: MI ESPOSA DE FIESTA.
Son las doce de la noche. Decido apagar la tv, y subir a la cama. No tengo noticias de Carla desde que se marchó, sobre las nueve. Hoy ha salido con su amiga María. María está divorciada, y son de la misma edad, amigas desde la infancia. A Carla no le apetecía salir si mi, pero poco a poco la he ido animando. Es más, la he “obligado” a vestirse sexy, y le he dicho que luego me cuente si les entra algún tío (ella sabe que me pone que la miren). Así que marchó hace tres horas, con unos zapatos de cuña realzando sus piernas, una falda corta negra y pegada, marcando su esplendoroso culo, y una blusa de tirantas blanca, escotada, que deja adivinar su sostén debajo. Pese a que le he insistido que se fuera sin sostén, no ha accedido. Imaginarla marcando pezón… me encanta. Una chaquetita negra, y guapa, guapísima, como siempre que se maquilla, con esa cara aniñada que tiene que me vuelve loco.
Algunos pensareis en este momento que no es normal, dejar salir sola a tu mujer, y menos con una amiga divorciada que sabes que es lo que va a buscar. Pero la confianza que tenemos entre nosotros es absoluta, y debo admitir, que mi imaginación desde que ha marchado se ha “desbocado”. Imaginándomela bailando, mientras algún jovencito se le arrima, mientras se le van los ojos tras su pecho, tras su culo… me hubiese gustado verlo, pero imaginarlo no está mal. Verla deseada, que se sienta deseada, me despierta algo de celos, pero a la vez me pone la polla tiesa. No he querido pajearme, prefiero esperarla. Y lo dicho, subo a la cama sobre las doce, cuando me llega un mensaje al móvil:
-Hola cariñito, ¿todo bien?. ¿Ya duermes?. Nosotras estamos terminando la cenita, me río mucho con María. Me está diciendo de ir a bailar o a tomar una copa, pero le he dicho que no, que me voy para casa. Deseo llegar y comerte entero.
Mmmmmm. Su propuesta me gusta, con lo caliente que estoy, me encantaría follármela ya. Pero también sé que no tiene muchas ocasiones para desmadrarse, y le escribo:
-Hola mi amor, ya me voy para la cama, estoy medio dormido. ¿Cómo que vas a dejar a María tirada? Vete a bailar un rato con ella mujer, pásalo bien.
-¿Estás seguro? ¿No te importa?
Mi mente, calenturienta, se pone en marcha:
-Mira, vete tranquila, pero con una condición…
-¿Qué condición cariño?
-Pues…. Es igual, no lo vas a hacer…
-¿El qué? Venga ya, dime… con el alcohol que ya hemos tomado en la cena, empiezo a marearme de tanto escribir…
-Pues quiero que te quites el sostén, y lo guardes en el bolso. Hazlo en el baño, envíame un selfie.
-¿Eso quieres, pervertido mío? Jajajaja
-Me encantaría….
Ya no recibo respuesta. No sé si me habré pasado, espero que no se mosquee. En realidad, espero que me siga el juego. A los cinco minutos, tumbado ya en la cama, me pita de nuevo el móvil. Lo abro, es un mensaje de Carla, una foto. Al abrirla la veo en el espejo de un baño, el móvil en una mano y su sostén en la otra. Bufffff……
-Mmmmmm… me encanta –le respondo
-¿Esto es lo que querías? ¿Te gusta que marque pezón, que me coman las tetas con la mirada?
-Bufff… como me pones. Con la mirada, o con la boca….
-¿Ah, si? ¿Te gusta, cornudito mío, que se coman las tetas de tu mujer?
-Bufffff… quiero que disfrutes mi vida, que te desmelenes. Y si ligas, me lo cuentas luego.
-Jajajjaaja… estás loco mi vida.
-Loco por ti. Pero sabes que me pone que te miren. Imaginarte bailando con algún jovencito mientras se te adivina el pezón… pues que quieres que te diga, me pone cachondo. Así que ve a divertirte, pero luego me lo cuentas.
-Ok, pues como tú quieras. Ya te contaré…
Ya no le contesto, ni ella me escribe más. ¿Me habré pasado? ¿Se habrá mosqueado conmigo? Espero que no. Carla me conoce. Sabe que la quiero con locura, simplemente son fantasías. Pero claro… le estoy dando pié a que las cumpla… ¿No? Sigo dándole vueltas a la cabeza mientras las doy también en la cama. Me cuesta conciliar el sueño. Joder, deseo tocarme, las ganas de pajearme son inmensas…. ¿Es normal que me excite imaginándome a Carla siendo seducida? Me comen los celos, me da chispazos la polla… todo a la vez…
Pasa un buen rato, cuando consigo dormirme.
Me despierta el ruido de la puerta. Carla está llegando. Miro el reloj de la mesita de noche, pasan veinte minutos de las cinco de la mañana. Joder, pues si que se ha desmelenado. Entra en la habitación sin hacer ruido….
-Puedes encender la lamparita, estoy despierto –le digo-
-Y si estás despierto… ¿Porqué no contestas mis mensajes? –dice mientras enciende la luz…
La miro, con su faldita corta pegada, con la blusita puesta aún sin sostén…. Joder, vaya si se le trasparentan los pezones, como se le marcan las tetas….mmmm… increíble. Se le nota un poco bebida, no borracha, pero si con los ojos achispados…
-¿Qué mensajes? Me acabo de despertar….
-Míralos…
Abro el móvil. Dos mensajes nuevos, de ella.
01:15: -Cariño, ¿ya duermes? Nosotras estamos en un bar latino, tomando mojitos, pasándolo bien. Y por si sigues despierto… que sepas que sí, que a más de uno se le van los ojos…. Ya te contaré….
02:34: -Vida, me encantaría que estuvieras aquí. Hay un muchacho joven, muy guapo, con los ojos claros como sabes que a mí me gustan. Luis se llama, es jamaicano. Me ha sacado a bailar un par de veces, y no veas cómo se mueve. Me he puesto cachonda. Sé que te hubiese puesto cachondo verme bailar con él. María ya ha ligado, se está dando el lote con uno en la pista. Y yo aquí, pensando en si volver a casa o seguir dejando que Luis se haga ilusiones….
Joder. Pues había decidido quedarse. Y para mi sorpresa, mientras se me hacía una especie de nudo en el estómago, mi polla reacciona de otra manera: se ha puesto dura como un mástil.
Carla se sienta en la cama, a mi lado….
-¿Y bien…? –me pregunta-
-Joder… no sé… estaba dormido… pero mira –digo, mientras aparto las sabanas y dejo que vea mi polla tiesa…..
Carla me la agarra con la mano, y en su mirada noto su deseo….
-Joder, qué tío… te tendré que contar lo que ha pasado…. ¿no te enfadarás, cornudito?
-Venga ya tonta… ¿no ves cómo me pone?....
Carla me besa, y empieza a pajearme…..
-Ponme el antifaz… -me pide.
Así lo hago, le pongo el antifaz, y mientras la beso desde atrás, la voy desnudando, dejando que note mi polla dura recorriendo su culo… ella se va excitando, mientras me cuenta:
-Pues, al llegar al pub, nos fuimos a la barra a pedir. Me quité la chaqueta, y aunque al principio me sentía un poco incómoda, el alcohol me ayudó a tranquilizarme…. Te hubiese encantado, verme en la pista de baile. A más de uno se le iban los ojos, tras mis tetas, tras mi culito…. Hubo alguno que se arrimó, pero no me llamaba la atención. María bailaba conmigo, pero ella sí que dejaba que se le arrimasen más de la cuenta.
Ya la tengo desnuda, solo con los zapatos y el tanga. Está esplendorosa, con el antifaz puesto. Me correría ya, en su culo, en sus tetas, en su boca, tal es mi excitación…. La ayudo a tumbarse boca arriba, en la cama, y empiezo a besarla, a recorrer su cuerpo. Pese a que estoy perdido de deseo, lo hago despacio, deseando que me siga contando….
-Tras ir y venir de la pista un par de veces, y con un par de mojitos, María ha ligado. Se ha puesto a darse el lote con un muchacho en la pista, mientras bailaban bachata. Ahhh…mmmm… -su relato se ve interrumpido por sus gemidos, mientras le como un pezón, lo tiene erecto, está tan excitada como yo….
-Joder, sigue contándome….
-Me he ido a la barra, cuándo ha venido él, Luis, era muy guapo, muy mi tipo, y se había fijado en mi, que te parece. Me he dejado invitar a una copa, y me ha sacado a bailar. Sabía moverse tan bien… hemos bailado un par de salsas…. Y sus manos me llevaban, me rozaban, me acariciaban…. Joder, saltaban chispas cariño… Cuando he reaccionado, he querido parar, porque veía que si no acabaría como María, y no quiero ponerte los cuernos…. Te quiero tanto….. pero me gustaba tanto…. ¿Estás bien?
¿Si estoy bien? No lo sé, la verdad… porque estoy excitadísimo, con la polla que me va a estallar. Comiéndomela, literalmente. Y deseando seguir escuchando la historia, deseando que haya ido a más….
-Sigue, por favor, no te guardes ningún detalle. Te amo, y sé que tú a mí. Me excitas, me excita lo que me cuentas…. –mi boca desciende de sus tetas, por su vientre, en busca de su sexo….
-Entonces he ido a la barra. Bueno, he huido a la barra, mejor dicho, a escribirte. Estaba decidida a volver a casa, pero en el fondo deseaba que me contestases, que me escribieses que me dabas permiso, que siguiese bailando….
-Lo tenías… -digo, para después empezar a lamerle el coñito, húmedo, muy húmedo, saboreando sus fluidos….
-Ahhhh…-gime- entonces- sigue entre jadeos- ha vuelto a mi lado, a preguntarme que me pasaba. Le he contado que estoy casada, que no quería más que bailar, y él me ha dicho que estuviese tranquila… que solo bailábamos… entonces he dado otro trago, estaba un poco mareada y me he dicho, qué demonios, si a mi marido le ponen estas cosas…. Y hemos vuelto a la pista…. Mmmmmm…. Joder… no pares –me agarra la cabeza y me la empuja hacia su coñito….-
Tras comerla un rato, no dejo que se corra. Me paro, y subo de nuevo. La penetro, despacio, mi polla entra con gran facilidad, mi hembra está mojadísima, excitadísima…. Mientras empiezo a follármela despacio, le susurro al oído:
-¿Te lo has follado? ¿A Luis?..
-Ja,ja,ja… ¿tú qué crees, cornudito mío?... No te enfades….
Sus palabras provocan que casi me corra. Disminuyo el ritmo, mientras le susurro al oído que por favor me siga contando…
-Pues… hemos vuelto a bailar, pero esta vez me he olvidado de María, me he olvidado de todo, y me he dejado llevar. Cada vez que se ponía detrás de mí, se pegaba más y más, y podía notar un bulto pegado a mi trasero. Bailaba conmigo, pero era todo muy sensual, por no decir sexual. Sólo le faltaba besarme, pero sus labios buscaban mi cuello cada vez que podía. Me volteaba de nuevo, se ponía de frente, y sus manos rozaban mis pechos a la mínima, mis pezones estaban durísimos. Me atraía hacia él, en un momento dado ha llegado a agarrarme descaradamente del culo, y yo me he dejado hacer, me ha atraído hacia si con fuerza, nuestros cuerpos pegados, mis pezones duros contra su torso, y su polla, si, he notado su polla dura apretándose contra mí…. En una de esas, me ha volteado, y se ha situado detrás. Mientras notaba su polla pegada a mi culo, me ha agarrado con fuerza las tetas, he notado sus dedos apretando mis pezones. Mientras me movía al ritmo de la música… mi culo rozaba una y otra vez su polla, mis manos rodeando su cuello, empujándolo hacia mi… ah, si, si, no pares….
Joder, he aumentado el ritmo sin querer, Carla goza, y yo estoy flipando, deseando saber qué más ha sucedido… por increíble que parezca, la deseo, la deseo más que nunca, quiero inundarla con mi leche, quiero follarla como nunca… pero me obligo a frenarme… me salgo….
-¿Todo bien amor?...-la noto preocupada-
-Mejor que nunca, vida mía. Me estás poniendo cachondísimo. Date la vuelta….
Carla se voltea, me ofrece su increíble culo, la penetro desde atrás… y empiezo a bombearla….
-Sigue, por favor…
-¿Qué más quieres que te cuente…? Oh, si, siii…
-¿Te lo has follado?
-¡No! Por Dios, yo jamás te haría eso…
-Pero… ¿Te lo habrías follado?
-Joder… si, claro. Me ha puesto cachondísima….
-¿Qué ha pasado después?
Mientras sigo follándola, desde atrás, Carla sigue, entre gemidos…
-Pues que me ha dicho, al oído, que me deseaba. Que me quería follar, ahí mismo. Y yo le he recordado que no podía, que estoy casada. Y que quería irme a casa. Pero el ha seguido con sus movimientos, mientras me ofrecía llevarme, traerme a casa… María había desaparecido, e íbamos en su coche, el mío se quedó en el restaurante. Por un lado deseaba estar a solas con él, que me llevara hasta el coche. Por otro, temía que me pudiese hacer algún mal, sólo lo conocía desde hacía un rato. Ah, si, si, sigue cariño, me encanta….
-¿Y qué has hecho? ¿Te has dejado acompañar hasta tu coche?
-Joder, mi vida, que rico, no pares….
Disminuyo el ritmo, para mi sufrimiento, para su sufrimiento….
-Dime que te has dejado acompañar….
-¿Eso es lo que te gustaría que hubiese pasado?... ¿No sientes celos?
-Joder, si, siento celos y excitación. Me da igual lo que haya pasado en realidad, te quiero, eso no cambiará nunca. A lo mejor sí que me pone que te folle otro. De momento gozo de escucharte, mucho…. Por favor, sigue….- empiezo a bombear de nuevo….
-Ah, si, si… pues si, joder, estaba muy caliente, le he dicho que porfavor me llevara hasta el restaurante, dónde estaba el coche, dejándole claro que no iba a pasar nada, que no quería ser una infiel…
-Aunque lo deseabas…..
-Si, joder, lo deseaba….. pero se ha portado como un caballero. Me ha llevado hasta el coche, eran unos diez minutos de distancia, durante los cuales me ha confesado que le gustaba mucho, que había disfrutado bailando conmigo, y que me deseaba, deseaba comerme entera pero me respetaba, no iba a hacer nada que yo no quisiera. Me dió su número. Y cuando llegamos, la verdad, lo miré… era tan guapo… tenía ganas de besarlo… lo siento….
-¿Él no lo intentó?...
-No, fue muy respetuoso… pero…
Silencio. Sólo se escucha el ritmo de mi polla, entrando y saliendo…. Me freno…..
-No pares, por favor….-me dice- te quiero, cariño, fóllame soy tuya….
-Sé que eres mía. Te quiero. No te preocupes, joder, no sé como decírtelo, me gusta, me excita lo que te ha pasado….-empiezo de nuevo a moverme…
-Pero… ah, si, si… pero…. Cuándo le he dicho que me iba, sólo me ha dicho “Hasta otra. Vete, que pueda aliviarme yo esto, pensando en ti…” y reclinando su asiento hacia atrás…. Se ha tocado el paquete. Y he podido comprobar que tenía la polla medio tiesa, se adivinaba grande bajo su pantalón de lino…. Oh, si, si… no pares, me corro…. Sigue…. Ahhhhhhh……
Carla se corre, al ritmo de mis embestidas…. Su orgasmo es brutal, se nota que tenía ganas…. Yo por mi parte me salgo, sin correrme. Mi polla dura como un mástil. Pero deseando escuchar el final de su historia…. Carla se quita el antifaz, exhausta, tumbada a mi lado, me agarra la polla, dura…
-¿Qué haces? ¿No quieres darme tu leche…?
-Quiero… pero estoy gozando como nunca. Quiero que termines tu historia. Saber qué ha pasado…
-¿Y qué te gustaría que hubiese pasado? ¿Te gustaría, en serio, que me hubiese follado a un desconocido, cornudito mío?
Ahora soy yo el que cierra los ojos. Mi mano en mi polla tiesa, arriba y abajo, pajeándome lentamente… en mi mente aparece Carla, montada encima de aquel extraño al que no pongo rostro, moviéndose en el asiento del conductor, encima de él, follando como animales….
-Buffff... Me excita la idea, lo siento… necesito que me lo cuentes….
-Está bien, sigue tocándote… -me susurra al oído- le he dicho que muchas gracias por todo, que había sido una noche fantástica, y que ojalá podamos repetir, que lo llamaré. Y… que si quería, lo ayudaba a aliviarse, que esa excitación era culpa mía…. Lo deseaba, pero tenía claro que no quería serte infiel… eran sentimientos encontrados… a la vez, deseaba su polla, esa polla que me había restregado tanto por mi culo en la pista de baile…. Así que le he pedido que cerrara los ojos…. Y que se bajara los pantalones…. Ante mi, ha aparecido una polla morena, enorme, joder…. Muy , muy grande….
-Bufffff…. –me muerdo el labio mientras noto mi polla en mi mano, que va a reventar….
-¿Te gusta cornudito mío?... Si, le he agarrado la polla, y he empezado a meneársela arriba y abajo, abarcaba casi toda mi mano…. Mi otra mano tocaba mi coño, por encima del tanga, muy mojado, deseando que ese pollón enorme me inundara… No ha tardado en pedirme que fuese más rápido, que se iba a correr…. Al notar su polla contraerse en mi mano, al notar sus borbotones de leche desparramándose por su barriga, en mi mano, en sus piernas… me he corrido, mientras me tocaba con mi mano libre, yo también me he corrido con él…
-Ohhhhh, Dios….- Me incorporo, a tiempo para correrme encima de ella, en sus tetas, en su vientre, mi esperma sale a chorros mientras me pajeo encima de Carla…. Que me mira con ojos lascivos….
Me tumbo, me recupero, el corazón me va a mil…. Al rato, pregunto:
-¿Qué más?
-¿La verdad? Nada, cariño, siento decepcionarte pero no ha habido ninguna paja… me ha llevado al coche y me ha dado su número… pero nada más….
-¿Y qué opinas de mi reacción?
-¿La verdad? No me la esperaba… si lo sé me lo follo… jajajaja
-Jajajaja… ¿Molesta?
-No…. –me besa
-Cariño, lo sabes, te amo con locura. Son fantasías, verte en un trío conmigo y con otro hombre, o verte montada en lo alto de un pollon–La beso….
Carla se ríe. Me abraza…
-Entonces…¿Podré llamar a Luis?...
-Bueno…. Si yo puedo estar presente….
Al cabo de un tiempo sucedió, pues tenía que suceder. Te armaste de valor, y le mandaste un whatsapp a Luis. Yo te lo pedi, fui participe de aquello.
“Hola Luis, soy Carla, la mujer de la otra noche. ¿Te acuerdas de mí?”
La respuesta, a los pocos minutos:
“Hola Carla, me alegra mucho saber de ti. Claro que me acuerdo. Fue una noche muy caliente, una lastima estés casada, tenía, y tengo, muchas ganas de estar contigo…”
“Pues… por eso te escribo. Se lo conté a mi marido. Todo. En realidad, a él le pone cachondo todo esto, y a mí más aún. Hemos hablado y me gustaría verte, estando él presente…”
“Bueno, no es nada extraño, hay muchos hombres a los que les gustan estos juegos… y… ¿cómo querrías quedar..?”
“Verás, podríamos quedar el próximo sábado en el mismo lugar, el mismo pub”
“Ok, genial. Allí nos vemos”.
Y así sucedió. Nos quedamos en un hotel, en la misma ciudad. Recuerdo que estabas asustada, desconcertada. En cambio a mi, el hecho de que fueras a reencontrarte con aquel tipo me tenía cachondo perdido. Seguramente por eso antes de salir a cenar te follé, como un desesperado, al llegar al hotel.
Ya en la cena, estabas preciosa, con tu faldita corta ajustada y tu camisita de tirantas. Te confesé mi excitación ya lo hice en el hotel mientras te follaba, y eso te excitó. Te gustó notar lo dura que me la ponía imaginarte bailando con ese Luis, y lo que pudiese suceder.
Tras la cena, y unas copas, ya ibas más que predispuesta. Al llegar al local nos fuimos para la barra, a pedir dos copas. Pero acordamos, bajo mi exigencia, que irias sola a la pista de baile. Y allí estabas, balanceándote, tan sensual, al ritmo de la música. Dios, como me pone recordar esa imagen. Y entonces llegó él, estaría deseando verte en la pista. Te abrazó desde atrás, y tu giraste la cabeza y le sonreíste, mientras seguías meneando tus caderas, al compas de la música, al ritmo de sus movimiento ahora….
Recuerdo que se me puso dura. Me lo había imaginado aquella noche, cuándo me lo contaste, pero ahora lo estaba viendo y no podía evitar excitarme al verte, bailando con aquel yougurín, al ritmo de la salsa, mientras sus manos recorrían tu cintura, bajaban a tu culo, te atraían hacia él…. Su boca, buscando tu cuello…. Y tú, dejándote llevar…. De repente me miraste fijamente, lo recuerdo perfectamente…. Me sonreíste…. Y aquello me puso a mil.
No tardasteis en venir a mi lado, en la barra. Nos presentaste:
-Luis, mi marido, Jorge. Jorge, este es Luis, del que te hablé…
-Encantado hombre –le estreché la mano- el otro día dejaste a Carla muy cachonda, ya te habrá dicho que me lo contó. Me gusta verla así, deseada, empoderada.
-Tienes una mujer muy sexy, Jorge- dijo Luis- muy deseable….
-Pues no se hable más. Te invito a una copa si quieres. Baila un rato más con ella si lo deseáis. Pero me encantaría nos acompañases al hotel esta noche…. –ni yo mismo creía lo que estaba diciendo, estaba lanzadísimo…-
Recuerdo que Luis se tomó un cubata. Tu apuraste el tuyo. Bailasteis un rato más, mientras yo os contemplaba, celoso, cachondo…. No llegaste a besarlo, pero se notaba que él te deseaba, que tú lo deseabas a él….
No tardamos en irnos de allí, como tres amigos, subimos al coche, tu a mi lado y Luis detrás, llegamos al hotel en dos minutos. Por el camino, mi mano en tu entrepierna, notando tu humedad, mientras tú me decías….:
-¿Estás seguro de esto, cariño?....
-Por supuesto… te respondí. -Y tú lo deseas, lo sé…
Tu silencio fue mi respuesta. Al rato estábamos en la habitación. Puse música de fondo. Serví unos tragos más para los tres. Luis empezó a bailar contigo, al ritmo de la música, que ahora no eras salsa ni bachata, era balada lenta. Estaba bien pegado a ti, besándote en cuello, mientras tú lo abrazabas y suspirabas. Yo me pegué detrás de ti, al compás de la música. Te besé el cuello en la parte opuesta dónde lo hacía Luís, y te susurré al oído:
-Es tu noche, vida mía, disfrútalo.
Entonces mis manos bajaron las tiras de tu camiseta, hasta dejar tus pechos al aire. Luis no tardo en bajas a comerte las tetas. Suspiraste. Mi boca buscó la tuya, nos besamos apasionadamente. Luis subió, lo besaste. Me aparté, quería mirar un rato, deseaba observarte.
Te tumbó en la cama, mientras yo me sentaba en la butaca frente a la misma. Su boca volvió a tus pechos, te comió los pezones, esos pezones tan ricos que tienes… jadeaste de placer, y me miraste. Te sonreí, estaba disfrutando. Cerraste los ojos y te dejaste llevar. Luis no tardó en quitarte la falda, el tanga, en desnudarte y bajar de tus pechos a tu entrepierna. Vi como su cabeza se perdía entre tus piernas, y tu jadeabas de placer con los ojos cerrados. Me desnudé, mi polla dura como un mástil, pero decidí seguir sentado, tocándome, pajeándome ante el espectáculo que me estabais brindando…
Luis paró, dejó de comerte y se incorporó de la cama, buscando protección, cómo habíamos acordado. Se quitó la ropa, y pude apreciar que efectivamente su miembro duro era más grande y gordo que el mío. Pero no me puso celoso, sino que me excitó pensar lo que ibas a disfrutar esa noche….
Mientras tu amante buscaba y se ponía la protección me acerqué a la cama. Tu desnuda, expuesta, mirándome fijamente. Te besé, con mucha pasión.
-Te amo –nos dijimos al únisono-
-Disfruta vida, quiero que goces mucho esta noche –te dije al oído-
Te incorporé, de rodillas en la cama, mientras nos besábamos. Mis manos agarrándote del culo, atrayéndote hacia mi… Dios, como te deseaba en ese momento, lo recuerdo perfectamente. Tu mano buscó mi polla dura, empezaste a pajearme. Luis se puso de rodillas en la cama, a nuestro lado, tocándose la polla mientras nos miraba.
Me aparte, me bajé de la cama y volví a sentarme en la butaca. Me miraste, me sonreíste. Aún recuerdo verte, Luis tumbándose, tú besándole el vientre, agarrándole la polla. Recuerdo como me miraste, fijamente, mientras le agarrabas ese enorme pollón, con esa cara de vicio… me dijiste: -¿Así querías verme, cornudito mío..?... recorriéndolo con la lengua, antes de cerrar los ojos y metértelo en la boca. Creo que es una imagen que no se me borrará nunca de la retina. Lo disfruté, debo confesarlo. Estuve a punto de correrme. Creo que fue tu mirada, esa mirada liberada, esa mirada de puro vicio y placer antes de meterte tremendo rabo en la boca. Empezaste a chupársela, él tumbado, tu a cuatro patas. Y yo no aguanté más, vine detrás de ti y empecé a comerte el coño, húmedo, lleno de jugos, estabas cachonda y lo notaba, te comí un buen rato al ritmo de tus jadeos, mientras chupabas una polla nueva, una polla real de carne y hueso, más grande y gorda que la mía, por primera vez en tu vida.
Busqué protección, mientras me la ponía tu seguías comiendo, como loca, Luis con los ojos cerrados, tumbado, disfrutando de tu boca. Te penetré desde atrás, lo deseaba, tu jadeaste más fuerte pero no dejaste de chupar el rabo de tu amante. Al ritmo de mis embestidas, seguiste dándole placer con la boca. Que imagen más preciosa. Por fin te follaba mientras te veía disfrutar de una polla nueva en tu boca. No quería correrme, disminuí el ritmo de mis embestidas, mientras me tumbaba hacia tu cuello, te besaba en la oreja, y te susurraba:
-Fóllatelo vida. Fóllate a Luis. Quiero verte montando encima de él.
Me salí de ti, y no te hiciste de rogar más. Subiste encima de él. Le agarraste la polla con la mano, conduciéndola hacia tu coñito. Fue un espectáculo, desde atrás, ver como ese pollón se enterraba en tu interior, despacio. Te tumbaste hacia adelante. Luis no tardó en comerte la boca, para pasar a tus tetas. Yo seguía embobado, viendo como la polla de tu amante entraba y salía de tu interior.
-Oh…. Siiii…. Siiiii…. –exclamaste-
-¿Te gusta mi vida? –te pregunté-
-Oh, diooosss… es enorme… ya… ya… eres un cornudito oficial mi amor… te quiero…- Luis seguía comiéndote las tetas, y tus palabras fueron gloria para mi, pues el chispazo que noté en la polla fue glorioso, a punto estuve de correrme….
No pude más, quería probar, estaba convencido de que tú querías probar. Me quité la protección y me embadurné la polla del gel lubricante que solemos usar en nuestras sesiones. Adivinaste mis intenciones, pues te agachaste sobre Luis, rodeando su cuello, su polla enterrada en tu coñito. Aminoraste el ritmo, y yo me coloqué en la entrada de tu ano, apretando suavemente. Mi polla dura, durísima, se hizo sitio, te penetré despacio, pero firmemente, adentro, hasta enterrarla por entero en tu interior. Mis huevos chocaron con la polla de tu amante. Pude notar en tu pared vaginal, su pollón alojado en tu interior. Empezamos a movernos, a ritmo, acompasados, yo te la enterraba, él salía, él te la enterraba, yo salía. Te volviste loca. Loca de placer. Chillabas como no recuerdo haberte escuchado nunca chillar. Te corriste, fue bestial, y no pude aguantarme más. Me corrí en tu culo, llenándote de leche mientras te corrías. Fue glorioso, aún lo recuerdo. Luís siguió follándote, mi polla se estaba aflojando, y me salí. Pude ver mi leche brotando de tu ano, pero tú, siempre escrupulosa con estos temas, estabas ida, Luís seguí follándote y tu pedías más.
Me senté otra vez en el sillón, exhausto, contemplando como la polla de Luis no paraba de entrar y salir de ti… era un máquina, te estaba pegando una follada increíble. Creo que te corriste otra vez, los ojos cerrados, tus manos agarrándote fuerte de las sábanas, su boca entre tus tetas…. Era un espectáculo glorioso.
-Basta, basta, por favor no puedo más… -suplicaste con voz entrecortada-
Luis paró y tu te saliste de él, te tumbaste a su lado, tu coño palpitante, jadeando de placer…. Luis se puso otra vez de rodillas, empezó a pajearse, mientras te contemplaba. Se quitó el condón, no dijo nada, sólo siguió con su mano pajeándose a tu lado.
Se la agarraste, te incorporaste, para mi sorpresa te la llevaste a la boca, no era lo acordado pero estaba siendo algo increíble. Luis gimió al contacto de tu boca en su polla. Mi polla volvía a ponerse dura, viendo como se la chupabas a tu amante. Estabas fuera de ti, los ojos cerrados, mamando como tantas veces me la has mamado a mi, sólo que esta vez era un desconocido con una polla más grande.
Ahora tú de rodillas, Luis de pie, follándote la boca mientras yo ya me estoy pajeando de nuevo en el sillón.
-Me corro, joder- anunció Luis-
Fue glorioso. Porque dejaste de chupársela, pero seguiste pajeándola esperando su néctar. Y mientras lo hacías, me miraste. Y eso me puso muy malo, muy cachondo. Me miraste con la cara más viciosa que tienes, cara de placer extremo, cara de éxtasis. Estabas fuera de ti. Y mientras me mirabas, Luis desparramo su orgasmo sobre ti. Cayó su leche en tu cara, en tu cuello, en tus tetas….
-Ohhhh… siiiii. Jodeeeer….. –exclamó tu amante-
Y tu mano aminoró el ritmo, extrayendo todo el néctar de ese pollón. Seguías mirándome fijamente. Tu lengua recorrió tus labios, puro vicio. Fue demasiado, no me había dado cuenta pero me estaba pajeando como un demonio mientras os contemplaba, y me corrí, me corrí de nuevo sobre mi mano, mi vientre, y parte en el sillón. Me sonreíste.
Te bajaste de la cama, manchada con la corrida de Luis. Te fuiste directa al baño. Yo me quedé sentado en el sillón, con mi segunda corrida sobre mi vientre. Luis, tumbado en la cama, con los ojos cerrados.
-Tienes una mujer increíble, Jorge… -dijo sin abrir los ojos, con voz agotada. Escuché el grifo de la ducha, supuse que te ibas a lavar. Vine hacia el baño. Ahí estabas, preciosa, desnuda, sonriente, dejando el agua caliente caer por tu cuerpo. Me metí contigo, te percataste de mi presencia y me atrajiste hacia ti, dejando que el agua lavara también mi cuerpo. Nos besamos, me acababa de correr dos veces, tú desconocía cuantas, pero sentía una atracción hacia ti desconocida hasta ese momento. No lo podía explicar.
-¿Y bien….? –tus manos rodeaban mi cuello, tus ojos buscaban los míos…-
Te sonreí..-Genial, ¿no?
-Estamos locos, ¿lo sabes? –Volviste a besarme, esta vez con más pasión. Te agarré del culo, te atraje hacia mí. Mi polla empezaba a reaccionar nuevamente. Lo debiste notar, pues no tardaste en descender, besándome el vientre. Te pusiste en cuclillas, y tu mano empezó a pajear lentamente mi miembro, arriba, abajo. El agua resbalaba por mi vientre, me quisiste mirar pero el agua te lo impidió, aminoré el ritmo del chorro, dejando que siguiese cayendo agua sobre nosotros. Tu boca engulló mi polla, ya morcillona. Dios, que rico la chupas, cariño. Cerré los ojos, disfrutando de tu comida. No tardé en notar que alguien estaba fuera. Luis contemplaba el espectáculo, desde fuera de la ducha. Pero era suficientemente grande, cabíamos los tres. Le hice una seña para que entrase. Entró, y se situó detrás de ti. Su polla también reaccionaba, Luis se pajeaba mientras no perdía de vista como tu boca engullía mi polla, ya dura, una y otra vez. Abriste los ojos, y seguiste en cuclillas pero te pusiste de lado, tu polla abandonando mi polla pero sin soltarla. Con la otra mano, agarraste la de Luis y empezaste a pajearlo. Lo miraste, y engulliste su polla. Dios, que recuerdo, todavía se me pone dura al recordar ese momento. Tú, agachada, dejando que el agua recorriese ara tus tetas, ara tu espalda. Una polla en cada mano, y fuera de ti, mamándosela a tu amante un rato, luego volviendo a la mía. Estuvimos así un buen rato, hasta que te levantaste, sin soltarnos las pollas….
-Vamos a la cama, chicos…
Saliste de la ducha, y cogiste una toalla para secarte, camino a la cama. Te imitamos, y te seguimos, embobados tras de ti. Luis, que me iba cogiendo confianza, me lo repitió de nuevo:
-Tu mujer es una diosa del sexo, Jorge….
-Lo sé, le dije.
Te tumbaste en la cama, boca arriba. Era increíble, creo que llevábamos una hora en la habitación, una hora de sexo con poco descanso. Y querías más. Me tumbé a tu lado, te besé mientras mi mano recorría tu cuerpo, de tu pecho hacia tu sexo. Empecé a tocarte, tu coñito seguía húmedo, pidiendo guerra. Luis se tumbó en el otro lado, su boca buscó tus tetas, empezó a comértelas. Tus manos volvieron a buscar nuestras pollas, mientras me besabas, mientras Luis te comía esos hermosos pezones que tienes. Luis se incorporó, volvió a la mesita de noche para ponerse de nuevo protección, su polla dura de nuevo como un mástil, mientras tú y yo seguíamos besándonos, nuestras lenguas entrelazadas, mis dedos jugando con tu clítoris, tu mano pajeándome. Luis subió a la cama, y se colocó entre tus piernas. Su intención estaba clara. Mi mano abandonó tu sexo, y tú separaste las piernas, dejándole vía libre a tu nuevo amante. Te cogí la mano que tenías en mi polla, para entrelazar nuestros dedos. Dejé de besarte, para decirte un “te quiero” que salió de lo más profundo de mi ser. Era curioso, como estábamos haciendo un trío, algo nuevo, con otro hombre, y los momentos en que más excitación estaba sintiendo era cuando recibías ese pollón que tenía nuestro invitado. Cerraste los ojos, y yo no pude evitar mirar, como Luis enterraba su verga dentro de ti, lentamente. Noté tu mano, apretando con fuerza la mía. Levantaste las piernas, facilitándole la entrada, y tu amante empezó a bombear. Me soltaste la mano, y lo rodeaste, mientras jadeabas con cada una de sus embestidas…
-Oh, jodeer, si, si, no pares…
Me separé un poco de vosotros, bajándome de la cama. Mientras mi mano jugaba con mi polla tiesa, debo admitir que me encantaba verte, entregada. Dabas un jadeo cada vez que Luis te la enterraba entera. Volteaste la cabeza, y me miraste. Me miraste fijamente, y una vez más eso me puso cachondísimo. Me subí de nuevo a la cama, y acerqué mi polla a tu cara. La recibiste con ganas en tu boca. Cerraste los ojos y Luis y yo acompasamos el ritmo… mientras gemías con la boca llena con mi rabo. Al rato Luis paró, abandonó su posición y me hizo una seña. Quería cambiar. Te invité a ponerte a cuatro patas, y tú obedeciste, entregada a tu placer, a darnos placer. No tardé en ponerme un condón y empezar a bombearte desde atrás, mientras Luis era ahora quién te follaba la boca. Podía ver como tu culito, siempre tan apetecible, seguía algo dilatado tras habérmelo follado hacía un rato. Luis, nuevamente, me pidió cambiar. No hizo falta que te movieses, nos cambiamos nosotros, recorriendo tu espalda a besos mientras intercambiábamos posiciones. Recibiste la polla de Luis desde atrás con un jadeo. Luis empezó a bombearte, estabas con los ojos cerrados. Te besé en los labios, y te lo pedí en la oreja:
-Mírame, Carla….
Abriste los ojos y me miraste, mi mano en tu nuca, tus ojos extasiados, sonriéndome mientras soltabas un gemido en cada embestida de tu amante:
-Ah, ah, ah, ah, ah….
Recuerdo como me excitó.
-¿Te gusta mi vida, gozas con otra polla?
-Oh, si, si… -seguías gimiendo..- es enorme cornudito… cornudito mío… mi amor… si…-no se si lo dijiste porque lo sentías, o porque sabías que me iba a excitar oírtelo decir…
-Mmmmm…. Dios, me encantas… -te dije incorporándome, mientras con mi polla apuntaba a tu boca.
La engulliste, y pronto otra vez nos acompasamos, mientras seguías gimiendo con la boca llena:
-Mmmm, mmmm, mmmm…..
-Joder, Carla, que culito tienes –Dijo Luis-…. ¿Me dejas que te lo folle?
-Mmmmm, mmmmm….-Seguías gimiendo con mi polla en tu boca, pero dejaste de chupármela para girarte a decirle, para mi sorpresa:- prúebalo….
Luis dejó de penetrarte, y volvió a la mesilla de noche a coger el bote que yo había usado con anterioridad. Mientras, sin soltarme la polla, te incorporaste arrodillándote frente a mí y me besaste…
-¿No te importa…? –me susurraste al oído sin dejar de pajearme…
-No, me gusta que estés así de entregada. Disfrútalo –te dije- ¿Quieres tu bala vibradora?
-No…-me dijiste…-
Luis ya estaba detrás de ti, y te empujé la cabeza suavemente hacia abajo, para dejarte en cuatro… -Que se prepare este culito tragón…-te dije, arrancándote una carcajada…
Tu amante empezó a jugar con tu culito. Me bajé de la cama, y la rodeé para ver mejor. Cerraste los ojos, y Luis se puso de pie, apuntando su pollón hacia tu culito desde arriba. No sé si lo hizo adrede para que lo viera, pero me gustó. Sin dejar de pajearme, pude ver tu mano jugando con tu clítoris, y la polla de Luis abriéndose paso en tu estrecho culo.
-Aaaauuuu…. –chillaste-
Luis dejó de empujar, tenía ya la punta en tu interior…
-¿Estás bién? –te preguntó-
-Si, si, sigue…-dijiste agarrándote fuerte con la mano que no jugaba con tu coñito a las sábanas.
Era glorioso, no me había dado cuenta y me estaba pajeándo como un loco, mientras Luis enterraba cada vez un poquito más esa enorme polla en tu culo. Fue cuestión de poco tiempo y la tuvo entera dentro. Tu mano aceleró el ritmo, y Luis empezó a bombear despacio…
-Mmmmm, jodeeer, ah, ah, ah… -chillabas-
Volví a rodear la cama, pude ver tu cara, con los ojos cerrados, mordiéndote el labio, me preocupó que te estuviera doliendo… me acerqué, te cogí la mano que apretaba la sábana, fuerte…
-¿Te duele vida…? ¿Estás bién..?
-Ufff, si, joder…-te incorporaste sobre los codos, tu mano abandonó tu clítoris…- Sigue tu, cariño…
-¿Quieres que te folle yo el culo?...
-No…-negaste con la cabeza mientras Luis seguía bombeándote…-quiero….ah, ah….quiero que me comas el coño… por favor…
Te besé, entendí lo que querías. Le hice una seña a Luis para que aminorara el ritmo, me tumbé y me deslicé debajo de ti, besándote las tetas, besándote el vientre. Cerré los ojos, por la idea de encontrarme la polla de Luis demasiado cerca… mi boca llegó a tu coñito, chorreante, y empecé a comerte como un poseso, mi lengua deslizándose una y otra vez por tu clítoris, absorbiendo, chupando, lamiendo… No tardé en notar tu mano en mi polla, tu boca chupándomela. Ahí estábamos, haciendo un 69 como otras veces, con la diferencia de que ahora tu culo estaba siendo bombeado por una polla de un tamaño bastante considerable en comparación con la mía (que era la única que había probado tu culito hasta el momento).
Gemidos tuyos con la boca llena, cada vez más acelerados. Te ibas a correr, lo notaba. Mis manos pasaron de tu espalda a tus nalgas. Te las agarré con fuerza, y te abrí, imaginándome la vista que tendría Luis. Te corriste, como una loca. Absorbí, todo lo que pude, me encantaba recibir tu orgasmo en mi boca. Dejaste de chupármela, rendida… solo acertaste a decirle a Luis:
-Para, para….
-Buffff… joder..-exclamó él resignado, pero levantándose y desalojando su polla de tu culito.
Te giraste, quedándote tumbada a mi lado boca arriba, tu cabeza hacia mis pies…
-Sigue…-miraste a Luis- pero por delante, me has dejado el culo destrozado…
Estaba atónito, tus palabras me tenían muy sorprendido. Más que nada, porque no solías ser tan… sincera con tus comentarios en la cama. Volviste a mi polla, volviste a comérmela, mientras con las piernas abiertas esperabas a tu nuevo amante. Recuerdo tu coñito, mojado, palpitante… y recuerdo que pude ver, antes de que Luis volviese entre tus piernas, tu ano también mojado, dilatado. Me excitó mucho esa imagen, aún puedo cerrar los ojos y recordarla. Luis volvió a la mesita de noche a ponerse otro condón. Me gustó el detalle, demostró ser responsable, pues aunque te había estado follando el culo con condón, se lo cambió para volver a tu coñito. Cerré los ojos y me aparté a un lado, dejando que Luis volviese entre tus piernas. Esta vez te levantó el culito, poniéndote una almohada hábilmente debajo, y se sentó sobre sus talones para penetrarte.
-Mmmmm, mmmmm, mmmm –volviste a gemir con la boca llena por mi polla. Luis bajó a tus tetas, empezó a comerlas mientras empezaba a bombearte. Cerré los ojos, disfrutando del momento. Tu boca seguía comiéndome, mientras gemías. Disfrutabas, lo notaba. Y me encantaba verte así.
Al rato, Luis aceleró el ritmo…
-Joder, Carla, eres una Diosa… voy a correrme, joder…
Y volviste a sorprenderme, pues tu boca abandonó mi polla, y mirando a Luis, sin soltarme la polla, le dijiste…
-Ohhh… si…. Dame tu leche cariño, no pares, dámela, me corro yo también….
Luis bajó, vuestras lenguas se entrelazaron, me agarrabas la polla con fuerza, y os corristeis, creo recordar que Luis primero, a juzgar por sus gemidos, y luego tú, en un largo orgasmo. En ningún momento me soltaste la polla, pero vuestros cuerpos frenaron, exhaustos.
-Uffff…-te escuché decir-
Aunque yo seguía con la polla dura, quise darte un respiro. Luis se incorporó, salió de tu interior, pude ver la descarga monumental que llevaba en su condón antes de que se fuera hacia el baño…
Tu mano reaccionó, empezó a moverse de nuevo en mi polla, arriba, abajo….
-¿Y mi cornudito…? –me dijiste-
Me moví, me acerqué a besarte…
-Tu cornudito disfruta, de verte gozar tanto….-te dije-
-Buffff… -me sonreíste, con las mejillas sonrojadas, preciosa como siempre después de tus orgasmo- pues yo no puedo más….
-¿Así me vas a dejar?, estoy a punto yo también..-pregunté mientras escuchaba en el baño el ruido de la ducha de nuevo-
Supongo que lo hiciste con mucho esfuerzo, pero me dijiste...-No, ni hablar... dime lo que quieres…
No lo dudé:
-Gírate, ponte a cuatro patas…
-Bufff… -dijiste mientras obedecías- déjame el culito pero, porfa…
Bajaste la cabeza, pude ver de nuevo tu precioso coñito, húmedo, abierto por el pollón de su reciente intruso. Y tu ano, aún no recuperado, seguía sonrojado y algo dilatado. Mi polla se dirigió a tu coñito, y te la clavé del tirón, sin dificultad. Estabas dilatadísima, mi polla era bastante menos gruesa que la de Luis. Empecé a moverme… tú estabas super sensible, lo notaba porque en cada embestida gemías nuevamente…. Lo recuerdo perfectamente, te agarré las nalgas y te las abrí, tu ano pedía guerra, aunque me lo habías pedido, lo notaba aún abierto, con cada una de mis embestidas se entreabría, lo busqué con mi pulgar, y lo introduje en tu culo sin dificultat…
-Mmmm, ah, ah… -gemías-
-Bufff… quiero tu culo cariño,… no lo puedo evitar…
Y como música para mis oídos, te escuché decir:
-Fóllamelo cari, lléname el culito de leche, dame tu leche, amor….
Madre mía, aún ahora lo recuerdo y me pongo a mil. Me pusiste cachondísimo. Me salí de tu coñito, me quité el condón y empujé mi polla contra tu culito. Vaya que si entró. Sin dificultad.
-Ah, ah, mmm…. Ufff…. Si, dame tu leche papi, fóllame el culo…
No tuve que dar muchas embestidas para notar cómo me venía el orgasmo.
-Oh, si, tómala toda….-te dije, mientras descargaba todo mi néctar en tus intestinos. Y para ser mi tercer, creo, orgasmo de la noche… descargué en abundancia.
Me quedé pegado a ti, a tu espalda. Te besé en la nuca, y no lo pude evitar, soy muy voyeur. Me salí de ti, con la polla limpia prácticamente, mientras veía tu culito dilatado como nunca. Te tumbaste, rendida. Yo hice lo propio, a tu lado. Nos besamos.
-Joder –te dije- ha sido alucinante…
-Y que lo digas –me sonreíste- estamos locos pero ha sido una pasada…
Entrecerré los ojos, me caía de sueño. Al rato te escuché decir:
-Tengo que ir al baño… -y me besaste dulcemente en la mejilla antes de incorporarte de la cama.
Escuché tus pasos hacia el baño. Allí seguía Luis, pensé. ¿Seríais capaces de seguir?
CARLA
Fui al baño como pude. Y digo como pude porque tenía las piernas temblorosas… estaba literalmente exhausta. Ahora eso sí, recuerdo que no podía quitarme la sonrisa de la cara. Estaba feliz, exultante. Supongo que es lo que tiene el buen sexo. Y más si es en la cantidad que había recibido aquella noche. Necesitaba sentarme en el váter, vaciar mis intestinos de la corrida de mi marido, pero sobretodo mear, me estaba meando mucho. Mil imágenes aparecieron en mi mente en el corto espacio entre la cama dónde reposaba Jorge, y la puerta del baño. Habían sido dos semanas de muchos cambios. Muchos. Cambios en mi, cambios en nuestra relación, cambios en nuestra vida. Solo esperaba no habernos equivocado, pues quería (y quiero) con locura a mi marido, no me imaginaba la vida sin él. Al final había sido él, quién con sus juegos, sus ideas calenturientas, sus propuestas… nos había empujado a aquella locura. Y en esas estaba pensando, cuando abrí la puerta del baño y me sorprendí al encontrar a Luis, desnudo, secándose con una toalla. No pude evitar echar un rápido vistazo al cuerpo que lucía. Juventud, divino tesoro… tez morena, abdominales marcados, músculos bien definidos… y aquella polla ahora en reposo, y aún así tan grande y apetitosa. En un acto reflejo me tape la zona púbica con una mano y los pechos con el otro brazo. Luis me sonrió:
-No hace falta que te tapes, creo que me has enseñado bien todos tus encantos esta noche. Y son encantadores, todo en ti es maravilloso…
No entendía como podía atraer alguien como yo a un chaval joven como aquel, pero sonreí, me acerqué a él y le di un piquito en los morros:
-Necesito ir al váter… sal por favor. – y fui directa a mi objetivo. Luis se envolvió la toalla en la cintura y salió, dejándome.
JORGE
Apenas había escuchado los pasos de Carla hacia el baño, y las voces de Carla y Luis hablando algo. Seguía con los ojos cerrados, cansado, relajado. No me importaba saber que mi mujer estaba desnuda en la habitación de al lado (el baño), con otro hombre más joven que yo, también desnudo. Me sorprendía a mi mismo no haber sentido celos esa noche. Amaba con locura a Carla, y no sé por qué, no tenía ningún miedo de perderla. Me sabía correspondido en nuestro amor, y sabía que aquello había sido sólo sexo, sexo salvaje y loco. Y había gozado viendo a Carla gozar de aquella manera. En esas estaba cuando escuche la voz de Luis, sonaba lejana…
-Jorge, chst, perdona, Jorge….
Entreabrí los ojos, Carla seguía en el baño, se escuchaba la ducha. Luis estaba vestido, hablándome.
-Jorge, perdona si te habías dormido, pero me voy, no quería irme sin despedirme. Tienes una mujer excepcional.
-Quédate a dormir si quieres..
-No, la verdad no me apetece. Sé que es la primera vez que hacéis algo así, y seguro tendréis que hablar. He disfrutado mucho, tu mujer es excepcional. Si alguna vez queréis repetir, me avisáis. Dile a Carla que mi móvil está disponible para ella, pero Jorge, escúchame con atención, es importante. He tenido problemas en el pasado por experiencias como esta. Tu mujer es TUYA, no quiero entrometerme en un matrimonio. Nunca he sido hombre de una mujer, y la tuya es fantástica a ver si me entiendes, pero espero que no se confundan las cosas. Por mi parte estate tranquilo…
La verdad es que habíamos acertado. Aquél muchacho era muy buena gente. Había tratado siempre a Carla con respeto, y ahora me demostraba que era todo un caballero para este tipo de situaciones. Se notaba su experiencia.
-Muchas gracias por todo, tío. Ya hablamos. –Fue todo cuanto atiné a decir, pues mi cuerpo pedía un descanso ya. Un sueño reparador.
Luis salió por la puerta. Me dormí.
CARLA
Salí de la ducha, y me sequé. La ducha me había terminado de relajar, necesitaba dormir un rato. Al volver a la habitación, tan solo encontré a Jorge en la cama, dormido. No había rastro de Luis. Debo admitir que me mosqueó que se hubiese marchado sin despedirse. También me sorprendió un poco. Me puse unas braguitas y me tumbé al lado de mi marido. Miré el móvil, habían pasado tres horas desde que entramos en la habitación los tres. Tres horas que no iba a olvidar nunca. Tenía un mensaje. Era de Luis:
“Siento haber marchado sin decirte adiós, Carla. Solo quiero que sepas que he disfrutado mucho, sois una pareja excepcional. Si alguna vez queréis repetir, me avisáis. Y si quieres que nos veamos solos tu y yo, con el consentimiento de tu marido, me avisas. No soy hombre de una sola mujer, Carla, no quiero que confundas las cosas. Ya se lo he dicho a tu marido, jamás me entrometería en un matrimonio. Besos.”
Vaya con el chico… pensé. ¿Qué creía, que me iba a enamorar de él? El sexo había sido fantástico, pero por lo demás, yo quería a mi Jorge… en fin. Mejor dejar las cosas claras desde el principio, y Luis parecía tenerlas. Mejor, porque también a mi me asustaba la idea que el chico se enamorase de mi o algo así… y dándole vueltas a la cabeza… me dormí.
ESTA ES LA PRIMERA OPCIÓN, PARA LLEVAR A CABO NUESTRA FANTASÍA, DE VER A CARLA FOLLAR CON OTRO HOMBRE Y REALIZAR UN TRIO. ESPERO VUESTROS COMENTARIOS, Y MÁS IDEAS SOBRE COMO PODRÍA SUCEDER. GRACIAS.