El Inicio. El transcurso de una carrera (I)

Adormilado, sentí algo grueso alojarse en mi ojete, algo que presionaba con fuerza, mientras el sonido de ese somier chirriar me servía como una nana, bueno eso y el de su pelvis contra mis nalgas, mientras me penetraba lentamente.

El Inicio. El transcurso de una carrera (I)

Antes de nada, agradecer tantos a aquellos que me leéis como los que me ponéis un comentario, ya sea mediamente al mismo portal de www.todorelatos.com como a mí email, pues por vosotros me dais animo a continuar, siguiendo a plasmar mis confidencias. No quisiera enrollarme demasiado en esta información, pero, aunque me repito en esta parte, debo de indicar para aquellos que me lean por primera vez.

Mirad en aquellos tiempos, antes de cumplir los dieciocho años recibíamos una carta del Ministerio de Defensa, carta que no era otra que una notificación en la cual informaban, de que debía de ingresar en las fuerzas armadas. Teniendo varias opciones para evitar esto, opciones solo escogí la de retrasar el remplazo de incorporarme a filas, solicitud que fue aprobada, pues de esta manera pude finalizar el curso cursado. Incorporándome el martes veintiuno de junio de mil novecientos noventa y cuatro, deber por la patria que finalice precisamente uno después.

Año que precisamente en octubre me incorporé a mis estudios Universitarios, aprovechando que había hecho el servicio militar en Madrid. Pedí a mis padres finalizar mi carrera universitaria en Madrid, carrera que solo supuso en verdad el traslado de expediente, algunos favores para mi padre y malestar para mi madre, pues volvía a tenerme lejos. Argumente a mi padre el motivo por el cual deseaba finalizar mi carrera universitaria, pues no solo era por el prestigio de hacerla en la capital… Madrid. Sino, por los puntos que te otorgan ante que a otras, eso y por no decir las becas, subvenciones y ayuda que a esta conceden, e incluso oportunidades laborales, eran todas ventajas.

Pero cuando anteriormente me he referido a los favores de mi padre, no ha sido por otro motivo que, por el alojamiento pues, aunque yo propuse el quedarme, tanto en un alojamiento para Universitarios como en un albergue para estudiantes, siendo este último quizás más caro.  Mi padre no solo, no escucho mi propuesta, sino que lo resolvió a su manera, no siendo de otro modo que, arreglándolo con un viejo amigo y compañero, amigo que me acepto a alojarme en su casa el tiempo que sea necesario, claro está no era de mi agrado. Soltando mi padre…

  • “Mira que sencillo ha sido todo, después de todo no ha sido tan difícil, ya está todo arreglado con mi amigo”.

El amigo de mi padre para suerte la mía, cuyo nombre es German (no voy a mentir, quizás porque ha dejado de estar entre los vivos), no vivía la verdad muy lejos del Campus Universitario, donde se encontraba mi universidad E.T.S.I. de Telecomunicación, teniendo la suerte que, en el portal del bloque se encontraba con varias opciones de transporte público.

De German, el amigo de mi padre que podría contar, os diría que era una persona sería o al menos eso me pareció al principio. Él desde el inicio se comportó como un amigo, deseando ayudarme en todo lo posible, deseando que me integrara a la perfección, pues según el… ‘Es duro comenzar en un sitio nuevo, más aún sin tener familiares o amigos’, cosa que era verdad. German, era un hombre de la edad de mi padre (cincuenta y nueve años), cuyos rasgos no eran otros que los generados por su forma de vivir, rasgos de un exmilitar y retirado. Persona que podría decir que se mantenía en bastante en forma, cuerpo corpulento, aunque algo delgado, alto y con abundantes cabellos canosos. Persona que no dejaba de decirme…

  • “Prometí a tu padre que cuidaría muy bien de su hijo”.

Cosa que hacía a la perfección. Desde que día que me instale, tuvimos una pequeña charla sobre las normas de la casa, pues me dejo claro que no permitía drogas, cosa que como le hice saber…

  • “Yo no tomo esas cosas”.

Luego, me informo de una serie de cuestiones, donde deseaba tener un tiempo de estar conmigo donde debía de contarle cosas, cosa que me extrañaba pero que no das importancia, tiempo que lo denomino… ‘norma de convivencia’. En la charla, me sugirió que podría traer las chicas a mi cuarto, donde sin formar demasiado escándalo, podría dar rienda suelta al sexo, pues prefiere que lo haga como es debido en vez de gastarme el dinero en un motel o hacerlo dentro de un coche. Pues como me decía y no me dejaba de repetirme…

  • “Es mi deber, me comprometí con tu padre a que te cuidaría como el hijo que no tuve, no quedando solo en el favor a un viejo amigo”.

Y la verdad es que sí que aproveche por llevarme a algunas de mis amigas con derecho, amigas con la cual practicaba sexo, unas veces por disfrutar y otras por las apariencias. Pero en esto, descubrí una de tantas facetas de German, pues no era otra que la de espiarnos mientras follábamos, no digo que lo descubriera cogiéndolo en el acto, pero sí de forma casual y atreves del reflejo de un espejo.

Fue una noche en la cual, decidí quedarme en casa y de paso cumplir con esa norma de convivencia. Esa tarde hablamos, contándole anécdotas que me han ocurrido en la facultad, chismorreos y algunas bromas. Se hizo de noche y decidimos pedir pizza, comida que acompañamos con unas cuantas botellas de cerveza, donde acabamos sentados en el sofá viendo algunas películas. Creo recordar que a raíz de una de esas películas y por el efecto del alcohol, acabamos por hablar de sexo, donde me confeso su fanatismo por ser voyeur. Elogiando a las chicas que traía a casa, mentando las buenas tetas y el culazo de alguna que otra, acabando por elogiar mi experiencia en el sexo. Ya que no me contentaba con las típicas posturas, pues veía como me gustaba darle por detrás, disfrutando de como las chicas acaban disfrutando y de mi esbelta figura. Charla que continuo hasta quedarnos dormidos, quedando aquella velada en una grata experiencia que no me importo volverla a repetir.

Las semanas dejaron paso a los meses, donde mi amistad con German fue consolidándose. Donde descubres que se casó, pero no llegaron a tener hijos, pues su vida como militar apenas le daba tiempo, cosa que según el afirmaba. Esposa que con los años acabaron por separarse, acabando esté por vivir solo y de paso, dando todo por su vida monótona de militar. Supe por nuestro tiempo de convivencias, que tenía algún que otro secretillo, no solo su fanatismo al voyeur, sino era fetichista en algunas cosas, eso y otros pecados que le costaba de divulgar. Eso como que con la edad que tenía mantenía una vida sexual muy activa, donde quedaba con alguna chica de compañía o se llevaba a alguna prostituta, chicas que la verdad nada más verlas me ponían… uuummm!!.

Pero fue una de tantas tardes noche de acuerdo de convivencia, noche que nos pasamos con el alcohol, donde dejamos de beber cerveza y continuamos con otro tipo de alcohol, donde mezclamos el ron con la ginebra o incluso el tequila, acabando ambos fatal. Noche que no recuerdo ni como llegué a mi cama, mucho menos en acabar desvestido, pero en el transcurso del sueño tuve flases. Flases en el cual creí, que eran parte de eso… de un sueño. Sueño de lagunas con sensaciones, sueño que rellene esas lagunas con experiencias propias y que se asemejaban a lo sucedido. Os cuento mi sueño y como lo rellene, vale…

Mi sueño comienza con la sensación de que unas manos toscas pero al mismo tiempo suaves, me acarician todo mi cuerpo, sintiendo esas manos desde mis pies hasta mis cabellos, manos que magrean mis músculos… mmm!!. Me costaba reaccionar, no pudiendo ni abrir los ojos, sintiendo como me acariciaba, como me magreaban mi cuerpo, pellizcando mis pezones, sintiendo como me los chupaban e incluso mordían… uuummm!!. Aquel sueño tan real hizo que me empalmara… uuummm!!, sueño en el cual sentía como si alguien cogía mi miembro y se ponía a darme una mamada… uuuffff!!, mamada con magreo de genitales… ooohhh!!.

Pero lógicamente yo me movía debido al mismo alcohol, siéndome imposible reaccionar, ¡pero aquella mamada se intensifico al tiempo que magreaba mis testículos… ooohhh!!, proporcionándome tal satisfacción, que pase de querer despertarme a no desearlo… ooohhh!!. Estaba a cien, sintiendo minutos más tarde como volvían a acariciar y magrear mi cuerpo, como chupaban, lamia y mordían mis tetillas… aaahhh!!, acabando por deslizar algo cálido y grueso por mis labios… uuummm!!. Continuando por ir alojándolo en el interior de mi boca, sintiendo como eso grueso entraba y salía de mi boca, sintiendo mis labios aferrarse a ese tronco… aaahhh!!.

Cuando lo sacaron y volvieron a las caricias, algo dentro de mí me decía que debía de voltearme, cosa que hice en medio de tanta satisfacción… uuummm!!. Quizás fuera por fastidiar a ese extraño, o al menos ese era mi intención, ¡pero cuando noté esas manos comenzar a acariciarme desde mi nuca hasta el mismo talón… uuummm!!, di por hecho que me había equivocado. Quizás más aun, cuando siente esas manos detenerse en mis nalgas, manos que comienzan a juguetear con mis glúteos… ooohhh!!. Continuando por rellenarlo con algo húmedo, algo que mi sueño no logre rellenar esa laguna, pero aquello ayudo a que introdujeran algo dentro de mí… ooohhh!!. No pensé mal, solo lo hice cuando sentí cuando no uno si ¡no hasta dos entraron en mí… uuufff!!, entendiendo que aquello debían de ser dedos… ooohhh!!.

Y luego por el peso de mi colchón, di por hecho de que se trataba, siente el roce de otro cuerpo por el vello de sus piernas, siente como golpean mis nalgas con algo que doy por hecho que es una polla. Todo esto lo recree en mi época militar, cuando alquilaba una cama para descansar y otros aprovechaban, no solo el catre sino quien lo ocupaba, otros que, gracias a la dueña de esos llamados moteles, éramos aquellos el tráfico de carne de otros. Pues debido a esta experiencia, laguna que rellene con esa experiencia, donde este personaje iba a realizar lo que aquellos en su día no hicieron… uuummm!!.

Sentí algo grueso alojarse en mi entrada anal, ¡algo grueso que presionaba con fuerza… ooohhh!!, algo que cuyo dueño me penetraba lentamente… uuummm!!, proporcionándole tal disfrute que comenzó a despertarme de verdad. Pero el muy cuco se detenía y como si se tratara de una pesadilla, simplemente te giras y continuas durmiendo, volviendo a descansar… ooohhh!!. Siendo después el sonido del chirriar de aquel somier, sonido que me suena como una nana, sonido que sumado al choqué de su pelvis contra mis nalgas, y a los gemidos y suspiros de este… aaahhh!!.

Cuando despierta por la mañana con un tremendo resacó y de paso un dolor de ojete, sabes el motivo del primero e intuye el segundo, te levantas y como puedes vas al aseo, pasando por delante del dormitorio de German. Cuyo vistazo inicial no vez nada raro a excepción del envoltorio de un preservativo encima de la mesita de noche, no deseando pensar nada raro, pero el sueño que tuve con esas sensaciones y lagunas. Sueño que comienzo a rellenar con imágenes vividas y que doy por hecho, que una persona sea había aprovechado de mi situación, disfrutando a mi costa pero que en verdad habíamos disfrutado amos.

Esta experiencia se repitió en dos ocasiones más, siendo la última donde desperté en pleno fregado, este no se inmuto y siguió a lo suyo, siguió embistiéndome… aaahhh!!. Llevando mi mano hacia su miembro, pude comprobar que tenía una buena tranca… ooohhh!!, cuya acción no detuve y como todo sumiso que soy, comencé a disfrutar de ese pedazo de trozo de carne entrando y saliendo… uuuffff!!. Sacándomela este en un momento dado, para comenzar a follarme la boca una vez que se quitó el condón, tomando yo la batuta y demostrarle que se algo más que comer coñitos… uuummm!!.  Dejándole a este que volviera a penetrarme como deseaba… uuuffff!!, aunque me hizo saber que le ponía hacerlo mientras duermo, pues le pone hacerlo ya sea siendo dócil o a la fuerza. Cuando me embestía, no dejaba de decirme…

  • “Uuuffff!!, ya… ya, ya falto poco… uuummm!!, así suavecito… aaahhh!!”.

Hasta acabar por descargar, quedándose dentro hasta que perdió su erección, luego más tranquilo y sosegado, nos quedamos dormido, donde esa noche compartí cama con él… uuummm!!. Luego con los días, me confiesa que eso era uno de sus secretillos, tomar por la fuerza a algún chico, adicción que tomo siendo militar. Donde las duras maniobras de meses le hicieron saber otros como combatirlas, no siendo otras que meterse en garitas donde hubiera uno durmiendo y tomarlo a la fuerza, sabiendo de sobra que este no denunciaría aquello (joder, menuda putada).

German fue convirtiéndose en esa persona que considere algo más que un amigo, no penséis mal… no era mi amante, ni lo considere nada parecido, pero si fue ese compañero que estuvo para todo. Y que claro está acabe por darme mi permiso para hacerlo, donde a veces lo hacía a pesar del poco deseo que sentía. Donde fui demostrándole mi conducta sexual, no siendo otra que pasiva, servicial, dócil, sumiso y obediente, conductas que atraen a hombres, hombres que en su mayoría son muy maduros.

Desde ese día, comprendí que era absurdo dormir con pijama o alguna prenda, pues acabas desnudo, acabando por acostarme con tan solo los calzoncillos o incluso a veces un tanga. Como este venia por las noches, sentí el peso de su cuerpo al hundirse el colchón, poco después como tiraba de mi única prenda hacia abajo, sintiendo como esta se deslizaba por mis piernas hasta sacármela por los pies… uuummm!!. Como acariciaba y magreaba mis glúteos, separándolos e impregnándomelo con algo, notando su glande alojarse entre mis nalgas e ir introduciéndose en mi orificio… ooohhh!!. Comenzando a moverse y cuya consecuencia era la penetración… uuummm!!, adormilado solo te percata y continúas durmiendo... ooohhh!!, durmiendo y disfrutando de cómo me penetra, besa y acaricia, como me hace alcanzar el cielo… uuuffff!!.

Aquella primera noche en el cual me puse un tanga, pude comprobar que aquella prenda le ponía muchísimo, bueno esa y con el tiempo que pude saber y comprobar de otras, prendas que era muy fetichista. Pues fui convirtiéndome en su objeto de placer, siempre manteníamos la discreción al máximo, dejando estos tipos de juego en el hogar. Donde él no hubo vez que me pidiera hacer algo y como yo con sumisión las realizaba, como aquella vez que mientras me duchaba apareció este por la puerta. Me fue extraño, pues fue la primera vez que lo hizo, yo actué con naturalidad, no dándole la mayor de las importancias, pensé que quizás se me uniera tarde o temprano, pero no, simplemente sé quedo observándome.

Se sentó y se quedó mirándome como me duchaba, como salía y comenzaba a secarme, observaba mi desnudes y admirando según él mi atractivo, observaba pasmando y al mismo tiempo asombrando mi cuerpo. Pues según él, no comprendía como un chico como yo, pudiera tener tal fisionomía sin hormonas o cirugía, no comprendiendo como ese síndrome pueda generar tal cambio en el cuerpo de un hombre, llegando a cuestionar si los travestis o transexuales tendrían alguna similitud. Él estaba informado por mis padres del síndrome que padecía, sabiendo que tomaba hormonas masculinas para contrarrestar este síndrome. No dejando de decir una y otra vez…

  • “Joder, menudo cuerpo de nenita que tienes”.

Y tan solo por mi complexión delgada, torso más corto de lo normal, amplias caderas, piernas más largas y esbeltas, tobillos finos y pies pequeño para mi edad. Mi fisionomía carecía de vello alguno, tanto corporal como facial, hablando de rostro cuya cara angelical que contrata con labios carnosos, labios que el inferior es el doble de grueso que el superior. Cejas perfiladas que parecían depiladas y pestañas largas y perfectas, a todo esto, había que sumar el tamaño de mis cabellos, cabellos que deje que creciera hasta la altura de mis hombros, pero mi mayor problema no era el tamaño de mi miembro o de mis testículos, sino el agrandamiento del tejido mamario que se me había generado. Aunque German para quitarle hierro a mi preocupación, me decía…

  • “Mira por donde tus hormonas están comenzando a surgir efecto, mira donde te están creciendo los primeros músculos”.

Él sabia de mi síndrome y sabia a la perfección que yo no era para nada afeminado, pues no me comportaba como una chica, ni tenía movimientos amanerado, ni pluma, ni nada parecido. Ese día me pidió que me vistiera para el de chica, prendas que tenía en su casa de algunas escorts. Pero bueno dejaremos esta y sus demás perversiones para otro momento, creo que es el momento que me debo de despedir, no me enrollo más, espero que os haya gustado tanto como a mí, espero vuestros comentarios. Mi email es… jhosua1974@gmail.com