El incesto en mi vida (parte 7)
Llego el verano de aquel año, yo cumplí 17. Pintaba malamente aquellas vacaciones ya que mi prima Carmen se fue a otra provincia a veranear y así aprovechar para buscar piso ya que estudiaría en la universidad lejos de mi.
Con los 18 recién cumplidos, al hablar con mis amigos pude comprobar que todos habían follado con unas y con otras, yo claro esta decía que si había follado, pero nunca con quien, ya que temía que me tacharan de monstruo o algo parecido, aparte de que al ser un pueblo muy pequeño cualquier cosa que pasara en poco tiempo estaba en boca de todos. Me preocupaba bastante que solamente había tenido aventuras sexuales con mujeres de mi familia, con las otras chicas solo había habido algún tocamiento de pechos y besos solamente, también me rondaba en la cabeza que solamente había follado con mi prima Carmen, pero eso me irritaba menos ya que los escarceos con mi tía Ángela y mi prima Eli me habían resultado tan satisfactorios como follar. Me reconfortaba saber que aunque siendo con familiares, ningún amigo mío podría tener entre sus muescas en la culata, haber tenido sexo oral con una mujer de 40, haber follado con una de 18, con la que para más inri había hecho un trió junto con su hermano y haber tenido esas pajas tan gloriosas con otra de 18 que calzaba unas tetas dignas de las musas que salían en las revistas.
Lo que no podía ni imaginar que la siguiente chica con la que mi polla tuviera contacto fuera también de la familia, pero en esta ocasión un poco más lejana.
En aquel tiempo yo estaba estudiando electrónica en lo que antiguamente aquí en España se conocía como la F.P. (formación profesional), muchos la recordareis. La electrónica entonces era reparar televisores que parecían mastodontes, videos VHS y radio-casetes. Las madres son las que más se enorgullecen de sus hijos, por lo cual para la mía, era algo así como el Bill Gates de la electrónica, por lo que nunca me faltaba tener que ir a casa de vecinos y conocidos para reparar batidoras, videos, etc....
Gracias a esas recomendaciones una mañana me dijo que si podía ir a la casa de la hermana de mi tía Ángela. Recordaros que Ángela era la mujer del hermano de mi madre. Se llamaba Solé y era la mayor, no la describo ya que no era una mujer apetecible. Solé vivía en el piso que su hermana dejo al marcharse a trabajar a otra provincia, allí residía con su marido y su hija que también se llamaba Ángela pero todos la llamábamos Angy para diferenciarla de su tía, tenía 18 años. Al llegar a su piso me acompaño hasta el salón, allí me dijo que había llamado a mi madre para que me mandara a ver si podía mirarle el video ya que se apagaba cada cierto tiempo mientras estaban viendo alguna película, le dije que no había problema que lo desmontaría a ver que podía hacer, me dijo que podía tener todo el tiempo que quisiera, pero que ella tenía que irse unas cuatro horas, ya que se dedicaba a limpiar casas por horas y la habían llamado para ir a una. Le dije que no se preocupara, antes de irse me dijo que su hija seguía durmiendo que cuando se levantara le dijera que volvería para la hora de comer.
Me puse manos a la obra y comencé a desmontar el video, tarde poco en dar con el problema y en poco menos de media hora ya estaba montándolo de nuevo, de repente vi que se abría la puerta de uno de los dormitorios que daban al salón vi como Angy salía de ella, empecé a babear litros de saliva, ya que salía desnuda solamente con una braguitas puestas, era morena con el pelo liso a la altura de sus hombros, unas tetitas formándose todavía, muy pequeñas con a las aureolas rosadas, unos pezones como botones y un cuerpecito muy delgado. Salió como si nada, ella no se esperaba que yo me encontrara allí, al verme se sonrojo y volvió corriendo al dormitorio para salir poco después con una camiseta de tirantes puesta pero sin pantalones por lo que aun podía ver sus bragas. Me saludo y me pregunto por su madre le dije lo que ella me había explicado y se dirigió a la cocina, mientras ella desayunaba yo termine de montar el video, lo puse en su sitio y puse una cinta para probarlo, a los pocos minutos ella volvió y al verme de pie me dijo que me sentara en el sofá. Una vez los dos sentados estuvimos un buen rato viendo la película, aun recuerdo que era de Jean Claude Van-Damme, ya que en aquellos tiempos la películas que solía haber en el único video-club del pueblo solían ser de ese actor y otros por el estilo, eso sí acompañadas siempre de unas cuantas porno. Al ver visto esa película como tropecientas veces ya que mi padre era un admirador de ese tipo de películas, empecé a hablar con Angy, lo primero que se me vino a la cabeza fue decirle "parece que te has asustado, no veas como corrías hacia tu cuarto", ella se rio y me dijo que no me esperaba allí ya que no sabía que iría, le pregunte que si es que se había asustado y ella me dijo que no, que le daba vergüenza que la viera desnuda, le conteste que no tenía por qué avergonzarse ya que era muy guapa, y para ver cómo reaccionaba le añadí que me habían justado sus tetitas, ella se rio y ni corta ni perezosa se levanto la camiseta mostrándomelas otra vez mientras decía ""pero si no tengo ningunas, ¿ves?", yo estaba ya lanzado y conteniéndome para no abalanzarme sobre ella le dije que a mí me gustaban mucho, ella me contesto que todas sus amigas las tenias ya grandes mientras que las de ella aun estaban despuntando. Intentando ver como podía aprovecharme de la situación me lance y empecé a acariciar una de esas tetas, ella no opuso resistencia ninguna, yo no paraba de hablar para que no se asustara, "pues están duritas y a mí me gustan" no dejaba de repetírselo, ella seguía insistiéndome de que quería que fueran más grandes, yo claro esta seguía erre que erre con lo mismo de que a mí me gustaban, me aparto la mano y se bajo la camiseta, hay me vine un poco abajo pensando que no había podido ir más allá. Pasaron otros largos minutos, yo seguía dando vueltas a ver como podía poner la cosa interesante, hasta que se me ocurrió preguntarle muy inocentemente "¿has visto alguna picha?", ella me miro con los ojos muy abiertos a lo que me contesto que no, "¿te gustaría verla?" le pregunte, solo emitió un "no se" casi sin voz, no sabía si la estaba incomodando o sorprendiendo, a lo que añadí "es justo que si tú me has enseñado tus tetas, yo te enseñe mi picha, ¿no?", ahí vi un poco de claridad al verla sonreír y decirme que sí que sería justo, rápidamente me baje los pantalones y le enseñe mi polla, que debido a que aun no estaba la cosa clara, aun no estaba dura pero si un poco grande, ella se quedo mirándola, acerco su mano pero antes de llegar a ella se paro y me pregunto si podía tocarla, yo claramente le dije que si, la cogió con mucha suavidad entre su mano, le temblaba por lo que pude deducir que estaba muy nerviosa. Mi polla empezó a crecer entre sus manos a la vez que sus ojos se abrían al mismo ritmo, "me gustan están venitas que se marcan" fue lo único que dijo, yo me reí y le pregunte "¿entonces te gusta?", ella respondió que si, a lo que le añadí que yo tenía el mismo problema que ella, extrañada me pregunto que cual, a lo que le respondí entre risas que a mí me gustaría también que fuera más grande. Los dos comencemos a reír y ella me contesto que ya era muy grande pero que claro era la primera que veía, la soltó y volvió a recostarse contra el sofá, por segunda vez me quede en blanco ya que todo volvía a estar como antes, pero con el único inconveniente que mi polla iba a reventar. Intentando desesperadamente encauzar la situación otra vez a mi favor, le dije que "al final has salido ganando tu", a lo que ella me pregunto por qué, yo le conteste que ella había visto mi picha (no le decía polla intentado infantilizar un poco aquello) y yo solo sus tetas, "¿y que querías ver?" pregunto, a lo que le respondí que sería justo que si había visto mi picha yo viera su chocho, se quedo pensando un rato y me dijo de acuerdo pero solo un momento, ella se levanto y fue a bajarse las bragas, pero antes de que pudiera hacerlo le dije que parara, que porque no íbamos a su cuarto, ya que si en aquel momento alguien entraba en la casa podría vernos, ya que la puerta de entrada estaba al final de un corto pasillo desde donde se veía el salón. Me dio la razón y entremos en su cuarto, una vez allí le dije que para que estuviéramos mas empatados, ambos nos desnudaríamos, acepto y nos desnudamos, al verla mi polla ya comenzó a dolerme por culpa de su dureza, allí estaba Angy con sus pequeñas tetas, su cuerpo menudito, su culo que eran apenas dos caparazones, y ese coñito sin pelos, apenas un poco de vello pero casi imperceptible a la vista. Le dije que yo también quería tocarlo ella me dijo que sí. Le pedí que se tumbara en su cama y ella me obedeció, se tumbo a todo lo largo y yo me puse de rodillas delante de ella, abrí sus piernas y pude ver aquel coño que se adivina muy estrecho, tan virginal y tan blanquito, empecé a tocarlo, estaba seco aun pero si calentito, comencé a tocarlo poco a poco, me fije que le iba subiendo la respiración, a la vez que poco a poco pude notar una cierta humedad, a los pocos segundo dijo entrecortándosele la voz "me gusta" a la vez que exhalaba un pequeño gemido. Me deje llevar y sin decirle nada acomode mi cabeza entre sus piernas y empecé a lamer la raja de su coño, aun recuerdo aquel sabor salado, me esmere en mis lametones y en succionar su pequeño clítoris, después de unos minutos sus gemidos subieron de volumen y sus muslos empezaron a apretar mi cabeza, estaba teniendo un orgasmo, seguí lamiendo hasta que note que su respiración volvía a ser un poco más normal, me incorpore y le pregunte que si le había gustado a lo que me respondió "sí, me ha encantado, ¿que ha sido eso?", le explique que lo que había sentido era un orgasmo y que ahora tendría que ayudarme a conseguir el mío, ella me pregunto que tenía que hacer, le dije que nada, cerré sus piernas y me tumbe encima de ella, metí mi polla entre sus muslos, tal y como ya lo había hecho anteriormente con mi prima Eli, y empecé a coger ritmo como si la estuviera follando, ella empezó a gemir de nuevo al sentir como mi polla se deslizaba adelante y atrás por todo la raja de su coñito, yo podía sentir su humedad en toda mi polla, no tarde mucho en correrme, la saque de entre sus piernas y me corrí encima de su vientre. Pero ahí me lleve el susto de mi vida ya que sentimos las llaves de la puerta del piso, alguien estaba entrando, nos vestimos a toda prisa, ella no llego ni a limpiarse, salimos rápidos al salón y nos sentemos en el sofá mirando la tele, ya que al irnos a la habitación no la habíamos apagado, la suerte nos había acompañado ya que una vecina se había cruzado con Solé y le había entretenido, antes de que entrara. En esos momentos yo le explique a Angy lo que hasta ahora ya era una costumbre en mi vida, la de guardar el secreto.