El inicio de mis aventuras
Al ver que no había nadie mas río arriba, un día decidimos meter más adrenalina en nuestra rutina, desvestirnos en el río, y bañarnos completamente desnudas, era rica esa sensación, ese temor a ser descubiertas, sobre todo en las condiciones en las que estábamos, cada vez, llegaba yo a sentir ese deseo de ser observada, de ser descubierta, sentía un ardor dentro de mi, un ardor que ansiaba que fuera saciado
Empezaré diciendo que esta historia es completamente real, comenzó hace aproximadamente 22 años mi nombre lo omito, una mujer común, mis características físicas en ese entonces podía decirse que encajaba dentro de lo normal, contaba con un buen cuerpo muy bien proporcionado, para entonces tenía 27 años, una mujer que contaba con todas las comodidades posibles de esa época, era una mujer realizada, con un esposo trabajador que me superaba solamente por 7 años, el se hallaba fuera de la ciudad por motivos de trabajo durante cinco de los siete días de la semana, es decir, que entre semana el se hallaba fuera y sólo venía los fines de semana a compartir con nosotros, su familia, esto no era así, sino hasta la llegada de nuestro tercer hijo, ya que como familia nos trasladábamos todos hasta el trabajo de mi esposo, pero después de la llegada del tercer hijo, como ya mencioné, era un viaje incomodo, por eso optamos por quedarnos en nuestra ciudad mientras mi marido trabajaba fuera para conseguir el sustento, fue así como sucedió la historia que comenzaré a relatar.
Mi esposo y yo decidimos que como me quedaría en casa tendría mucho tiempo libre, e hicimos un acuerdo en el que decidimos que pondríamos un negocio que yo atendería y supervisaría directamente, un negocio de abarrotes, el nuestro era un pequeño pueblo en ese entonces, casi todos éramos conocidos y los vecinos o eran familiares o eran conocidos muy cercanos con los que nos relacionábamos por una u otra cuestión, pues bien, escogimos un lugar en donde poner nuestro negocio, una vez realizado, comenzamos a hacerlo crecer, no costó mucho, ya que con el trabajo de mi esposo que era muy bien pagado llegó a ser la tienda mejor surtida de la colonia, y la única en varios cientos de metros a la redonda.
Como nunca falta, un día me visitó una de mis medias hermanas, mala influencia resultó ser, ya que sabiendo que a partir de ese momento yo era dueña de mi tiempo por lo menos entre semana, me invitaba a salir y dejar a mis hijos al cuidado de la criada o de mi suegra, aunque los mayores ya iban a la escuela, el menor lo tenía que dejar con mi suegra, hasta que me decidí enviarlo también a la escuela, lo cual le resultó muy difícil, ya que estaba muy apegado a mi, pero aun así lo mandé y decidí seguir el consejo de mi hermana y salir a divertirme durante el día, salíamos a un lugar cercano, el cual habíamos planeado y sabíamos de antemano que nadie nos conocería allí, a mi sobre todo, ya que mi hermana no era de esos lugares, sólo llegaba en ocasiones, pero se quedaba unas buenas temporadas, las suficientes para acompañarnos en hacer nuestras travesuras, era ella la que siempre manipulaba mi mente, y me incitaba a sacar mi lado obscuro, mi lado perverso.
En muchas ocasiones nos dirigimos a este lugar que brindaba mucha tranquilidad, ya que era un lugar muy pequeño, una pequeña colonia pero alejada del resto de la civilización, un lugar que podría calificarse como paradisíaco, ya que tenía un gran río que pasaba en medio del pueblito, un lugar por donde no transitaban muchos carros, ya que la carretera principal pasaba por afuera de la población, eso era lo que nos atraía, además de que nos recordaba nuestro pueblo natal que también tenía un río, fue así como nos gustaba darnos nuestras escapadas, salíamos siempre de la casa como si fuéramos a cualquier lugar, a cualquier parte dentro de mi pueblo, sin dar las apariencias de salir lejos, sin salir muy arregladas, y sin mas atuendo que el que llevamos puesto, todo normal, sin levantar sospechas; pues bien, ahí dábamos rienda suelta a nuestra forma natural de ser, bromeábamos como hacía tiempo no lo hacíamos a rienda suelta, sin tapujos, andábamos con toda la soltura que queríamos, sin temor a ser criticadas, sin pudor por las personas que nos miraban, ya que ahí éramos completamente extrañas, una vez ahí aprovechábamos para coquetear a quien encontrábamos a nuestro paso.
Fui dando rienda suelta a mi personalidad candente, a mi carácter de hembra sedienta de macho (esto gracias a que mi marido me dejaba abandonada la mayor parte del tiempo) pero sin caer en la vulgaridad, siempre lo hacía de tal manera que guardaba las apariencias, sin manifestarme descaradamente, pero estos hombres poco a poco nos fueron conociendo de vista, ya que continuamente visitábamos este lugar nos iban mirando y de vez en cuando nos gritaban vulgaridades propias de machos al ver a unas hembras como nosotras, me fue gustando provocar esas sensaciones, esas pasiones, despertarlos sexualmente, me fui despegando de mi familia centrándome cada vez solamente en mi;
Debido a que este lugar era muy solitario, en las ocasiones siguientes, nos metíamos a explorar río arriba, saber que había más allá, esa era nuestra curiosidad, al ver que no había nadie mas río arriba, un día decidimos meter más adrenalina en nuestra rutina, desvestirnos en el río, y bañarnos completamente desnudas, era rica esa sensación, ese temor a ser descubiertas, sobre todo en las condiciones en las que estábamos, cada vez, llegaba yo a sentir ese deseo de ser observada, de ser descubierta, sentía un ardor dentro de mi, un ardor que ansiaba que fuera saciado, pero no sucedía nada, así seguimos nuestra rutina durante cierto tiempo mas, ir al pueblito, coquetear con los hombres que trabajaban en las bodegas que habían ahí, sobre todo habían cargadores, y hombres tan atractivos como los compradores que ahí llegaban, los cuales eran dueños de una bodega ubicada en ese lugar, y nuevamente la sesión de piropos a la que éramos sometidas, después ir a darnos un baño al río.
Hasta que una ocasión decimos subir río mas arriba, nos dábamos perfecta cuenta que era muy difícil el acceso para ir mas allá, sin embargo, nuestro sentido de aventura nos movió y convenció de ir y arriesgarnos, era un lugar de mucha vegetación, y así, desnudas como andábamos decidimos seguir e ir caminando dentro del agua, queríamos sentir mas adrenalina, ya que el acceso era difícil, no había ningún camino.
Una vez mas arriba, comenzamos a escuchar sonidos fuertes como el chapoteo del agua al caer, cuando dimos vuelta a una pequeña curva, casi nos encontramos de frente a unos hombres que trabajaban sacando arena del agua, ellos apenas en pantaloncillos cortos, sin camisa, el susto que nos dimos, eran cinco hombres, todos ya maduros, con fuertes músculos en piernas y brazos y con la piel morena por trabajar bajo el sol, al vernos ahí, frente a ellos y desnudas, se quedaron como nosotras, mudos de asombro, por nuestra conversación al ir avanzando no reparamos en distinguir que el ruido que escuchábamos era por el chocar de arena al ser lanzado a la orilla del río, fue un instante que se nos hizo eterno, no sabíamos como reaccionar, por una parte estaba presente todo el morbo que yo quería sentir, pero por otra, no estaba plenamente convencida de lo que deseaba que sucediera.
Después de unos pequeños segundos, reaccioné dando vuelta lo mas rápido que pude tratando de alejarme de esa situación, pero estos hombres, con tan solo vernos ahí, en pleno lugar solitario y muy alejado de todo vestigio de civilización, era claro que no debían pensar en dejar escapar una oportunidad como aquella, todo lo contrario, reaccionar con presteza para no dejar escapar a las mujeres que se les brindaba directamente hasta ellos, servidas en bandeja de plata, completamente preparadas y listas para lo que se les ocurriera, sin que les costara nada de trabajo acceder a ellas, ya que ya estaban listas para todo lo que se ofreciera, completamente desnudas, y sin nada que impidiera hacer con ellas lo que fuera, sin pensarlo y sin mucho trabajo, lograron darnos alcance, a mi primero, que en la desesperación por querer correr, poco podía hacer dentro del agua que me llegaba a los muslos dejando ver todo mi pudor y me impedía ir mas rápidamente, rápidamente me cogieron del brazo impidiéndome huir, al igual que a mi hermana, debo decir que yo era y sigo siendo la mas atractiva;
Sin pensarlo estos hombres me jalaron hacia suelo seco, me lanzaron rápidamente hacia la arena, me cercaron impidiéndome huir mientras se desnudaban, yo ya nada podía hacer, ya que al darme alcance me quitaron la ropa que llevaba en las manos y con nada ya podía taparme, sólo con las manos, pero de nada serviría, los otros que no corrieron tras de nosotras ya nos aguardaban listos, desnudos y con la verga completamente tiesa, preparada para todo, yo echada sobre el montículo de arena solo esperaba lo peor.
Uno de ellos ordeno que me voltearan, quería penetrarme por detrás, así que sin consideración me voltearon rápidamente sobre la arena, me dejaron completamente acostada, teniendo mi pecho y mi vientre completamente en contacto con la arena, ya nada podía hacer, ningún sonido salía de mi boca y aunque pudiera, estábamos muy alejadas de cualquier lugar en que hubiera quien nos escuchara, así completamente echada sobre el cerro de arena, quedaron expuestos mis agujeros, siendo rápidamente aprovechado por el que ordenó que se me volteara boca abajo, tenía una verga lo suficientemente larga y gorda para sentir como se iba abriendo camino hasta dentro de mi, era todo el morbo que yo necesitaba, pero no lo estaba disfrutando, tenia un terrible terror al estar siendo perforada de una manera tan inesperada como estaba sucediendo
No era algo planeado, era algo que lo deseaba, pero no esperaba que sucediera tan pronto, un terror mórbido, una excitación terrible, increíble, terrorífica, pero desperté de repente a la realidad dándome cuenta que no era producto de una de mis ilusiones, realmente estaba sucediendo lo que siempre desee que sucediera, empecé a sentir el terrible mete y saca, primero la punta, después brutalmente toda dentro, y cómo después comenzó a bombear cada vez mas rápidamente, con mi cabeza casi colgando, y sintiendo bajo de mi la textura de la arena sobre mi vientre y pechos, mas y mas rápidamente el bombeo, con vigor, con energía, agarrándome de las caderas jalándome hacia si, al tiempo que el venia hacia mi, diciéndome come verga, come verga, tu culo quiere verga, es esto lo que querías, esto es lo que andabas buscando puta, y hoy tu culo comerá mucha verga.
Así continuó durante un instante más que yo no quería que acabara, lo comenzaba a disfrutar, me estaba viniendo, una y otra y otra vez, mojándome, abundantemente, sus palabras me estaban gustando y quería yo mas, mas verga, que siguiera alimentando mi mente con sus palabras, hasta que dejó de moverse, estaba vaciándose en mi chocho, y nuevamente otro orgasmo mas, quería que se siguiera moviendo, lo buscaba con movimientos de mis caderas, subiendo y bajando el movimiento de mis nalgas tratando de provocarlo mas, después de vaciarse todavía siguió bombeando mas, pero los otros exigieron su turno, y nuevamente lo mismo, el mismo procedimiento, la misma posición maravillosa que me estaba llenando de muchas satisfacciones, me follaba de a perrito, sus piernas sobre las mías, como el anterior, penetrándome fuerte, mas fuertemente, dejando oír un chapoteo que se confundía con el sonido del agua del río, el se atrevió a agarrarme los pechos, y jalar de ellos para atraerme hacia el, me estiraba los pechos y me gustaba, mucho, y me vacié nuevamente, abundantemente mas, había mucha lubricación, entraba y salía con mas facilidad, me jalaba los cabellos, me forzaba a estirar mi cabeza hacia atrás, a arquear mi espalda y abrir mas la boca para poder gemir cada vez mas fuerte, y me seguían diciendo groserías, disfruta y gime mas fuerte puta, grita puta, se ve que te gusta que te den duro, todo esto en la lengua materna que se usa en esta región, no podía creer que me estuvieran cogiendo unos sementales tan fuertes como ellos, hombres que difícilmente podrían llegar a tener a una mujer como yo en sus sueños.
Llegó el momento en que el también se vació dentro de mi, sin dejar de moverse fue depositando dentro de mi su semen, caliente y rico, inmediatamente su lugar fue ocupado por otro de ellos, que se veía que ya tenia muchas ansias, que solo estaba aguardando su turno para poder ocupar este agujero mío y saciar sus instintos salvajes, el por el contrario, se metió entre mis piernas por detrás, me agarró como carretilla me alzó las piernas y me la dejó ir enterita, derechita y hasta el fondo, no logré distinguir las diferencias entre los tamaños, era lo que menos me importaba en esos momentos, lo único que quería, lo único que ocupaba mi mente en esos momentos era el disfrute de lo que estaba ocurriendo, no pensaba en nada mas.
La posición que adopto este hombre, que se notaba que estaba mas trabajado, la posición de carreterilla que me obligó a alzar los pies mientras se introducía entre mis piernas por detrás, me obligó también a apoyar mis brazos sobre la arena, a tratar de sostenerme, ya que sus bombeos eran mas violentos que los anteriores, era mas salvaje, se notaban que eran mas sus ansias, los que estaban con mi hermana ya habían terminado su turno, así que los que estuvieron conmigo primero, decidieron cambiar de hembra e irse a catar otro agujero y ver y probar otro fruto, otro hoyo, eso lo podía ver en ligeros instantes que miraba hacia ese lado en que ellos se encontraban, veía que todos los demás ya había recuperado sus erecciones y se encontraban listos para otro turno, otra sesión más, el que me penetraba, desde un principio me hizo perderme y centrarme solamente en su falo, centrarme solamente en su barra de carne, desde un principio se dedicó a castigarme las nalgas, dándome duro, dándome fuertes palmadas diciéndome arre mula, eres mi yegua, mi hembra, y me daba fuertes palmadas, el fue el único que me dominó completamente. El que me hizo venirme desde los primeros instantes de sus arremetidas, fuertes, rítmicas, movidas constantes y cadenciosas.
Pero esto no iba a parar ahí, seguían los demás, cuando el se desacopló de mi, me voltearon nuevamente, para estos momentos, la arena ya se hallaba ligeramente aplanada, por lo cual, bastó solo que me voltearan para que mi hoyo nuevamente fuera usado, esta vez en la clásica posición que me hizo recordar a mi marido, ya que con el siempre lo hacía en la misma posición, el arriba de mi, esta vez mis pechos fueron sometidos mas directamente, agarrados, sopesados, apachurrados, magullados y mordidos.
Mis pezones fueron estirados con la boca de quien me estaba penetrando, estirados al máximo, hasta producirme una mezcla de dolor y placer, durante todo el tiempo yo no paré de gemir, y ellos disfrutaban todo lo que me hacían, me besuqueaba como quería, me introducía la lengua, y la dejaba colgando dentro de mi boca invitándome a chuparla y exprimirla con mi lengua, con mis labios como si fuera su verga, yo no paraba de chuparla, ni de beber su saliva que escurría sobre mi boca, deseaba mas y mas, por momentos me chupaba el cuello, me mordía, me hacía daño, y regresaba a mi boca para repetir el mismo procedimiento, depositando ahí toda tu saliva, la cual yo disfrutaba bebiendo como si fuera un elixir, una bebida exquisita, e inagotable.
Lo disfruté y continué con mas y mas orgasmos una mas pequeño que el anterior, pero como temblores, con replicas muy placenteras, hasta que se vació dentro de mi, no lo dejaron permanecer mucho tiempo por que otro ya reclamaba el puesto, este ultimo con suma violencia, por que desde el primer momento, me alzó las piernas sobre sus caderas, no me penetró al instante, primero se acomodó como quiso, me jalo de las caderas hasta acercarme la punta de su falo, se veía que era mas joven, muy moreno, me agarro a bofetadas aun sabiendo que yo no oponía la mínima resistencia, pero quizá a el así le gustaba practicarlo, me azotaba los pechos, me alzaba el culo y me lo azotaba una y otra vez, me exigió rogarle que me penetrara, así lo hice, gimiendo se lo solicité, pero parecía no oír, y me lo exigía otra y otra vez, se lo rogué, me pidió abrir la boca y recibir su lengua, chuparla como lo había hecho con el anterior, y me apretaba los pezones, y así, en un instante menos esperado, me penetró lentamente, mientras me sometía a este rigor con su boca y sus manos, lo estaba disfrutando, el dolor me retorcía y alzaba mis caderas yendo al encuentro de tan maravillosa verga, me empalé yo sola, y gemí y grité como nunca, pedí mas y mas.
Me sentía insaciable, vigorosa, y el también, fue mas suave su penetración, mas lenta, por lo mismo que sabia que era el ultimo, que me penetraría, no dejé de mirarlo a los ojos todo el tiempo, parecía que ello favorecía una conexión perfecta, disfrutable, y yo gimiendo y retorciéndome con la lengua y la saliva de el llegando hasta lo mas hondo de mi vientre, que en ese preciso instante despertaba nuevamente con una terrible erupción, la mas terrible de todo el momento, arquee la espalda hasta donde me permitía la posición, un grito fuerte salio de lo mas hondo de mi garganta, y el abrazo fuerte de el, vinieron a complementar esa hermosa sensación de un multiorgasmo, pero él fresco, aun no se venia, el quería otra cosa mas de mi, de repente se elevó sobre mi, poniendo su falo a la altura de mis labios, supe lo que quería a pesar de que nunca lo había hecho ni siquiera con mi esposo, y se lo comencé a mamar como entendí que se debía hacer, el comenzó a gemir, y alzó mi cabeza para que no dejara yo de chuparlo, y sin soltarme, comenzó a expulsar todo lo que llevaba dentro.
Al ver esto los demás lo imitaron, y cada uno de ellos se turnaron para ocupar mis labios, probé todas las vergas por mis dos agujeros y saboree la leche de todos, fui yo quien acaparo con todos, mi hermana ya estaba sola tendida sobre el suelo mientras yo todavía seguía disfrutando de estos maravillosos machos, pero ella a la vez no podía escapar, no podía irse dejándome sola ahí en manos de estos desconocidos, eso la motivó a quedarse y a seguir mirando.
Posteriormente, cuando quise levantarme, no me dejaron, aun seguían desnudos, en nuestra lengua platicaban sobre que harían con nosotras, no llegando a ningún acuerdo, ya que todos ellos ya tenían cada quien su mujer no podían llevarnos a sus casas, pero no pensaban dejarnos ir, esto lo conversaban rodeándome y mirándome así acostaba como estaba, sabiendo que yo también entendía dicha lengua, por lo cual yo comencé a suplicarles que me dejaran ir, que debía llegar a casa temprano para atender a mis hijos, al escucharme se miraron tratando de llegar a un acuerdo.
No sabiendo que decir, uno de ellos fue hacia su ropa, yo pensé que comenzaría a vestirse, pero lo que hizo fue agarrar su ropa interior, y haciéndolo bolita, me lo metió dentro de mi chocho, me ordenó ponerme mi ropa interior, para así no dejar salir todos los fluidos depositados dentro de mi, y me jalo hacia el agua levantándome, y entre todos, ahí dentro en lo mas hondo me comenzaron a acariciar por todos lados, cinco pares de manos haciéndome todo tipo de caricias, bajo el agua, no faltó el que me intentó meter un dedo por el agujero del culo, haciéndome elevar poniéndome de puntas dentro del agua, y no me la sacó, los otros se dieron cuenta y también querían toquetearme de la misma forma, ellos desnudos y yo con mis calzones pero aun así siendo ultrajada bajo ellos, me volvieron a jalar del agua y obligándome a ponerme de a perrito me empezaron a dar de golpes en las nalgas, golpes ricos y placenteros que comenzaba a disfrutar, golpes fuertes que se podían oír con mucha claridad, me voltearon nuevamente boca arriba, me quitaron mis calzones teniendo cuidado de no sacarme la que tapaba mi chocho, me pusieron los calzones de otro de ellos diciendo que se quedarían con los míos como recuerdo, y que si quería recuperarlos, teníamos que regresar otra vez para darnos lo que tanto nos gusta, me ordenaron no sacarme la ropa interior que llevaba hasta llegar a mi casa, y así como llegamos, nos mandaron, sin preguntarnos nombres ni de donde veníamos, nos volvimos a poner los vestidos al llegar al lugar donde siempre nos bañábamos y salimos de ahí con mucho esfuerzo, ya que nos encontrábamos adoloridas por la sesión de sexo que nos habían dado.
Eso solo fue el despertar de mi calentura
Continuará
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