El indigente

La vida monotona de un matrimonio, con poco sexo, con deseo contenido por parte de el cambia fortuitamente.

EL INDIGENTE

Aquel era un día más en mi rutina diaria. Nada que contar. El trabajo, pesado en la oficina, y al llegar a casa me esperaba mi mujer, con su mal humor, y las dos niñas. No me malinterpreten, después de 12 años de matrimonio seguía queriendo a mi mujer, la quería incluso más que el primer día. Los dos habíamos llegado vírgenes al matrimonio, y no habíamos conocido a nadie más, aunque suene increíble. Pero a mi me faltaba algo. Cuando hacemos el amor suele ir todo bien, ella disfruta bastante y es muy ardiente, pero lo cierto es que tenemos pocas relaciones al mes 3 ó 4, y a ella le cuesta un horror excitarse, y casi nunca quiere. Además, solo disfruta mediante fricción del clítoris, no por la metida de polla en la vagina, por lo que solo le gusta una posición, que para mi es incomodísima: Ella encima, con las dos piernas suyas completamente estiradas y refregándose, con la polla metida, adelante - atrás, hasta correrse. Le cuesta bastante correrse, y a mi me cuesta bastante mantener la polla tiesa pues tengo que mantener el culo levantado, en tensión, y apenas noto nada de ese modo. Por eso, algunas veces se me afloja, y enseguida que lo nota se pone nerviosa, pierde la excitación y lo deja. Normalmente todo va bien, consigo que se corra, y entonces ya adopta una postura para mi disfrute, bien a cuatro patas, bien encima pero doblando sus piernas.

Mi polla no es muy grande, 15 centímetros en erección, y como ya he dicho, algunas veces, no muchas, me falla. Yo lo achaco a los nervios de conseguir el disfrute de mi mujer y al cansancio.

Alguna vez, antes del nacimiento de las niñas habíamos tenido sexo oral y anal, pero muy pocas. Ella no se siente cómoda, y no lo quiere repetir. Pese a todo yo era un tipo feliz, pues yo soy una persona que me conformo con lo que tengo. Con dormir toda la noche, pegado a su culo, y agarrándole una teta desde atrás me conformaba. Y con un poco de suerte, ese día igual conseguía que se pusiera cachonda y me la follaba. Sino, pues a dormir, que era lo mas normal. Muchas veces incluso me recriminaba que solo la abrazaba para intentar follar, lo cual aunque no era cierto, tampoco era mentira.

En esto, no me he presentado. Me llamo Pepe, y mi mujer Susana. Ella no es ninguna modelo, pero es guapa. Es de altura mediana, y tiene un buen culo y unas buenas tetas, como buena mujer mediterránea, lejos de esas anoréxicas. Pese a su mal humor, es una buena persona, de sentimientos nobles hacia mi y hacia las niñas. Es trabajadora, y concienzuda en lo que hace y jamás nos hemos sido infieles. Es más, aún ahora no osaría engañarla, la quiero, quiero a mis niñas y a ella. Como ya he dicho me gustaría algo más, pero ya me conformo con mi monotonía.

Bien, como decía, era un día como otro en el que volvía a casa en tren. Tenía un total de 50 minutos en tren y 15 andando entre ir y venir de estaciones. Estaba yendo a la estación, absorto en mis pensamientos cuando vi a un indigente (eso me pareció). Nunca presto atención a los indigentes, pedigüeños, músicos del metro y vendedores ilegales, pero en aquella ocasión si lo hice. Parecía herido, pues tenia contusiones y heridas por varias partes del cuerpo, así que le pregunté si estaba bien. Cuando intentó responderme, por la boca vomito sangre y se echó a llorar. Llamé por mi teléfono enseguida a la ambulancia y me quede para intentar calmarle. Llegó la ambulancia, me interesé por el hospital al que le llevaban y me despedí. Volví a casa, como siempre, con 20 minutos de retraso, y le conté a mi esposa lo sucedido. Ella no es nada celosa, yo tampoco, y se quedo apenada por esta persona.

Como el hospital al que le llevaron quedaba al lado de la oficina, al día siguiente, durante la hora de la comida, le fui a visitar. Estaba mucho mejor. Parece ser que le habían dado una paliza, y llevaba todo el día herido, sin que nadie le hubiera ayudado. Me estaba muy agradecido, por lo que me llamo y me cogió la cabeza con las dos manos, con sus brazos extendidos, cerró los ojos y entro como en trance durante unos segundos. Cuando ya estaba asustándome, abrió los ojos y dijo:

"Eres una persona honesta y buena, he visto que deseas una mayor satisfacción sexual y que tu mujer no te satisface lo que quisieras. Pese a todo, no quieres engañarla. Además, no estás satisfecho con tu virilidad. Te ayudaré."

Me sonó fatal, me enfadé, y cuando iba a mandarle a paseo me dijo: "No te irrites, Pepe, yo haré que tu y Susana disfrutéis del sexo."

Yo no le había dicho mi nombre ni el de mi mujer. Cuando le iba a preguntar como había averiguado nuestros nombres agregó: "Ya esta hecho."

Yo le pregunte: "¿Que está hecho?"

"Tu mujer a partir de ahora en cuanto le pongas la mano encima se derretirá en tus manos. Disfrutará con cualquier postura que le hagas y querrá y deseará sexo anal, vaginal y oral. Además, tu tendrás una erección de mayor tamaño, con un centímetro mas de largo y ancho, y podrás tener erecciones y orgasmos a voluntad, hasta un máximo de tres por sesión. Voy a cambiar a tu mujer y a ti. A partir de ahora el concepto fidelidad no tiene sentido. Tu mujer follará con quien tu quieras, y tu harás lo mismo. Si tu quieres, follará con otros que ella elija, pero os seguiréis queriendo igual o más que ahora."

Pensé que estaba loco, le desee lo mejor y me despedí. Al acabar el trabajo volví a casa como siempre. Bese a mi mujer, y noté que abría los labios para que le metiera la lengua. Esto era inaudito, pues nunca ha aceptado besos con lengua. Habían las niñas por allí, así que me contuve, le di un buen apretón en el culo y pase a saludar a mis hijas. Nos pusimos el pijama y cenamos como siempre todos juntos, sin demasiados problemas. Normalmente las niñas acaban de cenar antes que nosotros y las acostamos, después de lo cual acabamos de cenar nosotros. Efectivamente, acostamos a las niñas, y ya volviendo a la cocina para acabar de cenar yo hice lo que hago muchas veces en esas circunstancias: Abrazo a mi mujer, la beso (sin lengua) mientras la sigo abrazando y le digo lo mucho que la quiero y lo guapa que está. Aun le estaba hablando mientras la tenia abrazada, cuando ella me volvió a besar y abrió la boca, esperando mi lengua. Le metí la lengua, en un morreo larguísimo. Mientras la besaba le acariciaba el culo por encima del pijama, y ella respondió pegándose mas a mí. Me estaba excitando, y se me empezó a poner erecta. No se como, pero hice que me creciera muy rápido. La tenia súper erecta, muy grande, dura como nunca. Mi mujer la notó, se pego, y se refregaba.

"CARIÑO, QUE GRANDE SE TE HA PUESTO. ME HE PUESTO MALA. UF, QUE GORDA"

todo esto mientras se arrimaba bien. Yo no perdía el tiempo, le había metido las manos por debajo del pijama y las bragas, y le amasaba su culo con las dos manos. Había ido descendiendo las manos y deslice la mano derecha hacia su coño. Nunca me dejaba hacer esto, pero en esta ocasión si. Llegué a su coño y no me apartó la mano ni se quejó. Lo tenía chorreando, así que le metí un dedo en el coño y empecé a moverlo. Mientras aun estábamos abrazados mi mujer empezó a gemir, y se continuaba frotando contra mi polla. Le metí un segundo dedo en el coño y los hacia girar en círculos, bien dentro de su coño. Gemía fuerte, y entre suspiros me dijo algo que nunca había oído de su boca:

"CARIÑO, LLÉVAME A LA CAMA Y FÓLLAME, RÁPIDO, NECESITO QUE ME FOLLES, POR LO QUE MAS QUIERAS."

Me quedé frío, no me esperaba esto, aun no me lo creía. Viendo mi mujer que yo no reaccionaba, aun se excito y desesperó más:

"FÓLLAME, VENGA, FÓLLAME. MÉTEMELA YA. NO ME HAGAS ESPERAR. SI QUIERES TE LA CHUPARÉ UN POCO, PERO MÉTEMELA YA."

Increíble. Me pedía que me la follara y además decía que me la iba a chupar. La llevé a la cama enseguida, nos desnudamos en un momento y me metí en la cama con ella. Estaba ansiosa, y me dio pena hacerla esperar, por lo que pensé en dejar lo de la mamada para otra ocasión y follarla como ella quería. Ella no pensó lo mismo, porque se agachó en el acto, acerco los labios y se metió la mitad de mi polla en su boca. Empezó a meter y a sacar mi polla de su boca presionando con los labios, pero sin succión (no es muy experta, ya he dicho que no le gusta). Aun y así yo estaba en la gloria. Después de chupar durante 2 minutos, dejó de chupar un momento:

"CARIÑO, ESTÁ MUY GRANDE, Y MUY DURA. ¿ME LA METES AHORA?"

Y no la hice esperar más. Me tendí boca arriba y se subió encima de mí. Ella misma se la dirigió a su lindo agujerito y se la metió de un movimiento brusco, toda a dentro. Lanzo un suspiro/grito muy largo y se empezó a mover, con desespero. Noté que no adoptaba su posición, sino que se quedaba en una posición que a mi me encanta, con las piernas dobladas. Pero a diferencia de otras veces, a ella también le gustaba la postura que teníamos. Se movía arriba abajo, delante detrás, en círculos, de lado a lado. Rápidamente mi mujer se puso a gritar:

"ME CORRO, ME CORRO. AHHHHHHHH, AHHHHHHH SI, OOOOOOOH QUE GORDA, QUE GRANDE, NO PARES, NO PARES, SIGUE DANDOME MACHO MIO, SIGUE. OOOOOOOOH QUE POLLA"

Yo alucinaba en colores, se había corrido casi enseguida, seguía gustándole y me pedía más. Una vez, solo una vez anterior, que había estado muy cachonda, había continuado excitada después de correrse, y le había llamado zorra, puta, guarra, y le había gustado. Pero al acabar me dijo que no lo hiciera más. Recordándolo, como estaba muy cachondo, y notando que ella parecía tener cuerda para rato le dije:

"MUEVETE, ZORRA, PUTA. ¿TE GUSTA MI POLLA, GUARRA?"

"OHHHH, SI, CABRONAZO, QUE DURA LA TIENES. COMO ME GUSTAAAA. SOY TU PUTA"

Parecía que le gustaba ese lenguaje. Yo disfrutaba de llamarle de forma soez, y ella me contestaba igual. Estuvimos así como bastantes minutos. Ella no paraba de gemir, era difícil contar orgasmos, o eran muy largos o era un orgasmo constante. Al rato quise correrme, y entonces note que me venía:

"ME CORRO, ME CORRO. TOMA MI LECHE, ZORRA. OH QUE GUARRA ERES, COMO TE MUEVES"

"OOOOOOH, QUE GRANDE SE TE HA PUESTO. ME LLENAS TODA, OOOH, YO ME CORRO OTRA VEZ, SIIIIIIIIII, DAME TU LECHE, DAMELA TODA, SIIIIIIIII"

Quedamos así, uno encima del otro, abrazados y dándonos besitos. Yo, antes, era del todo incapaz de follar una segunda vez. Sin embargo, a los pocos minutos tenia ganas de seguir, y noté que se me ponía grande. Mi mujer también lo notó, por que la agarró de inmediato. Le dije al oído

"¿Te acuerdas de lo que me has prometido antes?"

"Naturalmente."

"Pues ya puedes empezar a chupar, zorra."

Inmediatamente se la metió en la boca. Primero solo el glande, luego todo lo que podía, hasta un poco mas de la mitad, para volver a subir hasta sacársela de la boca. Y otra vez vuelta a empezar. Aproveché para enseñarla:

"Aprieta más con los labios. Cuando tengas solo el glande dentro, pásame la lengua por encima. Succiona mientras subes y bajas. Puedes ayudarte con las manos pajeándome, pero principalmente hazlo con los labios".

Lo hacía de fábula, yo estaba en la gloria. Vi que se estaba masturbando mientras me la chupaba. Antes que se cansara demasiado, me solté, i empezó a venirme el orgasmo. La avisé que me venia, pero me apretó más con los labios, aumentó la velocidad y la succión. Vi que también aumentaba la velocidad de los dedos en su coño. Vi que no le hacía ascos a mi leche y exploté en su boca:

"OOOOOOH, QUE GUSTO. TRAGATELA TODA, ZORRA TOMA TU LECHE DE BUENAS NOCHES, PUTA"

Empecé a sacar leche. Nunca había me habían hecho una mamada, y menos aun correrme en la boca. Era un orgasmo fuertísimo, y estaba echando más leche que nunca. Ella seguía chupando y tragando, y al poco gemía fuerte. Se estaba corriendo también.

"ARGGHHHHH, OOOOOHHHH"

Era una imagen muy erótica, ella gimiendo mientras me la acababa de limpiar.

"Ya está, ¿te ha gustado?" me dijo

"Si, me ha encantado. Ahora el que va a chupar soy yo"

Me baje hacia abajo, le abrí las piernas y vi su coño, rosado, húmedo, con restos de mi semen, con el agujero de la vagina semi abierto y el clítoris muy hinchado. No estaba rasurada (se lo había sugerido a veces, sin éxito), pero aun así me encantaba. También se veía su orificio trasero, expuesto. No era normal que siguiera así de excitada después de haberse corrido. Mi mujer una vez alcanzaba su orgasmo perdía por completo la excitación y el interés por la follada. Pero estaba desconocida, cachonda, excitada, deseosa, sin fin. Se veía hermosa, así abierta, entregada a mí. Al parecer perdí demasiado tiempo contemplándola, porque al instante oigo que me dice:

"CHUPAME, HIJO DE PUTA, CHUPAME. NO ME HAGAS SUFRIR MARICONAZO"

Joder, pensé. Me lancé a su clítoris, lo rodeé con los labios y lo chupé con dulzura, luego lo lamí, y después pasé la lengua por dentro de su raja hasta el agujero del coño, donde metí la lengua y le di vueltas, volví a subir, por fuera de los labios mayores, y volví a chupar el clítoris. Repetí el proceso varias veces, con lentitud. Ella no paraba de jadear. Iba soltando jugos que recogía con la lengua y tragaba goloso. Vi como le palpitaba el ano, y no me lo pensé dos veces. Volví a bajar, lamiendo su rajita, lamí su agujerito y seguí descendiendo. Llegue hasta su ano, y se lo lamí.

"OHHHHHH, ¿QUE ME HACES, CERDO? OOOOOH, QUE BUENO, NO PARES"

Y tanto que no paré. Al rato ya le estaba metiendo la lengua por el culo. Mientras, le metía dos dedos en el coño, y con la otra mano le separaba las nalgas. Era maravilloso. Ella tenía sus dos pezones cogidos y se los apretaba alternativamente. Yo ya tenía otra vez la polla erecta, así que pensé en darle por el culo. Me puse encima de ella, tipo misionero, pero con sus piernas en mis hombros (otra postura que ella no había querido nunca). Le metí la polla en el coño, pero solo para lubricarla. Apunté a su culo, y empecé a empujar, sin avisarla. Despacio, pero firmemente. Le metí la cabeza, y paré:

"OOOOOOOH, QUE ME HACES, QUE ME ROMPES. ESPERA UN POCO"

Me quedé quieto un rato, y cuando noté que ya no se quejaba apreté un poco. Le había metido hasta la mitad, y empecé un mete saca lento, profundizando cada vez más. Hasta que el mete saca era con la polla completamente metida, hasta los huevos. Ella empezó quejándose mucho, pero los quejidos iniciales de dolor fueron remitiendo. Al cabo de un buen rato gemía de gusto, la muy zorra:

"OOOOOOOH, SIIIIIIIIII, PARTEME EL CULO, CACHO CABRON, PARTEMELO. QUE GUSTO. NO SE QUE TE HAS TOMADO HOY, PERO FOLLAME DURO, FOLLAME EL CULO, CABRONAZO"

Mientras le daba por el culo, yo le masturbaba. Tenía dos dedos metidos en su coño y con el pulgar le frotaba el clítoris. Ella seguía apretándose los pezones. Siempre le han encantado los pellizcos en los pezones mientras folla, en esto no había cambiado. Estaba fuera de si, gemía sin parar y noté que le venia otro orgasmo.

"AAAAAAAAAAAAH, ME CORRO, ME CORRO, MAS FUERTE QUE NUNCA, CABRON, COMO ME FOLLAAAAAAAAS, NO TE PARES, MAS DURO, DAME MAS DURO, ROMPEME, CERDO"

Como yo no puedo jamás contrariar a mi mujer, le hice caso. Le daba todo lo fuerte que podía, la insultaba, le daba cachetadas en el culo, le pellizcaba yo también los pezones, fuerte. Ella solo gemía. Deseé correrme, y me vino. Noté que me venia como muy lentamente para ir creciendo, creciendo, como cuando se acaba una sinfonía sublime, ‘In crescendo’. Ella notó que me venía, y también le vino otro orgasmo. Acabamos juntos. Le llené el culo de leche. Nos quedamos un rato inmóviles, hasta que se salió sola. Al notarlo, mi mujer se agacho y me dijo:

"Te la voy a limpiar, cariño verás que limpia te la dejo"

Estaba sorprendido, jamás hubiera pensado que haría esto. Efectivamente, se la metió en la boca, hasta el fondo, me la chupo un buen rato, descapullándomela y me la dejo limpia. Pensé en el indigente, le di las gracias mentalmente y me dormí.

A media noche me desperté. Volvía a tener la polla tiesa, y deseaba follármela de nuevo. Cuando mi mujer está dormida, no soporta que le toque el coño, se enfada. Pocas discusiones hemos tenido por esto. Jamás ha aceptado follar ni dormida ni cuando tiene sueño. Pero en vista del cambio que yo mismo había presenciado, me decidí a probar.

Como nos habíamos dormido desnudos, fue muy fácil montarla. Ella estaba mirando hacia el otro lado, de costado. Me acerqué por atrás, me cogí la polla con la mano y apunté a su divino coño. Puse mi polla en la entrada. Gimió un poco. Empujé flojito y entro fácilmente, pues con el contacto con mi polla el coño se le humedeció rápidamente. Ahora si gemía mas fuerte, pero seguía durmiendo. Bombeaba fuerte, con ganas, con deseo. Ella sacaba el culo todo lo que podía y gemía. Seguía el compás de mis bombeadas, pero en sentido contrario y de manera fuerte, violenta. Noté que me venía. Y a ella también, a tenor de sus gritos. Y por supuesto ya estaba despierta:

"ME CORRO, CABRON, ME CORRO. COMO ME DESPIERTAS, HIJO DE PUTA. DESPIERTAME SIEMPRE CON TU POLLA, SIIIIIIIIII, OTRA VEZ ME CORRO, OOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOH"

Y yo también:

"ME CORRO, ZORRA, OOOOOOH, QUE COÑO QUE TIENES. OOOOOOOOH"

Nos quedamos profundamente dormidos, con la polla dentro, enganchados como los perros.

Al día siguiente me levanté para ir a trabajar. Me duche, me vestí, preparé el desayuno y desperté a mi mujer para desayunar juntos, como hacíamos cada día. Me dio un gran beso, nos prometimos amor mil veces, y mil besos más nos dimos. Era perfecto. Que bien había follado, y encima ella estaba feliz, se sentía bien. Yo la quería más por ello. Desayunamos. Después de desayunar, rápidamente se puso de pie, contra la mesa, se bajó el pijama y las bragas hasta los tobillos, y se echó hacia delante, con el culo en pompa, diciéndome:

"DAME LA DESPEDIDA, CARIÑO"

Me saqué la polla rápido y se la hundí de una sola estocada en su coño chorreante. Se corrió al instante. Bombeé rápido, pues tenía que irme a trabajar. Ella solo gemía. Se corrió otra vez, gritando más si cabe. Si no fuera por que el piso es muy grande, seguro que nos hubieran oído las niñas. Yo le decía:

"Oh, como me gusta cariño, que dulce eres, como me despides mi amor".

A ella le gustaba que fuera cariñoso, especialmente en las despedidas. Pero me volvió a sorprender:

"PUES MAS ME GUSTA QUE ME FOLLES DURO, CABRON. DAME POR EL CULO, Y NADA DE MIRAMIENTOS. METEMELA DE GOLPE, MARICON"

"YA VEO QUE ERES UNA ZORRA. TE VOY A DAR POR EL CULO HASTA QUE REVIENTES".

Se la saqué del coño, apunté al culo y metí la cabeza con cuidado. Una vez dentro se la acabe de meter de un solo golpe. Me volvió a sorprender:

"ASI NO, PEDAZO DE MARICA. FOLLAME COMO UNA BESTIA, METEMELA DE GOLPE, ROMPEME, DAME FUERTE, GRANDISIMO CABRON. PEGAME, ¿O ERES UNA NENA?".

No entendía como estaba tan fuera de si, pero me encantaba. Le saque la polla, esperé a que se le cerrará el culo. Le puse otra vez la polla en la entrada del culo, y pensé: "Si quieres violencia, tendrás violencia". Le aparté la polla, se giró para quejarse:

"Que haces cabrón, fóllame… PLAAAAS" Le arree una bofetada:

"NO TE MUEVAS, PUTA"

"SI CARIÑO, PEGAME, PERO FOLLAME YA"

Le pegue fuerte en las dos nalgas, varias veces, con la mano hasta dejarle el culo rojo. Ella gemía. Le di una última vez, y se corrió, como una cerda. Me puse detrás, apunté a su culo, y se la metí de una sola vez con el empujón más brutal y violento posible. Me dolió un poco hasta a mí. Su grito fue ensordecedor:

"AAAAAAAAAAAH, AHORA SI ME HAS ROTO, HIJO DE LA GRAN PUTA".

Le salía un poco de sangre. Me asusté y la saque de inmediato:

"QUE HACES, MARICA DE MIERDA, VUELVEMELA A METER ENSEGUIDA, Y NO PARES HASTA QUE ME LLENES DE LECHE LAS ENTRAÑAS"

Así lo hice. Se la volví a meter de una sola estocada, fuerte, duro. Y bombeé duro hasta correrme. Ella, mientras se corrió 3 veces más. Ya nos despedimos, más tranquilos. Le di varios besos muy dulces en los labios, que ella respondió con varios "Te quiero". Yo le dije que "era muy feliz, que me había hecho gozar como nunca". Ella me dijo que había disfrutado como nunca en su vida y que me esperaba por la noche, que me fuera preparando. Me fui a trabajar.

Ni en la mas pervertida de mis fantasías sexuales había yo pensado poder hacer lo que había hecho esa noche, y menos a mi mujer. Y encima le había gustado, y me esperaba para repetirlo. Increíble

Esa noche me esperaba con el coño rasurado. Pasamos toda la semana follando como colegiales. Me la follaba por la mañana antes de irme, a medianoche, al acostarnos, hasta la saciedad. El fin de semana dejamos las niñas con los abuelos y con el pretexto de que íbamos a ordenar el trastero, nos pasamos todo el sábado y todo el domingo follando. El sábado me meé encima de ella mientras se masturbaba con un plátano. Por la noche tomé fresas con coño, y ella café con leche recién ordeñada (por ella misma directamente de mi polla). El domingo grabamos un video porno. Se esmeró mucho. Fue especialmente buena durante el striptease y cuando se masturbo frotándose contra el sofá (menos mal que son desenfundables). Lamenté no tener perro.

El lunes, en la despedida me pidió que la follara por el culo mientras le frotaba suavemente un hielo por pezones, pechos, su rajita y su clítoris. Cuando nos corrimos le metí el hielo en el coño. Tuvo un orgasmo brutal. Tras eso, me fui a trabajar pensativo y feliz. Pensé en el indigente. En todo el día no me lo quité de la cabeza. Cuando acabé la jornada de trabajo, fui en su busca. No lo encontraba. Estuve varios días buscándolo, preguntando por el. Finalmente lo encontré, tirado en una esquina, debajo de varios cartones.

"Hola, ¿como estás?"

"¿Que quieres, no tienes lo que querías? ¿Porque me molestas?"

"Quería agradecerte lo que has hecho por mi. No se lo que has hecho, ni como lo has hecho, pero mi mujer se ha convertido en un volcán. Y yo se como apagarla."

"No es nada"

"Oye una pregunta, ¿porque vives así?"

"¿Porque vives así tu? Yo no necesito más. Tengo lo que quiero y cuando quiero."

"Sí, ¿y la paliza que te dieron?"

"A veces, algún marido o hermano está mas cerca de lo que creo cuando abordo a alguna hembra."

"¿Que quieres decir?"

"Eso que te he dado, que tu mujer se derrite en tus brazos, se pone a cien, no solo funciona con tu mujer. Funciona con cualquier hembra. Y evidentemente, yo también lo uso. Vivo como quiero, como y follo cuando, donde y con quien quiero, ¿estamos?"

"De acuerdo, entonces ¿no necesitas nada?"

"No, nada, déjame en paz ya. Y vuelve a tu casa. Date prisa, pues tu hembra no puede esperar".

"¿Que quieres decir?"

"Hemos abierto la caja de Pandora. Cualquier hembra que es follada mas de cuatro días seguidos por alguien con ‘la merced’ ya no puede pasar sin follar. Es más, si te vas de viaje más de dos días, o bien te la llevas contigo para follártela, o asignas a alguien para que la folle bien, o te será infiel. Tu hembra necesita su ración de rabo, ya no puede pasar sin el"

Me quedé perplejo.

"Eso de la merced es lo que me has dado que me permite follar de esa manera"

"Exacto"

"¿Y puedo yo traspasarlo, como tu has hecho conmigo?"

"Sí, pero solo a los merecedores"

"¿Y quienes son los merecedores?"

"Aquellos que son honestos en este mundo, y que desean follar con intensidad, pero que de algún modo no pueden lo que quisieran".

"¿Y como lo sabré, quienes son merecedores?"

"Los merecedores abren su mente. Cuando le impones las manos podrás leer su mente, y recibirán el don de ‘la merced’".

Le di las gracias y me despedí. Me dijo una última cosa que me dejó atónito.

"Iría yo a follarme a tu mujer, tal y como deseas. Pero es mejor que lo haga un turco. Tienen pollas enormes, y tu mujer gozará. No impongas las manos a nadie que se vaya a follar a tu mujer, o la perderás. No tengas conflictos morales. Una cosa es la diversión y la otra el amor. Vas a querer todavía más a tu mujer al verla tan feliz, y tan follada."

¿Como coño había averiguado que yo deseaba desde hacía mucho tiempo ver cómo se follaban a mi mujer? Claro que tonto, cuando me impuso las manos. Aun me dijo una última cosa:

"No tengas miedo de presentarte sin avisar en casa con el tío que quieres que folle con tu hembra. Ella, ahora, en cuanto te ve, no se queda tranquila hasta que tiene tu polla bien metida. Una vez tu polla dentro de ella, aceptará la polla de cualquiera."

"Gracias, adiós"

No le volví a ver nunca más. Pensé en su reflexión sobre el amor y la diversión. Tenía razón. Si solamente se podía divertir conmigo con el sexo, ¿Por qué se podía divertir con otras personas cuando se trataba de otros asuntos, como ir a comer con amigas, ver museos (le encanta) etc.? Pensé:

"Que diablos, tiene razón"

Mientras volvía a casa, antes de montar en el tren vi delante de mí a una chica que cada día cogía el mismo tren de vuelta que yo. Era simplemente una diosa, la clonación perfeccionada de alguna modelo. Me había hecho alguna paja en la ducha pensando en ella. Le toqué el brazo con la excusa de pedirle la hora, se giro y mientras la abrazaba acerqué mi boca a la suya. Si esto de ‘la merced’ no funciona acabaré con una patada en los huevos o en chirona, pensé. Su respuesta fue abrir la boca. Le pegue un morreo, tras lo que me la llevé a los lavabos de la estación del tren. Este es el principio, pensé. No se de que, pero es el principio. Ahora tengo que acabar el relato, pues mi jefa me ha sorprendido escribiendo este relato en horas de oficina. Después de una ‘buena explicación’ ha accedido a dejarse follar, con la condición de que cuando le haya llenado el coño de leche después le de bien por el culo.

‘Que la polla os acompañe’

Autor: Pep, pep_assault@yahoo.com

PD: Me gustaría saber vuestra opinión sobre el relato, especialmente si sois mujeres casadas.