El huesped frecuente

Aquel huesped habia frenado su pasion por el sobrino de la dueña del hotel debido a ser un menor de edad conformandose con masturbarse a solas pensando en el. El tiempo ha pasado y ese muchacho ahora es un joven de 20 años; se dejara llevar por su pasion aquel huesped al verlo tan desarrollado?

En un pequeño hotel estilo los BED & BREAKFAST europeos, estaba un hombre en sus 40s realizando sus tramites de registro con la dueña quien le comento el gusto de volver a verlo ya que cada invierno se hospedaba ahí excepto los dos últimos años; aunque no explico a ella la razón de su ausencia fue la larga agonía de sus padres después de un accidente en carretera. Ahora su cabello lucia casi completamente cano pero su cuerpo lucia como resultado del ejercicio que practico estos dos últimos años para sacar toda su tensión contenida debido a la situación de sus padres. La dueña le asigno el único cuarto disponible pues el hotel había ganado excelente reputación en sus últimos años y además se publicaba en las páginas del INTERNET sobre turismo.

La dueña extrañaba esa jovialidad, una característica muy notoria en el; además de las canas en su rostro habían aparecido algunas arrugas. Solo respondía brevemente a las preguntas de la dueña. Se alejo para meterse al cuarto y desempacar sus cosas.

Mas tarde, la dueña cargaba una bandeja en la cual había una jarra con jugo, un vaso con hielos y algunos emparedados dirigiéndose a la oficina donde estaba su sobrino quien cubría el tercer turno.

Muchísimas gracias, tía!- exclamo el joven- Estoy hambriento! Debido a los exámenes no tuve oportunidad de comer algo durante la tarde- continuo

En el refrigerador hay pastel del que te gusta por si no quedas satisfecho con lo que te traje- dijo la tía tomando su bolso

De nuevo estamos llenos!

Si, gracias a DIOS; hoy llego el señor McKenzie ocupando el ultimo cuarto disponible

Ya tenia tiempo que no venia- dijo el joven ocultando su alegría por saber que había vuelto

Quizás le paso algo pues esta muy cambiado pero después conversamos ya que no quiero manejar tan tarde

Muy bien, tía; yo aquí me hago cargo

El joven estuvo recordando las convivencias que tuvo con el señor McKenzie a quien conoció desde los trece años cuando comenzó a ayudar a su tía en el hotel; a través de las conversaciones con el conocía de otros países y también le tuvo gusto por aprender idiomas. Sus estancias eran tan largas y frecuentes cada invierno que se había convertido para el como un pariente visitante.

Las horas pasaron rápidamente para el joven quien paso la estafeta al empleado quien cubría el turno matutino para luego irse a un cuarto que su tía había adaptado para que ahí viviera. Estaba tan exhausto por la carga de exámenes que ni se puso pijama quedando en ropa interior recostado en la cama; pero su sueño no duro mucho ya que le llamo el empleado para informarle que no funcionaba la regadera del cuarto donde estaba el señor McKenzie, el joven propuso que usara la regadera de su cuarto así que se puso un pantalón corto de algodón para recibirlo.

El señor McKenzie quedo sorprendido al ver a ese joven tan desarrollado resultado de practicar deporte en la universidad donde estudiaba; este le pidió disculpas por el problema de plomería y le aseguro que se revisaría en el transcurso del día, le mostró el baño para que viese que estaba limpio.

El joven se quito el pantalón corto y se volvió a acostar; también el había notado el cambio en aquel huésped frecuente, pero no pensó mas ya que volvió a dormirse de nuevo. El señor McKenzie se quitaba la ropa mientras veía a ese joven dormir placidamente; no podía negar que su frecuencia en ese hotel era por el aunque también le agradaba el servicio, su atracción jamás lo cegó para tener sexo con el pero si se masturbaba pensando en el. Estando ya desnudo se sentó en la cama al lado del joven quien estaba boca abajo y con las piernas separadas; la respiración del joven demostraba total somnolencia así que el señor McKenzie se tomo el atrevimiento de acariciar aquel trasero metiendo con sus dedos la tela de la trusa entre aquellos glúteos para luego acariciar esas piernas cubiertas con vello muy fino, al ver moverse el cuerpo del joven se asusto y se metió en la regadera.

Al señor McKenzie le atraía la gente de su mismo sexo pero solo lo había practicado con personas de su edad o mayores; jamás con jóvenes pero aquel lo encendía aunque siempre lo respeto conteniendo su pasión por aquel que ahora ya era un mayor de edad pero la diferencia de edad parecía como si fuese su hijo. El acostumbraba bañarse con agua muy caliente así que el cuarto de baño se quedo inundado de vapor y aprovecho esa invisibilidad para masturbarse teniendo en su menta la imagen del cuerpo de aquel joven quien le había permitido usar su baño.

El joven se despertó pues tanto beber jugo le estaba generando ganas de orinar así que abrió la puerta del baño saliendo vapor de ahí; escucho al señor McKenzie murmurar una canción mientras se enjabonaba su cuerpo. Debido a la imposibilidad de ver, no aviso que estaba en el baño y aprovecho para acercarse a la taza del baño y orinar; su ropa se había humedecido por el vapor y se pegaba a su cuerpo como una segunda piel, esa sensación provoco una erección en su pene del cual salía orina con mezcla de liquido preseminal. Las toallas estaban colocadas en una repisa arriba del deposito de agua del baño así que cuando el señor McKenzie salio de la regadera para tomar la toalla su cuerpo sintió al joven quien esperaba que su erección concluyera para guardarlo en la trusa, con ese contacto su erección aumento pues sentía el pene del señor McKenzie entre sus glúteos; el vapor había actuado como un afrodisíaco en ellos dos quienes estaban sin moverse hasta que las manos del señor McKenzie acariciaron el pene del joven comprendiendo que ambos estaban excitados.

Los labios del señor McKenzie se pasearon por la nuca, cuello y orejas del joven mientras sus manos frotaban aquel pene erecto provocando que el joven moviera su pelvis de tal manera que frotase su trasero con el pene del otro; ninguno emitió sonido alguno pero por el ritmo de sus cuerpos entendían el placer logrado, solo cuando eyaculo el joven este emitió una inhalación profunda llenando sus pulmones de ese aire húmedo. El semen cayo en el baño mezclándose con la orina; el joven se inclino un poco para jalar la palanca y así se fueran por el drenaje, ese movimiento provoco que el glande del pene del otro ingresara mas y estuviese en la entrada del orificio anal sirviendo solo la tela de la trusa como fortaleza para evitar su penetración.

El señor McKenzie no podía contener mas su pasión por ese joven así que sus manos acariciaron el torso de este y con sus manos en el cuello de la camiseta jalaron hacia los lados para romper aquella prenda hasta la altura del ombligo; el corazón del joven se acelero ante esa acción pero no se alejo sintiendo como esos dedos ahora acariciaban su torso al descubierto, primero en su vientre y lentamente subiendo hasta acariciar sus tetillas mientras el pene del otro buscaba vencer la tela de esa trusa para tener contacto con ese orificio anal del cual era virgen. Sus piernas se separaron por la taza del baño y el joven se apoyo del toallero mientras sentía como aquel hombre lo acariciaba e intentaba penetrarlo. El señor McKenzie gozaba intensamente como sus fantasías se hacían realidad con aquel joven; sus manos bajaron por los costados de aquel cuerpo hasta llegar a la trusa para jalar aquella tela humedecida por el vapor y su lubricante natural de tal manera que genero una abertura en la zona donde estaba su glande siendo acariciado por los hilos de aquella tela de algodón. Fue tal sensación para el que su semen salio disparado con tal fuerza quedando entre aquellos glúteos.

Ambos ingresaron a la regadera para asearse, el joven salio del baño con una toalla para secar su cuerpo y se volvió a acostar quedando dormido inmediatamente mientras el señor McKenzie continuaba con su vestir para luego salir del cuarto. Horas después, el joven despertó dándose cuenta de su desnudez confirmándole que no había sido un sueño lo sucedido; encontró en el baño sus prendas desgarradas, las cuales estaban en la esquina del piso de la regadera. Había sido su primera experiencia con un hombre por lo cual su mente estaba confusa pues sus sensaciones eran de culpabilidad pero también de gozo. Se vistió pues tenia el tiempo contado para irse a la universidad, antes de salir del hotel se topo con su tía quien le agradeció que permitiera al señor McKenzie usar su baño e informándole que ya estaba el plomero trabajando en el desperfecto.

Durante su estancia en la universidad, sus amigos veían al joven distraído; sin seguir la conversación pero obviamente el jamás revelo porque su mente estaba tan ocupada en recordar cada detalle de lo acontecido con el señor McKenzie quien estuvo recorriendo la ciudad y recordando sus anteriores viajes así como aquel joven cuando era un puberto le mostraba cada rincón de ese lugar. El también se sentía nervioso y no decidía si continuar hospedado en ese hotel después de lo sucedido.

Ambos no se vieron en todo el resto del día. El joven despidió a su tía quien le informo que el plomero no terminaba de arreglar aquella regadera y que no había podido cambiar al señor McKenzie de cuarto por no haber disponibles así que le pidió le prestase de nuevo su regadera si el lo requería.

El turno esta vez pasó muy lento para el joven quien no sabía como reaccionar al ver de nuevo al señor McKenzie; la comida que le dejo su tía se la fue ingiriendo lentamente, la música emitida de un reproductor fue su compañera relajándolo.

El empleado del turno matutino llego antes de tiempo así que el joven lo dejo para dirigirse a su cuarto; se quito la ropa y en vez de ponerse la pijama se coloco un bóxer de algodón que le había regalado una de sus amigas de la universidad; la prenda le quedaba pegada a su cuerpo, la había elegido para asegurarse que esta no se rompiera pues su tela era elástica. Se acostó en la cama sin conciliar el sueño en la espera de que llegara el señor McKenzie pero este no lo hizo hasta las 11 siendo despertado por el sonido del teléfono avisándole el empleado que el huésped estuvo tocando y no abría.

Disculpe que no lo haya escuchado- dijo el joven abriendo la puerta y dejando entrar al señor McKenzie

Pensé que estabas molesto conmigo por lo sucedido ayer- dijo el señor McKenzie con ese acento alemán, el joven se puso nervioso y no respondió- Te llamas Fernando, no?

Si. Solo déjeme paso al baño y se lo dejo disponible- dijo el joven mostrando nerviosismo por lo cual señor McKenzie ya no continuo hablando

Fernando salio del baño y se acostó en la cama sin cubrirse el cuerpo con los cobertores mostrándose retador ante el señor McKenzie quien se desnudaba tranquilamente hasta mostrar sus genitales y acariciarlos con sus manos; haciendo lo mismo Fernando con sus manos en su bulto cubierto por aquel bóxer cerrando sus ojos, el señor McKenzie iba a meterse al baño pero se sentó al lado de Fernando para que las cuatro manos acariciaran su bulto pélvico que demostraba dureza en cada acaricia y los ojos de Fernando se mantenían cerrados disfrutando de ese masaje erótico. El pene de Fernando fue sacado por una de las piernas del bóxer para ser acariciado por la lengua húmeda y tibia del señor McKenzie y después ingresar paulatinamente en su boca hasta topar con las paredes de su garganta; Fernando gemía al sentir aquella lengua como acariciaba su pene, pero cuando sintió la succión grito teniendo que llevarse sus manos a la boca para que no fuera tan audible. El señor McKenzie volvía a hacer realidad otra de sus fantasías así que su ímpetu por degustar aquel pene lo mezclaba con movimientos cambiando la velocidad de sus succiones mientras sus manos acariciaban las piernas y torso de Fernando; unos de sus dedos ingresaron en la boca de este quien los lamió, así estuvieron hasta que el semen fue ingerido en aquella garganta para luego sus labios acariciar el torso de Fernando deteniéndose en aquellas tetillas firmes y abultadas. El señor McKenzie se coloco encima de Fernando mientras lamía, besaba y chupaba esas tetillas, sus manos bajaban el bóxer para colocar su pene entre las ingles frotando su glande ese espacio entre los testículos y el orificio anal; demostraba su amplia experiencia en el sexo con hombres. Las piernas del señor McKenzie estaban separadas pero ejercían presión en las de Fernando para que su pene fuera atrapado en aquellas ingles; su excitación fue tal que ya mordía aquellas tetillas ejerciendo dolor en Fernando pero este no impedía que lo hiciera por el placer provocado en el. Cuando el señor McKenzie sintió que eyacularia abrazo a Fernando para rodar sus cuerpos quedando este encima de tal manera que su semen fue expulsado sin manchar las telas de la cama y cayendo entre los glúteos de Fernando quien al sentir como se movia esa sustancia cremosa lentamente lo excito tanto que volvió a eyacular sobre el abdomen del señor McKenzie.

Sus cuerpos se mantuvieron juntos hasta que la temperatura de sus cuerpos volvió a la normalidad; ninguno hizo comentario alguno, el señor McKenzie se dirigió al baño y Fernando se durmió tan profundamente que de nuevo no se dio cuenta cuando aquel se fue del cuarto.

Fernando pedía que el tiempo transcurriera rápidamente para ser el siguiente día y volver a tener al señor McKenzie en su cuarto; a su regreso al hotel su tía le comento que el plomero le había informado que el desperfecto era mayor y que necesitaba mas tiempo, provocando una sonrisa lasciva en Fernando pero no duro mucho al comentarle que el señor McKenzie se retiraría del hotel debido a que no podía cambiarlo de cuarto al no haber disponibles. Mas tarde estando Fernando en la oficina a solas llego el señor McKenzie.

Como te va en la universidad?- pregunto el señor McKenzie al ver a Fernando leyendo un libro

Muy bien, gracias- dijo Fernando levantándose y acomodando una silla para que se sentara el señor McKenzie

No podía irme sin hablar contigo

Vaya recibimiento que le dimos, no? Después de años de no venir le damos el cuarto con problemas de plomería

Pero por el hemos podido hacer ciertas cosas tu y yo

Que me han extasiado enormemente

Espero todo ello no cambie tus preferencias sexuales

El señor McKenzie le confeso su atracción por Fernando desde que era un adolescente prematuro pero que jamás quiso demostrárselo pues el no era un pederasta; con el había sido la primera vez que lo hacia con alguien menor a el, pedía disculpas por haberse dejado llevar por esa pasión contenida por tantos años. De los ojos de Fernando salieron lágrimas que rodaron por su rostro pues temía que sus experiencias sexuales concluyeran.

El plomero comento que el fin de semana seria suficiente para arreglar así que me iré a un hotel que encontré en una consulta por Internet, siendo de ambiente gay- menciono el señor McKenzie así que Fernando se limpio las lagrimas para sonreír de nuevo- Me gustaría que me acompañaras, que opinas?- pregunto y Fernando solo movió su cabeza en signo de aceptación de aquella invitación

Al día siguiente, el señor McKenzie y Fernando recorrían las instalaciones de aquel hotel que ofrecía servicios de SPA; los huéspedes eran desinhibidos asombrándole a Fernando ver como se besaban o acariciaban sin importar la presencia de los demás. La mayoría de los huéspedes venia en pareja y solo algunos estaban solitarios pero dispuestos a conocer gente. Mas tarde, estaban en la alberca nadando cuando llego un hombre con el cabello rizado a ofrecerles los servicios de SPA; su vestimenta era transparente así que podía notarse su piel morena a través de la tela, aceptaron la invitación y fueron a una zona donde se aplicaban barro en todo el cuerpo teniendo que quitarse sus trajes de baño. Ambos se colocaron el barro como lo hacia los demás huéspedes, el hombre de cabello rizado observo la erección en el pene de Fernando todo lleno de lodo. El señor McKenzie se recostó durmiéndose.

No es bueno que tengas mucho lodo en los genitales- dijo el hombre de cabello rizado con sus manos dispersando el lodo en los muslos y vientre de Fernando quien se había puesto mucho lodo para no mostrar su erección pues era la primera vez que estaba desnudo en publico. Las caricias de esa mano aumento la dureza de su erección- Cuando gustes te puedo ayudar a relajar esa tensión- susurro al oído

Fernando volteo hacia el señor McKenzie para averiguar si había visto lo que pasaba pero aquel estaba completamente dormido.

Comprendo, son pareja; pensé que eras su hijo- dijo el hombre de cabello rizado quien era un par de años mayor que Fernando

Somos amigos simplemente- respondió Fernando molesto por el comentario

Para quitarse el barro esta esa pileta de allá; les sugiero que después de ello se metan al vapor- dijo el hombre de cabello rizado volviendo a su papel de empleado del hotel

Mas tarde, de los vapores salían el señor McKenzie y Fernando con toalla ceñida a la cintura y dirigiéndose a los vestidores donde otros huéspedes tenían sexo pareciendo una orgía así que optaron por cambiarse en un privado con regadera. Ambos se enjabonaron sus cuerpos sintiendo el efecto del lodo en sus pieles; las escenas en los vestidores les había excitado así que estuvieron acariciándose su cuerpo mientras sentían la caída de agua en ellos, el señor McKenzie puso sus manos en los hombros de Fernando ejerciendo leve presión haciendo que se arrodillara y teniendo enfrente aquel pene erecto y deseoso de seguir engullido. El señor McKenzie fue paciente y dejo que Fernando decidiera el momento de atender su pene disfrutando intensamente como aquella boca y lengua atendían cada pulgada de su pene; después lo hizo el señor McKenzie en el pene de Fernando pero este succiono hasta obtener aquella sustancia cremosa y salada. Luego salieron de la regadera y en una banca se sentaron para comenzar a vestirse pero Fernando se recostó alzando sus piernas exponiendo su orificio anal ante el señor McKenzie quien deseaba penetrarlo. En el lavabo había un recipiente con condones así que tomo uno y enfundo su pene para más tarde tomar los tobillos de Fernando y acomodar su pene en la entrada de aquel ano dispuesto a dejar de ser virgen.

El señor McKenzie uso sus dedos para dilatar aquel ano inquieto hasta llegar a ingresar cuatro de sus dedos; dos de cada mano, Fernando sintió dolor al principio pero luego se convirtió en placer total; el simple hecho de ver como provocaba excitación el señor McKenzie eyaculo quedando su semen atrapado en el condón.

El señor McKenzie se alejo para tirar el condón y comenzó a vestirse; Fernando deseaba sentirse penetrado pero al ver que no sucedería, se puso la ropa saliendo ambos del hotel para recorrer el poblado. En un establecimiento de artesanías y ropa, se toparon con quien les sugirió los servicios SPA.

Soy Daniel, trabajo en el hotel donde están hospedados; como se sienten después del baño en barro?- pregunto saludándolos de mano

Totalmente relajado- respondió el señor McKenzie

Me alegra saber que les gusto; algo en especial que busquen?- dijo Daniel acompañándolos a recorrer el lugar y explicándoles algunas artesanías

Fernando se entero que Daniel se había graduado recientemente de la misma profesión que estaba estudiando aquel; el señor McKenzie al ver el trato entre ellos decidió dejarlos a solas regresándose al hotel, pues se dio cuenta que no era justo tener la exclusiva de Fernando.

Daniel invito a Fernando a su casa la cual compartía con sus papas y hermanos; estando en su recamara Daniel le mostró fotos de los lugares por donde ha viajado.

Se ve muy tranquilo el señor Alan McKenzie- menciono Daniel

El no era así, quizá le afecto la reciente perdida de sus padres- dijo Fernando

Solamente son amigos?

Claro que si; nos conocemos desde que yo tenia trece años

Entiendo, discúlpame por mi mal pensamiento pero en ese hotel se ve cada cosa; una vez llego un hombre maduro con un niño diciendo que era su sobrino pero bien que se lo cogia

Como lo supiste? Acaso espías a los huéspedes?

Solo de aquellos que me interesan- dijo Daniel sonriendo- Me llamo la atención la actitud del niño tan callado y serio así que le hice platica y me confeso lo que le hacia su supuesto tío

Debiste protegerlo

Soy metiche pero no me entrometo en la vida de los demás; allá ese tipo que le gustan los niños

Tengo que irme pues ya esta oscureciendo

Nos vemos en el hotel mas tarde pues estaré cubriendo el tercer turno

Eso mismo hago en el hotel de mi tía

También atiendes a los huéspedes dándoles masajes y masturbándolos en sus cuartos?

Eso haces tú?

Son las mejores propinas, amigo- dijo Daniel sarcásticamente pero Fernando se molesto- Espera, no soy un prostituto que vende su cuerpo; simplemente les doy masajes y les jalo sus vergas hasta venirse

No tienes que explicarme- dijo Fernando levantándose pero Daniel lo toma del brazo

Ningún huésped ha usado mi cuerpo; yo decido con quien y jamás cobro por ello- dijo Daniel y planto un beso en la boca de Fernando- Quisiera sentir tu verga en mi culo- dijo manoseando el bulto de Fernando quien trataba de zafarse

Yo también decido con quien- dijo Fernando logrando separarse de Daniel y saliendo de aquella casa

Fernando encontró a Alan en la recepción conversando con alguien de su edad así que se dirigió al cuarto para meditar todo lo sucedido con Alan y Daniel. Más tarde, Alan estaba acostado junto a Fernando; ambos estaban desnudos y boca arriba. Fernando ahora fue el de la iniciativa así que lamió la tetilla izquierda de Alan mientras su mano izquierda acariciaba el pene de este y el suyo yacía en el muslo de aquel.

Permíteme sentir tu verga dentro de mi; deseaba que sucediera hace horas- susurro Fernando

Discúlpame pero me tardo mucho en obtener una erección después de eyacular- respondió Alan quien tomo unos condones del buró para enfundar su pene, luego tomo una botella de crema y lo unto en sus manos para iniciar las caricias en aquel ano hambriento de pene.

Fernando estaba boca abajo con las piernas completamente separadas y Alan apoyado en sus rodillas y manos inicio el ingreso de su pene en aquel ano que solo había sido dilatado por sus dedos; aquel resistía el dolor pues su deseo era mas, su trasero al fin había sido invadido por Alan quien pacientemente dejaba que aquel ano recibiera su pene hasta tenerlo completamente adentro y abrazar a Fernando para moverse y quedar recostados de lado. Alan tomo la pierna derecha y la separo poniéndola a 90 grados; de esa manera movió su pelvis para sacar parte de su pene y volverlo a meter; las sensaciones de Fernando rebasaban sus expectativas generando una erección en su pene el cual babeaba con su lubricante natural y algo de semen, en esa posición estuvieron por casi media hora para luego acomodarse de tal manera que ambos quedaran de frente sin que Alan sacara su pene de aquel ano. Fernando separo sus piernas para permitir tener el torso de Alan sobre el suyo; ambos se besaron y ahora las embestidas eran mucho mas veloces hasta que el semen de Alan quedo atrapado en el condón y el de Fernando humedeció ambos vientres.

La noche aun era joven así que los recientes amantes experimentaron más posiciones resultando más eyaculaciones en Fernando y su ano completamente dilatado; pasó al baño para asearlo y regresar a la cama para dormir abrazado a Alan quien ya estaba dormido.

Los rayos del sol entraron al cuarto despertándose Alan quien se levanto despacio para no despertar a Fernando quien dormía placidamente; se puso el traje de baño y una camiseta saliendo del cuarto para dirigirse a la alberca donde estaba el hombre con quien había conversado en la recepción del hotel cuando llego Fernando. Ambos estuvieron nadando un rato cuando Alan vio a Daniel y le ordeno un suculento desayuno para ellos y uno para que fuese llevado a su cuarto para Fernando.

Mas tarde, Fernando se terminaba de secar su cuerpo después de haber usado la regadera del cuarto cuando escucho toquidos en la puerta abriéndola y dejando pasar a Daniel con una bandeja con varios platillos. Daniel traía puestas dos prendas de color verde turquesa haciendo un excelente contraste con su piel morena; el short era de lycra así que se ajustaba a su piel así como delineando su bulto, la playera no estaba pegada a su piel pero mostraba sus brazos completamente así como una buena parte de su torso hasta una de sus tetillas se veía.

Un energizante desayuno para el señor- dijo Daniel sonriendo- Fue ordenado por Alan- agrego antes de que Fernando dijera algo

Acaso no descansas?- dijo Fernando sin dejarlo pasar

Ya termine mi turno, simplemente que antes de retirarme quise traerte este desayuno digno de un semental agotado; no dudo que lo hicieron toda la noche

No tengo porque explicarte lo que hago- dijo Fernando intentando cerrar la puerta

Hey, tengo que dejarte esto; en verdad lo ordeno Alan

Daniel ingreso al cuarto y dejo la bandeja sobre una mesa acomodando una silla para que se sentara Fernando.

Lo comeré después de que te vayas- dijo Fernando serio

Pues no lo haré hasta ver que te haya gustado la comida- dijo Daniel por lo que Fernando firmo el voucher para indicarle se retirara

Daniel tomo el papel y al pasar al lado de Fernando le quito la toalla que cubría parte de su cuerpo mostrando una erección comprendiendo Daniel que no era totalmente indiferente para Fernando quien trataba de quitarle toalla hasta que ambos cuerpos se reflejaron en un espejo. Daniel se arrodillo rápidamente y lamió el pene de Fernando quien no podía negar que le agradaba lo que veía en el espejo; en cada lamida y succión Daniel le demostraba su interés por tener algo más con Fernando quien temía que Alan regresara al cuarto.

Tranquilo, Alan no regresara hasta un buen rato pues esta repitiendo el baño de lodo- dijo Daniel al sentir que Fernando se alejaba de el- Tenemos el tiempo suficiente para disfrutar de nuestros cuerpos

Sin sacar el pene de Fernando de la boca de Daniel, ambos se movieron para colocar una silla enfrente del espejo; Fernando se sentó y siguió deleitándose con las imágenes. Daniel saco de su short un sobre de condón para colocarlo en el pene de Fernando; mientras bajaba su short su lengua recorría el torso de este hasta que sus labios se besaron separando sus piernas y pidiendo que sujetara el pene enfundado para colocarlo en la entrada de su ano. Fernando podía mirar como ese trasero se iba consumiendo su pene; su éxtasis era tal sin importar que la noche anterior hubiese sido de puro placer sexual, se debía a que ahora el estaba penetrando siendo una nueva experiencia para el. Daniel resistió la longitud y grosor de aquel pene hasta sentir que sus glúteos se frotaban con los testículos de Fernando; sus manos se apoyaron del respaldo de la silla para moverse como si estuviese montando un toro mecánico provocando en Fernando un placer indescriptible intentando aplazar su eyaculacion lo más posible. Daniel enfundo su pene para contener su semen que estaba por salir. Ambos se abrazaron y casi simultáneamente sus sustancias cremosas fueron atrapadas por sus respectivos condones.

Mas tarde, Fernando estaba sentado en la silla dando la espalda a los platillos pues Daniel le daba de comer en la boca teniendo el pene de aquel dentro de su trasero.

Hace mucho que no lo hacia con un novato- dijo Daniel dándole de beber jugo a Fernando quien se dejaba consentir

Mi vida sexual no es tan activa; mi prioridad son los estudios así que no quiero embarazar y joder mis planes- dijo Fernando

Tu cuerpo si que necesitaba alimento; jamás imagine que te acabaras todo- dijo Daniel dándole de comer una rebanada de pastel

Ayer comí muy poco por disfrutar de las instalaciones

Y de Alan, no?- interrumpió Daniel

Alan!- exclamo Fernando intentando levantarse de la silla pero Daniel no lo dejo.

El ha hecho amistad con otro huésped de su misma edad quien creo también es europeo o canadiense; no lo dije para molestar

Alan y yo solo somos amigos; no hay contratos de exclusividad- dijo Fernando besando a Daniel y acariciando sus manos aquel cuerpo

Daniel respondió a esos besos apretando sus esfínteres y apresando aquel pene que se fue endureciendo ante ello; movió su torso para que Fernando disfrutara de sus tetillas siendo lamidas y mordidas delicadamente, Fernando lleno sus pulmones de oxigeno y cargo el cuerpo de Daniel para caer ambos en la cama iniciando sus embestidas tratando de ejecutarlas como Alan lo había hecho con el. Daniel gozaba completamente de esas penetraciones exigiéndole a Fernando que lo hiciera con más fuerza. Mientras estos consumían su pasión nuevamente; Alan y su nuevo amigo estaban observando la orgía que había de nuevo en los vestidores.

Viva la juventud!- exclamo Alan

No estamos tan viejos- dijo el otro poniéndose su ropa

Karl, a que vienes a este hotel?- pregunto Alan terminando de acomodarse su ropa

Solo a observar estos cuerpos tan bien formados; algunas veces llamo a Daniel para que pase a mi cuarto en la noche y me ayude a masturbarme, es un excelente amante- respondió Karl y Alan se imagino lo que podría estar pasando entre Daniel y Fernando- Has tenido sexo con tu acompañante?

Jamas imagine que sucediera pues lo conocí desde que era un puberto

Tiene un excelente cuerpo, serán pareja?

No, creo que no debí dejarme llevar por esa pasión contenida

Si el joven lo acepto, no te sientas mal por ello; la juventud de ahora le gusta experimentar con ambos sexos sin con ello afectarles emocionalmente, te lo digo en base lo visto en mis hijos y sobrinos

Por que no te volviste a casar?

Respeto la memoria de mi esposa difunta; además ahora quiero tener una pareja hombre, mis hijos ya son mayores y vivo solo

Quisiera seguir conviviendo contigo; por que no te vienes unos días a la ciudad, quizá te puedas quedar en el hotel donde estaré

Pero ahí estará también tu joven acompañante

Somos solamente amigos; además no me imagino teniendo una pareja tan joven a mi lado

Me gustaría intentarlo contigo

Ambos hombres maduros se besaron en la boca para ser una pareja más en esa orgía de los vestidores.