El inicio de una ruta con un final muy diferente

Tras haberse corrido, me hizo chupársela, comenzando a disfrutar no solo de su miembro, sino de su semen… mmm!!. Le hice disfrutar de mis labios y de mi lengua, no solo de mi boca, tragando y recorriendo su tronco hasta los genitales, lamiendo su perineo y ver como este mismo, me obliga a comerle el culo.

El inicio de una ruta con un final muy diferente

Tengo un amigo que me decía…

  • “Tienes suerte, pues por todo lo raro que parezca o extraño que sea, suele ocurrirte a ti… aunque tú no lo busques”.

Hace tres semanas he comenzado a correr/caminar, pero en esta ocasión he cambiado el recorrido, recorrido que me permita cada día aumentar la distancias. Comenzando durante la primera semana a recorrer de unos cinco a seis kilómetros, etapa que comienzo saliendo de casa temprano, saliendo con camiseta de manga corta y encima un polar, pantalón largo más porque aun refresca, auriculares y poco más. Tome un recorrido en el cual paso cerca de una avenida de naves abandonada, naves digo abandonada debido a la crisis del ladrillo, naves que algunas están prácticamente acabadas, pero sin que nadie las haya comprado.

Pues eso, esa primera semana ha sido prácticamente de prueba, una semana para ver como estoy físicamente, una semana de retos y poco más. Comenzando mi segunda semana en la cual he aumentado el recorrido, pasando de cinco a seis kilómetros a realizar entre ocho y diez, palizón bestial pero ideal para bajar tripita. Tras haber dejado atrás mi aprendizaje, semana que me cruzaba con las mismas personas, pocas debido a la hora y por temor a la zona, ideal para no cruzarme con tantas. Pero estos días me estoy cruzando con un hombre mayor, mayor lo he tomado por sus cabellos blanquecinos, pues la mascarilla me oculta su rostro. Me lo he cursado y este camina en vaqueros, suéter de mangas cortas y calzado deportivo, prendas que me he extrañado, pero bueno.

Ayer jueves lo vi caminar de frente a varios metros, comenzando este nada más divisarme a tocarse la entrepierna, quise hacerme el distraído y disimulé no verlo, pero era difícil. Pues a pocos metros, ¡tocándose me hizo entender como de dura y larga estaba… uuuffff!!, comenzando a calentarme y excitarme, acabando por cruzarnos. Dando un par de pasos y acabar por girar mi rostro, ¡viéndolo detenido mientras se magreaba la entrepierna… uuummm!!, mirándome a la cara y bajando la vista, gesto que hace a modo de invitarme a hacer lo mismo, pudiendo ver como se bajaba la cremallera y sacarse su miembro fuera… uuummm!!. Ese tío con todo descaro, me enseño su miembro, polla que me hizo mirar a mi alrededor y cerciorarme que nadie había, acabando por acercarme y alargar mi brazo hasta cogérsela con la mano. Mano que deslicé a lo largo de su tronco duro y caliente, mano que apreté mis dedos a modo de poder cerrarla y recorrí esta hasta sus grandes testículos. Llegándole a escuchar…

  • “Sabía que te gustaban, tenía un presentimiento”.

Por el brillo de sus pupilas de a entender que debía de estar sonriendo, ya que su mascarilla oculta su rostro, bajando mi mirada nuevamente al sentir como impregnaba mi mano de su precum… uuummm!!. Viendo como este me hace soltar su polla, miembro que guarda en el interior de su pantalón, volviéndome a escuchar decirme…

  • “Sígueme”.

Escucho y veo como se aparta, caminando en dirección hacia las naves, viendo como abre una puerta que aparentemente estaba cerrada, puerta que desaparece este tras entrar. Me quede unos segundos pensando, pero finalmente me decidid a seguirle, llegue hacia la puerta y entre, pidiéndome este que cerrara la puerta. Cerré la puerta y me dirigí hacia donde estaba este, persona que se quita la mascarilla, viendo ahora lo que pensé en su momento al ver sus cabellos grisáceos. Pudiendo apreciar que ese hombre debía de estar entre los cincuenta y cinco y los sesenta años, hombre alto de un metro ochenta y cuatro centímetros al menos, corpulento por su fisionomía, brazos largos y grandes manos como los dedos.

Se me acerco e intento besarme, cosa que rehuí ya no solo porque no me gusta besar, sino por el mismo echo de este virus, este no viéndose rechazado comenzó a besar mi cuello y comerme las orejas… uuummm!!. Comenzando yo por masturbar su polla y genitales, dejándome que este tirara de mi polar y camiseta hacia arriba, descubriendo mi torso, pegando su boca a mi pecho… uuummm!!. Sintiendo como esos labios y lengua besan mis pezones, como chupan y lamen… ooohhh!!, pero al mismo tiempo siento como sus manos se aferran a mis nalgas, magreando y manoseando… uuummm!!. Manos que acaban por tirar de mis prendas hacia abajo, continuando por magrear ahora sobre mis nalgas desnudas… ooohhh!!. Sintiendo como varios de sus dedos se deslizan entre mis glúteos, como presionan mi orificio… ooohhh!!, no dejando de masturbarlo, pero en mi interior deseo llevármela a la boca y chupársela… ooohhh!!.

Mis intentos por inclinarme o agacharme no tienen su fruto, pues no deja de impedírmelo, como si se vengara el no dejarme besar. Aun así, continuo masturbando su pollón, continuado magreando sus genitales, dándole place ¡r como bien puedo… uuummm!!. Acabando este por tirar de mis prendas superiores y acabar por sacármela por la cabeza, abalanzándose de nuevo, chupando, besando y lamiendo cada centímetro de mi pecho, mordiendo y succionando mis pezones, como si tratara de sacarme leche… ooohhh!!. Pero lo que no deja de magrear y dedear es mi orificio anal, orificio que no contento con haberme introducido uno de sus dedos, ahora me penetra con dos e intenta introducir un tercero… uuuffff!!.

Me veo como apartando mi mano de su polla, me gira y me hace inclinar hacia adelante, pidiéndome que me apoye con los brazos extendido sobre el muro, brazos que apoyo con mis manos. Mientras siento como tira de mis prendas hacia mis tobillos, descalzándome este mismo y acabar por sacarme las prendas por los pies. Temí unos minutos, me ruborice al verme desnudo ante este hombre, no conociéndole de nada como otros tantos, pero el lugar no es aquellos donde busco sexo, ya que este está más cerca de mi casa, conocidos y familiares.

Sintiendo su glande alojarse entre mis glúteos, capullo grande y húmedo por su precum, glande que inserta en mi orificio y que tras tomarme por la cintura, comienza a empujar… aaahhh!!. Nota al igual que yo… que no va a poder entrar, retrocede y tras escupir un par de veces, comienza de nuevo a presionar, mientras yo no dejo de pedirle que vaya más despacio, sintiendo como poco a poco va entrándome… ooohhh!!. Metiéndome su glande y un par de centímetros más, deteniéndose unos minutos como para adaptarme al grosor, momentos en que me soltó…

  • “Uuuffff!!, menudo culito que tienes, fue vértelo el otro día mientras hacía estiramientos, y decirme a mí mismo… ese tiene que ser mío… uuummm!!”.

Fue acabar de decírmelo, y comenzar este a penetrarme, comenzando embestidas alternando dos velocidades, penetraciones fuertes y profundas… aaahhh!!, con penetraciones más corta y suaves… uuuffff!!. Sintiendo su polla dura abrir mi orificio en cada una de sus embestidas, no dejando de penetrarme, dándome una y otra vez, mientras yo gemía. No dejaba de acariciar mi pecho, jugueteando con mis pezones, pellizcando con fuerza, y soltarme…

  • “¿Qué pasa que no te gusta o qué?, ¿Dime… disfrutas o no?”.

Respondo, pues no me queda otra…

  • “Si… si… ooohhh!!”.

Volviéndome este a decir…

  • “Gime… puta gime, ¡venga maricona que quiero escuchar como disfrutas… uuummm!!”.

No quedándome otra que gemir y sollozar, viéndome disfrutar y hacer que este me escuche, siendo de lo más extraño pues no soy persona de extrañaciones o cualquier gesto. Esté aparta finalmente sus dedos de mis doloridos pezones, mano que desciende desde mi pecho hasta mi ingle, sintiendo como palpa primero para luego intentar coger mi miembro flácido. Volviendo a escuchar a este…

  • “No se te pone dura o qué”.

Respondiéndole…

  • “Cuando me están follando… no se me empina, aunque últimamente cuando estoy con mi mujer, menos todavía”.

Respondiéndole este…

  • “Pues tú sabes una cosa, dicen que si tienes el pito pequeño es que debes de ser marica, pues no tendría que hacer nada con mujeres, y claro está con hombres… si la tengo pequeña o no se te empina, tú lugar es ser pasivo”.

Sintiendo con placer y con dolor sus fuertes embestidas, sintiendo como en pocos minutos este se va a venir, acabando tras unas penetraciones, sintiendo como vierte seis u ocho chorros dentro de mí, mientras respira con dificultad. Me mira y me suelta…

  • “Uuuffff!!, ha sido bestial… esto hay que repetirlo… uuummm!!”.

Dice al tiempo que se saca del interior de uno de sus bolsillos un paquete de clínex, sacando del interior de este un par de pañuelos de papel con el cual se limpia su polla, miembro que a pesar de haberse corrido aun continuo morcillón. Este mirándome al tiempo que me ofrece un par de pañuelos, me pregunta…

  • “Dime… no te pone que me llame putita mientras te follan”.

Dice y continúa…

  • “Sabes que no estas nada mal, tienes un buen polvo… como suele decirse, un buen culito, una especie de pequeñas tetitas, una mini pollita y encima sin huevos, ¡casi una mujer… eeehhh!!”.

Ríe al tiempo que comienza de nuevo a magrear mi trasero, volviéndome a decir…

  • “Mira, no soy fetichista, ni me van los afeminados ni los travestis… nada por el estilo, pero no me importaría verte con unas braguitas de nena. Uuuffff!!... es imaginármelo y mira cómo se me ha puesto, debes de verte toda una niñita con ese cuerpo”.

Fue decir eso y desaparecer por la puerta mientras comenzaba a habar por el móvil, quedándome ahí dentro el tiempo de vestirme, colocándome los auriculares y salir de esa nave. Tras salir, este aún estaba ahí, viendo que cerró la puerta y le echo el pestillo, despidiéndose de mi con un hasta mañana al tiempo que palmeaba mis nalgas. Marchándome y continuar con mi recorrido estupefacto, digo sorprendido al pensar que esta persona tenía todo planeado, persona que no llegamos a presentarnos, y que ya había quedado conmigo para mañana.

Tras haber realizado mi recorrido, llegue a casa desecho, desecho no solo por mi caminata sino por el tremendo polvo que me habían echado, mientras me duchaba y retirando toda evidencia de este. Pensé en esa experiencia, experiencia que luego plasmé en un Word en mi Pc, escribiendo todo lo acontecido y acabando con dos corridas, corridas que me hizo volver a ducharme y cámbiame de nuevo de mis prendas. Tras realizar todo mis labores y trabajo el jueves¡, este llego a su fin, esperando el inicio de un nuevo día, deseando que llegue el viernes.

Día que, tras levantarme temprano, realizar todas las tareas antes de salir a correr, no cayendo en lo acontecido en el anterior día… y menos en lo ocurrido. Pero fue ir llegando hacia tal lugar, cuando lo vi a unos veinte metros al menos, divise su silueta y me vino a la cabeza lo que este menciono, pensé en darme la vuelta y alejarme, pero finalmente me acerque. Tras detenerme y este ir acercándose, pasaron varios transeúntes, quedándonos en esos precisos momentos solos, este me saludo al tiempo que palmeaba mis nalgas. Preguntándome primero…

  • “¿Qué vienes con ganas de follar?, pues yo vengo deseando… y no solo echarte un solo polvo, sino al menos dos”.

Suelta y prosigue…

  • “Te acuerdas lo que hablábamos ayer”.

Decía como si yo recordara sus palabras o conversación, viendo mis ojos y comprender mi ignorancia, siendo este el que me hizo recordar sus palabras en torno a lo de vestir de chica. Explicación en la cual me hace saber que me ha traído unas braguitas, prenda que desea vérmela puesta mientras me folla, palabras muy basta salida de esa persona con aires de ser culto. Respondiéndole yo…

  • “No gracias, pero yo no soy ningún afeminado ni travesti”.

Fue decir eso, cuando este posando su mano en mi hombro, presiono a modo de acompañarlo hacia la nave, donde tras abrir la puerta y entrar, cerro esta tras de nosotros, pidiéndome que me desvistiera. Comenzando otra vez a besar mi cuerpo, poniéndome a tono, jugando con mi orificio, observando como en esta ocasión viene mejor preparado. Pues saca de uno de sus bolsillos un bote de vaselina, bote del cual impregna mi orificio y tras introducir dos de sus dedos, acaba por meterme el tercero… ooohhh!!. Poniéndome muy guarra, muy caliente y salido, tanto que veo como saca un par de alfileres de ropa, objetos que me extraño, pero tras ponérmelos en los pezones, me suelta…

  • “Voy a instruirte putita, tengo la sensación que te gusta este tipo de juegos, noto que no te niegas ni pones impedimentos, eres muy sumiso y eso me gusta”.

Sacando esa prenda femenina del bolsillo y pedirme con educación que me la colocara, prenda que finalmente cogí y que me la coloque, viéndome este deseo y soltarme…

  • “No vez… eres todo una niñata, ¡una buena putita que hay que adiestrar… uuummm!!”.

Fue girarme y colocarme con mi culo preparado, sintiendo su polla entrar en mi orificio, comenzando a moverse con fuerza y brutalidad, sintiendo con gran placer y claro está… cierto dolor, como su polla entra y sale de mi… ooohhh!!. Tras al menos veinte minutos follándome, me hace saber que se va a venir, sacándomelo de mi dolorido orificio y tras hacerme girar, acaba por correrse en mi boca y rostro, sintiendo estos caen por mi pecho. Momento en que deja que se la coma, comenzando a chupársela, ¡disfrutando no solo de su semen… mmm!!, sino de su miembro en mi boca. Haciéndole disfruta de mi lengua y labios, como recorro su tronco hasta los genitales, lamiendo su perineo y viendo como este mismo, me obliga a comerle el culo… uuummm!!.

Chupo mientras no dejo de dedearme, no dejando que mi orificio se me cierre, observando este como juego con mi propio orificio, agradeciendo el gesto, pues me hace levantar y girarme… ooohhh!!. Colocando su glande en mi orificio y penetrarme con violencia, acabando a los pocos minutos, mientras me embiste no deja de palmear mis nalgas, no deja de golpeármelas al compás de cada embestidas… aaahhh!!. Hasta que se vacía dentro de mí, sacándola minutos después, limpiándosela con mi propio bóxer, mientras me dice…

  • “Esto ya no te sirve a ti, tú eres una nenita y como tal, debes de llevar braguitas”.

Prenda mí que, tras limpiarse, acaba por tirarla lejos de nosotros, reponiendo sus ropas y esperando que yo haga lo mismo. Soltándome eso de…

  • “Mañana sábado sobre qué hora sueles pasarte”.

Respondiéndole…

  • “Sobre las ocho de la mañana”.

Respondiéndome este…

  • “Pues mañana, sobre esa hora te recojo aquí, pues te voy a llevar a mi casa donde estaremos mas cómodo, dándote después una sorpresita… vale”.

¡Ups!!, me vais a tener que perdonad, pero veo que se me va alargar mucho, y no lo deseo por las críticas de algunos lectores, mejor os dejo hasta aquí y ya me decís que os aparecido. Estaré esperando vuestra respuesta, deseando recibir vuestros comentarios, ya sea a este portal como a mi correo. Claro está, mi email es: jhosua 1974 @ gmail. com (obviamente… todo junto).